Cuando llego hasta el campus, mis ojos están completamente hinchados y mi ánimo por el suelo, sé que mi hermana no se fue así como así, sé que ella jamás se olvidaría de mí así, ella no me dejaría sola, es la única persona que tengo en la vida.
Me siento en una de las bancas que adornan el jardín del campus y las lágrimas vuelven a brotar. — ¿estás bien? - escucho una voz familiar, cuando levanto la cabeza veo a una linda chica mirándome con preocupación — sí, estoy bien - respondo mientras limpio las lágrimas de mis ojos — escuché que tienes problemas económicos… los decanos no son muy discretos - Verónica es una de mis compañeras de clase, solo que ella es dos años mayor, una chica muy atractiva, cabello castaño, ojos azules y un cuerpo envidiable y además una persona muy gentil. — si — ¿por eso lloras? — en parte… en realidad estoy preocupada por mi hermana mayor… Desapareció hace tiempo y no tengo ninguna noticia de ella — ¿lo has reportado a la policía? — no, bueno, mi padre dice que se fue por cuestiones de trabajo pero no le creo —es una pena. — ella también se encargaba de pagar mis gastos escolares, por eso ahora no puedo pagarlos. — pero sé que trabajas en una buena empresa. — solo soy una pasante, no es suficiente lo que me pagan. — te juro que si tuviera el dinero te ayudaría........ aunque quizá podría decirte cómo conseguir el dinero. — ¿de qué hablas? — ¿en verdad necesitas ese dinero? ¿Harías lo que fuera por conseguirlo? — bueno, no haría todo lo que fuera por dinero ¿acaso eres una matona? - ella suelta una carcajada y yo me siento mejor, pues mi llanto se ha detenido mientras presto atención a lo que Verónica me dice. — no te preocupes que no tienes que asesinar a nadie, pero quizá pueda ser algo perturbador para ti — ¿de qué se trata? — yo trabajo como acompañante - no puedo evitar la mueca de sorpresa que se forma en mi rostro. — ¿eres prostituta?— pregunto sin pensar, a lo que el rostro de Verónica se enrojece de inmediato — sé que no es común escuchar algo así, pero te lo digo solo por qué deseo ayudarte, yo te entiendo, también estuve en una situación similar y aunque al inicio fue difícil con el tiempo te acostumbras — ¿cuántos años llevas haciendo eso? - pregunto con curiosidad — dos años… con el dinero que gano es que estoy pagando mis estudios y también apoyo a mi madre. — ¿y no es algo pesado? — depende de la perspectiva con la que lo veas, sí, es difícil, pero es como cualquier otro trabajo, aunque admito que a veces lo disfruto y otras lo detesto … Pero no nos desviemos del tema, la cuestión aquí es si es que te interesa — jamás imaginé hablar de algo así, pensar en vender mi cuerpo no es algo que tuviera contemplado, digo, ni siquiera he tenido novio… mi primer beso fue robado por el idiota de Kevin Johnson hace tres años —¿en serio jamás has estado con un hombre? ¿Nadie te ha tocado? — mi vida es muy complicada, no tengo tiempo de pensar en eso. — supuse que eras inocente, pero no tanto ... Pero bueno, si es que te interesa, sé que podrías ganar mucho dinero si es que no te importa lucrar con tu virginidad —¿en verdad? Pensé que eso solo sucedía en las novelas +18 — los hombres son muy pervertidos, claro que les gusta una mujer con experiencia, pero también les encantan las mujeres inocentes, les gusta pensar que ellos tienen el control Muchas ideas dan vueltas por mi cabeza, ¿estoy tan desesperada como para convertirme en prostituta?, ¿es tan importante para mí la virginidad?, ¿puedo caer aún más hondo? — no lo sé, necesito pensarlo bien. — claro, sé que es difícil, pero podrías ganar una buena cantidad. —… ¿De cuánto estamos hablando? - digo con curiosidad — bueno, yo gano 50 mil por cliente - mi boca se abre grande por la sorpresa - ¿pero cómo? — no creas que trabajo en cualquier lugar y tampoco trabajo todos los días, solo cuatro días al mes. Emir dice que si somos constantes los clientes perderían el interés en nosotras. Así que si te pones a pensar, tampoco es tanto dinero, si es una buena cantidad, pero nada comparado con los millones que gastan esos tipos en un día de compras. —¿es gente importante? — si — ya veo. — es por eso que todo es muy discreto, fuera de ese lugar nuestras vidas se separan, me he encontrado con clientes fuera del club y es como si no nos conociéramos. — bueno, no sé si en realidad estoy tan desesperada como para pensar en esa opción, necesito agotar todas las posibilidades antes. — claro, te entiendo — aun así te agradezco que te preocupes por mí. — no es nada, solo te di un consejo, uno muy perturbador, por cierto... ¿Quieres tomar un café? Yo invito — claro, jamás le diría que no a una taza de café - Verónica y yo vamos a una linda cafetería que se encuentra cerca del campus, ahí platicamos durante horas, ella me ha contado un poco más de su vida, me cuenta que cuando inicio en aquel trabajo, solo pensaba hacerlo por un tiempo mientras la situación de su padre mejoraba, pero este murió hace un año y ahora ella es quien cuida de su madre y su hermana menor, desea terminar la carrera y encontrar un buen trabajo que le permita dejar la vida que lleva. Yo también le he hablado un poco de mí, más que nada de Stella, ella es ocho años mayor que yo, es una abogada importante y me ama incondicionalmente es por eso que no creo que se fuera así como así. Verónica cree lo mismo que yo, algo le ha sucedido y no me lo quieren decir así que solo me queda esperar paciente aunque dudo que pueda hacerlo. . … … … Dos semanas después … Es el día número 100 en que no sé nada de Stella, y eso me tiene muy preocupada, estoy triste, molesta, angustiada, no sé qué hacer, a demás de que solo me queda una semana para pagar el dinero que debo a la universidad y solo he logrado conseguir una patética cantidad que ni siquiera cubre la mitad. Hace mucho tiempo mi hermana me dio las llaves de una bodega en dónde están guardadas todas las cosas de mi madre, vestidos, joyería, zapatos, abrigos, sé que si vendiera algo de eso podría salir adelante, pero todo está a nombre de mi hermana a demás de que no me atrevería a vender algo que no me pertenece, Stella me dio permiso de tomar lo que quisiera cuando quisiera más no de vender algo, esas cosas son un recuerdo muy significativo que no me atrevería a hacer algo tan egoísta. La desesperación se apodera de mí cuando pienso en la falta de opciones. No quiero rogarle a mi padre, no quiero que piense que tiene razón sobre mí, a de más de que sé que de nada serviría, a él no le importo en lo más mínimo. De Stella aún no sé nada, tengo miedo que lo que dice mi padre sea cierto y mi hermana se ha aburrido de cargar conmigo. Nunca me había sentido tan sola en toda mi vida, tan vulnerable y humillada por la decisión que estoy a punto de tomar. Los días se vuelven más soportables, el semestre está por terminar y el trabajo ha sido tranquilo, ya que los hermanos Kouris salieron de viaje hace una semana y según Elisa y Karina, no volverán hasta el día lunes. He logrado atravesar este periodo con un mínimo de paz, aunque cada día que pasa siento el peso de la deuda y la angustia por el futuro que se me viene encima. Mis ojos se llenan de lágrimas al sentir la impotencia por no saber nada de mi hermana y por lo que estoy pensando hacer por dinero. . . . . . . . . . . . Verónica no para de decirme que debo prepárame y creo que tiene razón aunque creo que no tenemos la misma noción con respecto a esa palabra. — te llevaré está noche de compras - dice Verónica mientras entrelaza su brazo con el mío —¿de compras? — sí, mañana es la noche y debes de prepararte. — siento que esto te emociona demasiado. — he conseguido un buen cliente para ti, por ser la primera vez no me gustaría que te toparas con un tipo desagradable. — Verónica, cualquier hombre que paga por tener relaciones sexuales con una desconocida, es un tipo desagradable, no importa que tan atractivo sea. — te pasaré esta actitud solo porque te entiendo. — dice mientras golpea mi frente con su dedo índice - nunca has estado con nadie, eres muy joven, no sabes lo que es el placer sexual, y entiendo que todo lo haces por necesidad, pero tampoco está mal que te encuentres con un sujeto agradable, a demás Emir dice que es la primera vez que este cliente pide este tipo de servicio, bueno, es el cumpleaños de su hermano y quiere darle algo especial… — ¿y yo seré ese objeto especial? - pregunto con repulsión — así es… es mejor que te vayas mentalizado. No puedes ser grosera ni arrogante con los clientes — está bien, entiendo. Verónica me lleva a comprar un juego de lencería, un conjunto de encaje negro que prácticamente no deja nada a la imaginación. Después de eso vamos hasta un spa donde exfolian todo mi cuerpo, me realizan un tratamiento facial y después hidratan mi reseco cabello. Todo el tiempo, una parte de mí se revuelca en el asco y la impotencia y aunque Verónica trata de animarme y hacer chistes, no puedo evitar preguntarme ¿cómo llegué a esto?, ¿en verdad no tengo más opciones? Esta sensación de estar perdiendo el control, de estar vendiendo mi dignidad para poder salir adelante es insoportable … Cada paso en el spa me cuesta más, preparándome como si fuera un trozo de carne que está apunto de ser devorado. — lo único bueno es que yo también trabajaré ese día y podré ayudarte y estar ahí contigo. — te lo agradezco. ... … … Sábado por la noche Son las ocho de la noche cuando Verónica y yo llegamos hasta el lujoso club. Ambas entramos por la puerta trasera, Verónica me lleva hasta la oficina de su jefe, un hombre rubio, alto y muy fuerte, a pesar de su edad que ronda entre los 45 o 50 años, luce demasiado bien — hola Emir, buenas noches, te presento a Rowan — un gusto Rowan — el gusto es mío - digo mientras nuestras manos se estrechan. — pues bien, me parece que Verónica te ha explicado todo lo que tienes que hacer. — así es. — no estarás en la fiesta, esperarás al cliente en la habitación. Solo un pequeño detalle, tendrás los ojos vendados. — está bien - digo con resignación, no es como si pudiera alegar. — bueno, dejaré que Verónica esté contigo para que no te sientas nerviosa, sé que esto no es fácil, pero espero que todo vaya bien esta noche. — yo también lo deseo - digo nerviosa. — pues bien, entonces nos vemos después — claro, con permiso — nos vemos Verónica me lleva hasta su habitación en dónde comienza a arreglarse, se coloca un hermoso vestido que resalta su figura. — ven, ahora sigues tú - dice mientras comienza a maquillarme y arreglarme el cabello aunque no hace mucho, un maquillaje ligero y el cabello alisado - ahora ponte esto— me entrega el conjunto de encaje. — ¿ya? — sí, los clientes ya han llegado y debes de estar preparado para que en cualquier momento el tipo suba a la habitación — está bien Cuando salgo del vestidor me siento avergonzada, jamás había utilizado ropa así. — te ves hermosa… solo espero que el cliente no se enamore de ti. — ¿tú lo crees? — es verdad... toma - me entrega una bata de seda - cúbrete, te llevaré a la habitación. Verónica me lleva hasta una elegante habitación, decorada con velas aromáticas, un jacuzzi burbujeante y una enorme y cómoda cama, ella permanece a mi lado hasta que Emir la llama para que baje a la fiesta. — me tengo que ir, pero volveré antes de que el cliente suba para ayudarte — está bien, gracias - escucho el eco de los pasos de Verónica que se alejan por el pasillo. La habitación queda en silencio salvó por el murmullo distante de la fiesta. Mi corazón late con fuerza y siento como si un nudo se hubiese formado en mí estómago. Todo esto se siente tan irreal, como si estuviera en una pesadilla de la cual no puedo despertar. La bata de seda se resbala por mis hombros y una sensación de vulnerabilidad me embarga. Un par de lágrimas comienzan a cae mientras recargo mi cabeza en la suave almohada.La fiesta ha iniciado, alrededor de veinte hombres bien vestidos llegan al exclusivo club, unos más apuestos que otros, unos con mejor cuerpo, otros con más dinero, todos pertenecientes al mismo círculo social. De entre aquellos hombres destacan dos en especial, sin duda los más apuestos y llamativos, uno de ellos el festejado y el otro su hermano, su compañero y amigo del alma. — te tengo preparado el mejor regalo de cumpleaños — conociéndote sé que no me gustará del todo —¿acaso no te gustan las mujeres?— dice en tono burlón — simplemente, ¡no me gusta meterme a la cama con prostitutas! — ¿y una chica virgen y pura? — eres un enfermo y esa chica, igual de nefasta que todas las de su clase. — creo que no fue una buena idea celebrar tu cumpleaños aquí, aguafiestas. — me gusta el alcohol, me gusta la música pero no las mujerzuelas. — toma, mejor bebe y cállate, ya veremos qué dices más tarde - el festejado toma el baso con whisky que su hermano le ofrece y se lo be
Cuando mis ojos se abren, me encuentro sola en la enorme cama, puedo sonar como una estúpida, pues mi cuerpo extraña su calor al recordar como dormí entre sus brazos. Cuando me levanto de la cama veo mi bolsa sobre un pequeño sofá, tomo mis cosas y entro al baño para darme una ducha rápida, al meterme en la regadera me doy cuenta de que mi cuerpo huele a su perfume y mi piel está marcada por sus labios. Cuando salgo de la habitación veo a Verónica parada como un guardia esperando por mí. — pensé que nunca despertarías… supongo que estabas exhausta - dice en un tono de picardía — la verdad es que si estoy cansada - digo con sinceridad - mis muslos me duelen y mi vagina sigue aun palpitando. — me parece que te fue mejor de lo que esperabas. — es complicado … — que te parece si vamos a desayunar algo y me cuentas más a detalle - decido aceptar su propuesta y después de un rato llegamos hasta un pequeño restaurante en donde nos sirven un buen desayuno — ¿y bien? ¿Qué fue lo que o
César Kouris Cuando bajo de mi habitación, veo a Orlando esperando ya en la sala. —¿a quién se le ocurrió hacer una reunión de trabajo tan temprano? — Lo siento, pero tengo un vuelo en la tarde y quería dejar este trato cerrado antes de irme. — ¿tardarás en volver? — solo serán cinco días Orlando y yo salimos de casa y subimos al auto — iremos primero a la universidad Ignis - le indica al chófer. — ¿qué? ¿A qué demonios iremos allá? — pasaremos a buscar a Rowan… no te lo había dicho, pero ahora ella es mi asistente. — ¿por qué has contratado a una pasante como tu asistente? — sé que es una chica muy capaz… a demás quería apoyarla un poco, me enteré de que tiene problemas económicos. — no estaría tan seguro - digo entre dientes — ¿qué? — nada… ¿Ella te pidió el puesto? — no, fue mi idea y me costó un poco de trabajo que lo aceptará — se lo pediste ayer y hoy ya es tu asistente, no creo que te costará mucho trabajo — ¿vas a cuestionar mis decis
Una semana después Hoy es mi primer día de vacaciones universitarias y también mi primer día trabajando de tiempo completo como la asistente del señor Orlando, admito que me encanta mi trabajo, estos pocos días que llevo trabajando para él, han sido satisfactorios, es un jefe muy atento y me explica cada detalle de los proyectos, pide mi opinión en cuanto a temas de diseño, aunque me pongo muy nerviosa cuando me pide que lo acompañe a algún sitio, a pesar de que siempre tenemos algo que decir, tengo miedo de un día mi lengua comience a trabarse frente a él, por los nervios que siento al tenerlo tan cerca. Me encuentro organizando la agenda de mi jefe cuando veo un evento que me deja pensativa, sábado 13 de diciembre: fiesta de cumpleaños de Violeta Trovato. Tenía la noción de que ambas familias pertenecían al mismo círculo social, pero ahora mismo me pregunto ¿qué tan cercanas son como para que mi jefe tenga que asistir al cumpleaños de esa mocosa insoportable? . . . . . . . .
Orlando Kouris — por poco y lo dejan en vergüenza frente a nosotros - dice Paul dirigiéndose a César. — ¡cállate!— exclamó avergonzado. — es muy molesto tener que ir al cumpleaños de esa chiquilla malcriada - dice César con un gesto de aburrimiento — lo sé, pero es la hija de Octavio, además, ¿hace cuánto que no ves a Stella? ¿No te interesa verla de nuevo?.— intento animarlo — la verdad es que sí, hace mucho que no sé de ella, sería agradable verla. — ¿por qué nunca la invitaste a salir? — claro que salíamos — no me refiero a eso, ustedes dos hacían buena pareja. — solo éramos amigos, tenemos muchas cosas en común, pero ni a ella ni a mí se nos pasó la idea de ser pareja. — imagínate emparentar con Octavio, ¡qué horror!, será un excelente abogado, pero es un asco de persona, demasiado pretencioso para mi gusto. — La verdad es que nunca entendí como Stella puede pertenecer a esa familia y tener una personalidad completamente diferente. — yo también me he pre
Cuando salimos de la casa Paul insiste en dejar que Rubén me lleve de vuelta al campus. Al subir a la limusina recargo mi cabeza sobre el vidrio de la ventana mientras intento mantener mis ojos abiertos. . . . . . . — señorita Rowan! - escucho una voz que me llama una y otra vez - señorita Rowan, ¿está bien? Cuando abro los ojos veo a Rubén asomándose por la puerta del auto - señorita Rowan, ¿quiere que busque un médico? - al escuchar esas últimas palabras me enderezo de inmediato — ¿está bien? — … Si, lo siento, me quedé dormida - salgo del auto con la ayuda de Rubén. — muchas gracias por traerme — no fue nada Cuando entro a mi habitación me recuesto en la cama sin siquiera intentar quitarme el vestido, los zapatos o el maquillaje, no tengo ánimo de hacer nada ....... Mis ojos se abren cuando mi teléfono comienza a sonar y el nombre de mi jefe se ilumina en la pantalla. — ¿bueno, señor Orlando? — Rowan ¿cómo te encuentras? — muy bien, gracias. — Paul
Siento como si mi cabeza explota cuando escucho todo lo que Orlando dice mirándome a los ojos, jamás imaginé que algo así pudiera pasar, es como un sueño, uno muy bonito... Quiero sonreír, quiero besarlo y decirle que sus palabras me hacen muy feliz, que siento lo mismo por él, pero no puedo, no después de lo que hice.... yo no soy buena para él, no merezco que sienta todo eso por mí.... No puedo evitar emocionarme cuando sus labios vuelven a tocar los míos y decido corresponder a su beso, pero cuando a mi mente viene la imagen de su hermano mirándome a los ojos, lo aparto de un empujón. — lo siento— digo cuando veo su rostro confuso — ¡no!, discúlpame tú - dice mientras se levanta de la cama - creo que fui demasiado lejos. —… tú también me gustas .... es solo que ahora mi vida es tan complicada... — una leve sonrisa se dibuja en su rostro - te entiendo... y quiero que sepas que lo que dije hace un momento era verdad, voy a ayudarte a averiguar qué ha ocurrido con Stella. -..
Rowan Es domingo por la mañana, a pesar de que hay tantas cosas que hacer, no tengo el más mínimo deseo de levantarme de la cama, quiero dormir y no saber nada de nadie. Desearía sentirme feliz, el hombre de mis sueños me dijo apenas ayer que me quiere y que haría lo que fuera por verme feliz, pero no puedo evitar tener ese sentimiento de culpa, ¿cómo podría iniciar una relación con Orlando? Si cada vez que veo a César un nudo se forma en mi estómago y a mi mente vienen los recuerdos de esa noche. Tocan la puerta de mi habitación lo que me obliga a levantarme, pero cuando veo a Verónica me vuelvo a meter en la cama — ¿te sientes bien? - pregunta mientras se acomoda junto a mí — eso creo — cuéntame cómo te fue ayer en la fiesta — muy mal, no pude averiguar nada de mi hermana, una de las empleadas dice lo mismo que mi padre, que ella se fue a un viaje de negocios aunque dice que no llevo un equipaje adecuado para irse por mucho tiempo. — lo siento mucho por eso, sé que en ve