Un gusto similar

César Kouris

Cuando bajo de mi habitación, veo a Orlando esperando ya en la sala.

—¿a quién se le ocurrió hacer una reunión de trabajo tan temprano?

— Lo siento, pero tengo un vuelo en la tarde y quería dejar este trato cerrado antes de irme.

— ¿tardarás en volver?

— solo serán cinco días

Orlando y yo salimos de casa y subimos al auto

— iremos primero a la universidad Ignis - le indica al chófer.

— ¿qué? ¿A qué demonios iremos allá?

— pasaremos a buscar a Rowan… no te lo había dicho, pero ahora ella es mi asistente.

— ¿por qué has contratado a una pasante como tu asistente?

— sé que es una chica muy capaz… a demás quería apoyarla un poco, me enteré de que tiene problemas económicos.

— no estaría tan seguro - digo entre dientes

— ¿qué?

— nada… ¿Ella te pidió el puesto?

— no, fue mi idea y me costó un poco de trabajo que lo aceptará

— se lo pediste ayer y hoy ya es tu asistente, no creo que te costará mucho trabajo

— ¿vas a cuestionar mis decisiones?

— está bien, me callo... solo una cosa más ¿era necesario traerla con nosotros?

— le ofrecí que la involucraría más en los proyectos para ayudarla a tener experiencia laboral.

No tardamos mucho en llegar a la universidad, el chófer estaciona el auto frente al edificio de dormitorios

— ¡ahí está Rowan!— dice mi hermano con un ápice de emoción. Cuando echo un vistazo la veo junto a otra chica…

— oye… creo que conozco a esa chica - dice Orlando mientras observa a ambas y yo también reconozco a la otra chica, era una de las acompañantes que estuvieron en el cumpleaños de Orlando, solo me pregunto si él también se ha dado cuenta de quién se trata.

No puedo evitar mirar a Rowan, el día de hoy se ve muy hermosa. Orlando baja del auto para recibirla y cuando ella sube, intento disimular la emoción que siento al verla, actuando con indiferencia. El auto se llena del dulce aroma de su perfume el cual llevo impregnado en mis fosas nasales desde hace unos días.

Orlando comienza a hablar sin parar, se ve demasiado entusiasmado con la presencia de su nueva asistente mientras ella sonríe encantadoramente ante todo lo que mi hermano dice. De pronto, antes de llegar a la reunión, Rowan comienza a sentirse mal y mi hermano se muestra demasiado preocupado.

— pensé que no te gustaba esta chica - le digo a Orlando cuando Rowan entra al sanitario

— ¿de qué hablas?

— son muchas las atenciones que tienes con ella, a demás de la cara de idiota que pones cuando la ves - el rostro de mi hermano se enrojece levemente al escuchar mis palabras.

— está bien, ¡me gusta y mucho! - dice en un tono bajo

— ¿y por qué no me lo dijiste cuando te pregunté la primera vez?

— tampoco te lo iba a decir ahora, solo que me estás presionando

— ¿y por qué no querías decirme?

— creo que me gusta demasiado… jamás me había costado tanto trabajo insinuarme a una mujer, pero con ella es distinto, tengo miedo de que se aleje de mí… aún es muy joven y se nota que es ingenua, no quiero asustarla.... Desde hace un tiempo me he conformado solo con mirarla sentada en su escritorio, me gusta verla ahí cuando llego al trabajo, no puedo evitar sonreír cuando ella me mira.

Sabía que a mi hermano le gustaba Rowan, el problema es que a mí también me gustó desde el primer momento, creo que Orlando y yo nos parecemos más de lo que imaginamos. Podrían llamarme egoísta por haber aprovechado la oportunidad cuando la tuve en frente, esa noche cuando entre a la habitación y la vi recostada en la cama admito que fue una gran sorpresa, una mezcla de emociones me invadieron, primero me molesté cuando la vi en la cama casi desnuda, pero cuando mis dedos rozaron su suave piel, la lujuria se apoderó de mí, quería que fuera mía, quería ser el primer hombre en su vida, no me resistí y quise probar el sabor de sus labios, lo cual fue más satisfactorio de lo que pude imaginar. No quería que se arrepintiera de sus acciones, por eso le pedí que se descubriera los ojos, quería que ella deseara estar conmigo o que simplemente me rechazara, le ofrecí pagar lo acordado, pero ella no aceptó... pude notar en sus ojos el deseo que sentía en ese momento, lo cual me dio aún más ánimo. Aún recuerdo el sabor de su pie, una sonrisa se dibuja en mi rostro al recordar que no quedó una parte de su cuerpo que mis labios no hubiesen probado. Lo mejor fueron los gritos y gemidos que salían de su boca, sus manos aferradas a mi espalda, aún tengo las marcas de sus uñas en mi piel.

Podría justificar mi actuar diciendo que mi hermano no me dijo lo que sentía por ella, pero era tan evidente. A veces me pregunto por qué ella nunca me miró a mí como lo mira a él ¿nunca se dio cuenta de todo lo que provocaba en mí?

Veo una vez más la torpe sonrisa de mi hermano y cuando volteo la veo caminando hacia nosotros.

— ¿todo bien?

— sí, muchas gracias, necesitaba refrescarme un poco, solo eso.

— muy bien, entonces vamos, los clientes nos están esperando…

******

Rowan Zanella

Cuando la reunión termina, los tres volvemos a subir al auto - te dejaremos en el aeropuerto - dice el señor Orlando a su hermano

— podría haber tomado un taxi.

—para nada...

— de regreso voy a pasar a buscar a Paul

— me parece perfecto, hace mucho que no lo veo … Paul es nuestro hermano menor - dice el señor Orlando dirigiéndose a mí.

— sí, había escuchado hablar de él.

— va en la misma universidad que tú, solo que se fue de intercambio por un semestre.

— ¿en serio? Eso no lo sabía

— quizá llegaron a coincidir, tienen la misma edad.

De pronto el señor César comienza a toser como si se estuviese ahogando

— ¿estás bien?

— .. sí, no te preocupes.

Después de un par de minutos llegamos hasta el aeropuerto, ambos hermanos se despiden con un abrazo fraternal ... Jamás me había percatado de lo cercanos que son, pero bueno, son hermanos, yo también quiero mucho a mi hermana mayor.

El señor César se despide aunque a mí no me presta la mayor atención, claro, tampoco esperaba que se despidiera con un abrazo o un beso en la mejilla, solo me dedica una mirada que no sé cómo expresar, pero en ese preciso momento no pude evitar recordar cuando lo tenía sobre mí, besando mis labios y tocando mi cuerpo.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP