238. GRANDES INCERTIDUMBRES

 Ariel abrazó a su esposa con fuerza, sintiendo cómo se estremece en sus brazos. Camelia realmente estaba muy asustada de que algo saliera mal con su abuela o de que alguien pudiera hacerle algo a su esposo. Luego se sentó en medio de las dos mujeres, asegurando que no se movería de allí. No volvería a dejarlas solas.

—Ariel, ¿sabes algo de tu hermano Marlon? —preguntó su cuñada Marcia, con la preocupación reflejada en su rostro—. Ya debería estar aquí; lo dejé en la empresa con una extraña mujer que dijo tener algo que decirle sobre ti.

—¿Sobre mí? —preguntó Ariel, sin entender.

—Sí, pero como se demoraba tanto y Sofía me estaba apurando, vine primero. Pero ya han pasado tres horas y no aparece —explicó Marcia, mostrando el aparato en su mano—. Lo llamo y tiene el teléfo
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP