Capítulo 41 —El socio…Narrador:El día tan esperado por los amantes, había llegado y con ello un tumulto de sensaciones y emociones muy difíciles de controlar—Estate quieta, Oriana, o no van a poder arreglarte ese mechón rebelde que siempre te cae en la caraLe decía Sandra, mientras que la estilista trataba de ordenar el cabello de Oriana, que estaba por demás rebelde debido a los nervios—Es que no puedo dejar de temblar, Sandra, no tienes una idea de lo que pasa por dentro de mí.—No, amiga, por supuesto que no, son muchos años esperando, pero por fin lo lograste y soy muy feliz por ti.Iván también llevaba su procesión por dentro y los nervios lo estaban consumiendo.—No voy a meterte presión, pero hoy vas a ser el negocio más importante de tu vida y yo voy a ser tu socio, así que voy a vigilar muy bien esta empresa y más vale que hagas feliz a mi hija o vas a arrepentirte por el resto de tu vida.—¿En serio, Alberto, vas a hacerme esa advertencia?—¡Por fin me has tuteado!, aho
Capítulo 1 —Baile de máscarasOriana:—Vamos Oriana, no seas aguafiestas y ven, será divertido, me lo agradecerás mañanaMe había dicho mi amiga, tratando de convencerme que fuera con ella a una fiesta de antifaces en el Hotel Mirage—No, déjame Sandra, sabes que no me gustan las fiestas y menos de antifaces, eso de esconderse detrás de una máscara no es lo mío—¿No querías perder tu virginidad con el primero que te pidiera que te acostaras con él? —y sonrió, recordándome esa estupidez que dije un día pasada de copas —¿Qué mejor que con un enmascarado que no sepas quien es y, lo mejor, que no sepa quién eres? —continuó diciendo mientas se arqueaba de hombros.Por más que me pesara, si iba a cumplir mi palabra, esa era la mejor ocasión—No sé… —igual dudé—Anda, Oriana, hemos salvado todos los exámenes con las mejores notas, nos merecemos una fiesta y tú —se colgó de mis hombros —una aventura digna de contarle a tus nietos luego…Así que fuimos de compras y, unas horas después, estábam
Capítulo 2 — Revelaciones y despedidasNarrador — Recuerdos:El sol irrumpía en la habitación de Oriana, quien se desperezaba, feliz de comenzar un nuevo día. Era una niña feliz, su mayor preocupación era que el lápiz de color no se saliera del límite del dibujo. Debía ser una tranquila mañana de domingo, sin embargo la calma matutina fue irrumpida por el sonido estridente de los gritos de sus padres. Ya se había hecho habitual que discutieran, pero ese día parecía ser más serio que de costumbre.Alberto, el padre de Oriana había entrado a la cocina, donde se encontraba Isabel, su madre—Isabel, necesitamos hablar, ya no puedo seguir ignorando la verdad—¿Qué quieres decir, Alberto? —respondió ella mirando hacia arriba con una expresión de sorpresa y ansiedad —¿Qué es lo que ya no puedes ignorar?—No finjas que no sabes de que se trata —dijo con voz temblorosa, luchando por contener la ira que hervía dentro de él —No tengo ni idea de que se trata —tratando de mantener la compostura,
Capítulo 3 —Una chica muy dañadaNarrador — recuerdos:Luego de esa fatídica mañana de domingo Oriana no volvería a ser la misma—¿Porque no puedes volver a casa?Le había preguntado en una de las tantas tardes de sábado que pasaba con su padre—Eso es imposible, ya te lo he dicho cariño, son cosas de adultos, cuando lo seas lo entenderás—Yo quiero entenderlo ahora, papi—No será posible. Tienes que crecer primeroY así fueron pasando los días, las semanas, los meses y finalmente los años. Una tarde, al regresar a su casa del colegio, encontró a su madre conversando con un hombre, algo menor que ella, tal vez unos 8 o 10 años. Muy atractivo, con unos penetrantes ojos, de alta estatura y complexión atlética.— Oriana, mi vida… —su madre jamás la trataba con tanto cariño, a menos que se trajera algo entre manos —ven acércate, quiero presentarte a un buen amigo mío —y señalando al extraño dijo —él es Ivan Anderson—¿Que tal Oriana? Un placer al fin conocerte, tu madre me ha hablado much
Capítulo 4 — Una piedra en mi zapatoOriana:Cuando mi padre nos abandonó empecé a odiar a mi madre, y cuando creí que ya no podía aumentar ese sentimiento, metió un hombre en la casa. Pero no cualquier hombre, uno que era perfecto por donde se le mirara, parecía salido de una escultura de Miguel Ángel, era muy atractivo, cuerpo atlético, una altura un poco intimidante, al menos para mí, una sonrisa encantadora, donde dejaba ver sus perfectos y hermosos dientes blancos. Unos ojos color cielo que encajaban perfectamente con su penetrante mirada. Y sus manos, ¿qué decir de sus manos?, muy masculinas, pero con las uñas perfectamente cuidadas, ni una cutícula levantada, ni una uña escamada, grandes, muy grandes y venosas. Eran esas manos con las que una sueña que la acaricien. Obviamente la edad que yo tenía en ese entonces y por lo tanto el desorden hormonal que ello conlleva, eran los responsables de verlo de aquella manera. Pero yo no me podía dar ese lujo, no podía soñar con él, pues
Capítulo 5 — La fotoNarrador:Oriana pasó los siguientes días tratando de que su madre desconfiara de que Iván la engañaba. Había hecho que su padre le comprara un nuevo teléfono móvil y no le había dicho a Isabel, de esa manera le había empezado a enviar mensajes a Iván, tratando de seducirlo de manera anónima, para lograr que él cayera en la trampa y hacer que su madre lo descubriera. Fue así como el móvil de Iván sonó, interrumpiendo una importante reunión que estaba teniendo en una de sus empresas. Al ver que era un número desconocido, simplemente ignoró el mensaje y luego lo eliminó sin siquiera abrirlo. Eso frustró mucho a la joven, quien siguió insistiendo en los días venideros. Otra vez el móvil del joven timbró, pero esta vez estaba en la cocina de la casa, preparando algo de comer, mientras Oriana lo observaba del otro lado, sentada a la mesa, simulando hacer tarea.#Desconocido a IvánHola…Finalmente, dada tanta insistencia desde el mismo número, decidió abrir el mensaje,
Capítulo 6 — No me tientes…Narrador:Pasaron algunos días luego de ese intento frustrado de Oriana para hacerle caer en aquella trampa que, según ella, pondría a su madre tan enojada que terminaría echando a Iván de la casa y cancelando la boda. Pero eso no pasó y la joven se sentía en suma frustrada. Más aún cuando había empezado asentir alguna especie de atracción hacia él, ya que la ignoraba, al punto de que casi ni le hablaba, solo los buenos días y cuando se cruzaban, pues Iván procuraba casi no verla.—Señor Anderson, hay una jovencita que desea verlo —Le había dicho la secretaria en una oportunidad—¿Una jovencita? —preguntó sumamente intrigado—Sí, le dije que estaba ocupado, pero ella insiste en verloIván de inmediato sospechó que se trataba de Oriana, pero él no quería verla.—Pues dígale que no tengo tiempo, que le pida una cita a ustedCreyó que con eso había logrado que Oriana desistiera de la idea de verlo, pues pasaron unos minutos antes de que Esmeralda, la secretari
Capítulo 7 — Un rincón oscuroIván:Estaba en una reunión muy importante, discutiendo con el presidente de una gran empresa los términos para adquirirla y así poder expandirme por Latinoamérica, cuando mi móvil se iluminó advirtiéndome de un mensaje de What*sA*pp entrante. El número era desconocido, pero la foto de perfil llamó mi atención, de todas formas decidí ignorarlo y eliminarlo sin abrir. Pues pensé que se trataba de alguna broma de Richard, ya que estaba empecinado en que saliera con varias mujeres a la vez. De todas maneras, algo había en esa foto de perfil que alertó mis sentidos y me hizo sentir inquieto. Pero luego de un rato, deseche ese pensamiento de mi mente. Los días fueron pasando y el mensaje seguía llegando, normalmente bloqueaba esos números para que no me molestaran, pero ese no lo había bloqueado, no había sido capaz de hacerlo, algo me lo impedía. Esa noche había llegado a la casa y, como ya era costumbre, Isabel no se encontraba, tampoco es que me interesara,