Capítulo 4 — Una piedra en mi zapato
Oriana:
Cuando mi padre nos abandonó empecé a odiar a mi madre, y cuando creí que ya no podía aumentar ese sentimiento, metió un hombre en la casa. Pero no cualquier hombre, uno que era perfecto por donde se le mirara, parecía salido de una escultura de Miguel Ángel, era muy atractivo, cuerpo atlético, una altura un poco intimidante, al menos para mí, una sonrisa encantadora, donde dejaba ver sus perfectos y hermosos dientes blancos. Unos ojos color cielo que encajaban perfectamente con su penetrante mirada. Y sus manos, ¿qué decir de sus manos?, muy masculinas, pero con las uñas perfectamente cuidadas, ni una cutícula levantada, ni una uña escamada, grandes, muy grandes y venosas. Eran esas manos con las que una sueña que la acaricien. Obviamente la edad que yo tenía en ese entonces y por lo tanto el desorden hormonal que ello conlleva, eran los responsables de verlo de aquella manera. Pero yo no me podía dar ese lujo, no podía soñar con él, pues lo detestaba, tenía que detestarlo. Odiaba que quisiera ocupar el lugar de mi padre, aunque él lo negara una y otra vez
—¡Ya no seas majadera, Oriana! —Me había rezongado en una ocasión —yo no quiero ser tu padre, no pretendo suplantarlo, tu y yo no tenemos por qué pasar peleando, podemos llevarnos bien, no es necesario que seamos enemigos.
Pero yo no estaba dispuesta a cederle terreno, él debía irse, desaparecer de nuestras vidas. Era una molestia, una piedra en mi zapato. Por eso haría hasta lo imposible porque su vida fuera un infierno y llegara el día que solo quisiera salir corriendo. Pero sucedió todo lo contrario…
—Oriana, cariño —ya mi madre con su “cariño” me ponía sobre aviso de que algo no me iba a gustar —Iván y yo, queremos decirte algo —de inmediato le clavé una filosa mirada a esos ojos celestes, creo que se sintió intimidado, por primera vez en estos meses, bajó su cabeza, siendo incapaz de sostenerme la mirada, eso hizo que mi cerebro se confundiera, le miré de arriba abajo, y volví a fijarme en mi madre —las cosas han funcionado tan bien, que hemos decidido dar el siguiente paso…
—¿El siguiente paso? —no la dejé terminar la frase y le pregunté en un grito
—Si, cariño —¡Otra vez el “cariño”! —el siguiente paso en nuestra relación, pues vamos a casarnos —dijo mientras se colgaba de su brazo, pero él seguía siendo incapaz de mirarme y, en ese momento, eso me molestaba más que el hecho de que se casaran.
No dije nada, no podía, mis labios se habían sellado, por algún motivo me puse triste, al punto que un par de lágrimas se escaparon de mis ojos y rodaron por mis mejillas, fue allí, y recién allí, que Iván me miró por primera vez desde que mi madre me diera la nefasta noticia, pero mi tristeza no se debía a mi padre, y eso me perturbó. Sacudí la cabeza y me sequé la cara con la manga de mi blusa
—Si eso era todo… —los miré desafiante —debo ir a la casa de Sandra a estudiar
—Oriana, estamos hablando contigo… —rezongó mi madre
—Sí, eso era todo, puedes irte… —interrumpió Iván, con voz suave y soltándose del agarre de mi madre, pude ver un brillo de tristeza en sus ojos, eso me desconcertó.
Antes de que mi madre siguiera molestándome salí casi que corriendo rumbo a la casa de mi amiga
—No puedo creer que me haga esto… —lloré mientras me desparramaba en la cama de Sandra
—Tu madre es una cretina
—Iván también lo es —sentencié
—¿Iván, por qué?, él no es nada tuyo, bueno hasta que se case con tu madre, ahí será tu padrastro, pero ahora no es nada
Oír las palabras de Sandra me hizo preguntarme ¿por qué me molestaba más el hecho de que Ivan se casara a que lo hiciera mi madre? Ya no se trataba de una traición de ella hacia mi padre, se sentía como una traición de Iván hacia mí
—¡Es un maldito! —grité, Sandra me miró con sorpresa, se acercó para sentarse a mi lado
—¿A caso él te gusta?
—¿Qué…? ¡no, claro que no! —Respondí frunciendo el ceño —¿Qué clase de pregunta de mier*da es esa?
—No sé, es que te ves tan enojada con él, más que con tu mamá
—Es solo que él pasó meses diciéndome y prometiéndome que no arruinaría mi vida y hace esto
Pero en realidad yo no estaba segura de que ese fuera el motivo. Nunca me había planteado la idea de que Iván pudiera gustarme, era un absurdo, así que convencí a Sandra de ello, mientras también me convencía a mí misma, pero la semilla de la duda había sido plantada en mi mente, y esa era mi peor enemiga
—Tienes que hacer que tu madre lo eche de tu casa
—Imposible, ella necesita su dinero y él el estatus de mi madre, joder, van a casarse y no hay nada que yo pueda hacer para impedirlo
—Ninguna madre tolerará que se metan con su hija y tu madre no será la excepción
—¿De qué estás hablando, Sandra? —cuando la cabeza de mi amiga tramaba algo, hasta el mismo diablo debía asustarse
—Tienes que hacer creer a tu madre que él te acosa, que se insinúa y hace cosas impropias
—¿Te volviste loca?
—Anda, tu misma me dijiste que lo amenazaste con eso
—Sí, pero también le dije que no sería capaz de hacer semejante cosa, y no lo soy
—No lo digas, has que suceda, de esa manera no mentirás
La idea de Sandra era tan descabellada como perturbadora, la deseché de inmediato, no iba a ponerlo en esa situación y, sobre todo, no iba a ponerme a mí misma en ella. Sin embargo estaba claro que algo debía hacer para impedir ese matrimonio a como dé lugar, pues el sólo hecho de imaginarlos tomados de las manos, mientras todos los felicitan por un matrimonio que es un arreglo comercial, con una falsa sonrisa en sus rostros, y lo peor, pretendiendo que yo haga lo mismo, hacía que mi estómago se revolviera. No, eso definitivamente no sucedería, fuera como fuera, tenía que impedir esa boda. Así que pasamos toda la noche con mi amiga tramando mil y un ardides para separarlos y, luego de muchas idas y venidas, logramos tejer un plan. Ese hombre no la tendría fácil conmigo, pues estaba dispuesta a enloquecerlo.
¿Qué habrán tramado esas cabecitas locas? A mi me da un poquito de miedo, ¿a ustedes?, las leo…
Capítulo 5 — La fotoNarrador:Oriana pasó los siguientes días tratando de que su madre desconfiara de que Iván la engañaba. Había hecho que su padre le comprara un nuevo teléfono móvil y no le había dicho a Isabel, de esa manera le había empezado a enviar mensajes a Iván, tratando de seducirlo de manera anónima, para lograr que él cayera en la trampa y hacer que su madre lo descubriera. Fue así como el móvil de Iván sonó, interrumpiendo una importante reunión que estaba teniendo en una de sus empresas. Al ver que era un número desconocido, simplemente ignoró el mensaje y luego lo eliminó sin siquiera abrirlo. Eso frustró mucho a la joven, quien siguió insistiendo en los días venideros. Otra vez el móvil del joven timbró, pero esta vez estaba en la cocina de la casa, preparando algo de comer, mientras Oriana lo observaba del otro lado, sentada a la mesa, simulando hacer tarea.#Desconocido a IvánHola…Finalmente, dada tanta insistencia desde el mismo número, decidió abrir el mensaje,
Capítulo 6 — No me tientes…Narrador:Pasaron algunos días luego de ese intento frustrado de Oriana para hacerle caer en aquella trampa que, según ella, pondría a su madre tan enojada que terminaría echando a Iván de la casa y cancelando la boda. Pero eso no pasó y la joven se sentía en suma frustrada. Más aún cuando había empezado asentir alguna especie de atracción hacia él, ya que la ignoraba, al punto de que casi ni le hablaba, solo los buenos días y cuando se cruzaban, pues Iván procuraba casi no verla.—Señor Anderson, hay una jovencita que desea verlo —Le había dicho la secretaria en una oportunidad—¿Una jovencita? —preguntó sumamente intrigado—Sí, le dije que estaba ocupado, pero ella insiste en verloIván de inmediato sospechó que se trataba de Oriana, pero él no quería verla.—Pues dígale que no tengo tiempo, que le pida una cita a ustedCreyó que con eso había logrado que Oriana desistiera de la idea de verlo, pues pasaron unos minutos antes de que Esmeralda, la secretari
Capítulo 7 — Un rincón oscuroIván:Estaba en una reunión muy importante, discutiendo con el presidente de una gran empresa los términos para adquirirla y así poder expandirme por Latinoamérica, cuando mi móvil se iluminó advirtiéndome de un mensaje de What*sA*pp entrante. El número era desconocido, pero la foto de perfil llamó mi atención, de todas formas decidí ignorarlo y eliminarlo sin abrir. Pues pensé que se trataba de alguna broma de Richard, ya que estaba empecinado en que saliera con varias mujeres a la vez. De todas maneras, algo había en esa foto de perfil que alertó mis sentidos y me hizo sentir inquieto. Pero luego de un rato, deseche ese pensamiento de mi mente. Los días fueron pasando y el mensaje seguía llegando, normalmente bloqueaba esos números para que no me molestaran, pero ese no lo había bloqueado, no había sido capaz de hacerlo, algo me lo impedía. Esa noche había llegado a la casa y, como ya era costumbre, Isabel no se encontraba, tampoco es que me interesara,
Capítulo 8 —Que me lleve el diabloOriana:Nunca había tenido tanto contacto físico con Iván como ese día y era algo que me gustaba y mucho, hasta que Sandra no me había preguntado si me gustaba, no me había puesto a pensar en ello, y sí, el asunto era que me engañaba cuando decía que era por mi madre, era por Iván, él estaba quitándome el sueño. Cuando salió del café, corrí hasta alcanzarlo en el estacionamiento. Se podría decir que me había confesado que yo también le gustaba. Me tenía abrazada, pegada a su cuerpo, sentir su calor, su musculosa figura y sus grandes manos recorriendo mi espalda, generaron en mí un sinfín de espasmos, tantos que creí correrme en sus brazos sin que él lo supiera. En ese momento solo podía pensar en que quería que me besara con desesperación, tal es así que le dije que quería besarlo, que solo iría a la boda si me lo permitía hacerlo esa noche. Me dijo que sí, ¡otra vez dejó mi pelvis punzando! Para ese entonces, mi respiración era entrecortada, casi un
Capítulo 9 — Segundo padreIván:Luego de ayudar a Oriana a bajar del coche, su padre se acercó hasta él y la abrazó con fuerza, nunca vi una demostración así por parte de Isabel.—Mi ni*ña, ¿te encuentras bien? —le dijo separándose de ella y tomándole el rostro con ambas manos—Sí, papá, estoy bien… —protestó ella un poco fastidiada ante tanto afecto—Me tenías preocupado, ¿seguro no te sucedió nada? —y la besó en la frente —te ves terrible, estás traspirando y desalineada, tú no eres así, por eso te pregunto—No, papá, estoy jodidamente genial, no podría estar mejor, he pasado la mejor tarde de mi vida y eso implica desarreglarme un poco —yo miré hacia abajo tratando de disimular mi sonrisa. Ella me miró de una manera cómplice —Muchas gracias, Iván por haberme recogido y traído a casa —se acercó a mí y me depositó un beso en la mejilla, quise mat*arla en ese instante, me estaba haciendo pasar un momento muy incómodo frente a su padre, ella lo sabía, por eso lo hizo, era una especie
Capítulo 10 — La promesa…Narrador:—¿Qué hiciste que cosa, Iván? —Le había preguntado su amigo Richard —¿Acaso te has vuelto loco? ¿Irte a meter justamente con la hija de la que será tu esposa y para males de colmo menor de edad?—A mí favor diré que ella me busca y que no tiene el aspecto precisamente de una menor—Eso no es excusa, tu sabes que lo es, pero lo peor es que es la hija de Isabel —estaba furioso —¿Tienes idea en el lío que nos metes?Richard había sido el que los presentara e hiciera los arreglos pertinentes para concretar el contrato matrimonial que los uniría—No me vengas con eso ahora, Richard, tú la conocías de antes y sabías que tenía una hija y no me dijiste nada—No creí que te importara, no era relevante, lo suyo solo sería en lo legal, después cada uno haría su vida—Y es lo que hacemos, solo que está Oriana en el medio y me está volviendo loco—Si fuera otra chica, te diría que te tiraras al agua sin miedo, pues está muy bien ella, pero es la hija de tu espo
Capítulo 11 — LondresOriana:Y allí me dejó, parada debajo del muelle, esperando que volviera, pero no lo hizo. Solté a llorar con todas mis fuerzas, estaba destruida, ese beso me había destruido. Hasta ese entonces creí que solo se trataba de un juego, el interés en algo prohibido, pero luego de ese encuentro tan íntimo para mí, descubrí que era algo más, ya no solo me gustaba, me había enamorado de Iván, un hombre inalcanzable para mí y ese día había quedado demostrado, yo podría gustarle, excitarlo, pero no más que eso, nunca se enamoraría de mí, lo dejó muy claro.—Oriana, que bueno que te encuentro —escuché decir a Sandra mientras me abrazaba—¿Cómo me encontraste?—Le pregunté a tu madre… —eso me sorprendió—¿Mi madre te dijo que estaba aquí?—No, ella me dijo que no sabía, que seguramente te hubieras ido, ya sabes cómo es ella —Hizo una pausa y yo seguía sin entender —Iván me apartó y me dijo que te buscara aquí—¿Iván?—Sí, él, es más, me pidió que viniera que estaba preocupa
Capítulo 12 — Miedo a viajarNarrador:Iván se había concentrado en los negocios, ahora que estaba dentro del círculo de los aristócratas, debido a su matrimonio con Isabel, expandirlos le era muy sencillo, haciendo así que amasara una fortuna cada vez más grande.—Tenemos que viajar a Londres para ultimar los detalles por el contrato de la construcción del parque acuático—¿No puedes ir tú, Richard?—No, Iván, debes ser tú en persona, los términos fueron muy claros—Hablaré con el señor Tompson y veré si puedo cambiar eso y enviarte a ti—Eso no será posible, ya lo hemos hablado, hace dos años estamos en conversaciones y esa cláusula nunca pudo modificarse—Trataré de convencerlo—¿Qué te pasa, Iván, porque te asusta tanto viajar a Londres? —le preguntó al fin su amigo, aun sabiendo la respuesta—No me asusta nada, ¿qué podría hacerlo?, no digas tonterías—No tendrá nada que ver con que Oriana esté en esa ciudad, ¿no?—¡Claro que no! ¿Qué posibilidades hay de que la encuentre?—Si no