Durante el trayecto, la mente de Conrado se llenó de preguntas e incertidumbre. ¿Qué revelaría la investigación? ¿Encontraría respuestas o solo más preguntas? A pesar de las dudas, se aferró a la esperanza de encontrar a su hija biológica, aunque no quería perder a Grecia, porque ella era suya, la a
Cuando ella le hizo la pregunta, sus miradas se cruzaron, sin embargo, en el rostro de Conrado se reflejaron la culpa, la tristeza y el arrepentimiento, pero también algo más, algo que ella no lograba descifrar.Ante el silencio ella insistió. —Por favor no me mientas, solo responde. Él suspiró co
Salomé sintió un zumbido en sus oídos, tuvo la sensación de que su mundo se desmoronaba como si fuera un castillo de naipes. Las palabras de Conrado resonaban en su mente, sin embargo, ella se negaba a aceptar esa cruda verdad. Las lágrimas comenzaron a caer de manera copiosa de sus ojos, miró fija
—Salomé, escúchame. Sé que esto es difícil para ti, pero la situación es la que es. No tienes por qué desesperarte, ahora tienes dos hijas que necesitan de ti, una a la que has criado y amado desde que nació y otra que necesita todo tu amor y cuidado para sobrevivir. No puedes seguir pensando en nad
La propuesta de Conrado cayó como una bomba en la mente de Salomé. Aunque lo amaba con toda su alma, nunca se había planteado la posibilidad de volver a casarse, no después de lo que había vivido con Joaquín. Pero al mismo tiempo, la idea de formar una familia perfecta junto a Conrado y sus hijas
Abrió un cajón del escritorio y sacó un móvil de última generación, ella abrió los ojos sorprendida. —¿Esto? —Es un regalo para ti, no quiero que estés incomunicada, sino que podamos estar siempre en contacto —ella asintió y tomó el celular con una sonrisa—. Ahora usted y yo vamos a dormir a Fabia
Conrado interrumpió enérgicamente las palabras de la mujer, cansado de sus acusaciones y manipulaciones. —¡Ya basta, Ninibeth! No permitiré que sigas hablando de esa manera de Salomé, no solo es una mujer honesta, sino también la mujer que amo y no merece tus ataques. No puedo creer lo envenenada
Joaquín se sintió derrotado. La culpa por haber perdido a Salomé lo invadió de nuevo. Había sido un tonto al no escucharla y creer en las mentiras de su madre, si tan solo la hubiera dejado hablar, se arrepentía de no haberla escuchado, se quedó mirando a Julia con irrefrenable dolor en los ojos.