JHARED Al pasar unos pocos días, me reúno con mi amigo Bram en la cafetería. Un lugar que se ha vuelto tradición, y más aún cuando me he dado cuenta de que hablar con él me ayuda a no sentirme tan ansioso al no encontrar solución del caso de mi esposa.— Bien, está bien —deja de beber su café soltando un suspiro—, mis hombres están realizando la última búsqueda río abajo...— Está bien, ¿qué han encontrado? —le pregunto ansioso, apretando un poco el vaso en mi mano. — Nada. Mi superior quiere dar el caso por per...— Prometiste que la encontrarías —le espeto furioso golpeando el vaso contra la mesa.— Jhared—me reprende, y aprieto los dientes tratando de controlar mi molestia, que es más dirigida hacia mí que a él.— Lo siento, yo... —suspiro pasando las manos por mi cabello— necesito...— Lo sé, hermano —palmea mi hombro—, sabes que trataré de hacer todo lo posible para encontrarla...Asiento, cerrando mis ojos por unos segundos, recordando otro de aquellos días antes de que las pe
GINA.Mi pecho se hincha de alegría al verlo, y mi rostro babea al notar su pecho descubierto como todo un dios griego. Atraída por su asombroso físico, me acerco un paso hacia él sin importarme nadie más, hasta que sale de su oficina una despampanante rubia, limpiando su labial rojo corrido por su barbilla, mientras se acerca con pasos seductores, levantando con pereza su otra mano intentando ocultar sus grandes atributos que sostiene su pequeño sujetador.— Y una mierda —suelto molesta, arrepintiéndome de haber venido.Vuelvo furiosa entrando al ascensor presionando el botón del primer piso, y giro para ver su rostro, fruncir el ceño, y seguir mi mirada hacia la chica que coloca su mano en su hombro diciéndole algunas palabras que no logro escuchar, y cuando va a mirarme de nuevo, las puertas se cierran.— Te odio, Jhared Rogers —lo maldigo, frustrada, pasando las manos por mi cabello, y a los segundos, las puertas del ascensor se abren, y me encuentro de frente a Bram, quien me obs
Jhared. Al llegar frente al hospital, luego de ser avisado por mi amigo. Me apoyo contra el capo de mi auto, cruzando los brazos sobre mi pecho sin apartar la mirada de la entrada, esperando que salgan y poder aclarar algunas cosas con Gina al verla salir tan enojada de la empresa. Al pasar varios minutos, por el rabillo del ojo noto a alguien acercarse a mí, y al mirar por completo, noto cómo mi amigo Bram se acerca con sus manos levantadas como si estuviera a punto de arrestarle.— Bram, ¿dónde está...? —le pregunto mirando detrás de él, levantándome, yendo a su encuentro esperando que aparezca, pero nadie más le sigue.— Tranquilo, amigo —me palmea el hombro, y seguido coloca sus manos dentro del bolsillo de sus pantalones, mirando a un lado, transmitiendo su incomodidad—. Ella no quiere verte.— ¿Qué? —frunzo mi ceño confundido. — Pero… ¿por qué? ¿Por los guardias? Quizás me pasé un poco, pero necesitaba hablar con ella… sabes qué de las discusiones… —me detengo al notar hacia d
GINA.— Bueno, y así fue como terminé de puta.Le suelto toda mi breve historia a Adam, el bartender, quien me observa asombrado mientras mi risa suena estruendosa, por el alcohol que está haciendo su asombroso efecto de la honestidad y la “personalidad oculta” frente a varias personas.— ¡Pero calma, calma! —levanto las manos, para aclarar algunos argumentos—. Solo he estado con uno, así que soy pésima hasta en este trabajo —vuelvo a reírme escuchando cómo mis nuevos amigos de tragos se ríen junto a mí.— Vamos, pero el tipo tiene mucha plata. Si no estuviera encabronada, le pediría empleo a tu amiga —comenta la chica rubia a mi costado junto a su pareja, un moreno superalto. — ¡No! —niego, bebiendo un trago de mi vaso—. No te lo recomiendo.— Pero, ¿te gustó o no? —se cruza de brazos, sintiendo la mirada de los demás a la espera de una respuesta.— Sí, él es... —muerdo mi labio recordando su cuerpo, y la forma de tocarme. — Ardiente —bromea su esposo.— Si lo es —asiento, colocand
GINA. Agarro su mano apretándola fuerte para perder el miedo, guiándolo hacia la entrada, viendo por unos segundos el rostro molesto de Jhared mientras tira el cigarrillo al suelo presionando con su zapato, y sonrío triunfal mordiendo mi labio inferior para ocultar mi alegría. Al adentrarnos en el ascensor, mi celular repica con un nuevo mensaje y lo deslizo para leerlo, emocionada por mi venganza, notando cómo Adam apoya su mano en mi cadera acariciándola con su pulgar. Mensaje: Espero que te diviertas, pero no creo que él sea tan bueno como yo. Cuidado, lo llamas por mi nombre ;). Molesta por su mensaje, tecleo rápido para responderle, pero Adam me quita el celular levantándolo en alto para que no logre alcanzarlo. —¡Oye! —lo miro frunciendo el ceño. — Mejor mándale una foto, así se arrepentirá de haberte rechazado —me entrega de nuevo el celular y lo tomo asintiendo dudosa, pues aún no he decidido si quiero acostarme con Adam o cómo se llame. Salimos del ascensor yendo directo
Jhared.Mi cuerpo se tambalea a causa del alcohol, deteniéndose en el borde de la piscina mientras sollozo al sentir esa terrible sensación de soledad. Mi mirada se queda inerte en la piscina imaginando a mi pequeña ahogarse sin nadie que la ayude, y desesperado comienzo a quitar mis zapatos para ir a su rescate.— Anguanta Lucy —gimo viendo cómo su cuerpo comienza a hundirse, y me lanzo en la piscina buscándola desesperado, sintiendo todo girar a mi alrededor— ¡Lucy! –grito sumergiéndome en el agua, sin poder encontrarla.Subo a la superficie tomando una gran bocanada de aire, sintiendo mi cuerpo débil a causa del alcohol, y debido a ello comienzo a sumergirme sin poder luchar contra la espesa masa de agua.Será lo mejor si muero…Cuando siento todo a punto de oscurecer, unos brazos me levantan, arrastrándome a la parte baja de la piscina, dejándome encima de las escaleras.— Jhared, despierta —alguien me da una palmada en la cara, y volteo viendo a una mujer de cabello negro corto,
— ¡Muchas gracias, señor! — Bueno, veamos cómo te va esta semana de prueba —estrecha mi mano dándole una palmada para luego caminar hacia la puerta mirando a los lados—. Oh, Annie, muéstrale a Gina las instalaciones y cómo trabajamos en el restaurante.El hombre se aparta a un lado, indicando que vaya con ella, y con mi enorme sonrisa por estar a punto de conseguir mi primer empleo, salgo encontrándome de frente con una asombrosa morena de enormes ojos verdes.— ¡Hola, soy Gina! —extiendo mi mano, la cual ella mira mostrando en su rostro una sonrisa forzada.—Annie. Vamos, no tengo mucho tiempo.Comienza a andar con pasos rápidos como si fuera adrede, y contengo las ganas de soltar unas cuantas reglas de cortesía, así que solo planto una sonrisa en mi rostro mientras la sigo por un asombroso pasillo de blancas paredes, el cual parece interminable, y no logro llegar hasta el final, pues nos detenemos frente a una enorme puerta negra.— No te pierdas. Entramos en una asombrosa cocina
— Asombrosa historia, parece una novela de las dos de la tarde —bromea Ariana mientras bebemos nuestros cócteles en una pequeña mesa— entonces el famoso Adam, ¿Está libre? —pregunta observando la barra donde él se encuentra prendiendo fuego a un cóctel asombrado a las personas cercanas.Aún no he podido hablar con él, pues el bar se encuentra un poco abarrotado de personas. Su compañero nos ha atendido reconociéndome, pero no ha hecho ningún comentario.—Sí —respondo riendo—, creo que no sirves como amiga, es la única parte de la historia que escuchaste —le comento bebiendo un sorbo de mi trago, mirando alrededor para ver si están mis amigos de tragos de la última vez.— ¡No! —se ríe a carcajadas dándome un golpecito en el hombro, causando que bote un poco mi cóctel en la mesa— solo pienso que deberías ser un poco más… ¿Rebelde? — ¿Por qué lo dices? —le pregunto frunciendo el ceño.— Mira, no será fácil este trabajo, y ese súper hombre por el que estás desvelada, te está ofreciendo m