Jhared.Mi cuerpo se tambalea a causa del alcohol, deteniéndose en el borde de la piscina mientras sollozo al sentir esa terrible sensación de soledad. Mi mirada se queda inerte en la piscina imaginando a mi pequeña ahogarse sin nadie que la ayude, y desesperado comienzo a quitar mis zapatos para ir a su rescate.— Anguanta Lucy —gimo viendo cómo su cuerpo comienza a hundirse, y me lanzo en la piscina buscándola desesperado, sintiendo todo girar a mi alrededor— ¡Lucy! –grito sumergiéndome en el agua, sin poder encontrarla.Subo a la superficie tomando una gran bocanada de aire, sintiendo mi cuerpo débil a causa del alcohol, y debido a ello comienzo a sumergirme sin poder luchar contra la espesa masa de agua.Será lo mejor si muero…Cuando siento todo a punto de oscurecer, unos brazos me levantan, arrastrándome a la parte baja de la piscina, dejándome encima de las escaleras.— Jhared, despierta —alguien me da una palmada en la cara, y volteo viendo a una mujer de cabello negro corto,
— ¡Muchas gracias, señor! — Bueno, veamos cómo te va esta semana de prueba —estrecha mi mano dándole una palmada para luego caminar hacia la puerta mirando a los lados—. Oh, Annie, muéstrale a Gina las instalaciones y cómo trabajamos en el restaurante.El hombre se aparta a un lado, indicando que vaya con ella, y con mi enorme sonrisa por estar a punto de conseguir mi primer empleo, salgo encontrándome de frente con una asombrosa morena de enormes ojos verdes.— ¡Hola, soy Gina! —extiendo mi mano, la cual ella mira mostrando en su rostro una sonrisa forzada.—Annie. Vamos, no tengo mucho tiempo.Comienza a andar con pasos rápidos como si fuera adrede, y contengo las ganas de soltar unas cuantas reglas de cortesía, así que solo planto una sonrisa en mi rostro mientras la sigo por un asombroso pasillo de blancas paredes, el cual parece interminable, y no logro llegar hasta el final, pues nos detenemos frente a una enorme puerta negra.— No te pierdas. Entramos en una asombrosa cocina
— Asombrosa historia, parece una novela de las dos de la tarde —bromea Ariana mientras bebemos nuestros cócteles en una pequeña mesa— entonces el famoso Adam, ¿Está libre? —pregunta observando la barra donde él se encuentra prendiendo fuego a un cóctel asombrado a las personas cercanas.Aún no he podido hablar con él, pues el bar se encuentra un poco abarrotado de personas. Su compañero nos ha atendido reconociéndome, pero no ha hecho ningún comentario.—Sí —respondo riendo—, creo que no sirves como amiga, es la única parte de la historia que escuchaste —le comento bebiendo un sorbo de mi trago, mirando alrededor para ver si están mis amigos de tragos de la última vez.— ¡No! —se ríe a carcajadas dándome un golpecito en el hombro, causando que bote un poco mi cóctel en la mesa— solo pienso que deberías ser un poco más… ¿Rebelde? — ¿Por qué lo dices? —le pregunto frunciendo el ceño.— Mira, no será fácil este trabajo, y ese súper hombre por el que estás desvelada, te está ofreciendo m
Jhared.— Mira y escucha, esto es entre ella y yo.Me dice el muy imbécil con su cara de payaso, luego de que un día antes hubiéramos tenido una pequeña conversación, para impedirle que se acercara a Gina, pues el muy idiota tiene esposa y para colmo está esperando un hijo. Suelto una risa seca llena de sarcasmo, pero mi mirada se vuelve sombría cuando lo veo jalar a Gina detrás de él como si le perteneciera, y noto cómo ya varias miradas están puestas en nosotros.— ¿No agarras consejo o eres sordo? Te dije que no te acercaras a ella — Me acerco un paso agarrando al sujeto por la camisa, sorprendiéndolo al igual que las personas alrededor que sueltan jadeos asustados levantándose algunos de sus asientos.— ¿¡Qué, qué!? —escucho el grito alterado de Gina— ¿Qué tú le prohibiste verme? Miro a Gina de reojo, quien me mira echado humo por el enojo, pero yo me concentro en él idiota para luego más tarde hablar con ella y explicarle lo sucedido.— ¿Te crees muy hombrecito? Pues pelea —dic
GINA.No sabría decirles si estas enfermedades se dan de repente, pero ahora que estoy junto a él en su auto, me siento con claustrofobia, escopofobia, ninfomanía, alexitimia ¡Dios! Necesito salir de aquí o te juro que me lanzaré encima de él y arrancaré toda su ropa.— Gina.— ¡Sí! —grito asustada e inconscientemente, mirando su rostro que me observa confundido por mi respuesta sin sentido—. Perdón, dime.— Quería disculparme contigo… Detiene el auto frente a un semáforo en rojo y entrelazo mis manos para controlar los nervios mientras miro a un lado, encogiendo mis hombros para no darle importancia al asunto y no causar más incomodidad. — No te preocupes, ya te superé —sonrío elevando un poco la comisura de mis labios, los cuales no parecen muy normales.— Claro, pero de igual forma —siento su mirada en mi rostro, pero lo esquivo para no dejar ver mis mejillas sonrosadas que muestran lo afectada que estoy por sus palabras— perdón por cómo terminaron las cosas, eres una mujer que t
Jhared.Quizás me esté pasando un poco de la raya al intentar persuadir con pequeñas caricias para que volvamos a estar juntos, pero ahora que la he vuelto a ver, me siento deseoso de volverla a tener entre mis brazos. Al marcharse su amiga, noto cómo su cuerpo se tensa, y antes de girar suelta una suave respiración, y yo sonrío al saber que ella se contiene de expresar lo que siente. Al igual que en el auto, supe que ella sentía la misma tensión sexual que yo al estar solos.— Uf… —ella ríe nerviosa mirándome de reojo— creo que me llene. Observo su plato recién comenzado, y me giro en mi asiento agarrando su tenedor, pinchando algo de su comida, y seguido extendiéndola hacia su boca.— Termina de comer, Gina. No es necesario huir —continúo, y ella observa el tenedor que apunta hacia su boca—, no haré ningún comentario o intentaré algo. Seamos amigos.Ella ladea una pequeña sonrisa, acercando su boca a la porción extendida, y yo contengo mi sonrisa de triunfo, viendo cada movimiento
GINA.Ignoro todo pensamiento de autocrítica, y acepto lo que más deseaba. Estar en sus brazos. No me arrepentiré de mi decisión y disfrutaré lo más que pueda de todos los momentos que pase junto a él. Es el momento de aceptar lo que más deseo.Al pronunciar aquellas palabras, él me observa perplejo. ¿Y quién no lo haría cuando lo había rechazado y hasta golpeado? — Hermosa, no juegues conmigo.Dice mirando fijamente mis ojos, seguido a mis labios, lamiendo los suyos, causando que la temperatura en el auto aumente.— No lo hago —trago nerviosa, observando cómo su mano se desliza por mi mejilla, acariciándola con su pulgar.— Ven acá. Desliza su otra mano en mi cintura, acercando más nuestros cuerpos, al igual que nuestros labios, que al tocarse de nuevo, brotan de ellos gemidos y gruñidos por el fuerte deseo acumulado.Su boca comienza a deslizarse lentamente por mi barbilla, dejando suaves besos, y cierro mis ojos cuando ellos bajan hacia mi cuello, dejando pequeños mordiscos mient
JharedSonrío al ver su cara sonrojada mientras acomoda su ropa, apartándose de encima de mí a punto de derribarme al suelo, lista para huir, pero tomo su mano, la cual jala sin mirarme.— Suéltame, suéltame —me mira nerviosa por unos segundos, y la jalo con fuerza, sentándola encima de mí. —¡Jhared! —me susurra acompañado de un chillido.— Vamos a mi habitación, no pienso dejarte ir mostrando tus pechos a todas las personas —le comento con una sonrisa divertida, y ella me observa de igual forma detallando mi rostro por unos segundos, los cuales me hacen sentir un poco incómodo.— Está bien —suelta una risilla.La ayudo a levantarse colocando mis manos en su pequeña cintura, y ella se aparta tomando una de mis manos, jalándome hacia mi habitación casi a punto de correr.Subimos las escaleras, y como buen inspector de áreas observo su trasero balancearse frente a mí mientras subimos.Al entrar a la habitación, ella suelta mi mano deteniéndose a un lado para dejarme pasar, pero me acerc