Jhared.— Mira y escucha, esto es entre ella y yo.Me dice el muy imbécil con su cara de payaso, luego de que un día antes hubiéramos tenido una pequeña conversación, para impedirle que se acercara a Gina, pues el muy idiota tiene esposa y para colmo está esperando un hijo. Suelto una risa seca llena de sarcasmo, pero mi mirada se vuelve sombría cuando lo veo jalar a Gina detrás de él como si le perteneciera, y noto cómo ya varias miradas están puestas en nosotros.— ¿No agarras consejo o eres sordo? Te dije que no te acercaras a ella — Me acerco un paso agarrando al sujeto por la camisa, sorprendiéndolo al igual que las personas alrededor que sueltan jadeos asustados levantándose algunos de sus asientos.— ¿¡Qué, qué!? —escucho el grito alterado de Gina— ¿Qué tú le prohibiste verme? Miro a Gina de reojo, quien me mira echado humo por el enojo, pero yo me concentro en él idiota para luego más tarde hablar con ella y explicarle lo sucedido.— ¿Te crees muy hombrecito? Pues pelea —dic
GINA.No sabría decirles si estas enfermedades se dan de repente, pero ahora que estoy junto a él en su auto, me siento con claustrofobia, escopofobia, ninfomanía, alexitimia ¡Dios! Necesito salir de aquí o te juro que me lanzaré encima de él y arrancaré toda su ropa.— Gina.— ¡Sí! —grito asustada e inconscientemente, mirando su rostro que me observa confundido por mi respuesta sin sentido—. Perdón, dime.— Quería disculparme contigo… Detiene el auto frente a un semáforo en rojo y entrelazo mis manos para controlar los nervios mientras miro a un lado, encogiendo mis hombros para no darle importancia al asunto y no causar más incomodidad. — No te preocupes, ya te superé —sonrío elevando un poco la comisura de mis labios, los cuales no parecen muy normales.— Claro, pero de igual forma —siento su mirada en mi rostro, pero lo esquivo para no dejar ver mis mejillas sonrosadas que muestran lo afectada que estoy por sus palabras— perdón por cómo terminaron las cosas, eres una mujer que t
Jhared.Quizás me esté pasando un poco de la raya al intentar persuadir con pequeñas caricias para que volvamos a estar juntos, pero ahora que la he vuelto a ver, me siento deseoso de volverla a tener entre mis brazos. Al marcharse su amiga, noto cómo su cuerpo se tensa, y antes de girar suelta una suave respiración, y yo sonrío al saber que ella se contiene de expresar lo que siente. Al igual que en el auto, supe que ella sentía la misma tensión sexual que yo al estar solos.— Uf… —ella ríe nerviosa mirándome de reojo— creo que me llene. Observo su plato recién comenzado, y me giro en mi asiento agarrando su tenedor, pinchando algo de su comida, y seguido extendiéndola hacia su boca.— Termina de comer, Gina. No es necesario huir —continúo, y ella observa el tenedor que apunta hacia su boca—, no haré ningún comentario o intentaré algo. Seamos amigos.Ella ladea una pequeña sonrisa, acercando su boca a la porción extendida, y yo contengo mi sonrisa de triunfo, viendo cada movimiento
GINA.Ignoro todo pensamiento de autocrítica, y acepto lo que más deseaba. Estar en sus brazos. No me arrepentiré de mi decisión y disfrutaré lo más que pueda de todos los momentos que pase junto a él. Es el momento de aceptar lo que más deseo.Al pronunciar aquellas palabras, él me observa perplejo. ¿Y quién no lo haría cuando lo había rechazado y hasta golpeado? — Hermosa, no juegues conmigo.Dice mirando fijamente mis ojos, seguido a mis labios, lamiendo los suyos, causando que la temperatura en el auto aumente.— No lo hago —trago nerviosa, observando cómo su mano se desliza por mi mejilla, acariciándola con su pulgar.— Ven acá. Desliza su otra mano en mi cintura, acercando más nuestros cuerpos, al igual que nuestros labios, que al tocarse de nuevo, brotan de ellos gemidos y gruñidos por el fuerte deseo acumulado.Su boca comienza a deslizarse lentamente por mi barbilla, dejando suaves besos, y cierro mis ojos cuando ellos bajan hacia mi cuello, dejando pequeños mordiscos mient
JharedSonrío al ver su cara sonrojada mientras acomoda su ropa, apartándose de encima de mí a punto de derribarme al suelo, lista para huir, pero tomo su mano, la cual jala sin mirarme.— Suéltame, suéltame —me mira nerviosa por unos segundos, y la jalo con fuerza, sentándola encima de mí. —¡Jhared! —me susurra acompañado de un chillido.— Vamos a mi habitación, no pienso dejarte ir mostrando tus pechos a todas las personas —le comento con una sonrisa divertida, y ella me observa de igual forma detallando mi rostro por unos segundos, los cuales me hacen sentir un poco incómodo.— Está bien —suelta una risilla.La ayudo a levantarse colocando mis manos en su pequeña cintura, y ella se aparta tomando una de mis manos, jalándome hacia mi habitación casi a punto de correr.Subimos las escaleras, y como buen inspector de áreas observo su trasero balancearse frente a mí mientras subimos.Al entrar a la habitación, ella suelta mi mano deteniéndose a un lado para dejarme pasar, pero me acerc
GINA. Me detengo frente a la entrada del trabajo con diez minutos de antelación, y al parecer no soy la única, pues noto al chico rubio de la otra vez junto con su amigo conversando animados, y al notarme se acercan inspeccionando mi cuerpo como si no creyesen que esté frente a ellos. — Pensé que no regresarías hoy —comenta el rubio, cruzándose de brazos con una sonrisa insolente—, por cierto, me presento, soy Ro… — Cabeza de rodillo —escucho la voz de Ariana, causando que yo sonría aliviada de tener compañía, y más cuando ayer tuvo algo que ver en mi decisión con Jhared, y con lo tranquila y feliz que me siento. — Ronan, me llamo Ronan —vuelve a decir el rubio extendiendo su mano hacia mí, la cual Ariana, acercándose, aparta dándole un manotazo. — No eres competencia, cabeza de rodillo —lo mira sobre su hombre, y gira de nuevo hacia mí, mirándome preocupada—. ¿Por qué has venido a trabajar? No me digas que has arruinado todo mi plan de darte un buen futuro —se tapa con una de s
Jhared.Una pequeña sonrisa se forma en mi rostro mientras observo a Gina, detallando cada curva de su cuerpo en aquel vestido, imaginando miles de escenarios en mi cabeza, en cómo podría quitárselo para revelar toda su desnudez.— Rogers.Una chica rubia se atraviesa en mi campo de visión y frunzo el ceño confundido, al ver cómo de forma intrépida agarra mi mano entre las suyas, causando que sus mejillas se sonrojen. — Sr. Rogers, ¿cómo estás?Giro mi rostro, viendo a Lionel Magrina, mi antiguo socio y actual competidor en el mercado de la publicidad, con quien tuve que aprender a identificar los verdaderos amigos cuando robó una campaña publicitaria para despegar su negocio. No le guardo rencor, pero sé a qué debo atenerme al estar en el mismo lugar que él. — Magrina —estrecho su mano extendida, soltando la de la chica que no deja de mirarme embelesada, haciendo que me sienta incómodo, y más aún cuando Gina aparta la mirada de nosotros, causando en mí una extraña sensación de inco
Gina. Me quedo sola a la espera de más clientes, con mi cara de mal humor al no poder controlar mis emociones al saber que Jhared está involucrado con otra chica. Seguro fue quien lo llamó ayer e ignoró por estar conmigo, y aunque me haya escogido, me niego a aceptar un contrato de ser solo su chica y que él pueda revolcarse con quien quiera. — Gina… Giro ante la mención de mi nombre, viendo a Jhared acercarse con su madre a varios pasos detrás de él. — ¿Jhared? —pregunto confundida al verlo salir de nuevo. —Vamos de aquí. — ¿Pero qué...? ¡Aaaaaaaah! Él me levanta en sus brazos nuevamente como si fuera un saco de patatas, sin darme tiempo a reaccionar, solo chillar del susto. Trato de aferrarme a sus caderas mientras el mundo me da vueltas. Él sigue caminando, y escuchamos la voz de su madre regañándolo. — Jhared… —gimo tapando mi boca, pero él me ignora, deteniéndose frente a un auto, y acomodando lentamente mi cuerpo para quedar de pie frente a él, o eso parece. — Sube —