Gina. Me quedo sola a la espera de más clientes, con mi cara de mal humor al no poder controlar mis emociones al saber que Jhared está involucrado con otra chica. Seguro fue quien lo llamó ayer e ignoró por estar conmigo, y aunque me haya escogido, me niego a aceptar un contrato de ser solo su chica y que él pueda revolcarse con quien quiera. — Gina… Giro ante la mención de mi nombre, viendo a Jhared acercarse con su madre a varios pasos detrás de él. — ¿Jhared? —pregunto confundida al verlo salir de nuevo. —Vamos de aquí. — ¿Pero qué...? ¡Aaaaaaaah! Él me levanta en sus brazos nuevamente como si fuera un saco de patatas, sin darme tiempo a reaccionar, solo chillar del susto. Trato de aferrarme a sus caderas mientras el mundo me da vueltas. Él sigue caminando, y escuchamos la voz de su madre regañándolo. — Jhared… —gimo tapando mi boca, pero él me ignora, deteniéndose frente a un auto, y acomodando lentamente mi cuerpo para quedar de pie frente a él, o eso parece. — Sube —
Jhared.Me cruzo de brazos con impaciencia, observando la presentación de varios de mis empleados, mostrando posibles campañas para mejorar el negocio, nuevos clientes potenciales, y en una de las explicaciones tocan la puerta, y seguido se asoma Joe con una sonrisa de disculpa.— Buenas tardes a todos —saluda a los presentes, y al indicarle que puede ingresar, se acerca con una sonrisa cómplice— llegó la señorita para la entrevista. Me levanto de mi asiento, emocionado, y al ver la mirada intrigante de los presentes, acomodo mi corbata, retrasando mi huida.— Pospondremos la reunión para mañana, y por favor busquen más ideas —comento saliendo de la sala de reuniones, seguido por Joe, quien al llegar junto a Gina, se queda observándonos con una gran sonrisa como si fuéramos su telenovela favorita.Ella mira sus zapatos nerviosa y callada, cruzando las manos alrededor de su cuerpo.— ¿Joe? —Miro a mi recepcionista, enarcando mi ceja, y él se apresura a entrar al elevador. Regreso mi
GINA.— Son dos brujas.Miro asombrada mi reflejo en el espejo, mientras Ariana y Jenny me miran felices de sus resultados, y no está de más decir que me siento en un cuento de hada al ver mi aspecto, parezco una princesa que vive llena de grandes lujos, y canta con los animales.Mi cabello se encuentra en un moño alto, dejando salir algunas hebras que caen onduladas, dándole a mi rostro un aspecto angelical y más aún acompañado de un maquillaje realizado por Jenny, que hace resaltar mis ojos como si me hubiera colocado lentes de contacto verdes.— Deberíamos montar un salón de belleza —comenta Jenny, observándome de arriba abajo.— Es cierto, hay que emprender —concuerda Ariana, colocándose a mi costado y extendiéndome unos aretes dorados que resaltan en mi vestido color champán, el cual deja al descubierto mis hombros y espalda, cayendo en una suave cascada que al caminar muestra mis piernas con hermosos tacones a juego con las bisuterías.— Bueno, tu pago será construirnos nuestro
JHARED. Siento una rabia indescriptible que recorre todo mi cuerpo cuando veo a Richard acercarse y pedirle un baile a Gina. Cuando están en la pista, noto cómo su mano toca su espalda desnuda. Le hace algunos comentarios, causando que ella sonría nerviosa, mirando unos segundos hacia mí antes de volver a mirarlo con una gran sonrisa. Cierro mis ojos por unos segundos, aguantando las ganas de ir y arrancarla de sus brazos, así que me levanto de mi asiento sin mirarla de nuevo caminando hacia la salida, sintiendo unas ganas de descargar esta molesta sensación con alguien. — M****a —gruño, y una mano toca mi hombro, tensando mi cuerpo. — Hijo. Al escuchar aquella voz, volteo aliviado, mirando aquellos ojos que han vivido más que los míos. Me acerco, abrazándolo emocionado, escuchando su sonora risa. — Cada vez que te veo te pareces más a mí —comenta palmeando mi espalda y apartándose para mirarme. — Madre y tú desaparecieron cuando iniciaron la inauguración —comento, y él suelta
GINA.Me enrollo en una de las mantas encima de mí sofa en la sala, tratando de concentrarme en la película, pues el dolor de cólico menstrual no me ha dejado de fastidiar. Aprieto mis labios en una dura línea, pensando en que me fui sin despedirme de Jhared, pues me comentaron que estaba ocupado y que demoraría, así que Richard me acompañó de forma muy respetuosa, y en el camino me compro algunos analgésicos que aún no han hecho su efecto. Mis amigas me comentaron para quedarse conmigo esta noche, pero preferí estar sola, pues me siento como una poseída, con cambios de humor, y sé que no sería una agradable compañía.Un fuerte dolor me atraviesa, y gimo presionando mis párpados mientras muerdo con fuerza la cobija , sintiendo unas ganas terribles de cortarme en dos.—Por favor… —gimo aguantando un sollozo— no tan fuerte… Unos fuertes golpes resuenan en la puerta, causando que me enoje fastidiada. Me levanto al escuchar que continúan, y abro la puerta molesta, encontrándome con la m
Jhared.Me despierto observando cómo ella duerme tranquila, luego de tener una noche llena de incomodidad. Miro sus labios rosados rellenos y su piel sonrojada. Contengo las ganas de tocarla con miedo a despertarla, así que me levanto con cuidado, cubriéndola aún más con la cobija. Agarro mis zapatos y camino fuera de la habitación, dándole un último vistazo donde su mano de forma inconsciente palmea el lugar que ocupaba hace unos segundos. Salgo de su departamento, marcando el número de la agencia de su amiga Jenny, sin saber a quién más consultar, pues aún no tengo asistente o una amiga a quien acudir. — ¿Buenos días, Sr. Rogers…? —escucho su voz confundida, y algo adormecida. — ¿Todo bien con Gi… su chica? —pregunta dudosa.— Buenos días, sí, sí… —me quedo callado unos segundos sin saber cómo comenzar— quería pedirle un favor…— Oh, claro, ¿en qué puedo ayudarle? —pregunta aun transmitiendo su incomodidad.— Gracias, señorita —respondo, continuando mi camino hacia el ascensor— qu
GINA.Ha pasado más de una semana sin saber nada de él, y quizás piense que no lo extrañe tanto por estar pendiente de mis necesidades, pero es todo lo contrario. Me quedé encerrada en mi departamento todo este tiempo, pues tenía dinero suficiente para sobrevivir sin salir, y es algo que me perturba, pues sigo dependiendo de él… y no debería hacerlo, ni tampoco extrañarlo de esta manera.Me acerco a la alcoba, siendo recibida por un hermoso atardecer, y cierro mis ojos tomando una gran bocanada de aire, escuchando de repente mi celular repicar, causando que mis latidos se aceleran, y camino rápidamente atendiendo sin ver quién era.— ¡Hola! —respondo animada.— No sabía que me extrañabas tanto —escucho la voz de Bram, y siento mi cuerpo decaer mientras camino de vuelta a la alcoba.— Hola, Bram —comento apoyando mi cadera contra la pared.— Ahora sí, justo quería hablar contigo, Gina —bromea, y escucho una risa de una chica a lo lejos—. Quería hacerte una invitación, para que vengas a
GINA.Una suave caricia recorre mi espalda, erizando los vellos de mi cuerpo, y sonrío en respuesta, reconociendo su toque. Giro mi rostro hacia él, encontrándome con su mirada ambiciosa que observa mis labios, y luego me acerca hacia él, uniéndonos de nuevo en medio de su gran cama.Roza levemente con su boca la mía, y cierro mis ojos ansiosa por volver a sentir su toque, el cual llega en unos segundos, pero de una forma delicada, mordiendo y lamiendo mis labios como si los estuviera explorando por primera vez.— Jhared… —susurro su nombre cuando comienza a dejar besos por mi barbilla, y con mis manos me aferro a sus hombros para sostenerme aunque estemos en su cama, desnudos luego de haber disfrutado de un gran sexo hace unos minutos, pero al parecer los dos nos sentimos insaciables, pues nuestro deseo crece volviendo a explorar nuestros cuerpos.— Quédate esta noche… —me mira fijamente, y mi corazón comienza a latir acelerado, sintiendo que en cualquier momento saldrá de mi pecho,