JHARED. Siento una rabia indescriptible que recorre todo mi cuerpo cuando veo a Richard acercarse y pedirle un baile a Gina. Cuando están en la pista, noto cómo su mano toca su espalda desnuda. Le hace algunos comentarios, causando que ella sonría nerviosa, mirando unos segundos hacia mí antes de volver a mirarlo con una gran sonrisa. Cierro mis ojos por unos segundos, aguantando las ganas de ir y arrancarla de sus brazos, así que me levanto de mi asiento sin mirarla de nuevo caminando hacia la salida, sintiendo unas ganas de descargar esta molesta sensación con alguien. — M****a —gruño, y una mano toca mi hombro, tensando mi cuerpo. — Hijo. Al escuchar aquella voz, volteo aliviado, mirando aquellos ojos que han vivido más que los míos. Me acerco, abrazándolo emocionado, escuchando su sonora risa. — Cada vez que te veo te pareces más a mí —comenta palmeando mi espalda y apartándose para mirarme. — Madre y tú desaparecieron cuando iniciaron la inauguración —comento, y él suelta
GINA.Me enrollo en una de las mantas encima de mí sofa en la sala, tratando de concentrarme en la película, pues el dolor de cólico menstrual no me ha dejado de fastidiar. Aprieto mis labios en una dura línea, pensando en que me fui sin despedirme de Jhared, pues me comentaron que estaba ocupado y que demoraría, así que Richard me acompañó de forma muy respetuosa, y en el camino me compro algunos analgésicos que aún no han hecho su efecto. Mis amigas me comentaron para quedarse conmigo esta noche, pero preferí estar sola, pues me siento como una poseída, con cambios de humor, y sé que no sería una agradable compañía.Un fuerte dolor me atraviesa, y gimo presionando mis párpados mientras muerdo con fuerza la cobija , sintiendo unas ganas terribles de cortarme en dos.—Por favor… —gimo aguantando un sollozo— no tan fuerte… Unos fuertes golpes resuenan en la puerta, causando que me enoje fastidiada. Me levanto al escuchar que continúan, y abro la puerta molesta, encontrándome con la m
Jhared.Me despierto observando cómo ella duerme tranquila, luego de tener una noche llena de incomodidad. Miro sus labios rosados rellenos y su piel sonrojada. Contengo las ganas de tocarla con miedo a despertarla, así que me levanto con cuidado, cubriéndola aún más con la cobija. Agarro mis zapatos y camino fuera de la habitación, dándole un último vistazo donde su mano de forma inconsciente palmea el lugar que ocupaba hace unos segundos. Salgo de su departamento, marcando el número de la agencia de su amiga Jenny, sin saber a quién más consultar, pues aún no tengo asistente o una amiga a quien acudir. — ¿Buenos días, Sr. Rogers…? —escucho su voz confundida, y algo adormecida. — ¿Todo bien con Gi… su chica? —pregunta dudosa.— Buenos días, sí, sí… —me quedo callado unos segundos sin saber cómo comenzar— quería pedirle un favor…— Oh, claro, ¿en qué puedo ayudarle? —pregunta aun transmitiendo su incomodidad.— Gracias, señorita —respondo, continuando mi camino hacia el ascensor— qu
GINA.Ha pasado más de una semana sin saber nada de él, y quizás piense que no lo extrañe tanto por estar pendiente de mis necesidades, pero es todo lo contrario. Me quedé encerrada en mi departamento todo este tiempo, pues tenía dinero suficiente para sobrevivir sin salir, y es algo que me perturba, pues sigo dependiendo de él… y no debería hacerlo, ni tampoco extrañarlo de esta manera.Me acerco a la alcoba, siendo recibida por un hermoso atardecer, y cierro mis ojos tomando una gran bocanada de aire, escuchando de repente mi celular repicar, causando que mis latidos se aceleran, y camino rápidamente atendiendo sin ver quién era.— ¡Hola! —respondo animada.— No sabía que me extrañabas tanto —escucho la voz de Bram, y siento mi cuerpo decaer mientras camino de vuelta a la alcoba.— Hola, Bram —comento apoyando mi cadera contra la pared.— Ahora sí, justo quería hablar contigo, Gina —bromea, y escucho una risa de una chica a lo lejos—. Quería hacerte una invitación, para que vengas a
GINA.Una suave caricia recorre mi espalda, erizando los vellos de mi cuerpo, y sonrío en respuesta, reconociendo su toque. Giro mi rostro hacia él, encontrándome con su mirada ambiciosa que observa mis labios, y luego me acerca hacia él, uniéndonos de nuevo en medio de su gran cama.Roza levemente con su boca la mía, y cierro mis ojos ansiosa por volver a sentir su toque, el cual llega en unos segundos, pero de una forma delicada, mordiendo y lamiendo mis labios como si los estuviera explorando por primera vez.— Jhared… —susurro su nombre cuando comienza a dejar besos por mi barbilla, y con mis manos me aferro a sus hombros para sostenerme aunque estemos en su cama, desnudos luego de haber disfrutado de un gran sexo hace unos minutos, pero al parecer los dos nos sentimos insaciables, pues nuestro deseo crece volviendo a explorar nuestros cuerpos.— Quédate esta noche… —me mira fijamente, y mi corazón comienza a latir acelerado, sintiendo que en cualquier momento saldrá de mi pecho,
JHARED.Apoyo mi espalda en el respaldo de mi silla, colocando mi cabeza hacia atrás, cerrando los ojos para realizar como un pequeño ritual para soportar la reunión que se avecina. Quisiera llamar a Gina, pues sé que ella me ayudaría a relajarme, aparte de que su compañía me agrada más de lo que debería, pero ahora ha encontrado un trabajo con el cual está muy emocionada, y por el cual debería alegrarme, pero soy un tanto egoísta al pensar que ya no quiera seguir con nuestro trato, pues yo le ofrezco dinero y placer, algo que puede encontrar en otra persona… Estoy jodido.Llaman a la puerta con toques tímidos, y suspiro volviendo a mi posición anterior, indicando qué puede pasar. — Se-señor Rogers —se asoma mi nueva secretaria, mostrando su largo cabello rubio trenzado y sus enormes gafas que combinan con su vestimenta al estilo de una oficinista en los sesenta— la señorita Alina Jones, acaba de llegar.Me levanto de golpe a punto de ir para hablar con ella sobre sus acciones que p
GINA. Me detengo nerviosa en la puerta, observando lo alterado que se encuentra con tan solo mirar sus penetrantes ojos verdes. Se acerca en silencio hacia mí, pasando por mi lado sin dirigirme otra mirada, sintiendo que hice algo que no debía. — Jhared… —susurro nerviosa, sin saber por qué él se encuentra tan alterado. Giro para mirarlo, y cierra la puerta con seguro— me están esperando… — ¿Sí? —pregunta, acercándose a mí amenazante, y trato de dar un paso hacia atrás pero me jala por el abrigo pegandome a su cuerpo en donde apoyo mis manos en sus duros pectorales sintiendo los latidos de su corazón acelerados— seguirá esperando. Une sus labios con los míos, y suelto un gemido sorprendida, aferrándome a su cuello sin poder resistirme. Él devora mis labios atrapándolo entre sus dientes para apartarse unos segundos, dejando libre mi labio, no sin antes dejar un pequeño mordisco. — Eres mía, Gina. No espera una respuesta de mi parte, y solo vuelve a besarme levantándome en sus br
GINA.Observo a la señora Olivia moverse en la cocina, preparando mi almuerzo,sin dejar que la ayude, pues Jhared le dejo específicas reglas sobre mi cuidado, y lo que no debía hacer. Ayer por la mañana, al ver que no podía quedarse junto a mí, él contrató a la señora, para qué se encargará todo respecto a la casa y a mí, sin agregar que también hay un guardia de seguridad en la puerta, como si se tratase de una prisión. Me apoyo contra el respaldo del sofá, viendo una película en el enorme televisor que cuelga en la pared, mientras me llega el delicioso olor de la comida, causando que mi estómago gruña, y si no fuera por una repentina llamada en mi celular, ya estuviera robando cualquier aperitivo de la nevera.Agarro el celular, viendo que tengo una llamada entrante de mi madre, y frunzo el ceño confundida, atendiendo sin esperar un segundo más.— ¿Hola? ¿Mamá? —pregunto dudosa.— ¡Mi bebé! —contesta feliz—. ¿Cómo estás? Tu amiga Jenny me contó que tuviste un pequeño accidente —com