Más tarde en la villa de Isabella, el CEO salió de su junta y subió a buscar a la madre de sus hijos. Solo que ella ya no se encontraba en su habitación, sabía que solo podía estar en un lugar. — Mamá, entonces vas a tener un bebé pequeño pero nos vas a seguir queriendo mucho, ¿Cierto? — Alexandro preguntaba a su madre que acababa de llegar a verlos. — Por supuesto que sí, ustedes son mis bellos bebés, mi adoración más grande en este mundo. Pero quiero que todos aquí recibamos a este nuevo bebé con mucho amor. — ¡Si, yo estoy dispuesto a ser el mejor hermano de los tres! — ¡Alexandro, el mejor hermano voy a ser yo. Ya te dije que no me vas a vencer tan fácilmente! Isabella sonrió complacida, le causaba mucha ternura ver a sus trillizos interactuar entre sí. — Por cierto, ¿En dónde está su padre? Desde que me quedé dormida desapareció de la habitación. — Está en el despacho, por cierto que está de muy mal humor por culpa de Aleksey y Alexandro. Ellos hicieron muchas tr
Por la madrugada toda la villa estaba en silencio, dormían plácidamente y cubiertos de calidos cobertores para combatir el inclemente frío. La bella chef se despertó con calor, pero no era solamente corporal, ella tenía antojo de un orgasmo. Ella comenzó a acariciar el pecho del ruso, él estaba profundamente dormido vestido en una pijama de seda, eso no impidió meter las manos por debajo de la ropa del apuesto hombre. Cuando ella atrapó la hombría del CEO y la acarició de arriba a abajo para despertarlo, hasta entonces al sentir la calida mano de su mujercita en su dura polla, Sergey despertó. — Ahh... Isabella, ¿Qué haces? Debes estar poseída para que estés haciendo algo como esto, ¿Eh...? Si sigues no respondo de lo que te voy a hacer. — El cuerpo del ruso reaccionó casi al instante al toque de la bella mujer. — Sergey... Isabella dijo en un susurro buscando la boca del dueño de su deseo — Hazme el amor... Sergey acercó sus labios para besarla, la atrapó y la pegó a
Del coche brincaron los tres bodoques ayudados por su padre, hubo uno que le pidió que lo cargara fingiendo que le dolía una pierna. — Papá, hace rato me lastimé el piecito, ¿Puedes cargarme. El CEO dejó escapar el aire, asintió sin importarle si arrugaba su traje, aunque eso no pasaría ya que era muy cuidadoso. — Ven aquí Alexander, ¿Te duele mucho el pie? Si es así deberíamos ir a qué te revise un médico, no quiero que empeores de salud — Si papá me carga voy a estar bien. — Alexander se dejaba consentir por primera vez, siempre habían sido sus hermanos menores los que aprovechaban los cariños de su padre. — Papá, a mi también me duele la piernita, ¿Puedes cargarme? Puedo empeorar si no me cuido. — Si te duele mucho buscaremos un asiento para que no te muevas de ahí, si te sigue doliendo después de la boda civil te llevaré al médico para que te inyecte, Alexandro. — ¿Qué...? ¿Quieres que me inyecten y que sufra más dolor? ¡No quiero ir con él médico, quiero que pap
La discusión entre las hermanas Smith se ponía cada vez más feroz, Grace insistía en no dejar casar a su hermana menor antes que ella. Eso sería para ella enterrarse en sociedad. Sería vista como una solterona incapaz de conseguir un hombre para matrimoniarse. Y no estaba dispuesta a permitirlo.— ¡No te vas a casar con ese CEO si antes no me caso yo, papá, tu deberías estar de mi lado, yo soy tu hija legitima, debes de ver primero por mi y no por ella! — Grace señaló a Griselda. — Tú solamente eres una maldita arrimada.— !Cállate Grace, no hay diferencia entre tu hermana y tú para mí, entiéndelo de una vez, Griselda está enamorada de su prometido, ellos esperan un hijo, van a casarse y formar un hogar, y tú no lo vas a impedir! — !Voy a impedirlo, papá, tú hija no va a ser feliz primero que yo!— Basta Grace, Estoy muy enamorada de mi prometido, un bebé nuestro viene en camino, ¿Por qué no puedes dejar de ser una bruja? Solo quiero ser feliz con el hombre que amo. No te hago daño
Los esposos Rossi se quedaron en silencio mirándose mutuamente, no solamente se estaban enfrentando a una boda apresurada con una joven que ni siquiera conocían. Ahora también estaba un hijo de por medio, y eso era mucho más grave que lo primero. — Hay, no puedo creerlo de ti, ¿Cómo es que llegaste a tanto? ¡Tú qué siempre has sido mi orgullo, tú qué siempre has sido un hombre sensato, ahora no solamente pretendes tener un matrimonio exprés si no que dices que tu novia está embarazada de tu hijo! ¿En qué momento te perdiste tanto, Ismael? El CEO Rossi abrazaba a su esposa tratando de confortarla, no era para nada algo que esperaban de su hijo, que hiciera todo esto era muy preocupante.— Ismael, ¿Realmente es tu hijo ese bebé? ¿Estás consciente de lo que significa un hijo tuyo? Estás hablando del próximo heredero de la familia Rossi, no puedes jugar con algo como eso, se trata del legado de nuestros antepasados, todo mi trabajo, todo tu trabajo. — Isaías Rossi se puso mucho más du
El señor Smith, Los señores Rossi, Dorian e Isabella, al ver qué la novia perdía el conocimiento se angustiaron. — ¡Griselda, Griselda mi amor, despierta mi cielo! — El hombre cargó a su mujer y levantó su azul mirada hacia su cuñada. — ¡Si algo le pasa a ella o a mi hijo es mejor que te escondas en algún recoveco apartado del mundo por qué te lo voy a hacer pagar! La amenazante voz del empresario hizo estremecer por unos momentos a la malvada mujer. Pero ella aún así se atrevió a decir: — Te acabo de arruinar la boda hermanita, eso era lo que quería, que no te casarás y lo he conseguido, vas a quedarte con todo preparado, humillada y hundida en la vergüenza, jajaja, eres una estúpida que pensaste que me ibas a ganar a mi. — ¿Pero que carajos te sucede? Ella es tu hermana, ¿Cómo puedes alegrarte de verla en este estado? ¡Estás demente! — Isabella no se pudo callar. — Cariño, no te agites, recuerda que no estás en condiciones, se le escuchó decir al CEO Ivanov en perfecto i
Isabella Rossi, salía de la mansión Ivanov, a altas horas de la madrugada. Su jefe le había pedido cocinar para él porque no comía de lo que los chefs que tenía a su servicio cocinaban y ella como siempre no se había podido negar En los dos años que llevaban de relación jamás había podido negarse a nada que le pidiera, él tenía en sus manos su voluntad, sabía que era solo su amante y que no podría aspirar a nada más, que Sergey Ivanov, nunca la iba a amar aunque quería pensar que si, y es que ella lo amaba con todo su corazón, ese hombre cruel y frío lo era todo para la hermosa Isabella El frío le helaba los huesos, Isabella trataba de mantenerse caliente en el taxi y cubrirse lo más posible con su abrigo, pero justo en ese momento un dolor en el vientre al que le siguió un sangrado que manchó su ropa la hicieron quejarse, al principio pensó que le había llegado el periodo pero algo no se sentía como siempre, sudaba frio mientras se llevaba las manos al abdomen tratando de calma
Por un momento Isabella, pensó que había escuchado mal, ella miraba al doctor sin poder creer lo que este decía, estaba tan aturdida que dejó de escuchar el ruido a su alrededor — ¿Bebés...? ¿Usted... está diciendo que son dos bebés lo que llevo en mi vientre? — Cada noticia era más impactante que la anterior, Isabella, estaba sola, sin su familia en la ciudad y siendo el padre de sus hijos un hombre tan frío y cruel, sentía que el mundo se le estaba viniendo encima, ella no pudo evitar dejar rodar sus lágrimas por sus mejillas, ante la mirada compasiva del especialista Isabella antes de conocer al CEO del que se enamoró, se imaginaba para ella una vida diferente, cumpliendo su sueño de ser chef, más ahora llevaba a sus hijos en el vientre y ni siquiera sabía cómo él tomaría la noticia, si querría o si odiaría a sus bebés — Por favor tome con calma lo que voy a decirle, recuerde que todo lo que usted sienta van a sentir los bebés, Y no queremos perderlos, ¿Cierto? — No...