Griselda sonreía feliz, no esperaba que fuese esa manera como conociera a sus suegros Pero gracias a qué presenciaron tan desagradable escena ellos se dieron cuenta que el amor de esa jóven por su hijo era genuino y que en verdad sufría por qué su hermana la tenía apretada de su muñeca para no dejarla entrar al registro. — Tenemos que darnos prisa, estamos a solo dos minutos de que sea nuestro turno, apresuremonos Ismael. — El senador Montana miraba su costoso reloj y apuraba a su amigo. — Vamos, ven conmigo querida, no te me vas a escapar, hoy te casas conmigo si o sí. Ismael llevaba de la mano a su prometida, todos caminaban aprisa hacia la sala donde se estaban llevando a cabo los matrimonios, cuando entraron justo unos nuevos esposos dejaban el lugar. — Pero... ¿Qué pasa Ismael? ¿Por qué el juez también se retira? Creo que llegamos muy tarde. — Griselda se entristeció al ver qué quien podía oficiar su boda también se fué. — Dorian, ¿Qué sucede? Dijiste que este era nu
El señor Smith había recibido esa noche más emociones juntas que en los años de su vida, todo era tan irreal que de pronto sentía que estaba soñando. — Señor Smith, fuí yo quien le pidió una cena en su casa, ¿Se olvida? Eso fue por qué quería pedirle la mano de Griselda en matrimonio, pero de pronto llegó Ismael Rossi y me interrumpió solo para adelantarse y pedir la mano de ella primero, eso no es justo, ¿Sabe? ¡Ese tipo me robó a mi chica, y yo la quiero de vuelta, es lo justo y correcto! — ¿Qué...? Usted... ¿Iba a pedir mi mano a mi padre? Imposible, nunca tuvimos nada romántico, ¿Cómo quería ir de cero a cien así nada más? — Griselda no entendía nada. — ¡Llegué justo a tiempo para impedir que te robaras a mi chica, aunque ella trabajara para ti, nosotros nos reencontramos y nos enamoramos, contra eso no tienes nada que hacer, ella está esperando a mi hijo, es absurdo que me la reclames aquí y ahora! — ¡Pues lo hago, ella puede interrumpir el embarazo y ser mi esposa, en
El coche de Ismael ya los estaba esperando afuera, Griselda no sabía dónde iba a ser la recepción, no sabía en qué salón, ni cuál sería el banquete que se serviría, ella confiaba totalmente en el CEO. Dentro del recinto Dorian también se despidió para ir a su villa por su esposa, por supuesto que asistirían a la fiesta a celebrar el matrimonio de su amigo. Más fue en ese momento que los esposos Rossi se enfocaron en su hija y sus nietos. — Trillizos, vengan aquí a saludar a sus abuelos — Isaías llamó a sus nietos. — ¡Abuelo, que gusto verte, que bueno que viniste a los Estados Unidos a visitarnos! ¿Ya vienes a nuestro padre? — El pequeño Alexandro no se reservo para nada. El CEO Rossi abrazó a su nieto pero fijó su mirada en el hombre de traje que estaba tan cerca de los niños. — Isabella, ¿Qué está pasando aquí? ¿Quién es este hombre? — Preguntó el padre. — Papá, es verdad, él es Sergey Ivanov, es el padre de Alexander, Aleksey y Alexandro, hace poco nos reencontram
Los trillizos suplicaban a su abuelo defendiendo a su padre para que lo perdonara, ellos estaban ya muy unidos a él, la sangre que le corría por las venas era la misma que la de ese imponente hombre ruso. El CEO Ivanov, le pedía al padre de Isabella que le diera una segunda oportunidad para demostrar que podía hacer feliz a su hija, él esperaba respuesta mientras tenía a un trillizo abrazado a cada una de sus piernas y a otro cargando en brazos. — Pareces el lobo del hotel Transilvania lleno de cachorros — Dijo el hombre, le estaba haciendo bullyn al padre de sus nietos. — Todavía no estoy seguro de darte una segunda oportunidad, pero como hoy es la boda de mi hijo y es un evento muy importante para la familia Rossi, lo dejaremos pendiente para hablarlo mañana. Ahora vámonos a la recepción. El señor Rossi en realidad quería ser lo más duro posible con ese CEO ruso, pero no podía hacerlo tan evidente delante de sus queridos nietos, ese hombre era su padre y por lo visto su sang
En uno de los hoteles más exclusivos de la ciudad, el coche de lujo del CEO Rossi, se detenía en la entrada principal. — Hemos llegado señor Rossi. ¿Quiere bajar ya? — Si, ya es hora — El apuesto novio bajó y ayudó a Griss a bajar. — Querido, ¿Qué estamos haciendo aquí?! — Es una sorpresa, vamos, ya todos están esperándonos, ten cuidado al subir los escalones, dame tu mano. Después de pasar la entrada principal, tomaron el elevador que los llevó al quinceavo piso, pasaron por un pasillo y llegaron por fin al elegante salón. Griselda se llevó las manos a los labios, ella estaba muy impresionada al ver lo que su esposo había preparado para la recepción ella no pudo contener las lágrimas que corrían por sus mejillas. — Nooo, cariño no llores, ¿Qué pasa? ¿No te gustó la decoración? Podemos quitarlo todo... — ¿Qué dices? ¡Es maravilloso, todo es divino, gracias por hacer esto para mí, eres el hombre más maravilloso que he conocido, me encanta todo! Franco escuchaba a
Isabella Rossi, salía de la mansión Ivanov, a altas horas de la madrugada. Su jefe le había pedido cocinar para él porque no comía de lo que los chefs que tenía a su servicio cocinaban y ella como siempre no se había podido negar En los dos años que llevaban de relación jamás había podido negarse a nada que le pidiera, él tenía en sus manos su voluntad, sabía que era solo su amante y que no podría aspirar a nada más, que Sergey Ivanov, nunca la iba a amar aunque quería pensar que si, y es que ella lo amaba con todo su corazón, ese hombre cruel y frío lo era todo para la hermosa Isabella El frío le helaba los huesos, Isabella trataba de mantenerse caliente en el taxi y cubrirse lo más posible con su abrigo, pero justo en ese momento un dolor en el vientre al que le siguió un sangrado que manchó su ropa la hicieron quejarse, al principio pensó que le había llegado el periodo pero algo no se sentía como siempre, sudaba frio mientras se llevaba las manos al abdomen tratando de calma
Por un momento Isabella, pensó que había escuchado mal, ella miraba al doctor sin poder creer lo que este decía, estaba tan aturdida que dejó de escuchar el ruido a su alrededor — ¿Bebés...? ¿Usted... está diciendo que son dos bebés lo que llevo en mi vientre? — Cada noticia era más impactante que la anterior, Isabella, estaba sola, sin su familia en la ciudad y siendo el padre de sus hijos un hombre tan frío y cruel, sentía que el mundo se le estaba viniendo encima, ella no pudo evitar dejar rodar sus lágrimas por sus mejillas, ante la mirada compasiva del especialista Isabella antes de conocer al CEO del que se enamoró, se imaginaba para ella una vida diferente, cumpliendo su sueño de ser chef, más ahora llevaba a sus hijos en el vientre y ni siquiera sabía cómo él tomaría la noticia, si querría o si odiaría a sus bebés — Por favor tome con calma lo que voy a decirle, recuerde que todo lo que usted sienta van a sentir los bebés, Y no queremos perderlos, ¿Cierto? — No...
Con esa gélida mirada azúl el CEO Ivanov, recorrió el amplio lugar hasta que dió con su objetivo y caminó en esa dirección, cuando Isabella, lo vió llegar se sorprendió muchísimo, ella apenas pudo pronunciar — Sergey.... Tú... ¿Qué haces aquí? — ¡Tú, enfermera, quiero que la cambien a la mejor habitación privada que tenga este hospital, de inmediato! — La imponente y dominante voz de Sergey Ivanov, hizo temblar a la mujer que revisaba la intravenosa de Isabella, ese hombre era realmente tan apuesto como aterrador El equipo de enfermería se apresuró de inmediato a cumplir las órdenes del hombre millonario, con mucho cuidado y con premura, trasladaron a Isabella, a una de las habitaciones más lujosas del hospital Ella pudo ver qué parecía un habitación de hotel cinco diamantes, el lujo estaba por todas partes, incluso tenia una pequeña cocina, sala de estar, televisión con cable, y teléfono, la única diferencia era que había equipos médicos en ella Después de dejar cómod