El CEO ivanov, conducía con bastante prisa, esta era la primera emergencia escolar a la que acudía, el que le dijeran que uno de sus hijos estaba herido lo saco de control, cosas que jamás sucedía en un hombre que mantenía controlados cada uno de sus pasos. — Jefe, si maneja así no vamos a llegar a la escuela vivos — El asistente iba agarrado de la puerta del coche, pero el hombre no lo escuchaba. La miss tuvo que llamar también a los padres del niño Jhonson, el provenía de una familia rica al que le inculcaban que el apellido y el dinero lo eran todo, y claro que no tener padre era sinónimo de bajo estatus. Cuando Sergey llegó, Mike Jhonson ya estaba ahí revisando a su hijo, este tenía varios golpes, el uniforme revolcado y los cabellos despeinados, el hombre buscó con la mirada a sus hijos, los encontró sentados en un sofá, Alexandro lloraba, le dolis la herida, la enfermera del Colegio apenas venía con él botiquín de primeros auxilios, eso era inaceptable. — ¡Miss, tiene
La madre llegó apurada hasta el hospital, ella preguntaba por él consultorio en dónde atendían a los trillizos, una enfermera la guió hasta ahí. — !Alexander, Alexandro, Aleksey! ¿Están bien? Mamá ya está aquí, ¿Díganme que fué lo que pasó? ¿Por qué pelearon? — Mamá, me abrí la frente, mira, me pusieron puntos pero fuí valiente, ¿Cierto papá? — Así es campeón, eres el niño más valiente que he conocido. — ¿Y yo papá? ¿Y Alexander? ¿No te parecemos valientes? — Por supuesto que si, mis trillizos son los mejores. — El padre despeinó un poco los cabellos de Aleksey. — Pero que carajos, Alexander está golpeado y Alexandro herido, además tú tienes golpes en la cara, ¿Qué significa esto? ¿Es esto lo que les piensas enseñar a nuestros hijos? !Este no es un buen ejemplo, nunca antes había pasado algo así! — ¿Me estás culpando acaso? — ¡Por supuesto que te culpo, les estás enseñando a ser violentos, Sergey, ellos deben aprender a solucionar las cosas con el diálogo, no con
Los niños bajaron limpios para comer, vieron que su padre ya se encontraba sentado en el comedor, cosa que les puso contentos, Sergey les daba seguridad y sentido de identidad. — Muero de hambre. — Aleksey se ponía la servilleta en las piernas como le había enseñado su madre, Alexander y Alexandro hacían lo mismo. — Les preparé pasta a la boloñesa, espero que les guste niños — El asistente ayudo a la mucama a servir. Al terminar la preparación en la que estaba tan concentrada, Isabella apareció con un plato de espagueti para ella y en la otra mano tenía una pechuga de pollo rellena con queso y jamón, de guarnición vegetales al vapor y ensalada de lechuga y tomates. — Esto es para ti Sergey. — Era verdad que la bella chef no quería al CEO ivanov cerca de ella, pero había defendido a sus hijos con fiereza, solo por eso no lo iba a dejar pasar hambre. — Gracias. — Cuando la bella chef cocinaba el CEO la observaba sonreír a la distancia, ella era tan adorable a sus ojos, a Ser
La noche llegó y la bella Isabella se despidió de sus hijos para salir al aeropuerto, ella no quiso que Sergey la llevara. Le costaba mucho dejar a los trillizos ya que no se había separado de ellos desde que nacieron pero iba en busca de cumplir uno de sus sueños y eso la confortaba un poco. — Sean buenos con el tío Apolo, yo volveré apenas termine la competencia, mamá los ama mucho. — La madre dió un beso en la frente a cada niño y salió apurada para que no vieran sus ojos a punto de llorar. Alexandro, Aleksey y Alexander, voltearon a ver a su padre, ahora estaban con su tío y con él, Sergey debía hacer algo para distraer a los niños y que no sintieran demasiado la ausencia de su madre, tres pares de ojos lo miraban fijamente. El CEO pensó que ya era tiempo de echar a andar su plan. — ¿Les gustaría conocer Rusia? ¿Qué tal si vamos a conocer a la abuela? — ¡Wow! ¿Tenemos otra abuela? ¿Cómo se llama, papá? — Aleksey se emocionó, su abuela Alba era muy consentidora con ellos
Al amanecer Isabella llegaba al romántico país francés, pronto se puso de camino al hotel donde sería la concentración de los participantes, ella trató de llamar en el camino a Apolo pero la operadora la enviaba al buzón. La madre no se quiso poner paranoica, llamaría más tarde para hablar con sus hijos, en la puerta del lujoso hotel cinco diamantes ya la esperaba el chef Montgomery. — ¡Hola bella, por fin estás aquí, dejame ayudarte con la maleta! ¿Cómo estuvo tu vuelo? — Los chefs se saludaron con un beso en la mejilla. — ¡El vuelo estuvo bien, no puedo esperar a que todo comience, está es una oportunidad única! — La bella Isabella sonreía bastante contenta, ella era una joven mujer muy hermosa, y eso no pasaba desapercibido por el chef Francés. — Si que lo es, ¿Qué te parece si dejas tu maleta en tu habitación y te doy un recorrido por el lugar en donde será todo el evento? Te aseguro que te va a sorprender ver todo lo que tendremos a disposición para cocinar. — Oliver no
Aleksey y Ares fueron un reto, querían desayunar golosinas y papitas fritas con gaseosa, más los padres no cedieron a sus peticiones, desayunaron sandwiches de pavo también como todos los demás, de postre les dieron una porción de uvas, fresas y plátanos. — Apolo, cuentame más sobre Ismael Rossi, resulta que mi cuñado me ha estado dando varios dolores de cabeza, se ha estado quedando con millonarios contratos que usualmente se quedaba la compañía Ivanov, el detalle es que Rusia, no es su zona, creo que lo ha hecho a propósito para perjudicarme. Mientras tanto en ese momento el CEO Ismael Rossi recibía una llamada de su hombre de confianza. — Señor, tenemos un problema. — ¿De que se trata Franco? Habla — Ese era el hombre que había dejado al cuidado de su hermana, más era en secreto que vigilaba de cerca. — Es el padre de los trillizos, Sergey Ivanov ha encontrado a la señorita Isabella y a sus hijos, ese hombre parece estar dispuesto a no dejarlos ir. — ¿Cómo se atreve e
Isabella Rossi, salía de la mansión Ivanov, a altas horas de la madrugada. Su jefe le había pedido cocinar para él porque no comía de lo que los chefs que tenía a su servicio cocinaban y ella como siempre no se había podido negar En los dos años que llevaban de relación jamás había podido negarse a nada que le pidiera, él tenía en sus manos su voluntad, sabía que era solo su amante y que no podría aspirar a nada más, que Sergey Ivanov, nunca la iba a amar aunque quería pensar que si, y es que ella lo amaba con todo su corazón, ese hombre cruel y frío lo era todo para la hermosa Isabella El frío le helaba los huesos, Isabella trataba de mantenerse caliente en el taxi y cubrirse lo más posible con su abrigo, pero justo en ese momento un dolor en el vientre al que le siguió un sangrado que manchó su ropa la hicieron quejarse, al principio pensó que le había llegado el periodo pero algo no se sentía como siempre, sudaba frio mientras se llevaba las manos al abdomen tratando de calma
Por un momento Isabella, pensó que había escuchado mal, ella miraba al doctor sin poder creer lo que este decía, estaba tan aturdida que dejó de escuchar el ruido a su alrededor — ¿Bebés...? ¿Usted... está diciendo que son dos bebés lo que llevo en mi vientre? — Cada noticia era más impactante que la anterior, Isabella, estaba sola, sin su familia en la ciudad y siendo el padre de sus hijos un hombre tan frío y cruel, sentía que el mundo se le estaba viniendo encima, ella no pudo evitar dejar rodar sus lágrimas por sus mejillas, ante la mirada compasiva del especialista Isabella antes de conocer al CEO del que se enamoró, se imaginaba para ella una vida diferente, cumpliendo su sueño de ser chef, más ahora llevaba a sus hijos en el vientre y ni siquiera sabía cómo él tomaría la noticia, si querría o si odiaría a sus bebés — Por favor tome con calma lo que voy a decirle, recuerde que todo lo que usted sienta van a sentir los bebés, Y no queremos perderlos, ¿Cierto? — No...