Gracias a la intervención oportuna de los médicos, el señor Smith había sido estabilizado. Le habían practicado un electrocardiograma, que efectivamente salió algo mal en la lectura, lo conectaron a una máquina que monitoreaba su corazón, una intravenosa con suero para inyectarle medicamento. — ¿Cuál es el estado de la señorita Smith? — Con cuatro balas en el cuerpo su condición era bastante grave, no tenemos idea de que fue lo que pasó pero deberían darle aviso a la policía, si fué un asalto o un intento de asesinado deben denunciarlo. — ¿Sobrevivió a la cirugía entonces? — Fué un verdadero milagro pero si, llegó prácticamente desangrada, quien la baleó en verdad la quería muerta. Fué difícil controlar las hemorragias, sobre todo las internas. tuvimos que transfundirle varias unidades de sangre. — ¿Creé que sobreviva a pesar de su gravedad? — Eso no lo podemos saber con exactitud, su condición sigue estando muy delicada, ahora mismo está siendo monitoreada en terapia
Un policía quedó posteado muy cerca de la sala de cuidados intensivos, por el momento era imposible que la paciente se levantara, ella todavía no regresaba de la anestesia que le fue puesta para intervenirla. El CEO Montana ya entrada la madrugada regresó a su villa, subió hasta su habitación y se cambió de ropa para meterse a la cama. Alina no despertó pero si se abrazó a él buscando su calor, Dorian no dudó en abrazarla a su pecho. Estaba cansado y no tardo mucho en quedarse dormido. El día llegó y encontró al CEO Rossi dormitando en un sofá. No pudieron pasar a Griselda a una habitación para no moverla en lo absoluto, querían esperar a que despertara para evaluarla de nuevo. Isamael moría de sueño, pero el sol en su rostro le decía que debía volver a ver a su mujer a la sala de urgencias. Se puso de pié y fue al sanitario para lavarse la cara, eso le ayudaría a despertar un poco. Apenas iba entrando a la sala donde estaba su mujer cuándo escuchó su voz. — ¿En donde
El CEO Rossi no había probado alimentos, estaba pendiente de su esposa y de su suegro. Por fortuna ambos seguían estables. — Señor Rossi, su esposa ya puede irse a casa, ella está bien, el bebé está bien. Solo procure que no se someta a más estrés, ella también ha prometido que estará tranquila pase lo que pase. Dijo el médico con la tabla de su expediente en mano. Solo estaba firmando las últimas indicaciones para dar de alta a la señora Rossi. — Eso es estupendo, nos iremos a casa querida, ya todo pasó y estarán bien, te lo prometo. — Lo sé, lo sé, ahora ayúdame a levantarme, ya quiero marcharme de aquí. — Por supuesto cariño, te ayudaré a vestirte. — El CEO Rossi cerró la cortina hospitalaria y en menos de nada ya tenía lista a su esposa para salir. Cómo prometió Griselda guardó la calma y le sonrió a su marido cuando él le abrochó el cinturón de seguridad y dió un suave beso para subir al coche para conducir. — Me alegro que el bebé esté bien, cuando lleguemos a c
Lágrimas de rabia brotaban de los ojos de la bella pero malvada señorita Altamirano, por fin salía a la luz todo lo despreciable que le había hecho a su prima sin importarle el lazo de sangre que las unía. Los invitados y muchos hombres casaderos que habían asistido al evento miraban de forma despectiva a la engreída mujer que en esos momentos no era más que una marginada de la élite. — Es mejor que te vayas Sofía. Este es un evento para gente decente, no para zorras como tú, ¿Quien de nosotras te podría tener confianza para invitarte a convivir en nuestro círculo? Si fuiste capaz de traicionar a tu propia sangre, de que no serías capaz de hacernos. — ¡Que se vaya, no es bienvenida aquí, tendrá suerte si se casa con un hombre de poca monta. — Solamente que los Altamirano le compren uno. Un CEO en quiebra al que tengan que mantener, de lo contrario nadie en su sano juicio se arriesgaría a ser la burla de toda la sociedad. Sofía salió del salón bañada en llanto, había perd
Los trillizos estaban siendo bañados por las niñeras, bajarían cambiados para comer con sus padres. La hermosa Alina había sufrido tanto en el pasado que no pudo evitar dejar escapar lágrimas que le confortaban el alma. Su tío la había vendido al CEO Montana a cambio de que invirtiera un enorme capital a la compañía Altamirano que había llevado a la ruina por sus malos manejos. Pero el CEO la amó y la adoró como a nadie, y ahora era muy feliz a su lado y con sus bellos hijos. El astuto CEO que había sido el autor intelectual de que esas publicaciones salieran a la luz. Llamó a la mansión a su fiel mayordomo Benjamin para saber de su mujer. — Dígame señor Montana ¿Qué puedo hacer por usted? Del otro lado el millonario empresario enarcó una ceja, Su antiguo empleado cada vez se tomaba más confianzas o solo era su parecer. — Benjamín, no digas que yo estoy llamando. ¿Quiero saber si mi esposa se encuentra bien o si la has visto algo extraña? — Bueno... Me fue imposib
El CEO sonrió complacido, sus dos hijos varones tenían esa hambre de triunfo como él la tenía a su corta edad. — Por supuesto Donovan, no habrá empresario que se nos pueda comparar, nuestra excelencia será inalcanzable. (...) TRES MESES DESPUÉS El embarazo de Griselda iba de maravilla, de pronto le había notado una linda pancita, ya no tenía el vientre plano, ahora había dejado de usar su ropa habitual para utilizar batas modernas y pantalones de maternidad. La señora Rossi lucía adorable, su rostro estaba un poco más rellenito, lo normal en una mujer embarazada. Ese día Griselda se vistió muy alegre para ir a visitar de sorpresa a su marido a la compañía. — Vamos a visitar a papá y lo invitaremos a comer a un restaurante cinco estrellas como le gustan, con los mejores chefs de la ciudad. Además está tarde tenemos la cita con el ginecólogo, nos dirá cómo vas creciendo y tal vez nos revele si serás una niña o si serás un varoncito. Estoy que apenas aguanto la ansiedad
El apuesto CEO que se encontraba sentado en la cómoda silla de su escritorio. No pudo evitar extrañarse por la forma en la que lo llamó la bella rubia. — ¿Por qué me llamas por mi nombre de pila? Soy el CEO Rossi para ti y para todos mis empleados. — El hombre no iba a dejar ninguna duda con respecto a la forma en la que tenían que dirigirse hacia él. — No puedo llamarte señor cuando lo que tengo que decir es muy personal. En este momento dejo de ser la asistente de vicepresidencia para ser la mujer. — Camilla caminó despacio hasta donde el serio hombre se encontraba. — ¿Que pretendes? Ya deberías de saber que soy un hombre casado, no estoy disponible, y aunque lo estuviera no me enredaría con nadie que trabaje en mi compañía. Es mejor que vuelvas a tu puesto, y que esto no se vuelva a repetir. — Primero voy a hablar, quiero decirte que me gustas, tú me gustas mucho, eres un hombre muy atractivo y varonil. Te he deseado en silencio durante mucho tiempo, soy consciente de qu
Griselda sentía que estaba viviendo una pesadilla. Quería irse y llorar pero no delante de ellos. El CEO tenía una mano en la cintura y la otra se la pasaba por el cabello. Es que esto no le podía estar pasando, ya habían vivido cosas muy fuertes y pudieron salir adelante, no iba a permitir que una mujer sin moral viniera a destruir su matrimonio. — Griselda, ya Camilla te está dando una exploración, no soy su amante ni he hecho nada inapropiado. Sé que lo que viste te dice que estamos teniendo una aventura pero no es así. — Se notaba la desesperación en el tono de voz del empresario. — ¡Es verdad, yo soy la única culpable de esta situación, necesito que me perdone, no quiero perder mi trabajo, he luchado muy duro para ser una excelente asistente! El... CEO Rossi me gustaba y quise seducirlo, lo lamento tanto. Pero la palabra de la mujer no era suficiente para Griselda, puso la mano en el picaporte para abrir la puerta y marcharse. El CEO dió unos cuantos pasos en los qu