Cuando llegue hasta la puerta del despacho de mi jefe, toque con los nudillos esperando a que me diera paso,
— Adelante — lo escuche gritar
— Dígame que desea, tengo mucho trabajo hoy — le dije viendo como se acercaba hasta donde yo estaba
— Túmbate en mi mesa boca abajo y levantate la falda, te necesito Sofía — me dijo
Hice lo que me pidió, escuchando como se ponía el preservativo e introduciendo su miembro dentro de mí, apartando a un lado mis bragas, moviéndose mientras me clavaba los dedos en mis caderas para poder hacer fuerza penetrando desde atrás, cuando ya se corrio, se quito el preservativo tirandolo al cubo de basura y recomponiendo su ropa
— Esta semana quiero verte tres veces mas, te pagaré el doble si me haces una felación — me dijo
— No se hacerla, nunca se la he hecho a ningún hombre, — respondí
— Yo te enseñare como se hace preciosa, sigue así de dócil conmigo y no te faltará trabajo para cuidar de tu hermana, ya te puedes marchar de aquí puta — me dijo
Salí de su despacho encontrándome en la puerta del ascensor a mi amiga Sandra
— ¿Ya se la has chupado al jefe? — me preguntó
— Eso quiere la próxima vez, me ha dicho que me pagara el doble si le hago la felación — le dije
— ¿Hasta cuando Sofía? ¿hasta cuando vas a estar aguantando a ese baboso? — preguntó
— Hasta que encuentre otro trabajo, ese dinero extra es para pagar las facturas del médico y los medicamentos de mi hermana — respondí
— Y cuando se canse de ti ? ¿Qué harías, te anunciamos como una puta en todos los periódicos? — me dijo
— Calla loca, eso jamás, me marcho, que todavía no he empezado a limpiar— le dije
Subí con el ascensor de servicio hasta mi planta viendo al hombre que me pidió toallas antes de irme al despacho de mi jefe, al lado del carrito
Aun estaba el italiano mirando mi carrito, me acerque a él preguntando
— Hola ¿ha cogido ya las toallas? — le pregunté
— Si gracias, pero quisiera pedirle una cosa mas — me dijo
— Dígame, si le puedo ayudar cuente conmigo — le dije
— Voy a hacer una fiesta para mis amigos,y me gustaría invitarla, no se aburrirá y se lo pasaría muy bien — me dijo
— Se lo agradezco, pero no puedo aceptar, no nos dejan intimar con los clientes — le dije
— ¿Y si le pago para que venga a mi fiesta? — me preguntó
— ¿Como si fuera una fulana? pero usted quién cree soy yo, lo siento pero tengo que seguir trabajando, buenos días — le dije enfadada
Entre en la primera habitación para limpiar, segui limpiando habitaciones hasta la hora del almuerzo, acercándome hasta el cuarto de la limpieza donde ya me esperaba mi amiga, para acercarnos a la parte trasera de la cafetería del hotel para almorzar juntas, sentandonos en dos sillas que teniamos alli.
— ¿Qué tal por tu planta?, la mía hoy es un desastre, parece que han hecho varias fiestas juntas, no veas cuánta basura me he encontrado — me dijo mi amiga
— La mia por ahora está bien, pero uno de los clientes me quería pagar para ir a una fiesta que dice que va a hacer — respondí
— ¿Y qué le has dicho? —
— Que no estoy para fiestas
— Chica si te paga bien ¿por qué no?, eso es mejor que abrirte de piernas para ese baboso de jefe que tenemos
— Hola ¿qué tal? mi planta parece un basurero ¿y las vuestras? — nos preguntó Viki, nuestra compañera
— Oye Viki, ¿a ti te interesa asistir a una fiesta que va a hacer un cliente del hotel pagandote? — preguntó mi amiga
— Callate loca, solamente me lo ha dicho a mi — le dije a mi amiga Sandra, que era una bocazas
— Yo me apunto a lo que querais, si sabeis de algo decirmelo — nos dijo nuestra compañera
— Anda estais las dos locas, me voy a seguir trabajando os dejo — les dije levantándome de la silla donde estaba, acercándome hacia la zona de los ascensores, para subir a mi planta.
Cogi mi carrito y entre en la siguiente habitación que me tocaba limpiar, estaba en el cuarto de baño limpiando cuando escuche al hombre que me había pedido anteriormente las toallas
— Perdone si la he asustado, pero esta es mi habitación, usted siga con lo que está haciendo no la molestare — me dijo
— No se preocupe, no me ha asustado, enseguida termino — le dije
Una vez que termine de limpiar la habitación, fui a abrir la puerta para marcharme bloqueandome Mario la puerta
— Me gustaría invitarla a una copa esta noche si usted quiere — me dijo
— Lo siento mucho, ¿no tenía usted una fiesta esta noche? — pregunté
— Bueno si, pero es mi socio quien la celebra, aunque me gustaria que me aceptara esa copa — me dijo
— De verdad que no puedo, perdóneme pero tengo que seguir trabajando — le dije
— Vale como quiera, pero insistiré se lo aseguro — me dijo, mirándome con una preciosa sonrisa ladina en sus labios
Durante toda la semana, Mario, el hombre de los ojos verdes tan bonitos, estuvo insistiendo en invitarme a esa copa, aunque yo no me sentía con fuerza ni con ganas para salir con ningún hombre, John mi jefe como me dijo a principio de semana, me llamó varias veces a su despacho, obligandome a hacerle la felación, aunque salió dañado al morderle yo con mis dientes su miembro haciéndome temer por mi puesto de trabajo, amenazando a que si se lo volvía a hacer, me vería en la calle. Mi amiga me insistia en que saliera con el cliente que tenia aquellos preciosos ojos de color verde, mientras ella se quedaba cuidando a mi hermana, pero al ver que no lo conseguia, planeo con las demas compañeras en volver al club TENTACIONE. El sábado que volvimos a ir a aquel club, me puse un vestido corto color ocre, con la espalda al descubierto, y zapatos de tacón de aguja, salí de mi dormitorio hacia el salón para coger mi bolso, viendo a mi hermana y a mi vecina que la cuidaba sentadas en el sofá
— Estas preciosa hermana, pero necesitas un hombre en tu vida Sofía, no quiero que me pase algo y te quedes sola — me dijo mi hermana.
— Eres tonta ¿qué te puede pasar?, lo que tienes que hacer es descansar y como hasta ahora, la quimio y seguir con la ilusión de encontrar otro donante que sea compatible contigo — le dije
Le di un beso a mi hermana marchandome de mi casa a la calle donde ya me esperaba mi amiga sentada en su coche. Llegamos casi al mismo tiempo las cinco compañeras al club, ya que íbamos en dos coches distintos, aparcaron los vehículos bajando las cinco. Entramos en el club, dándonos una señorita las máscaras, nos las pusimos y entramos en el local dirigiéndonos a la barra para pedir algo de beber.— Hola buenas noches, me alegra volver a veros por mi club, — nos dijo Karla la encargada— Hola Karla, hoy necesito el jacuzzi antes de conocer a mi desconocido — le dijo Sandra— Sabes que enseguida te llevo, pero hay un caballero que quiere conocerte Bella, precisamente aquel hombre que ves sentado en el fondo con una copa en su mano — me dijoMe quede mirando al hombre que Katia me señalo, viendo unos preciosos ojos de color verde y una preciosa sonrisa en su boca, levantando su copa hacia donde estabamos— ¿Qué me dices? ¿Vamos a la habitación? — me preguntó Karla— Si ¿por qué no? la ú
Después de cambiarnos de ropa, cogimos cada una nuestro carro acercándonos hasta los ascensores de servicio, subimos a uno de ellos, bajando cada una en la planta que le tocaba — Buenos dias ragazza — me dijo Mario, el hombre que tenia unos preciosos ojos de color verde — Buenos días señor, ¿qué tal estuvo la fiesta? — pregunté — Sofía no me digas señor, y la fiesta supongo que fue bien, yo me marche a tomar una copa a un club — Bueno tengo que empezar a trabajar, si no el jefe me puede regañar — le dije — ¿Esta noche tomamos la copa? — me dijo — ¿Va a seguir pidiéndolo hasta que le diga que sí? — pregunté — Como veras soy muy insistente y no dejare de decirtelo hasta que consiga, escucharte decir por tu linda boquita que si — Está bien, ¿cuando salga de trabajar, le parece bien? — Me parece bien, pero Sofía tutéame por favor — me dijo Mario con esa bonita sonrisa ladina que ponía Nada más entrar en la primera habitación para limpiarla, me di cuenta de que se habían dejado lo
Pasamos una tarde maravillosa, Mario me contó anécdotas suyas y yo también riéndonos los dos como hacía tiempo que no me reía, pero todo lo bueno se acaba y cuando nos dimos cuenta del reloj, era ya casi la medianoche. Nos levantamos los dos de los sillones marchandonos hacia su coche, subimos los dos y dando mi dirección a Mario me llevó hasta mi casa, aparcando su vehículo enfrente de la portería de mi edificio, bajandonos los dos del coche— Bueno me tengo que marchar, gracias por esa copa lo he pasado muy bien — le dije— Yo también lo he pasado bien contigo, ¿quedamos el sábado para cenar? — me preguntó— No lo siento, no puedo de verdad, — respondí— Sofía ¿estás casada? — preguntó muy serio— No qué va, pero tengo cosas que hacer y que me obligan a estar en mi casa todo el tiempo posible— le dije— Comprendo, bueno pues nos veremos entonces mañana en el hotel — me dijo, Pero Mario rodeo mi cintura con su brazo acercándome a su cuerpo todo lo que pudo, nos quedamos los dos mirá
Desayunamos las dos esperando a Carla nuestra vecina, quien era la que la iba a acompañar al hospital, cuando ya llego, cogi mi bolso, abrace a mi hermana y a Carla marchandome a la calle, donde Sandra ya me esperaba dentro de su coche— Cuando lleguemos voy a hablar con el jefe, necesito estar con mi hermana hoy — le dije— Sabes que se lo cobrará ¿no? — me dijo Sandra— Ya lo sé, pero es mi hermana, me da lo mismo lo que haga ese baboso conmigo, pero no dejaré que mi hermana se muera — respondíNada más aparcar Sandra el coche en el parking, bajamos viendo a Mario en la puerta de los ascensores, Sandra y yo nos acercamos hasta donde él estaba sonriendonos.— Buenos días señoritas, Sofia te estaba esperando, el sábado fui al club donde vais siempre y no te vi, ¿estabas enferma? — me preguntó— No Mario, gracias por preguntar, pero no estaba con ánimo de salir — le dije— ¿Vas mucho tu por ese club? — preguntó mi amiga— No, pero llevo dos sábados llevando a un amigo mío a ese club y
Nos quedamos Claudia y yo sentadas dentro de la sala poniendo mi silla al lado de la cama donde estaba mi hermana tumbada esperando las dos a que terminaran de ponerle la quimio a mi hermana, cuando Claudia recibió una llamada teniendo que marcharse del hospital. Ya estaba casi todo oscuro, cuando una ambulancia mandada por el doctor que atendió a mi hermana, nos llevó a nuestra casa, nada más llegar, entre en la cocina para hacer algo de comer, pero escuchar los vómitos que mi hermana tenía a causa de la quimio que le pusieron, hicieron que desistiera de hacer de comer para las dos. Me pasé toda la noche sin dormir, sentada en una silla al lado de su cama, despertandome el timbre de mi casa, cuando abri la puerta vi a Claudia detrás de la puerta de pie sonriendo.— ¿Cómo está Julie? — preguntó— Ahora está dormida, yo me voy a dar una ducha y me marcho al trabajo, no he dormido casi nada — le dije— Mientras Julie tenga quimio, dile a tu jefe que te de las vacaciones que no has disfr
Cuando estaba ya en el cuarto de la limpieza, saque de mi bolso mi móvil, marque el número de Claudia contestandome ella al tercer toque— Dime Sofia, ¿estás bien cariño? — me preguntó— Yo si Claudia pero y mi hermana ¿como esta? — pregunte— Ay esta tumbada en la cama y con sus vómitos, pero está bien, he conseguido que se tomara una infusión — me dijo— Gracias por tu ayuda Claudia, no se que haria si no te tuviera a mi lado — respondí— No te preocupes cariño, hasta que no vuelvas a casa no me moveré de su lado — me dijo— Esta bien Claudia, si puedo luego te vuelvo a llamar otra vez — le dije terminando la llamada— ¿Algún novio? — escuche detrás de mí la voz de Mario— No, qué va, pero por cierto ¿estabas escuchándome? — le dije sonriendo— No todo, solo las ultimas frases que has dicho — me dijo— Bueno tengo que seguir trabajando — le dije, ya que Mario bloqueaba la puerta con su escultural cuerpo— Sofía yo quisiera decirte que, me gustas mucho y quisiera saber que te pasa, ¿
Me marche del despacho de mi jefe, acercandome a donde estaban los ascensores para bajar al parking, ya que mi amiga Sandra me estaba esperando en su coche, salió del ascensor, acercandome a donde estaba mi amiga, viendo que estaba hablando con ella Mario.— Hola ¿nos vamos ya? — le pregunté a mi amiga— Chica que rápido ha sido esta vez, — me dijo con sarcasmo Sandra—Sofia por favor, me gustaría que aceptaras cenar conmigo esta noche, si tu quieres claro — me dijo Mario— Lo siento de verdad Mario, pero no puedo, mañana nos vemos, adios — le dije— Sofía no me conformo, necesito hablar contigo, si no puedes cenar conmigo, vamos a tomar una copa ahora — me dijo, cogiendo mi brazo con su mano— No Mario, y por favor, nunca más te acerques a mí mientras esté trabajando por favor — le dije subiendo al coche de mi amiga Sandra.Sandra arrancó su coche, marchandonos del parking del hotel con dirección a mi casa— ¿Qué quería de ti, ese baboso de John? — preguntó mi amiga— Hacer un trato
Cuando baje del ascensor, me acerque hasta el cuarto de la limpieza donde nos cambiábamos de ropa, viendo todavía dentro a mis compañeras de trabajo acercándose mi amiga Sandra a mi que cogiendo mi brazo con su mano, me llevó con ella fuera del cuarto.— El italiano ese, está loco por ti, ¿has pensado ya lo que te dije ayer? deja las dichosas pastillas, tiratelo y dile luego que estas embarazada — me dijo— Creo que el no dormir bien, te ha trastocado un poco Sandra — le dije riendo— Tu si que estas trastocada, por dejarte manosear por ese cerdo Sofía — me dijo mi amigaMe solté del agarre de mi amiga, entrando otra vez en aquel cuarto para ponerme el uniforme de limpiadora, una vez que ya estaba vestida, cogi mi carro marchandome al pasillo para coger el ascensor que me llevaba a la planta. Una vez que ya estaba en planta, abri la puerta de la primera habitación para limpiarla, cuando escuche a mi jefe detrás de mí— Hola Sofia ¿te has pensado ya la respuesta? las facturas se amonto