Porque el final es el destino único de cada historia…
_ ¡Mátala!
Sobre la roca negra se extendían finísimas líneas de sangre, oscuras y coaguladas en indescifrables arabescos. Las figuras armadas y lóbregas que se agitaban a su alrededor se miraron a un tiempo con decisión y con miedo en los ánimos. La noche se prometía fría y devastadora.
_ ¡Mátala!
Por encima de la fiereza de la orden, las cinco criaturas, con Dominic a la cabeza, se movieron al unísono rebasando la escasa distancia entre la salvación y la destrucción de las Razas de la Noche. Un runier, una mantri, una nihil, un átero… un sorian.
Desde las pequeñas manos atadas con delgados hilos de cártaro corrieron varias gotas espesas y letales, anunciadoras de los breves momentos de vida que restaban a la Madre. Dominic recordó el momento en que había sido atado de la misma forma, casi al borde la muerte y viendo a Lara hacer gala de sus dotes de hija de la noche en aquella iglesia de Altea.
Se acercó a ella con un temblor predecible en los labios, perdiéndose en el aro negro que circundaba el azul provocativo y amenazante de sus ojos. Percibió la debilidad de su respiración, disfrazada bajo una voluntad férrea y una ira concentrada y profunda. Quizás era eso lo único que se había permitido cambiar desde el día en que se habían conocido: ya no ocultaba quién era, la tormenta que antes recluía en su pecho se desataba ahora a su alrededor sin que nada pudiera aplacarla.
La besó con dulzura, con una que ella jamás le hubiera permitido de haber estado en libertad, la besó por el mañana que ya no tendrían, mientras los tigres rugían su dolor en agónicos estertores.
_ ¡Mátala!
Y esta vez no se hizo repetir la orden. Hundió la nívea hoja de la khopesh en el pecho de Lara y cayó de rodillas.
Matar a Lara.
Era la tarea a la que había estado destinado desde su nacimiento.
PRIMER CAOS. EL SACRIFICIOBAJO EL SIGNO DE LA NOCHECampamento stark en algún lugar de Noruega.Invierno._ ¡No puedes cometer semejante locura! _ Brago la reconvino, pero ni su exaltación ni la de Maureen habían conseguido hacerla desistir de su empeño.La verdadera batalla estaba afuera, lejos de los centinelas del campamento y más lejos aún de la protección constante de los oficiales stark. Ella era necesaria allí donde su participación podía significar una diferencia entre el número de muertos y el número de criaturas que regresarían a casa a celebrar el cumplimiento de una misión. Ya no podían seguir manteniéndola al margen de unas circunstancias que ella misma había desatado.El día en que Ius le había hecho lee
La Casa de la NocheEl sol apenas lograba levantarse en medio de la bruma densa que se cernía sobre los caminos empedrados y los vastos jardines alrededor de la mansión. Seis sorian, Evan y Lara, se acercaron al edificio con pasos suaves y calculados, buscando la ventana de las habitaciones del ala este que Garth debía haber abierto para ellos.Brago y Maureen no participaban en la misión. Siguiendo estrictas órdenes de Lara se habían quedado para no descuidar, bajo ningún concepto, la protección de Moyra; el campamento estaba demasiado cerca del territorio craig y no se sabía con qué peligrosa sorpresa pudiera salirles Ius.Armada con sus juguetes preferidos Rianna abría el paso, con los extremos de los látigos debidamente atados para no provocar ningún ruido inoportuno que pudiera delatarlos. Tras ella, Evan, con Lionel y Sam a sus costados haci&ea
La respiración de Lara pareció detenerse. Había esperado a lo largo de un año, quizás inconscientemente, que alguna fuerza especial negara el hecho de que ella era importante para las Razas; pero allí estaba otra prueba de su responsabilidad para atarla al mundo de la noche._ Señora… _ la apuró el Comandante sacándola de su letargo._ Es este. _ murmuró ella pasando el volumen de nuevo a Evan, que lo guardó con celo en la minúscula mochila que llevaba a la espalda _ Estoy segura.Lía sonrió con feliz agitación aunque a juicio de Dominic aún no había mucho que celebrar. La primera parte de la misión había concluido con éxito, el libro estaba en su poder; ahora quedaba por vencer una fase no menos peligrosa: salir con vida de la mansión.Boogs hizo una pequeña señal para avisar que el corred
SEGUNDO CAOS. EL DESTIERROVilla de las MercedesOnce meses antes.Dominic frunció el ceño y arrugó la nariz en un gesto de incredulidad mientras olfateaba el aire. Desde hacía varios kilómetros un hedor particular y desagradable podía percibirse, pero nadie había prestado demasiada atención. Hubiera sido absurdo asociar la fuente de aquel aroma justo con el lugar al que se dirigían; Sn embargo allí estaba, cerca y más agresivo, avisando que cada buen pensamiento que pudieran haber albergado hasta entonces estaba pronto a desaparecer.Frente a sus ojos, a no más de tres kilómetros de distancia, se levantaba una columna de humo negro y denso, la clase de humo que queda como recuerdo después de varias horas, cuando el incendio ha arrasado ya con cualquier partícula capaz de quemarse.La casa habí
Algún lugar al norte de Marsella.La tarde se prometía despejada y fresca, más que de costumbre en los últimos días, y Siena eligió un sedán amplio con vidrios polarizados y cómodos asientos para el viaje que iban a realizar. El auto era rápido y la mujer lo manejaba con destreza inigualable. Saliendo directamente de las cocheras de la mansión, era muy difícil que alguien descubriera quién iba dentro, pero si aun así lo hubieran intuido siempre quedaría la duda de que fuera el regente quien salía sin escolta y con tan pocas precauciones.La Primera Oficial lo había preferido de esa forma y el jerarca confiaba en su juicio. Además, el sitio que planeaban visitar no debía ser del dominio de ningún miembro del resto de las Razas, ni siquiera de sus propios destacamentos de craig. Cuanto más en sile
Algún lugar de la Región de Limousin.Francia.Evan sonrió mientras miraba comer a Evelett. El vaso de setecientos cincuenta mililitros lleno de helado entre sus manos no parecía ser suficiente para satisfacerle el apetito, y por el ritmo cada vez más veloz de la cuchara, el joven temió que la pequeña se fuera a resfriar.La cafetería no era precisamente muy cálida, defecto natural de todas las cafeterías de mala muerte que se añejaban al borde de la autopista, y cuya única subsistencia se debía a los pocos cafés que los choferes, cansados y somnolientos, pedían para combatir el sueño de la madrugada. Y si a eso le sumaba el hecho de que el invierno parecía recrudecerse por las noches, entonces Evelett corría peligro de tener gripe muy pronto._ Tu hermana me matará si se entera
Algún lugar al norte de Marsella La llegada de la noche arrastraba una frialdad que no se solidificaba en nieve ni en lluvia, que no llegaba a ser dañina para una criatura de la noche, pero que hubiera sido letal para un humano que se quedara a la intemperie. La vivienda no tenía en modo alguno las condiciones para enfrentar un invierno tan crudo como aquel, en especial porque las paredes eran demasiado delgadas y la estufa no funcionaba desde hacía años. De cualquier manera no importaba, todos los que habitaban la desarticulada casucha eran criaturas de la noche, o estaban muertos.Hacía horas que esperaban, silenciosos y expectantes, a que el predicamento en que se habían metido tuviera un desenlace acorde a sus expectativas. Mientras, el aire gélido no parecía ser suficiente para espantar al cuervo, que seguía cantándole a la oscuridad su desconte
Parque Natural Regional de Perigord-Limousin.Francia.Sobre los árboles de madera oscura y hojas desteñidas, el rugido de Khan sonó hosco y atronador, perseguido por el eco del bosque, más amenazante aún que el propio mandato._ ¡Detente! _ pero la chica no lo escuchaba _ ¡Lara, no voy a repetirlo, detente!Sobre el colchón en el que se mezclaban las hojas caídas Lara corría como si le fuera la vida en ello, poseída de una ansiedad que ni ella ni los tigres lograban contener. Los animales se desplazaban con una marcha ligera y cautelosa paralelos a su trayectoria, aunque no se podía decir que la muchacha siguiera una trayectoria predeterminada. Avanzaba al parecer sin rumbo, confundida y ofuscada por una frustración que a cada momento se acercaba más a la ira que a la tristeza.Más de una semana.