PRIMER CAOS. EL SACRIFICIO
BAJO EL SIGNO DE LA NOCHE
Campamento stark en algún lugar de Noruega.
Invierno.
_ ¡No puedes cometer semejante locura! _ Brago la reconvino, pero ni su exaltación ni la de Maureen habían conseguido hacerla desistir de su empeño.
La verdadera batalla estaba afuera, lejos de los centinelas del campamento y más lejos aún de la protección constante de los oficiales stark. Ella era necesaria allí donde su participación podía significar una diferencia entre el número de muertos y el número de criaturas que regresarían a casa a celebrar el cumplimiento de una misión. Ya no podían seguir manteniéndola al margen de unas circunstancias que ella misma había desatado.
El día en que Ius le había hecho leer la Memoria Histórica frente al Concejo, Lara había puesto toda su confianza en la criatura equivocada, había escuchado a Dominic, desestimando por completo las advertencias de Evan de que debía guardar silencio, y le había revelado al regente no sólo los orígenes de su raza, sino también la forma de extenderla sobre la tierra.
Ahora debía asumir las consecuencias de aquel error. No podía permitir que nadie más se sacrificara tratando de cumplir una tarea que le estaba destinada solo a ella. Además, ya era tiempo de ver a Craig cara a cara otra vez.
_ No quiero que sigas preocupándote, Brago. _ le dijo con acento suave y persuasivo _ Este paso es necesario, ya escuchaste a Moyra. Debemos recuperar ese libro y por nada del mundo quiero perderme mi propia fiesta.
_ ¡Sigue siendo una imprudencia! _ se quejó el hombre.
_ Aunque lo sea, hace falta toda la ayuda posible. Evan no logrará encontrar ese trasto viejo por sí solo, ya sabes lo inútil que es todavía leyendo. ¡Hasta Evelett lo hace mejor que él!
El Primer Oficial sonrió con un atisbo de condescendencia paternal: Lara era demasiado testaruda.
_ Serás una preocupación para el resto del destacamento. ¿Cómo es que no lo entiendes? Todos deben enfocarse en proteger a Evan para que pueda encontrar el libro, pero si tú participas todos se preocuparán por protegerte a ti, eres la Madre. Evan pasará al instante a un segundo plano. ¿Acaso estás buscando que lo maten?
Lara fingió valorar la idea por un momento, de todos era sabido que sus sentimientos hacia Evan no eran todavía los mejores, y Brago le pegó en un hombro con torpeza por aquella falta de seriedad.
_ ¡No! ¡Claro que no deseo que lo maten! _ terminó por decir _ Precisamente por eso no debo faltar a esta misión, debo cuidar de él o terminará en una mazmorra de Craig. ¡Vamos, Brago! ¿Qué puede salir mal? Tenemos información precisa sobre la cámara en la que guardan lo que buscamos y todos los miembros del destacamento conocen la mansión como la palma de su mano. Estaremos bien.
_ ¡Ellos sí! Pero tú eres la única que me preocupa, muchacha. _ le acarició el rostro con una ternura que nadie hubiera imaginado pudiera ser expresada por aquella mano gigantesca _ No podemos perderte. Si te capturan desatarás la guerra más sangrienta que se haya visto en nuestra historia, porque sembraremos el mundo de cadáveres de craig si eso es lo que se precisa para traerte de vuelta.
La chica sonrió con agradecimiento y su rostro se ensombreció. El stark era por lo general serio y adusto en su trato hacia ella, pero desde su llegada a la casa de Moyra se había encargado personalmente de su protección, enseñándole la disciplina, el respeto y la organización que reinaba en una sociedad de fugitivos.
Lara no tenía un amigo más fiel y sincero que él, pero ni siquiera en honor a esa amistad había estado dispuesta a ceder en su determinación de integrarse a la escolta de Evan.
_ Lo sé, _ contestó _ pero nada de eso será necesario. Debes confiar un poco más en el entrenamiento que me has dado, he crecido desde la primera vez que me tiraste de un árbol por no saber ocultarme.
_ Deberías escucharla. _ la voz sonó ronca y profunda a sus espaldas, pero ni Lara ni Brago se sorprendieron.
Era usual que Khan se presentara de aquella forma silenciosa y fantasmal. El tigre siempre estaba cerca y disfrutaba del respetuoso temor con que sus apariciones eran acogidas, incluso por los mismos stark.
Desde hacía un año su figura parecía haberse robustecido y muy a menudo Lara lo regañaba por la forma desmedida en que solía comer; pero Khan adoraba la caza y no se podía matar solo por el puro placer de matar. La parte del adiestramiento de la chica que había corrido a su cargo había incluido numerosas cacerías, y tenía plena conciencia de su destreza y absoluta confianza en sus habilidades.
_ Sí… _ consintió Brago _ Sé que ha crecido, pero sigue siendo demasiado tozuda para mi gusto. Nunca se da por vencida.
El ronquido bajo de Khan pareció una risa mientras rodeaba tranquilamente el cuerpo de Lara y metía la enorme cabeza bajo uno de sus brazos. La obstinación de la muchacha era un halago para él y para la tenacidad que había puesto en hacerla una criatura letal y capaz.
_ Algún día lo verás como algo bueno, te lo aseguro. _ roncó gravemente _ Eso significa que nunca se dará por vencida con la misión que tiene entre las Razas.
La respuesta de Lara fue una inclinación leve de cabeza y Brago comprendió que la conversación había llegado a su fin. En la puerta de la tienda se destacaba una figura alta de cabellos dorados que contrastaba de manera singular con la luz mortecina de la tarde. Su llegada no solo puso término a la plática, sino que descontroló por completo el estado de calma en que la muchacha había intentado mantenerse.
“¿Será que jamás aprenderá a anunciarse?” - se enojó Brago. Pero su incomodidad podía ser más perjudicial que beneficiosa en aquel momento, de modo que se limitó a fruncir el ceño mientras le hacía una señal para que pasara.
_ Lamento la interrupción, _ se disculpó el sorian _ pero es necesario que comencemos la reunión cuanto antes. El oficial que ha venido a ayudarnos no puede quedarse demasiado tiempo.
Lara asintió y sin más protocolo pasó bajo el brazo levantado del hombre, que aún sostenía el pesado rectángulo de tela que fungía como puerta. Solo el Primer Oficial pareció reparar un poco en su ánimo.
_ Si no parecieras su sombra tal vez ella sería menos dura contigo… _ le dijo _ aunque no estoy seguro de que alguna vez logre llegar a ser amable.
_ Estoy consciente de eso, _ y la voz del Comandante se volvió hueca y cansada _ pero mi compromiso es mantenerla con vida y ser su sombra es parte de mi obligación como su Guardián, aunque a ella no le guste. No aspiro a nada más.
Brago pasó junto a él, negando con la comprensión que le daba la experiencia aquella última y evidentemente falsa afirmación de Dominic.
_ Cosa insensata es esa de engañarse uno mismo. Solo espero que seas tan testarudo como ella, es mi única garantía de que la sacarás a salvo de esta misión. _ y sin decir más se encaminó hacia el lugar de la reunión.
La tienda de Moyra no tenía más de cinco metros de diámetro, pero en su interior se habían congregado todas las criaturas que, de una forma o de otra, se hallaban enroladas en la peligrosa empresa de llevar a Evan a la mansión de la noche para que robara un libro de la Memoria Histórica, y de ser posible, sacarlo de aquel lugar en una pieza.
El torrente de voces se acalló en el mismo instante en que Lara entró, seguida por Khan y Silver Moon. Nadie sabía si resultaba terrorífica o indescriptiblemente bella la visión de una chica de dieciocho años con un par de tigres blancos caminando serenos a sus costados, pero en momentos como aquel nadie podía negar que Lara era la Madre. La delicadeza de su figura, unida a la fuerza silenciosa de su carácter y a una seriedad austera y respetuosa que jamás abandonaba, la habían convertido en una criatura oscura y casi inaccesible.
El Comandante y Brago irrumpieron tras ella y Moyra pidió a todos que ocuparan los almohadones dispuestos de forma oval. En uno de los extremos, Lara se acomodó con las piernas cruzadas y la actitud alerta, los tigres roncaron su aprobación y se dejaron caer a su alrededor, Khan delante, cubriendo el lado derecho, y Silver Moon detrás, cortando con su torso el flanco izquierdo. Los Mensajeros seguían poniendo en la seguridad de Lara más atención que cualquiera de sus guardianes.
En el otro extremo del óvalo la atención se concentraba en Garth, cuyo cuerpo macizo y achatado por el enorme abrigo de piel resaltaba por desconocido.
El resto de la audiencia se componía de los Primeros Oficiales stark, Brago y Maureen, y por los escasos sorian que aún se mantenían junto al Comandante: Sam, Lionel, Boogs, Rianna y la pequeña Lía, que jamás habría abandonado a su mentora.
Una bebida oscura, mezcla de jengibre, canela y pétalos de rosa azul circuló de mano en mano para calentar a los asistentes y sellar la alianza que Garth simbolizaba con su sola presencia en territorio stark.
_ Te agradecemos por estar aquí, _ lo saludó Moyra con respeto _ valoramos el riesgo que corres al venir a apoyar nuestra causa. Nuestros mayores deseos de bienestar estarán contigo cuando regreses a la Casa de la Noche.
Garth respondió al saludo con cortesía. No era sólo su voluntad lo que lo había impulsado a acudir ante la Madre para colaborar en la misión, era también la vida de sus superiores y de sus amigos que parecía pender del finísimo hilo de la providencia, puesto que era solo cuestión de tiempo que sus elecciones los enfrentaran en batalla unos contra otros.
Con un movimiento coordinado y ligero extendió sobre el cuero que cubría el piso de la tienda un largo pliego de papel amarillento, y enseguida se puso a rayar y marcar sobre él, dando indicaciones precisas sobre pasajes y rondas de la guardia. No había demasiado tiempo para detenerse en ceremonias, en especial cuando faltaba tan poco para la misión, y Dominic seguía con la vista cada una de sus explicaciones, haciendo cada cierto tiempo una sugerencia sobre las mejores estrategias de acción.
_ ¿Estás seguro de que esa es la hora más prudente para que entremos? _ preguntó Maureen cuando las aclaraciones parecieron finalizar. _ ¿No será demasiado arriesgado intentar un asalto en pleno día?
_ No, _ aseguró el Comandante _ es la hora oportuna. A las ocho de la mañana las cacerías habrán terminado, los que se hayan alimentado con suficiencia ya estarán descansando y los que no lo hayan hecho no estarán en condiciones de presentar batalla en pleno uso de todas sus capacidades. Además, te aseguro que lo que menos esperan es que tratemos de infiltrarnos en el lugar más defendido de las Razas a plena luz del día.
_ ¿Y por qué sólo irán sorian en esta misión? _ volvió a inquietarse Maureen _ Lo que menos deseo es que lo consideren una falta de respeto, pero no me ofrece mucha confianza que el Comandante no haya incluido a ningún stark, sobre todo cuando la Madre participará.
_ Pues eso es exactamente lo que parece, Maureen: una falta de respeto. _ el tono de Lara no dejaba lugar a dudas, había conseguido enfadarla _ Después del peligro que corre nuestro aliado para ayudarnos, definitivamente es una ofensa tu insinuación… pero la olvidaremos, teniendo en cuenta que tu preocupación por mí se basa en sus antecedentes.
La tienda se sumió en un silencio temeroso. Mantener la paz entre sorian y stark era la tarea más difícil que Lara debía acometer cada día, en especial cuando ella misma no estaba satisfecha con la presencia de los cazadores en el campamento. Pero en medio de circunstancias tan difíciles era necesario que la armonía entre las razas permaneciera por encima de las pequeñas diferencias.
_ Lo siento, señora. _ se disculpó la Primera Oficial _ No fue mi intención…
_ Lo sé, _ la interrumpió la Madre, sonriendo un poco _ no te preocupes. Pero no debes olvidar que los sorian son ahora nuestros aliados y les debemos respeto y consideración por eso. El Comandante no incluyó stark en esta misión porque yo se lo ordené así.
El desconcierto en el rostro de Maureen se hizo extensivo casi al resto de los presentes; no parecía muy acertado que Lara pusiera toda su seguridad en manos de las criaturas que ya una vez la habían abandonado.
_ Pero, señora… _ y esta vez fue Brago quien intervino con el ceño fruncido y una notable inquietud _ ¿Está segura?
_ Por supuesto, Brago. Tú y Maureen deben quedarse protegiendo a Moyra. La razón por la que el Comandante los dejó fuera de la operación es porque en caso de que algo saliera mal, ustedes serían los que mayor peligro correrían.
Lara respiró profundo antes de comenzar a explicar. Tal vez de todos los presentes en la tienda, los tigres y Dominic eran los únicos capaces de entender su razonamiento: los tigres por su experiencia y el Comandante porque tenía suficiente confianza en que se dejaría matar antes de dejarla nuevamente en manos de Ius.
_ Brago, si nos atrapan Craig se encargará de torturar a los sorian por su traición, a Evan por el descaro de volver a su casa, y a mí más que a nadie porque hace un año le prometí matarlo frente al Concejo. ¿Sabes qué nos da todo eso? Tiempo. Tiempo para ser rescatados o para escapar. Un tiempo que ustedes no tendrían porque los stark son asesinados en el acto cuando son atrapados, y esta vez soy yo quien no está dispuesta a perder a ninguno de mis amigos. ¿Está claro?
La respuesta general fue de aceptación y Dominic se quedó sin saber si Lara dejaba su vida en sus manos porque en realidad confiaba en él o porque no veía otro camino.
_ Está decidido entonces. _ sentenció el Comandante _ Dentro de dieciocho horas estaremos frente a las narices de Ius Craig.
_ Y yo los esperaré adentro. Debemos ser sumamente cautelosos o de lo contrario alguien podría percatarse de lo que planeamos; desde hace seis meses Siena no nos quita los ojos de encima y cualquier movimiento en falso puede terminar en catástrofe. _ advirtió Garth.
_ Soy consciente de eso y de que nuestra planeación debe ser cuidadosa. Será cuestión de entrar, hallar lo que necesitamos y salir. Ius ni siquiera tiene que enterarse de que estuvimos en la mansión. Confía en mí.
_ Confío en usted, Comandante, ciegamente, ya lo sabe. Es la razón por la que estoy aquí.
_ Garth, cuando la misión acabe ¿vendrás conmigo? _ inquirió Dominic con la ansiedad propia que solía asaltarlo cada vez que recordaba a sus amigos.
_ No lo sé, Comandante. Si la misión fracasa es posible que deba escapar de la Casa de la Noche, pero si todo sale bien Maxwell no abandonará a Craig. _ murmuró el sorian agachando la cabeza.
_ Comprendo.
El círculo de criaturas se levantó en silencio y fueron abandonando la sala uno por uno, prestos a cumplir las obligaciones y responsabilidades que cada cual tenía en la misión que se llevaría a cabo en pocas horas. Lionel se auto adjudicó la tarea de apertrechar al pequeño grupo con armas silenciosas y Rianna se hizo cargo de sincronizar los horarios y las acciones.
Antes de partir, Garth se plantó delante de Lara con solemnidad y una sensación de profundo desasosiego. Parecía que muchas décadas hubieran pasado desde el día en que la habían visto por primera vez, casi sepultada en una ventisca invernal.
_ Señora, no me engañaría suponiendo que no soy el primero en decirle el serio riesgo que correrá su vida si participa en esta misión. ¿Verdad? _ preguntó.
_ No, no te engañarías, _ sonrió Lara _ pero no puedo pasar los siguientes quinientos años siendo un ícono, un símbolo en nombre del cual mueran otras criaturas. Necesito sumarme a esta contienda para que las Razas sepan que la Madre no se quedará de brazos cruzados.
Garth asintió con la cabeza. A pesar de lo preocupado de su actitud un orgullo raro de comprensión y acierto lo embargaba.
_ Lo sé. Nadie ha esperado menos de usted. Guárdeme, Madre.
_ Que la noche te devuelva a mí a salvo. _ y le dio aquella bendición con la misma esperanza con que la había pronunciado por primera vez.
La Casa de la NocheEl sol apenas lograba levantarse en medio de la bruma densa que se cernía sobre los caminos empedrados y los vastos jardines alrededor de la mansión. Seis sorian, Evan y Lara, se acercaron al edificio con pasos suaves y calculados, buscando la ventana de las habitaciones del ala este que Garth debía haber abierto para ellos.Brago y Maureen no participaban en la misión. Siguiendo estrictas órdenes de Lara se habían quedado para no descuidar, bajo ningún concepto, la protección de Moyra; el campamento estaba demasiado cerca del territorio craig y no se sabía con qué peligrosa sorpresa pudiera salirles Ius.Armada con sus juguetes preferidos Rianna abría el paso, con los extremos de los látigos debidamente atados para no provocar ningún ruido inoportuno que pudiera delatarlos. Tras ella, Evan, con Lionel y Sam a sus costados haci&ea
La respiración de Lara pareció detenerse. Había esperado a lo largo de un año, quizás inconscientemente, que alguna fuerza especial negara el hecho de que ella era importante para las Razas; pero allí estaba otra prueba de su responsabilidad para atarla al mundo de la noche._ Señora… _ la apuró el Comandante sacándola de su letargo._ Es este. _ murmuró ella pasando el volumen de nuevo a Evan, que lo guardó con celo en la minúscula mochila que llevaba a la espalda _ Estoy segura.Lía sonrió con feliz agitación aunque a juicio de Dominic aún no había mucho que celebrar. La primera parte de la misión había concluido con éxito, el libro estaba en su poder; ahora quedaba por vencer una fase no menos peligrosa: salir con vida de la mansión.Boogs hizo una pequeña señal para avisar que el corred
SEGUNDO CAOS. EL DESTIERROVilla de las MercedesOnce meses antes.Dominic frunció el ceño y arrugó la nariz en un gesto de incredulidad mientras olfateaba el aire. Desde hacía varios kilómetros un hedor particular y desagradable podía percibirse, pero nadie había prestado demasiada atención. Hubiera sido absurdo asociar la fuente de aquel aroma justo con el lugar al que se dirigían; Sn embargo allí estaba, cerca y más agresivo, avisando que cada buen pensamiento que pudieran haber albergado hasta entonces estaba pronto a desaparecer.Frente a sus ojos, a no más de tres kilómetros de distancia, se levantaba una columna de humo negro y denso, la clase de humo que queda como recuerdo después de varias horas, cuando el incendio ha arrasado ya con cualquier partícula capaz de quemarse.La casa habí
Algún lugar al norte de Marsella.La tarde se prometía despejada y fresca, más que de costumbre en los últimos días, y Siena eligió un sedán amplio con vidrios polarizados y cómodos asientos para el viaje que iban a realizar. El auto era rápido y la mujer lo manejaba con destreza inigualable. Saliendo directamente de las cocheras de la mansión, era muy difícil que alguien descubriera quién iba dentro, pero si aun así lo hubieran intuido siempre quedaría la duda de que fuera el regente quien salía sin escolta y con tan pocas precauciones.La Primera Oficial lo había preferido de esa forma y el jerarca confiaba en su juicio. Además, el sitio que planeaban visitar no debía ser del dominio de ningún miembro del resto de las Razas, ni siquiera de sus propios destacamentos de craig. Cuanto más en sile
Algún lugar de la Región de Limousin.Francia.Evan sonrió mientras miraba comer a Evelett. El vaso de setecientos cincuenta mililitros lleno de helado entre sus manos no parecía ser suficiente para satisfacerle el apetito, y por el ritmo cada vez más veloz de la cuchara, el joven temió que la pequeña se fuera a resfriar.La cafetería no era precisamente muy cálida, defecto natural de todas las cafeterías de mala muerte que se añejaban al borde de la autopista, y cuya única subsistencia se debía a los pocos cafés que los choferes, cansados y somnolientos, pedían para combatir el sueño de la madrugada. Y si a eso le sumaba el hecho de que el invierno parecía recrudecerse por las noches, entonces Evelett corría peligro de tener gripe muy pronto._ Tu hermana me matará si se entera
Algún lugar al norte de Marsella La llegada de la noche arrastraba una frialdad que no se solidificaba en nieve ni en lluvia, que no llegaba a ser dañina para una criatura de la noche, pero que hubiera sido letal para un humano que se quedara a la intemperie. La vivienda no tenía en modo alguno las condiciones para enfrentar un invierno tan crudo como aquel, en especial porque las paredes eran demasiado delgadas y la estufa no funcionaba desde hacía años. De cualquier manera no importaba, todos los que habitaban la desarticulada casucha eran criaturas de la noche, o estaban muertos.Hacía horas que esperaban, silenciosos y expectantes, a que el predicamento en que se habían metido tuviera un desenlace acorde a sus expectativas. Mientras, el aire gélido no parecía ser suficiente para espantar al cuervo, que seguía cantándole a la oscuridad su desconte
Parque Natural Regional de Perigord-Limousin.Francia.Sobre los árboles de madera oscura y hojas desteñidas, el rugido de Khan sonó hosco y atronador, perseguido por el eco del bosque, más amenazante aún que el propio mandato._ ¡Detente! _ pero la chica no lo escuchaba _ ¡Lara, no voy a repetirlo, detente!Sobre el colchón en el que se mezclaban las hojas caídas Lara corría como si le fuera la vida en ello, poseída de una ansiedad que ni ella ni los tigres lograban contener. Los animales se desplazaban con una marcha ligera y cautelosa paralelos a su trayectoria, aunque no se podía decir que la muchacha siguiera una trayectoria predeterminada. Avanzaba al parecer sin rumbo, confundida y ofuscada por una frustración que a cada momento se acercaba más a la ira que a la tristeza.Más de una semana.
Dos horas y ciento ochenta kilómetros más tarde, el auto se detuvo frente a una posada silenciosa y casi vacía. Los tigres los siguieron bordeando el camino, resguardándose en la oscuridad de la fronda hasta que llegara otra vez el momento de cazar.La cena fue de todo menos tranquila. La alegría de Evelett por volver a ver a su hermana sobrepasaba los límites de la buena educación, amenazando con sacar de quicio al resto de los aburridos comensales._ ¿Y sabes qué más hemos hecho? _ le dijo a Lara después de narrarle atropelladamente las peripecias de los últimos siete días _ ¡Hemos leído un libro nuevo! Se llama “El Señor de los Anillos”, y es laaaaaargo. Le he leído yo un poco a Evan y él me ha leído un poco a mí. ¡Y ya casi lo hemos terminado!_ ¿En serio? _ inquirió su hermana divertida _