Narrador Omnisciente. Alaia no paraba de caminar de un lado a otro, no imaginaba cómo serían sus días en el inframundo, porque verse a sí misma encerrada en esa habitación donde supone que ya no debe estar presa, puesto que de quien huía o se escondía está a pasos de ella por más que evitó esa cercanía o estar en ese lugar.«Cuál es mi lugar aquí» se preguntaba, pero Zain no le tenía prohibido salir.Creó un mohín cuando vio sobre la cama ropa que parecía ser para ella, y lo único que le extrañó fue que en esta ocasión no era de color oscuro, sino que era un vestido amarillo y recordó tener uno demasiado parecido como si fuera una copia exacta, por lo que se aproximó a un armario bastante grande y cuando lo abrió quedó pasmada porque todo lo que había allí dentro eran copias exactas de la ropa que utilizaba. —¡¿Qué es esto?!— musitó perpleja. — Él nunca estuvo lejos de mí— se tapó la boca con la mano derecha, mientras que con la otra se agarraba la cintura. ★Eso deja claro que no
Narrador Omnisciente.En cambio, Zain no respondió nada, sino que se perdió en esa mirada azul y se quedó deleitado al tenerla agachada delante de él con tan poca tela cubriendo su piel.—Si cumples lo que te he pedido, yo seré capaz de mostrarte lo que he hecho con Smil—. Zain alzó la comisura izquierda de los labios por qué el ratón quería jugar con el gato equivocado.«Me consideras el sirviente estúpido, deslumbrado con la belleza de su señora. El juego está subiendo de nivel» pensó Zain guardándose las carcajadas bien dentro para no dejarlas salir.—Déjame ver si vale la pena perder la cabeza por lo que tienes para darme— Alaia esperaba que él le dijera que la llevaría y luego buscaría la manera de asustarlo, pero le salió mal el cálculo.—Aquí no…, Daren puede venir o aparecer, no sé— ella palideció, pero más aturdida quedó cuando terminó por jalar su cuerpo dejándola en la cama debajo de él.—El rey está ocupado por lo que no vendrá— se acomodó un poco más entre sus piernas.—S
Alaia es la princesa de la manada más poderosa del mundo sobrenatural hija del rey de los lobos Dimitri Lefevre, un hombre que vivía en amargura y olvidando ese hecho que lo hacía aborrecer su propia existencia, hasta que encontró a Emma Collins su reina y la mujer que lo ayudó a recordar su triste y desdichado pasado, y también a perdonarse a sí mismo. Tiempo después de haberla elegido como su luna, ella salió embarazada, pero no lo sabía. Emma sintió que algo dentro del bosque de su manada la atraía, de modo que decidió entrar llevándose la sorpresa de que se trataba de un ángel que le hizo saber que ella estaba embarazada de una niña la cual el mismo ente nombró por "Alaia" y no obstante eso, dejó un beso en su vientre marcando así a la pequeña princesa mucho antes de nacer. En ese mismo instante. El rey de los demonios también sintió una fuerte necesidad de ir a esa manada adentrándose al bosque y se llevó la gran sorpresa de saber que esa niña que apenas no se había formado y qu
Narrador Omnisciente. Desde entonces la vida de la pequeña Alaia no fue normal, como la de cualquier chica, sino que debió estudiar encerrada en casa, con maestros privados que se encargaron de su educación y de hacer de ella una buena diseñadora gráfica. Aunque como todo niño le pareció subyugador, no poder disfrutar de la libertad como cualquier cachorra de su manada, no se rebeló contra su padre, que le propuso que saldría siempre y cuando fuera con ellos, y aunque era sofocante, fue bastante comprensiva al entender que era necesario para su protección hasta que pudiera defenderse y que el rey demonio comprendiera que ella tenía derecho a elegir y no que él lo hiciera en su lugar. Como una chica obediente no hacía nada fuera de lugar y siempre dejó que su familia la protegiera, de ese demonio que, a pesar de ser su pareja destinada, ella pensaba en él cómo alguien terrorífico que le causaba miedo de solo nombrarlo, conociéndolo entre ellos como Daren el rey demonio.
Narrador Omnisciente. «Tu aroma llena mi arma, que me pierdo en la exquisitez, y mi anatomía se estremece mientras más lleno de ti estoy. Te amo…, te amo con tanta intensidad, con esa misma fuerza que te odio al mismo tiempo. Y no es que tú tengas la culpa, si no es que cuando te veo recuerdo mi desdicha, pero, que puedo hacer, si igual, aunque me duela, no puedo dejar de verte» «Pues no te puedo desaparecer por qué eres una parte importante de mí, sin embargo, estoy dispuesto a romperte de mil maneras y volver a unir cada parte de tu alma, con tal de que me pertenezca solo a mí. Amarás cada uno de mis más perversos lados: lo que soy, lo que escondo para no dejarme conocer y lo que reflejo para engañar a mis adversarios» «Mil caretas, eso poseo yo, el emperador absoluto del inframundo» Esos eran los pensamientos de Zain mientras miraba desde la distancia aquella clínica veterinaria donde había visto a su amada entrar. Añoraba recitar para ella cada
Narrador omnisciente.Emma estaba casi al punto de soltarse en carcajadas cuando Alaia le comunicó sobre el pedido del dichoso cliente que nunca antes había visto en su clínica, pero salió a verlo, notando exactamente qué Alaia tenía razón y que es totalmente humano, con un aura más fuerte de lo común, aunque igual no le pareció peligroso. Con su percepción eso era lo que podía notar, ya que ella es fuerte cuando está junto a su pareja, y estando él en la manada, le era difícil ver más allá de donde le permitía su poder.—¿Te gusta el humano? —, indagó su madre con el rostro risueño y Alaia se mostró avergonzada.—Vamos, madre, no es para nada bonito hablar de estas cosas contigo, además, aunque me guste, no podría haber nada entre nosotros. No olvides que tengo pareja destinada y ando con el sello de otro aquí. — Alaia se señaló a sí misma mostrando la marca en su cuello.—El rey demonio ni se ha presentado, ese ser presuntuoso no merece a una linda loba como tú, y si te enamoras de
Narrador Omnisciente. «Demasiado inocente» reflexiono Zain para sus adentros, con pura emoción de poder verla tan cerca, no a distancia como antes.Alaia, conmocionada, mantuvo la misma expresión. Mirando a esa enorme serpiente negra que era incluso más grande que ella, que la veía fijo como si oliera su miedo, con sus ojos verdes hipnóticos; pues, originalmente, ella no debería sentir pavor por una serpiente cuando ella es un ser tan poderoso que podría simplemente cortarla a la mitad con sus garras de loba, pero percibió que esa no es una serpiente común, mientras que Zain la miraba deleitado con ella. Alimentándose de las emociones negativas de la mujer que pronto será solo suya.—¿No sabía que una mujer tan valiente como tú le temía a una serpiente?, desde que te vi…, — Alaia vio como él saboreó las palabras y Zain eligiendo la manera de explicarse para no quedar en evidencia, continuó en donde había dejado su diálogo. — En la clínica, y con el recibimiento que me diste dije, el
Narrador Omnisciente. Alaia, con sus buenos reflejos de alfa suprema, al ver cómo era atacada por la serpiente, se alejó con prontitud usando su destreza de loba y Zain se colocó delante de ella, protegiéndola, logrando que la serpiente terminara clavando los colmillos en su brazo derecho y con la mano izquierda agarró la cabeza de la víbora. Y como estaba despalda a Alaia, mostró sus ojos negros como dos pozos profundos sin fondo, y la demonia que está bajo castigo se amedrentó, sabiendo que ahora por su imprudencia el castigo le vendrá peor.—Te ha hecho daño, déjala en su lugar—, Exclamó Alaia con preocupación tras suponer que un humano tan simple como piensa que es Zain en estos momentos no aguantará el veneno de esa serpiente, de modo que se mostró alarmada y el que salió de su momento de enfado recapacitó en que no debía mostrar poder.Fingiendo que había perdido la fuerza, Zain luego de poner la serpiente en su lugar y encerrarla en la vitrina de cristal.—Déjame ver la mordedu