—¿Cuánto tiempo falta para llegar al jodido lugar? —Le pregunta Dominik a su chofer, mientras observa el reloj en su muñeca—Tengo una reunión de negocios en una hora.
—Un par de minutos jefe, ya casi llegamos.
Deja salir un suspiro nasal.
—Al imbécil de Petrov, le fascina hacerme perder el tiempo.
—Ya llegamos—Le informa el chofer.
Dominik arregla su corbata y se colocó unos lentes oscuros antes de bajarse del auto. Camina unos cuantos pasos y es seguido por diez de sus guardaespaldas, quienes venían en otros autos, justo detrás del de él.
“¿Qué es este basurero?” —Pensó el pelinegro torciendo los labios, al ver el lugar al que Petrov lo había citado.
Era un galpón antiguo, a simple vista abandonado, excepto por los dos hombres que estaban parados junto a la oxidada puerta.
—El señor Dominik está aquí—Informa uno de ellos, tocando un auricular en su oreja, y a los pocos segundos dice—El jefe ha dicho que pasen—Empuja la puerta con una sola mano.
—Espero que no me hayas hecho perder el tiempo, y que tengas mi dinero—Es lo primero que suelta el pelinegro, al ver a Petrov.
—Mi apreciado colega—Se levanta de la silla con los brazos abiertos—¿Ni siquiera vas a saludar?
—Tu y yo no somos colegas…—Le hace una seña con la mano—Mi dinero.
—Bien, bien—Pone los ojos en blanco—Que materialista eres, y yo que he guardado lo mejor de mi mercancía para ti.
Dominik aprieta la mandíbula al escuchar esas palabras.
—Sabes muy bien que yo solo acepto pago en efectivo, nada de intercambios.
—Espera, espera, no me rechaces antes de ver lo que te estoy ofreciendo, no te vas a arrepentir—Le asegura Petrov, haciéndole una seña con la mano a uno de sus hombres, y este se aleja para regresar segundos después, trayendo consigo a una chica, atada de manos, y casi a empujones—Mira esta preciosura, está algo escuálida porque al principio no quería comer, nos dio pelea, pero después de un buen escarmiento, empezó a cooperar.
Dominik la observa detalladamente, se encontraba a unos metros de distancia. Él, odia darle la razón al desgraciado de Petrov, pero, la tenía, la mujer es hermosa, piel clara, un tanto amarillenta, quizás por falta de sol, pero su tono de piel era irrelevante, lo que verdaderamente llamó su atención fue su cabello cobrizo, sus delicadas facciones y esas largas pestañas que resguardan unos ojos azules como el cielo.
De inmediato se imaginó plasmando tal belleza en un lienzo, sería la musa perfecta, daría como resultado una magnifica obra de arte, aunque… no, no, esa mujer está en ese lugar en contra de su voluntad, la personas que Petrov trafica, siempre lo están.
“¿Hacer que nazca una pintura de una desgracia?” —Pensó Dominik, sin dejar de estudiar a la chica con la mirada, y su respuesta inmediata, para si mismo, fue un rotundo “NO”.
—Veo que esta bruja te ha hechizado como a todos nosotros—Asegura Petrov, al percatarse de sus gestos—Su nombre es Nastacy, y nos costó mucho hacer que nos lo dijera, quizás al principio se porte como una fiera salvaje, pero con mano dura, aprenderá a obedecerte.
—Mis obras de arte jamás te darían dolores de cabeza, ¿Cómo esperas que acepte el intercambio de una insignificante mujer, por la pieza invaluable que te entregue?
Petrov se ríe, mostrando sus dientes de plata, y luego se acerca para susurrarle a Dominik.
—Mi doctor la reviso y se percató de que aun nadie la ha tocado, y no tienes idea de lo que me costó contenerme para no hacerlo yo—Se estaba refiriendo a que la chica aun es virgen, y Dominik le dio una mirada fulminante—Es mayor de edad—Le asegura, al comprender el porqué de su mirada—Tiene más de veinte, pero no más de veinticinco.
—¿Y dónde vivía, en una cueva?
—Yo pensé lo mismo, tal vez es una de esas chicas que se guardan hasta el matrimonio—Petrov suelta una risa burlona al decir esas palabras.
El pelinegro se alejó del despreciable hombre, sintiéndose algo frustrado. Estaba seguro de que se negaría a aceptar a la chica, pero al mirar de nuevo en su dirección, se sintió intrigado porque esos ojos azules no decían nada, incluso su rostro estaba sin expresión alguna, alguien en su posición estaría suplicando auxilio, ¿Por qué ella no lo hacía?
—La voy a aceptar, solo por una razón…—Le informa Dominik a Petrov, y este último hace un gesto de celebración con los brazos—Para que tu deuda quede saldada, y no tener que volver a ver tu despreciable cara.
—¡Ese es el Dominik que conozco, todo un desgraciado! —Se ríe—No me importan tus razones, solo llévatela, y bórrame de tu lista.
El pelinegro le hace una seña a sus guardaespaldas para que lo sigan, he irse del lugar, pero antes le indica a su hombre de confianza:
—Que se suba en mi auto.
—Jefe, puede ser peligroso para usted.
—¿Un asesino como tú le tiene miedo a una simple chica?
—No jefe, pero, ¿Y si es algún truco sucio de Petrov?, puede atacarlo en el camino.
—En ese caso no desates sus manos, y tú, nos acompañaras en el asiento del copiloto.
—Como ordene, señor...
Se suben a los autos tal como él lo indicó, y mientras avanzaban, Nastacy miraba al hombre por el rabillo del ojo.Él se quita los lentes oscuros, y al notarlo, ella gira su rostro para detallarlo ahora sin nada de disimulo. Siente su mirada encima y también voltea para contemplarse el uno al otro sin sonreír.A pesar de que no fueron miradas furtivas, tampoco denotaron una pizca de interés, eran miradas y ya, nadie podría definir que es lo que intenta descifrar él, en ella, ni que es lo que espera ella, de él, y de aquel intercambio…Dominik es de piel blanca, casi pálida, pómulos y mandíbula marcados, cejas con algo de espesor y un cabello negro tan oscuro como sus ojos. Le resultó tan atractivo y a la vez inquietante tanta perfección, alguien tan guapo y que este metido en ese tipo de negocios sucios, no puede estar nada bien de la cabeza.Lo escanea con un vistazo rápido y nota que va vestido elegante, para ella es obvio que tiene mucho dinero, lo que hizo que una de las frases de
Los autos se detuvieron en el estacionamiento de un lujoso edificio.Dominik al bajar le indicó a Marcus que llevara a la chica al piso tres, habitación dos, y este últimos sigue sus órdenes de inmediato.Entraron al lugar y se dirigieron hacia el ascensor, hasta detenerse en el tercer piso.Salieron y mientras iban caminando, la joven miraba hacia todas partes. Cada cosa a su alrededor era lujosa, y había tantos adornos como si de un museo se tratase, además todo estaba tan meticulosamente limpio, que podías ver tu reflejo en cada superficie.—Esta será tu habitación—Le indica el hombre abriendo una puerta—Quédate aquí hasta que el jefe te lo indique, ahí encontrarás ropa y productos de aseo personal. Cuando llegue la hora de la comida, te la traerán hasta aquí. ¿Comprendes todo lo que acabo de decir?—Ella se limita a asentir con la cabeza—Aquí solo hay tres reglas que debes saber: una, no le colmes la paciencia al jefe, es poco tolerante. Dos, no intentes escapar o habrá consecuenci
El cuerpo de Nastacy se sentía pesado, por más esfuerzo que hacía le costaba abrir los párpados, se sentía mareada, aturdida y sentía que era cargada y movida de un lugar a otro, sin ningún tipo de cautela."¿Que está pasando?, ¿Dónde estoy?—Gritaba en su mente.Escuchaba voces masculinas, y por más cuidado que ponía a las palabras, no comprendía nada de lo que decían, era otro idioma el que estaban hablando.Lentamente fue abriendo los ojos, y con su vista borrosa no alcanzaba a ver nada, todo estaba muy oscuro.—Nastacy—Susurro alguien cerca de ella, y rápido reconoció de quién se trataba.—¡Rachel, aquí estoy!—Shhhh—La calla—No hables tan fuerte para que no sepan que estamos conscientes, pueden volver a dormirnos—Su miedo al hablar era más que evidente, estaba alterada.—¿De qué hablas Rachel?, ¿Que está pasando?—Nos secuestraron Nas, el tipo que conocimos en la discoteca nos drogó, todo es mi culpa—Se le quiebra la voz—Lo siento tanto—Empezó a llorar.—Tranquila, todo va a estar
—¿Qué te pasa? —Preguntó Dominik con él ceño fruncido—¿Por qué gritas así? —La mataron, por mi culpa la mataron—Sollozo ella—La confundieron conmigo y por eso murió. Es la primera vez que él escucha su voz, y a pesar de estar quebrada por el llanto le pareció tan suave como el terciopelo. —Entonces, si puedes hablar—Suelta sus manos sin alejarse de ella y al notar el temblor de su cuerpo le dice—Fue una pesadilla, mejor cálmate. —No fue un sueño, ella murió por mi culpa. —Entonces olvídala, no sé de quién hablas, solo sé que no podemos hacer nada por los muertos, olvídate de ella y pasa la página. —¿Cómo me pides algo así? —Lo miró con rencor—¿No tienes corazón? —Claro que lo tengo, sirve para bombear sangre, no para guardar sentimientos inútiles... arrepentirte no te servirá de nada, no la vas a revivir con lágrimas. —Eres un... —Mucho cuidado con lo que vas a decir—La interrumpe, con una mirada intimidante, y se acercó tanto a ella, que la chica giró su rostro para evitar q
Dominik estaba en lo cierto, la joven no logró conciliar el sueño en lo que restaba de la noche, pero el desvelo le ayudo a ver la realidad, o, mejor dicho, su verdad. Ella no quería estar en ese lugar, no importa cuánto se repitiese que debía aceptar su "nueva vida", no lo quería, lo único que deseaba era volver a casa, volver con sus padres, contar su historia tal cual ocurrió.La pregunta es, ¿Como?, salir de este edificio resulta más difícil de lo que parecía escapar de Petrov, aquí hay hombres vigilando por todas partes.—Tendré que idear un plan—Se dice a sí misma en voz alta—y lo primero que debo hacer es ganarme la confianza de Dominik.Y mientras camina de un lado a otro por la habitación, la puerta fue abierta sin ningún anuncio previo.—Tu debes ser el nuevo juguete de mi egocéntrico hermano—Comenta un chico, apenas la ve.Se trata de Damián, el hermano menor de Dominik y con quién comparte cierto parecido, al menos externo. Un joven muy guapo, extrovertido, quien emana un
Una semana ha pasado desde que Nastacy fue entregada en intercambio. Su vida se ha vuelto tan repetitiva, que parece que vive en un bucle del tiempo. Se levanta, se asea, desayuna la comida que le trae la señora de servicio, después lee un libro hasta que llega la hora del almuerzo, y pasado el mediodía, posa para que Dominik pinte sus cuadros.En este momento se encuentra sentada, con las piernas cruzadas y sus manos reposando sobre ellas mientras observa fijamente al hombre que le indicó que adquiriera esa posición.Lleva media hora sin poder moverse, ya que él, nuevamente está utilizando su imagen para crear una pintura.Nas aprovecha el momento para detallarlo, se ve tan concentrado cuando pinta, su mirada se pierde entre el lienzo y los colores, tal como si en su mente, estuviese entrando en la obra que está por crear. Y mantuvo la misma expresión, hasta que de la nada, cambio a una muy sería, al parecer hay algo que ha empezado a molestarle.—¡No me sirve!—Exclama en tono frustr
—¡Me volveré loca!—asegura Nas, debido a que lleva tres días, sin hablar con absolutamente nadie. Después de aquel incidente con Dominik, él no había vuelto a la habitación, y no ha visto a nadie más que a la chica de servicio quien simplemente le deja el plato de comida y se marcha sin decir palabra alguna, como si estuviese alimentando un animal.La joven se levanta e intenta mover una cortina para abrir una de las ventanas, pero detuvo sus manos porque fue la puerta de la habitación la que fue abierta.—Tengo ganas de pintar—dice el peli negro—Hoy estoy de humor. No se toma la amabilidad de saludar, aunque nunca lo hace, por eso a ella no le parece extraño.—¿Necesita que me cambie la ropa?—trae puesto un vestido blanco que da hasta la rodilla, de escote corazón y ajustado en la cintura.La mira de arriba a abajo, y niega con la cabeza.—¿Y que hago?, ¿me quedo de pie o tomo asiento?—Eso es lo que aún no se—Se lleva una mano a la barbilla con un gesto pensativo—No me decido que
Alguien toca la puerta, de seguro es que traen la comida, tan puntual como siempre. —Adelante—dice Nas, y una señora se asoma para informarle que el jefe ha indicado que se presente en el comedor.Ella la mira atónita, y un tanto nerviosa le pregunta ¿dónde queda el comedor?, puesto que es la primera vez que saldría de esa habitación desde que llegó al edificio. Una vez informada, lo duda bastante, no sabe que le espera fuera de esas cuatro paredes, y al caer en cuenta, se llenó de valor porque recordó su plan de querer escapar de ese lugar, y para eso, necesita conocerlo mejor.Apenas sale de su habitación, se percata del hombre que se encuentra a dos metros de distancia, no tenía idea de que uno de los hombres de Dominik custodiaba su puerta. Eso complica mucho sus planes.Llega al comedor, y ya los hermanos se encontraban sentados.—Pensé que no vendrías nunca—Dice el peli negro, algo irritado.—Nas, es un gusto verte—Menciona Damián en un tono amistoso, y ella curva sus labios