Se suben a los autos tal como él lo indicó, y mientras avanzaban, Nastacy miraba al hombre por el rabillo del ojo.
Él se quita los lentes oscuros, y al notarlo, ella gira su rostro para detallarlo ahora sin nada de disimulo. Siente su mirada encima y también voltea para contemplarse el uno al otro sin sonreír.
A pesar de que no fueron miradas furtivas, tampoco denotaron una pizca de interés, eran miradas y ya, nadie podría definir que es lo que intenta descifrar él, en ella, ni que es lo que espera ella, de él, y de aquel intercambio…
Dominik es de piel blanca, casi pálida, pómulos y mandíbula marcados, cejas con algo de espesor y un cabello negro tan oscuro como sus ojos. Le resultó tan atractivo y a la vez inquietante tanta perfección, alguien tan guapo y que este metido en ese tipo de negocios sucios, no puede estar nada bien de la cabeza.
Lo escanea con un vistazo rápido y nota que va vestido elegante, para ella es obvio que tiene mucho dinero, lo que hizo que una de las frases de su padre retumbara en su cabeza.
"De las personas que más tienes que desconfiar es de los adinerados que están bien vestidos, los mayores delincuentes siempre van de cuello blanco"
Tal vez en otra oportunidad ese recuerdo la habría puesto alerta, pero ha pasado, por tanto, ha sufrido tanto las últimas semanas, que ya nada le importa, su alma y su cuerpo se han desconectado.
¿Qué más da que haya pasado de un psicópata a otro?, y llámenlo cobardía, miedo o resiliencia, lastimosamente ya hace mucho que perdió las esperanzas...
Momentos después la chica apartó la mirada, esta vez mantuvo la vista fija en la ventana, aunque en realidad no estaba mirando ningún punto en específico, hasta que de pronto, la voz de Dominik, llamó su atención.
—Detén el auto—Le pidió a su chofer, y Nas no pudo evitar mirarlo otra vez, la sorprendió lo grave que es su voz, pues en el galpón estaba tan lejos de él, que no había podido escucharlo—Ya nos alejamos lo suficiente, ahora bájate—Le dice a la joven, y ella lo mira sin comprender nada—¿Qué quieres?, ¿Que me baje primero y te abra la puerta?—Fue palpable el sarcasmo en esa pregunta—Ya me has costado demasiado—Le desata las manos con brusquedad —Perdí una de mis mejores obras por tu culpa, bájate de una vez y no me sigas dando problemas.
Al terminar de hablar apartó la mirada, y lo dijo de una forma tan fría y cortante que a Nas no le quedó otra opción que hacerle caso y bajarse del auto.
Se quedó mirando como los carros se alejaban de ella a toda prisa, y empezó a caminar a pasos lentos bajo un sol, que estaba comenzando a ser cubierto por nubes muy grises.
No tenía idea de dónde estaba y menos, hacia dónde se dirigía, solo siguió colocando un pie delante de otro, caminando sin un rumbo fijo.Dominik no pudo evitar fijar la vista unos segundos por el retrovisor, hasta que la silueta de la chica se perdió a lo lejos. Sacó un cigarrillo y empezó a fumarlo sin comprender el por qué de su repentina frustración.
—Se que sus asuntos no son de mi incumbencia señor—Empieza a hablar Teo, su hombre de confianza—Pero... No cree que hubiese sido mejor dejarla libre cuando estuviésemos lejos de las tierras de Petrov.
—¿Es una pregunta o una sugerencia? —Inquiere su jefe en tono pendenciero—Mejor no contestes, eres irritante —Baja la ventanilla para expulsar el humo del cigarrillo —Primero le temes y ahora te preocupas, decídete.
—Pido perdón si le resulto una molestia, pero... usted sabe mejor que yo que si los hombres de Petrov la recuperan, la van a matar.
—Ya hice mucho por ella, no le debo nada, que busque las maneras de defenderse.
—Señor, si Petrov la atrapa, morir, no será lo peor que le pueda pasar.
Teo gira su cabeza para mirarlo a la cara, y se da cuenta de que por su expresión, Dominik, había comprendido perfectamente a lo que se estaba refiriendo.
No tomó la decisión de inmediato, una parte de él le decía que la dejara ahí tirada, que no era su problema, y la otra, aseguraba que la chica le podía ser de mucha utilidad.
Cerró un segundo los párpados y pudo ver la imagen de la joven en su cabeza, sabe que bajo aquel aspecto desaliñado se esconde una belleza inigualable, esos ojos azules, esas delicadas facciones, esa piel de porcelana, ese cabello cobrizo, esas curvas… Sus dedos se rozan entre sí al imaginarse plasmando tales cosas en un lienzo virgen, no solo uno, serían muchas las formas en las que podría pintarla.
—Llama a Marco—Le ordena a Teo, abriendo los párpados (Marco es otro de sus guardaespaldas) —Dile que vuelva de inmediato por la chica, y que la lleve al edificio...Los autos se detuvieron en el estacionamiento de un lujoso edificio.Dominik al bajar le indicó a Marcus que llevara a la chica al piso tres, habitación dos, y este últimos sigue sus órdenes de inmediato.Entraron al lugar y se dirigieron hacia el ascensor, hasta detenerse en el tercer piso.Salieron y mientras iban caminando, la joven miraba hacia todas partes. Cada cosa a su alrededor era lujosa, y había tantos adornos como si de un museo se tratase, además todo estaba tan meticulosamente limpio, que podías ver tu reflejo en cada superficie.—Esta será tu habitación—Le indica el hombre abriendo una puerta—Quédate aquí hasta que el jefe te lo indique, ahí encontrarás ropa y productos de aseo personal. Cuando llegue la hora de la comida, te la traerán hasta aquí. ¿Comprendes todo lo que acabo de decir?—Ella se limita a asentir con la cabeza—Aquí solo hay tres reglas que debes saber: una, no le colmes la paciencia al jefe, es poco tolerante. Dos, no intentes escapar o habrá consecuenci
El cuerpo de Nastacy se sentía pesado, por más esfuerzo que hacía le costaba abrir los párpados, se sentía mareada, aturdida y sentía que era cargada y movida de un lugar a otro, sin ningún tipo de cautela."¿Que está pasando?, ¿Dónde estoy?—Gritaba en su mente.Escuchaba voces masculinas, y por más cuidado que ponía a las palabras, no comprendía nada de lo que decían, era otro idioma el que estaban hablando.Lentamente fue abriendo los ojos, y con su vista borrosa no alcanzaba a ver nada, todo estaba muy oscuro.—Nastacy—Susurro alguien cerca de ella, y rápido reconoció de quién se trataba.—¡Rachel, aquí estoy!—Shhhh—La calla—No hables tan fuerte para que no sepan que estamos conscientes, pueden volver a dormirnos—Su miedo al hablar era más que evidente, estaba alterada.—¿De qué hablas Rachel?, ¿Que está pasando?—Nos secuestraron Nas, el tipo que conocimos en la discoteca nos drogó, todo es mi culpa—Se le quiebra la voz—Lo siento tanto—Empezó a llorar.—Tranquila, todo va a estar
—¿Qué te pasa? —Preguntó Dominik con él ceño fruncido—¿Por qué gritas así? —La mataron, por mi culpa la mataron—Sollozo ella—La confundieron conmigo y por eso murió. Es la primera vez que él escucha su voz, y a pesar de estar quebrada por el llanto le pareció tan suave como el terciopelo. —Entonces, si puedes hablar—Suelta sus manos sin alejarse de ella y al notar el temblor de su cuerpo le dice—Fue una pesadilla, mejor cálmate. —No fue un sueño, ella murió por mi culpa. —Entonces olvídala, no sé de quién hablas, solo sé que no podemos hacer nada por los muertos, olvídate de ella y pasa la página. —¿Cómo me pides algo así? —Lo miró con rencor—¿No tienes corazón? —Claro que lo tengo, sirve para bombear sangre, no para guardar sentimientos inútiles... arrepentirte no te servirá de nada, no la vas a revivir con lágrimas. —Eres un... —Mucho cuidado con lo que vas a decir—La interrumpe, con una mirada intimidante, y se acercó tanto a ella, que la chica giró su rostro para evitar q
Dominik estaba en lo cierto, la joven no logró conciliar el sueño en lo que restaba de la noche, pero el desvelo le ayudo a ver la realidad, o, mejor dicho, su verdad. Ella no quería estar en ese lugar, no importa cuánto se repitiese que debía aceptar su "nueva vida", no lo quería, lo único que deseaba era volver a casa, volver con sus padres, contar su historia tal cual ocurrió.La pregunta es, ¿Como?, salir de este edificio resulta más difícil de lo que parecía escapar de Petrov, aquí hay hombres vigilando por todas partes.—Tendré que idear un plan—Se dice a sí misma en voz alta—y lo primero que debo hacer es ganarme la confianza de Dominik.Y mientras camina de un lado a otro por la habitación, la puerta fue abierta sin ningún anuncio previo.—Tu debes ser el nuevo juguete de mi egocéntrico hermano—Comenta un chico, apenas la ve.Se trata de Damián, el hermano menor de Dominik y con quién comparte cierto parecido, al menos externo. Un joven muy guapo, extrovertido, quien emana un
Una semana ha pasado desde que Nastacy fue entregada en intercambio. Su vida se ha vuelto tan repetitiva, que parece que vive en un bucle del tiempo. Se levanta, se asea, desayuna la comida que le trae la señora de servicio, después lee un libro hasta que llega la hora del almuerzo, y pasado el mediodía, posa para que Dominik pinte sus cuadros.En este momento se encuentra sentada, con las piernas cruzadas y sus manos reposando sobre ellas mientras observa fijamente al hombre que le indicó que adquiriera esa posición.Lleva media hora sin poder moverse, ya que él, nuevamente está utilizando su imagen para crear una pintura.Nas aprovecha el momento para detallarlo, se ve tan concentrado cuando pinta, su mirada se pierde entre el lienzo y los colores, tal como si en su mente, estuviese entrando en la obra que está por crear. Y mantuvo la misma expresión, hasta que de la nada, cambio a una muy sería, al parecer hay algo que ha empezado a molestarle.—¡No me sirve!—Exclama en tono frustr
—¡Me volveré loca!—asegura Nas, debido a que lleva tres días, sin hablar con absolutamente nadie. Después de aquel incidente con Dominik, él no había vuelto a la habitación, y no ha visto a nadie más que a la chica de servicio quien simplemente le deja el plato de comida y se marcha sin decir palabra alguna, como si estuviese alimentando un animal.La joven se levanta e intenta mover una cortina para abrir una de las ventanas, pero detuvo sus manos porque fue la puerta de la habitación la que fue abierta.—Tengo ganas de pintar—dice el peli negro—Hoy estoy de humor. No se toma la amabilidad de saludar, aunque nunca lo hace, por eso a ella no le parece extraño.—¿Necesita que me cambie la ropa?—trae puesto un vestido blanco que da hasta la rodilla, de escote corazón y ajustado en la cintura.La mira de arriba a abajo, y niega con la cabeza.—¿Y que hago?, ¿me quedo de pie o tomo asiento?—Eso es lo que aún no se—Se lleva una mano a la barbilla con un gesto pensativo—No me decido que
Alguien toca la puerta, de seguro es que traen la comida, tan puntual como siempre. —Adelante—dice Nas, y una señora se asoma para informarle que el jefe ha indicado que se presente en el comedor.Ella la mira atónita, y un tanto nerviosa le pregunta ¿dónde queda el comedor?, puesto que es la primera vez que saldría de esa habitación desde que llegó al edificio. Una vez informada, lo duda bastante, no sabe que le espera fuera de esas cuatro paredes, y al caer en cuenta, se llenó de valor porque recordó su plan de querer escapar de ese lugar, y para eso, necesita conocerlo mejor.Apenas sale de su habitación, se percata del hombre que se encuentra a dos metros de distancia, no tenía idea de que uno de los hombres de Dominik custodiaba su puerta. Eso complica mucho sus planes.Llega al comedor, y ya los hermanos se encontraban sentados.—Pensé que no vendrías nunca—Dice el peli negro, algo irritado.—Nas, es un gusto verte—Menciona Damián en un tono amistoso, y ella curva sus labios
—¿Qué estará haciendo mi padre? —Se pregunta Nas, mientras observa la cubierta del libro que acaba de leer—De seguro está buscándome, y yo aquí sin hacer nada para regresar con él.Esas palabras, removieron algo en su interior.Pensar en su padre, en la desesperación que debe estarlo albergando por el hecho de no encontrarla, y en lo injusto que resulta que ella, continue sin hacer nada para salir de ese lugar.La joven se levanta de la silla en la que se encontraba, se coloca las zapatillas en un solo movimiento, y sin contar con una idea reflexiva, camina hacia la puerta y la abre de golpe para salir de aquella habitación.Pasó por el frente del guardia de seguridad y el hombre no movió un musculo, así que no se detuvo, continuo su camino hasta el ascensor. Aprieta el botón, y aun las puertas no habían abierto lo suficiente cuando ya había entrado.Al parecer reaccionó una vez que se encontraba ahí dentro, la atacaron los nervios, y lo único que se le ocurrió fue detener el enorme a