—¿Qué estará haciendo mi padre? —Se pregunta Nas, mientras observa la cubierta del libro que acaba de leer—De seguro está buscándome, y yo aquí sin hacer nada para regresar con él.Esas palabras, removieron algo en su interior.Pensar en su padre, en la desesperación que debe estarlo albergando por el hecho de no encontrarla, y en lo injusto que resulta que ella, continue sin hacer nada para salir de ese lugar.La joven se levanta de la silla en la que se encontraba, se coloca las zapatillas en un solo movimiento, y sin contar con una idea reflexiva, camina hacia la puerta y la abre de golpe para salir de aquella habitación.Pasó por el frente del guardia de seguridad y el hombre no movió un musculo, así que no se detuvo, continuo su camino hasta el ascensor. Aprieta el botón, y aun las puertas no habían abierto lo suficiente cuando ya había entrado.Al parecer reaccionó una vez que se encontraba ahí dentro, la atacaron los nervios, y lo único que se le ocurrió fue detener el enorme a
“¿Y tanto misterio para esto?” —Pensó Nas, al encontrarse en el piso cinco con una simple sala de reuniones, o salón de fiestas, depende de la ocasión para la cual se amerite. Un salón que cualquier millonario arrogante y despilfarrador tendría en su casa.Eso sí, no puede negar que su descubrimiento la ayudo a relajarse un poco, ya que su mayor miedo era ser llevada a una especie de habitación del horror, en la cual Dominik torturara a sus enemigos, o algo peor. Al menos el lugar no está tan mal.Y a pesar de la baja iluminación, pudo visualizar al peli negro, sentado casi al final del salón, bebiendo alcohol y fumando un cigarrillo.El hombre se encuentra algo pensativo, con la mirada perdida, es por eso que la chica aclara ligeramente su garganta para que note su presencia.Alza la mirada y por poco no logra controlar sus expresiones, casi deja al descubierto lo extasiado que estaba ante tal belleza.—¿Estás lista?—Nas solo asiente con la cabeza para afirmar.Dom le indica el espac
—¿Por qué se me ocurrió ésta estupidez?—Se pregunta Dom a sí mismo con los dientes apretados, al darse cuenta de como sus clientes miran a Nastacy mientras baila.Todos parecen hipnotizados con la chica, y es que lo hace tan bien, que su público no puede apartar la mirada.—¡Eso es todo!—Anuncia el peli negro al terminar la primera música, y se escuchan los aplausos de inmediato, seguidos de unos cuantos "que baile otra", "queremos seguir viéndola", "es hermosa" de fondo—¡Es hora de iniciar los negocios!, no vinieron aquí solo para entretenerse.Nas se le acerca y le susurra cerca de la oreja "Si me lo permite, puedo bailar una pieza más", con la única intención de poder ganar tiempo para encontrar a alguien que le ayudese a escapar de ese lugar.Él, la observa directo a los ojos, y a pesar de que estaba decidido a negarse, algo en su interior no se lo permitió, simplemente asintió con la cabeza.Regresa a su posición y comienza una vez más, y mientras él la observa bailar, a su mente
Es la segunda vez que Nas intenta escapar, y ésta vez se encuentra más nerviosa que en la anterior.Por supuesto porque no está bajo las mismas circunstancias, en ésta ocasión está siendo arrastrada de la mano por un joven a quien pensándolo bien, le aterra meter en problemas.No les fue difícil llegar al ascensor, era extraño que no hubiesen hombres vigilando por ningún lado, quizás las cosas estaban a su favor, o tal vez, era todo lo contrario...Erick se quita el saco y se lo coloca por encima de los hombros.—Para que no llames demasiado la atención—le informa—al salir de aquí, irás directamente al auto que te voy a indicar, yo distraeré a los guardias para que no te vean subir, entra en la parte trasera y acuéstate completa, te alcanzaré en un par de segundos.No tuvo chance ni de responderle, cuando terminó de darle los detalles de su plan, las puertas se abrieron. Erick señaló un deportivo plateado, y después de tomar caminos separados, ella avanzó intentando cubrirse con los
A Nas le cuesta respirar, todo pasó tan rápido que no logra comprender que fue lo que sucedió...Permanece dentro del auto y se sobre salta cuando ve a un hombre asomarse a la puerta que continuaba abierta. Se trata de Teo, la mano derecha de Dominik.—Aqui está jefe—dice en voz alta y después extiende su mano para ayudarla a salir del auto.Y sí que cambian las cosas de un instante para otro, hace unos minutos estaba desesperada por no ser encontrada, y ahora se haya aliviada de que la atraparan en pleno "escape".Al salir del deportivo, se acomoda como puede el vestido rasgado y mantiene la mirada clavada en el piso, llena de vergüenza por la situación.Escucha unos pasos acercarse lentamente hasta detenerse frente a ella, y aunque solo logra ver unos costosos zapatos, sabe a quien le pertenecen.—Levanta la cara—le ordena Dom, en un tono extrañamente apacible, y ella no obedece, así que él la toma del mentón y la obliga a hacerlo.Sus oscuras pupilas la detallan cuidadosamente, obs
—No entiendo por qué acepté venir contigo a éste lugar!—Le grita Nastacy a Rachel, cerca del oído—¡La música está demasiado alta!—¡Boba, es una discoteca, ese es el volumen adecuado!—Responde su prima—¡Vamos a beber hasta perder el conocimiento!—¡Voy a quedar sorda!, ¡Y recuerda que la academia nos tiene prohibido ingerir alcohol!Se le acerca y le pregunta al oído—¿Ves a alguien de la academia por aquí?, pues no, así que ¡relájate!, no todos los días se está de cumpleaños, ¡Vinimos a celebrar, a divertirnos!—La empuja por los hombros para acercarla a la barra y le insiste para que tome un trago de vodka.Como era el cumpleaños número veinte de Rachel, la morena convenció a su prima para celebrar en una discoteca, únicamente ellas dos, aunque su verdadera intención, era encontrar a un chico guapo para llevarlo a casa y que la noche terminara con broche de oro. Mientras transcurre el tiempo, y luego de un par de tragos, Nastacy empieza a relajarse, ya no se siente tan tensa, incluso
—¿Cuánto tiempo falta para llegar al jodido lugar? —Le pregunta Dominik a su chofer, mientras observa el reloj en su muñeca—Tengo una reunión de negocios en una hora.—Un par de minutos jefe, ya casi llegamos.Deja salir un suspiro nasal.—Al imbécil de Petrov, le fascina hacerme perder el tiempo.—Ya llegamos—Le informa el chofer.Dominik arregla su corbata y se colocó unos lentes oscuros antes de bajarse del auto. Camina unos cuantos pasos y es seguido por diez de sus guardaespaldas, quienes venían en otros autos, justo detrás del de él.“¿Qué es este basurero?” —Pensó el pelinegro torciendo los labios, al ver el lugar al que Petrov lo había citado.Era un galpón antiguo, a simple vista abandonado, excepto por los dos hombres que estaban parados junto a la oxidada puerta. —El señor Dominik está aquí—Informa uno de ellos, tocando un auricular en su oreja, y a los pocos segundos dice—El jefe ha dicho que pasen—Empuja la puerta con una sola mano.—Espero que no me hayas hecho perder e
Se suben a los autos tal como él lo indicó, y mientras avanzaban, Nastacy miraba al hombre por el rabillo del ojo.Él se quita los lentes oscuros, y al notarlo, ella gira su rostro para detallarlo ahora sin nada de disimulo. Siente su mirada encima y también voltea para contemplarse el uno al otro sin sonreír.A pesar de que no fueron miradas furtivas, tampoco denotaron una pizca de interés, eran miradas y ya, nadie podría definir que es lo que intenta descifrar él, en ella, ni que es lo que espera ella, de él, y de aquel intercambio…Dominik es de piel blanca, casi pálida, pómulos y mandíbula marcados, cejas con algo de espesor y un cabello negro tan oscuro como sus ojos. Le resultó tan atractivo y a la vez inquietante tanta perfección, alguien tan guapo y que este metido en ese tipo de negocios sucios, no puede estar nada bien de la cabeza.Lo escanea con un vistazo rápido y nota que va vestido elegante, para ella es obvio que tiene mucho dinero, lo que hizo que una de las frases de