—No entiendo por qué acepté venir contigo a éste lugar!—Le grita Nastacy a Rachel, cerca del oído—¡La música está demasiado alta!
—¡Boba, es una discoteca, ese es el volumen adecuado!—Responde su prima—¡Vamos a beber hasta perder el conocimiento!
—¡Voy a quedar sorda!, ¡Y recuerda que la academia nos tiene prohibido ingerir alcohol!
Se le acerca y le pregunta al oído—¿Ves a alguien de la academia por aquí?, pues no, así que ¡relájate!, no todos los días se está de cumpleaños, ¡Vinimos a celebrar, a divertirnos!—La empuja por los hombros para acercarla a la barra y le insiste para que tome un trago de vodka.
Como era el cumpleaños número veinte de Rachel, la morena convenció a su prima para celebrar en una discoteca, únicamente ellas dos, aunque su verdadera intención, era encontrar a un chico guapo para llevarlo a casa y que la noche terminara con broche de oro.
Mientras transcurre el tiempo, y luego de un par de tragos, Nastacy empieza a relajarse, ya no se siente tan tensa, incluso se ríen a carcajadas mientras observan los exagerados pasos de baile de algunos en la pista.
La noche había tomado otro color, hasta el instante en que Nas se percató de que un hombre atractivo, y a la misma vez extraño, las estaba observando.
—Rachel, mira disimuladamente a tu derecha—Le susurra—Alguien nos está espiando.
—Tu y tus traumas—Se queja la morena, y gira su cabeza como si se tratase de la película el exorcista, para ver en la dirección que Nas le indicó, y a quien, por cierto, casi le da un infarto de la vergüenza.
—¡Te dije disimuladamente!
—Uyyy, es lindo, muy lindo, saquémosle conversación—Toma su trago para ir hacia él, y su prima la sostiene de inmediato por el hombro.
—Olvídalo, no hablarás con un extraño—La señala con un dedo.
—¿Por qué siempre tienes que ser tan aburrida?, creo que mi tío te tiene traumada, el hecho de que sea policía no quiere decir que te haga desconfiar hasta de tu sombra, así nunca conocerás a nadie.
—Precavida—La corrige—Eso es lo que soy, y sí, mi papá tiene mucho que ver, y lo seguiré siendo.
—"Por supueeesto"—Es sarcástica—Señorita aburrimiento—Hace una mueca con los labios.
—Buenas noches señoritas—Dice una voz masculina a sus espaldas, y ambas voltean y se percatan de que se trata del hombre del que hablaban—No pude evitar darme cuenta de que estaban hablando de mí, o eso me pareció, ya que no me quitaban la mirada de encima.
"Pero si eras tú el que no nos quitaba la mirada de encima a nosotras"—Pensó Nas para sus adentros, dejando una expresión seria en su rostro.
—Le estaba diciendo a mi prima que eres atractivo.
—Compórtate Rachel—Le da un pequeño empujón.
El hombre sonríe ampliamente, mostrando una reluciente dentadura, una sonrisa que habría hecho que cualquier mujer callera redondita, excepto a Nas, a ella solo le generó un leve escalofrió en la espalda.
—Les invito un trago—Le hace una seña al bar tender.
—Es muy amable, pero...
—¡Claro que lo aceptaremos! —Se apresura a responder Rachel—Hoy es mi cumpleaños y tenemos que celebrar.
—¿Sí?, Entonces, que sea una ronda completa—Le hace otra seña al chico tras la barra—Y... A tí, señorita—Se acerca a la morena y le da un sonado beso en la mejilla—Te deseo un feliz cumpleaños—La chica le sonrió de oreja a oreja, embobada con él, y extasiada con el aroma tan exquisito de su perfume.
Nas, sin embargo, estaba impactada, no comprendía como su prima se dejaba tocar así por un desconocido, además de que es bastante obvio que es mayor que ella, debe tener un poco más de treinta años.
—Voy al tocador—Le informó a su prima, algo molesta.
—¿Quieres que te acompañe?
—No, mejor quédate y vigila las bebidas—Eso último se lo susurró al oído, para que el extraño no la escuchara.
Si hay algo que su padre siempre le repite cuando va a alguna fiesta es "Si estás ingiriendo alguna bebida, no dejes tu trago solo, podrían ponerle algo para drogarte". Su error, fue confiar en que su prima tendría la misma cautela que ella.
Al regresar del tocador, Rachel la esperaba con un vaso en la mano—El guapo aquí presente tuvo la brillante idea de brindar por mí—Le entrega el vaso—Salud.
Ambos levantan los vasos y los chocan como si se tratase de copas, Nas repite esa acción, y luego le dice a ella al oído "Nos terminamos esto y nos vamos".
—No seas así Nas.
—Si Nas, no seas así—Se entromete el extraño, haciendo un leve puchero con los labios.
—Al menos dos más y ya, nos vamos.
—¿Lo prometes?
—Si quieres te lo juro, ahora vamos a bailar y deja de preocuparte tanto que pareces una anciana—La toma de los hombros y la arrastra a la pista.
Era obvio que ya la joven no quería estar ahí, pero estaba haciendo un esfuerzo para no arruinar la noche de su prima, así que, sin poder evitarlo, empezó a moverse al ritmo de la música, para ellas dos, bailar es un arte.
Luego de acabar el segundo vaso que se le entregó, el alcohol empezó a surtir efecto, o eso era de lo que estaba convencida. Le hizo una seña a Rachel de que tomaría un descanso, y la Morena estaba tan concentrada en su acompañante que no le prestó la más mínima atención.
Se fue a la barra a tomar asiento en una de las sillas altas, y de forma inconsciente, colocó ambos brazos en la madera frente a ella y dejó reposar su cabeza sobre ellos, esperando que eso le ayudase a pasar el mareo.
Sucedió todo lo contrario, la comodidad de la posición que adquirió, aumentó el efecto de la droga que había entrado a su organismo, y en solo un par de minutos, perdió por completo el conocimiento... de ahí en adelante, su vida, jamás volvió a ser la misma.
—¿Cuánto tiempo falta para llegar al jodido lugar? —Le pregunta Dominik a su chofer, mientras observa el reloj en su muñeca—Tengo una reunión de negocios en una hora.—Un par de minutos jefe, ya casi llegamos.Deja salir un suspiro nasal.—Al imbécil de Petrov, le fascina hacerme perder el tiempo.—Ya llegamos—Le informa el chofer.Dominik arregla su corbata y se colocó unos lentes oscuros antes de bajarse del auto. Camina unos cuantos pasos y es seguido por diez de sus guardaespaldas, quienes venían en otros autos, justo detrás del de él.“¿Qué es este basurero?” —Pensó el pelinegro torciendo los labios, al ver el lugar al que Petrov lo había citado.Era un galpón antiguo, a simple vista abandonado, excepto por los dos hombres que estaban parados junto a la oxidada puerta. —El señor Dominik está aquí—Informa uno de ellos, tocando un auricular en su oreja, y a los pocos segundos dice—El jefe ha dicho que pasen—Empuja la puerta con una sola mano.—Espero que no me hayas hecho perder e
Se suben a los autos tal como él lo indicó, y mientras avanzaban, Nastacy miraba al hombre por el rabillo del ojo.Él se quita los lentes oscuros, y al notarlo, ella gira su rostro para detallarlo ahora sin nada de disimulo. Siente su mirada encima y también voltea para contemplarse el uno al otro sin sonreír.A pesar de que no fueron miradas furtivas, tampoco denotaron una pizca de interés, eran miradas y ya, nadie podría definir que es lo que intenta descifrar él, en ella, ni que es lo que espera ella, de él, y de aquel intercambio…Dominik es de piel blanca, casi pálida, pómulos y mandíbula marcados, cejas con algo de espesor y un cabello negro tan oscuro como sus ojos. Le resultó tan atractivo y a la vez inquietante tanta perfección, alguien tan guapo y que este metido en ese tipo de negocios sucios, no puede estar nada bien de la cabeza.Lo escanea con un vistazo rápido y nota que va vestido elegante, para ella es obvio que tiene mucho dinero, lo que hizo que una de las frases de
Los autos se detuvieron en el estacionamiento de un lujoso edificio.Dominik al bajar le indicó a Marcus que llevara a la chica al piso tres, habitación dos, y este últimos sigue sus órdenes de inmediato.Entraron al lugar y se dirigieron hacia el ascensor, hasta detenerse en el tercer piso.Salieron y mientras iban caminando, la joven miraba hacia todas partes. Cada cosa a su alrededor era lujosa, y había tantos adornos como si de un museo se tratase, además todo estaba tan meticulosamente limpio, que podías ver tu reflejo en cada superficie.—Esta será tu habitación—Le indica el hombre abriendo una puerta—Quédate aquí hasta que el jefe te lo indique, ahí encontrarás ropa y productos de aseo personal. Cuando llegue la hora de la comida, te la traerán hasta aquí. ¿Comprendes todo lo que acabo de decir?—Ella se limita a asentir con la cabeza—Aquí solo hay tres reglas que debes saber: una, no le colmes la paciencia al jefe, es poco tolerante. Dos, no intentes escapar o habrá consecuenci
El cuerpo de Nastacy se sentía pesado, por más esfuerzo que hacía le costaba abrir los párpados, se sentía mareada, aturdida y sentía que era cargada y movida de un lugar a otro, sin ningún tipo de cautela."¿Que está pasando?, ¿Dónde estoy?—Gritaba en su mente.Escuchaba voces masculinas, y por más cuidado que ponía a las palabras, no comprendía nada de lo que decían, era otro idioma el que estaban hablando.Lentamente fue abriendo los ojos, y con su vista borrosa no alcanzaba a ver nada, todo estaba muy oscuro.—Nastacy—Susurro alguien cerca de ella, y rápido reconoció de quién se trataba.—¡Rachel, aquí estoy!—Shhhh—La calla—No hables tan fuerte para que no sepan que estamos conscientes, pueden volver a dormirnos—Su miedo al hablar era más que evidente, estaba alterada.—¿De qué hablas Rachel?, ¿Que está pasando?—Nos secuestraron Nas, el tipo que conocimos en la discoteca nos drogó, todo es mi culpa—Se le quiebra la voz—Lo siento tanto—Empezó a llorar.—Tranquila, todo va a estar
—¿Qué te pasa? —Preguntó Dominik con él ceño fruncido—¿Por qué gritas así? —La mataron, por mi culpa la mataron—Sollozo ella—La confundieron conmigo y por eso murió. Es la primera vez que él escucha su voz, y a pesar de estar quebrada por el llanto le pareció tan suave como el terciopelo. —Entonces, si puedes hablar—Suelta sus manos sin alejarse de ella y al notar el temblor de su cuerpo le dice—Fue una pesadilla, mejor cálmate. —No fue un sueño, ella murió por mi culpa. —Entonces olvídala, no sé de quién hablas, solo sé que no podemos hacer nada por los muertos, olvídate de ella y pasa la página. —¿Cómo me pides algo así? —Lo miró con rencor—¿No tienes corazón? —Claro que lo tengo, sirve para bombear sangre, no para guardar sentimientos inútiles... arrepentirte no te servirá de nada, no la vas a revivir con lágrimas. —Eres un... —Mucho cuidado con lo que vas a decir—La interrumpe, con una mirada intimidante, y se acercó tanto a ella, que la chica giró su rostro para evitar q
Dominik estaba en lo cierto, la joven no logró conciliar el sueño en lo que restaba de la noche, pero el desvelo le ayudo a ver la realidad, o, mejor dicho, su verdad. Ella no quería estar en ese lugar, no importa cuánto se repitiese que debía aceptar su "nueva vida", no lo quería, lo único que deseaba era volver a casa, volver con sus padres, contar su historia tal cual ocurrió.La pregunta es, ¿Como?, salir de este edificio resulta más difícil de lo que parecía escapar de Petrov, aquí hay hombres vigilando por todas partes.—Tendré que idear un plan—Se dice a sí misma en voz alta—y lo primero que debo hacer es ganarme la confianza de Dominik.Y mientras camina de un lado a otro por la habitación, la puerta fue abierta sin ningún anuncio previo.—Tu debes ser el nuevo juguete de mi egocéntrico hermano—Comenta un chico, apenas la ve.Se trata de Damián, el hermano menor de Dominik y con quién comparte cierto parecido, al menos externo. Un joven muy guapo, extrovertido, quien emana un
Una semana ha pasado desde que Nastacy fue entregada en intercambio. Su vida se ha vuelto tan repetitiva, que parece que vive en un bucle del tiempo. Se levanta, se asea, desayuna la comida que le trae la señora de servicio, después lee un libro hasta que llega la hora del almuerzo, y pasado el mediodía, posa para que Dominik pinte sus cuadros.En este momento se encuentra sentada, con las piernas cruzadas y sus manos reposando sobre ellas mientras observa fijamente al hombre que le indicó que adquiriera esa posición.Lleva media hora sin poder moverse, ya que él, nuevamente está utilizando su imagen para crear una pintura.Nas aprovecha el momento para detallarlo, se ve tan concentrado cuando pinta, su mirada se pierde entre el lienzo y los colores, tal como si en su mente, estuviese entrando en la obra que está por crear. Y mantuvo la misma expresión, hasta que de la nada, cambio a una muy sería, al parecer hay algo que ha empezado a molestarle.—¡No me sirve!—Exclama en tono frustr
—¡Me volveré loca!—asegura Nas, debido a que lleva tres días, sin hablar con absolutamente nadie. Después de aquel incidente con Dominik, él no había vuelto a la habitación, y no ha visto a nadie más que a la chica de servicio quien simplemente le deja el plato de comida y se marcha sin decir palabra alguna, como si estuviese alimentando un animal.La joven se levanta e intenta mover una cortina para abrir una de las ventanas, pero detuvo sus manos porque fue la puerta de la habitación la que fue abierta.—Tengo ganas de pintar—dice el peli negro—Hoy estoy de humor. No se toma la amabilidad de saludar, aunque nunca lo hace, por eso a ella no le parece extraño.—¿Necesita que me cambie la ropa?—trae puesto un vestido blanco que da hasta la rodilla, de escote corazón y ajustado en la cintura.La mira de arriba a abajo, y niega con la cabeza.—¿Y que hago?, ¿me quedo de pie o tomo asiento?—Eso es lo que aún no se—Se lleva una mano a la barbilla con un gesto pensativo—No me decido que