El cuerpo de Nastacy se sentía pesado, por más esfuerzo que hacía le costaba abrir los párpados, se sentía mareada, aturdida y sentía que era cargada y movida de un lugar a otro, sin ningún tipo de cautela.
"¿Que está pasando?, ¿Dónde estoy?—Gritaba en su mente.
Escuchaba voces masculinas, y por más cuidado que ponía a las palabras, no comprendía nada de lo que decían, era otro idioma el que estaban hablando.
Lentamente fue abriendo los ojos, y con su vista borrosa no alcanzaba a ver nada, todo estaba muy oscuro.
—Nastacy—Susurro alguien cerca de ella, y rápido reconoció de quién se trataba.
—¡Rachel, aquí estoy!
—Shhhh—La calla—No hables tan fuerte para que no sepan que estamos conscientes, pueden volver a dormirnos—Su miedo al hablar era más que evidente, estaba alterada.
—¿De qué hablas Rachel?, ¿Que está pasando?
—Nos secuestraron Nas, el tipo que conocimos en la discoteca nos drogó, todo es mi culpa—Se le quiebra la voz—Lo siento tanto—Empezó a llorar.
—Tranquila, todo va a estar bien, mi papá ya debe estar buscándonos.
—¿Estás segura?
—Si, sabes cómo es mi papá, ya debe tener a todos los policías de la ciudad buscándonos, ya no llores—Su intención es calmarla, a pesar de que ella se sentía igual o más asustada que su prima.
—No creo que estemos en la ciudad, llevamos casi tres días viajando.
—¿Qué?, ¿Cómo estás tan segura?
—Porque al principio nos subieron a un barco, y hoy nos trajeron aquí. En el barco, vi que se hizo de noche dos veces, tenía los ojos abiertos, pero no podía moverme. Era como estar inconsciente y a la vez no, algo extraño, como estar atrapada en mi propio cuerpo.
Nas se identificó con la explicación porque ella se sintió igual, solo que al ser la primera vez que tenía droga en su organismo, le costó un poco más, poder abrir los párpados.
—¿Por qué te quedas callada Nas?, ¿Crees que mi tío no nos va a encontrar?—Sus sollozos aumentaron.
—No, no, claro que nos va a encontrar, mi papá nos buscará hasta el fin del mundo—La ánimo—¿Estás atada? —Rachel respondió con un Umju" para afirmar—Yo también, ¿Crees que puedas acercarte a mí?, sigue mi voz.
—Lo intentaré.
Nas, se sentó como pudo, y a los pocos segundos sintió algo que le rozó el brazo y se inclinó hacia ese lado, pegando su mejilla al hombro de Rachel.
—Todo va a estar bien Reish, no podemos flaquear.
Estuvieron en esa posición por unos cuantos minutos, y de la nada, se empezó a escuchar un alboroto afuera de la habitación donde se encontraban. Eran personas discutiendo, y se podía comprender claramente lo que decían.
—¡Eres un imbécil!"—Exclama colérico un hombre—¿Cómo no se te ocurrió averiguar primero?
—No soy adivino—Responde otro, un poco más calmado—Es la primera vez que sucede.
Esa segunda voz, la reconocieron, era el hombre de la discoteca.
—Pues arregla esto, no quiero problemas con la policía.
—¿Y qué hago con ella? —Pregunta la voz conocida.
—¡Tu sabrás!, es la hija de un comandante, no podemos tenerla aquí.
—¿Escuchaste? —Inquiere Rachel de inmediato—Están hablando de tí, mi tío es comandante de la policía, de seguro van a regresarte.
—No lo sé—Contesta Nas, algo vacilante, pues no cree que esos tipos sean tan tontos como para devolverla, así como así.
—Si, si, estamos salvadas, de seguro te regresan—Se muestra emocionada, y al instante su ánimo se esfuma—¿Y qué pasará conmigo?, Dios, tengo miedo.
Vuelve a llorar.
—Yo no me iré de aquí sin tí—Le asegura la joven.
La puerta es abierta de un solo golpe, asustando a ambas, y dejando entrar un rayo de luz que resulta segador.
Era aquel despreciable hombre, las mira y sonríe con la misma simpatía que aquel día, solo que está vez su sonrisa genera miedo y no agrado.
—Una de ustedes tiene un boleto de oro—Asegura sonriente—Me pregunto, ¿Quién será? —Se agacha frente a ellas y les acaricia las mejillas.
—Aléjate de nosotras—Masculla Nas con los dientes apretados.
—Uy, la fierecilla, "que miedo"—Se burla—Volviendo a levantarse, y cambiando su tono burlón, a uno glacial, les pregunta—¿Quién de ustedes es la hija del comandante de la policía?
Aún no había formulado bien la incógnita, cuando ya Rachel le había contestado "¡Yo!".
Nastacy quedó perpleja, no sabía qué hacer, solo la observó con los ojos muy abiertos.
—Tranquila, juro que volveré por ti—Le asegura su prima cerca del oído, en un tono bastante bajo, para que solo ella la escuchara.
—Muy bien—El hombre aplaude una sola vez—Esto fue bastante fácil—Camina hacia ellas y toma a la morena por ambos brazos para levantarla—Hora de irse cariño.
Nas quería gritar "No te la lleves", sin embargo, se contuvo, por miedo a hacer molestar al hombre y que le hiciera algo malo a su prima por mentirle.
Ambos salieron y la habitación volvió a la completa oscuridad.
La joven empezó a llorar, sentía miedo y a la vez alivio, temía el haber quedado sola y le generaba un poco de tranquilidad saber qué su prima se había salvado.
Le llevó un par de minutos tranquilizarse hasta que un grito de súplica le robó el aliento.
—¡No me mates!, ¡Mentí, te lo juro!—Decía Rachel desesperada.
—Eso diría cualquiera que tuviese una pistola en la cabeza—Respondió el despreciable hombre, y segundos después se escuchó el fuerte sonido de un disparo...
Nastacy se despertó dando un grito desgarrador.
Parecía que todo había sido una pesadilla, pero no, para su desgracia su mente le había hecho una mala jugada al mostrarle ese recuerdo de forma tan clara en su cabeza.
Continuó gritando y moviendo las piernas con desespero, hasta que unos brazos la sostuvieron con fuerza y la hicieron recostarse de nuevo en la cama...
—¿Qué te pasa? —Preguntó Dominik con él ceño fruncido—¿Por qué gritas así? —La mataron, por mi culpa la mataron—Sollozo ella—La confundieron conmigo y por eso murió. Es la primera vez que él escucha su voz, y a pesar de estar quebrada por el llanto le pareció tan suave como el terciopelo. —Entonces, si puedes hablar—Suelta sus manos sin alejarse de ella y al notar el temblor de su cuerpo le dice—Fue una pesadilla, mejor cálmate. —No fue un sueño, ella murió por mi culpa. —Entonces olvídala, no sé de quién hablas, solo sé que no podemos hacer nada por los muertos, olvídate de ella y pasa la página. —¿Cómo me pides algo así? —Lo miró con rencor—¿No tienes corazón? —Claro que lo tengo, sirve para bombear sangre, no para guardar sentimientos inútiles... arrepentirte no te servirá de nada, no la vas a revivir con lágrimas. —Eres un... —Mucho cuidado con lo que vas a decir—La interrumpe, con una mirada intimidante, y se acercó tanto a ella, que la chica giró su rostro para evitar q
Dominik estaba en lo cierto, la joven no logró conciliar el sueño en lo que restaba de la noche, pero el desvelo le ayudo a ver la realidad, o, mejor dicho, su verdad. Ella no quería estar en ese lugar, no importa cuánto se repitiese que debía aceptar su "nueva vida", no lo quería, lo único que deseaba era volver a casa, volver con sus padres, contar su historia tal cual ocurrió.La pregunta es, ¿Como?, salir de este edificio resulta más difícil de lo que parecía escapar de Petrov, aquí hay hombres vigilando por todas partes.—Tendré que idear un plan—Se dice a sí misma en voz alta—y lo primero que debo hacer es ganarme la confianza de Dominik.Y mientras camina de un lado a otro por la habitación, la puerta fue abierta sin ningún anuncio previo.—Tu debes ser el nuevo juguete de mi egocéntrico hermano—Comenta un chico, apenas la ve.Se trata de Damián, el hermano menor de Dominik y con quién comparte cierto parecido, al menos externo. Un joven muy guapo, extrovertido, quien emana un
Una semana ha pasado desde que Nastacy fue entregada en intercambio. Su vida se ha vuelto tan repetitiva, que parece que vive en un bucle del tiempo. Se levanta, se asea, desayuna la comida que le trae la señora de servicio, después lee un libro hasta que llega la hora del almuerzo, y pasado el mediodía, posa para que Dominik pinte sus cuadros.En este momento se encuentra sentada, con las piernas cruzadas y sus manos reposando sobre ellas mientras observa fijamente al hombre que le indicó que adquiriera esa posición.Lleva media hora sin poder moverse, ya que él, nuevamente está utilizando su imagen para crear una pintura.Nas aprovecha el momento para detallarlo, se ve tan concentrado cuando pinta, su mirada se pierde entre el lienzo y los colores, tal como si en su mente, estuviese entrando en la obra que está por crear. Y mantuvo la misma expresión, hasta que de la nada, cambio a una muy sería, al parecer hay algo que ha empezado a molestarle.—¡No me sirve!—Exclama en tono frustr
—¡Me volveré loca!—asegura Nas, debido a que lleva tres días, sin hablar con absolutamente nadie. Después de aquel incidente con Dominik, él no había vuelto a la habitación, y no ha visto a nadie más que a la chica de servicio quien simplemente le deja el plato de comida y se marcha sin decir palabra alguna, como si estuviese alimentando un animal.La joven se levanta e intenta mover una cortina para abrir una de las ventanas, pero detuvo sus manos porque fue la puerta de la habitación la que fue abierta.—Tengo ganas de pintar—dice el peli negro—Hoy estoy de humor. No se toma la amabilidad de saludar, aunque nunca lo hace, por eso a ella no le parece extraño.—¿Necesita que me cambie la ropa?—trae puesto un vestido blanco que da hasta la rodilla, de escote corazón y ajustado en la cintura.La mira de arriba a abajo, y niega con la cabeza.—¿Y que hago?, ¿me quedo de pie o tomo asiento?—Eso es lo que aún no se—Se lleva una mano a la barbilla con un gesto pensativo—No me decido que
Alguien toca la puerta, de seguro es que traen la comida, tan puntual como siempre. —Adelante—dice Nas, y una señora se asoma para informarle que el jefe ha indicado que se presente en el comedor.Ella la mira atónita, y un tanto nerviosa le pregunta ¿dónde queda el comedor?, puesto que es la primera vez que saldría de esa habitación desde que llegó al edificio. Una vez informada, lo duda bastante, no sabe que le espera fuera de esas cuatro paredes, y al caer en cuenta, se llenó de valor porque recordó su plan de querer escapar de ese lugar, y para eso, necesita conocerlo mejor.Apenas sale de su habitación, se percata del hombre que se encuentra a dos metros de distancia, no tenía idea de que uno de los hombres de Dominik custodiaba su puerta. Eso complica mucho sus planes.Llega al comedor, y ya los hermanos se encontraban sentados.—Pensé que no vendrías nunca—Dice el peli negro, algo irritado.—Nas, es un gusto verte—Menciona Damián en un tono amistoso, y ella curva sus labios
—¿Qué estará haciendo mi padre? —Se pregunta Nas, mientras observa la cubierta del libro que acaba de leer—De seguro está buscándome, y yo aquí sin hacer nada para regresar con él.Esas palabras, removieron algo en su interior.Pensar en su padre, en la desesperación que debe estarlo albergando por el hecho de no encontrarla, y en lo injusto que resulta que ella, continue sin hacer nada para salir de ese lugar.La joven se levanta de la silla en la que se encontraba, se coloca las zapatillas en un solo movimiento, y sin contar con una idea reflexiva, camina hacia la puerta y la abre de golpe para salir de aquella habitación.Pasó por el frente del guardia de seguridad y el hombre no movió un musculo, así que no se detuvo, continuo su camino hasta el ascensor. Aprieta el botón, y aun las puertas no habían abierto lo suficiente cuando ya había entrado.Al parecer reaccionó una vez que se encontraba ahí dentro, la atacaron los nervios, y lo único que se le ocurrió fue detener el enorme a
“¿Y tanto misterio para esto?” —Pensó Nas, al encontrarse en el piso cinco con una simple sala de reuniones, o salón de fiestas, depende de la ocasión para la cual se amerite. Un salón que cualquier millonario arrogante y despilfarrador tendría en su casa.Eso sí, no puede negar que su descubrimiento la ayudo a relajarse un poco, ya que su mayor miedo era ser llevada a una especie de habitación del horror, en la cual Dominik torturara a sus enemigos, o algo peor. Al menos el lugar no está tan mal.Y a pesar de la baja iluminación, pudo visualizar al peli negro, sentado casi al final del salón, bebiendo alcohol y fumando un cigarrillo.El hombre se encuentra algo pensativo, con la mirada perdida, es por eso que la chica aclara ligeramente su garganta para que note su presencia.Alza la mirada y por poco no logra controlar sus expresiones, casi deja al descubierto lo extasiado que estaba ante tal belleza.—¿Estás lista?—Nas solo asiente con la cabeza para afirmar.Dom le indica el espac
—¿Por qué se me ocurrió ésta estupidez?—Se pregunta Dom a sí mismo con los dientes apretados, al darse cuenta de como sus clientes miran a Nastacy mientras baila.Todos parecen hipnotizados con la chica, y es que lo hace tan bien, que su público no puede apartar la mirada.—¡Eso es todo!—Anuncia el peli negro al terminar la primera música, y se escuchan los aplausos de inmediato, seguidos de unos cuantos "que baile otra", "queremos seguir viéndola", "es hermosa" de fondo—¡Es hora de iniciar los negocios!, no vinieron aquí solo para entretenerse.Nas se le acerca y le susurra cerca de la oreja "Si me lo permite, puedo bailar una pieza más", con la única intención de poder ganar tiempo para encontrar a alguien que le ayudese a escapar de ese lugar.Él, la observa directo a los ojos, y a pesar de que estaba decidido a negarse, algo en su interior no se lo permitió, simplemente asintió con la cabeza.Regresa a su posición y comienza una vez más, y mientras él la observa bailar, a su mente