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5-Pesadillas o recuerdos...

El cuerpo de Nastacy se sentía pesado, por más esfuerzo que hacía le costaba abrir los párpados, se sentía mareada, aturdida y sentía que era cargada y movida de un lugar a otro, sin ningún tipo de cautela.

"¿Que está pasando?, ¿Dónde estoy?—Gritaba en su mente.

Escuchaba voces masculinas, y por más cuidado que ponía a las palabras, no comprendía nada de lo que decían, era otro idioma el que estaban hablando.

Lentamente fue abriendo los ojos, y con su vista borrosa no alcanzaba a ver nada, todo estaba muy oscuro.

—Nastacy—Susurro alguien cerca de ella, y rápido reconoció de quién se trataba.

—¡Rachel, aquí estoy!

—Shhhh—La calla—No hables tan fuerte para que no sepan que estamos conscientes, pueden volver a dormirnos—Su miedo al hablar era más que evidente, estaba alterada.

—¿De qué hablas Rachel?, ¿Que está pasando?

—Nos secuestraron Nas, el tipo que conocimos en la discoteca nos drogó, todo es mi culpa—Se le quiebra la voz—Lo siento tanto—Empezó a llorar.

—Tranquila, todo va a estar bien, mi papá ya debe estar buscándonos.

—¿Estás segura?

—Si, sabes cómo es mi papá, ya debe tener a todos los policías de la ciudad buscándonos, ya no llores—Su intención es calmarla, a pesar de que ella se sentía igual o más asustada que su prima.

—No creo que estemos en la ciudad, llevamos casi tres días viajando.

—¿Qué?, ¿Cómo estás tan segura?

—Porque al principio nos subieron a un barco, y hoy nos trajeron aquí. En el barco, vi que se hizo de noche dos veces, tenía los ojos abiertos, pero no podía moverme. Era como estar inconsciente y a la vez no, algo extraño, como estar atrapada en mi propio cuerpo.

Nas se identificó con la explicación porque ella se sintió igual, solo que al ser la primera vez que tenía droga en su organismo, le costó un poco más, poder abrir los párpados.

—¿Por qué te quedas callada Nas?, ¿Crees que mi tío no nos va a encontrar?—Sus sollozos aumentaron.

—No, no, claro que nos va a encontrar, mi papá nos buscará hasta el fin del mundo—La ánimo—¿Estás atada? —Rachel respondió con un Umju" para afirmar—Yo también, ¿Crees que puedas acercarte a mí?, sigue mi voz.

—Lo intentaré.

Nas, se sentó como pudo, y a los pocos segundos sintió algo que le rozó el brazo y se inclinó hacia ese lado, pegando su mejilla al hombro de Rachel.

—Todo va a estar bien Reish, no podemos flaquear.

Estuvieron en esa posición por unos cuantos minutos, y de la nada, se empezó a escuchar un alboroto afuera de la habitación donde se encontraban. Eran personas discutiendo, y se podía comprender claramente lo que decían.

—¡Eres un imbécil!"—Exclama colérico un hombre—¿Cómo no se te ocurrió averiguar primero?

—No soy adivino—Responde otro, un poco más calmado—Es la primera vez que sucede.

Esa segunda voz, la reconocieron, era el hombre de la discoteca.

—Pues arregla esto, no quiero problemas con la policía.

—¿Y qué hago con ella? —Pregunta la voz conocida.

—¡Tu sabrás!, es la hija de un comandante, no podemos tenerla aquí.

—¿Escuchaste? —Inquiere Rachel de inmediato—Están hablando de tí, mi tío es comandante de la policía, de seguro van a regresarte.

—No lo sé—Contesta Nas, algo vacilante, pues no cree que esos tipos sean tan tontos como para devolverla, así como así.

—Si, si, estamos salvadas, de seguro te regresan—Se muestra emocionada, y al instante su ánimo se esfuma—¿Y qué pasará conmigo?, Dios, tengo miedo.

Vuelve a llorar.

—Yo no me iré de aquí sin tí—Le asegura la joven.

La puerta es abierta de un solo golpe, asustando a ambas, y dejando entrar un rayo de luz que resulta segador.

Era aquel despreciable hombre, las mira y sonríe con la misma simpatía que aquel día, solo que está vez su sonrisa genera miedo y no agrado.

—Una de ustedes tiene un boleto de oro—Asegura sonriente—Me pregunto, ¿Quién será? —Se agacha frente a ellas y les acaricia las mejillas.

—Aléjate de nosotras—Masculla Nas con los dientes apretados.

—Uy, la fierecilla, "que miedo"—Se burla—Volviendo a levantarse, y cambiando su tono burlón, a uno glacial, les pregunta—¿Quién de ustedes es la hija del comandante de la policía?

Aún no había formulado bien la incógnita, cuando ya Rachel le había contestado "¡Yo!".

Nastacy quedó perpleja, no sabía qué hacer, solo la observó con los ojos muy abiertos.

—Tranquila, juro que volveré por ti—Le asegura su prima cerca del oído, en un tono bastante bajo, para que solo ella la escuchara.

—Muy bien—El hombre aplaude una sola vez—Esto fue bastante fácil—Camina hacia ellas y toma a la morena por ambos brazos para levantarla—Hora de irse cariño.

Nas quería gritar "No te la lleves", sin embargo, se contuvo, por miedo a hacer molestar al hombre y que le hiciera algo malo a su prima por mentirle.

Ambos salieron y la habitación volvió a la completa oscuridad.

La joven empezó a llorar, sentía miedo y a la vez alivio, temía el haber quedado sola y le generaba un poco de tranquilidad saber qué su prima se había salvado.

Le llevó un par de minutos tranquilizarse hasta que un grito de súplica le robó el aliento.

—¡No me mates!, ¡Mentí, te lo juro!—Decía Rachel desesperada.

—Eso diría cualquiera que tuviese una pistola en la cabeza—Respondió el despreciable hombre, y segundos después se escuchó el fuerte sonido de un disparo...

Nastacy se despertó dando un grito desgarrador.

Parecía que todo había sido una pesadilla, pero no, para su desgracia su mente le había hecho una mala jugada al mostrarle ese recuerdo de forma tan clara en su cabeza.

Continuó gritando y moviendo las piernas con desespero, hasta que unos brazos la sostuvieron con fuerza y la hicieron recostarse de nuevo en la cama...

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