Los autos se detuvieron en el estacionamiento de un lujoso edificio.
Dominik al bajar le indicó a Marcus que llevara a la chica al piso tres, habitación dos, y este últimos sigue sus órdenes de inmediato.
Entraron al lugar y se dirigieron hacia el ascensor, hasta detenerse en el tercer piso.
Salieron y mientras iban caminando, la joven miraba hacia todas partes. Cada cosa a su alrededor era lujosa, y había tantos adornos como si de un museo se tratase, además todo estaba tan meticulosamente limpio, que podías ver tu reflejo en cada superficie.
—Esta será tu habitación—Le indica el hombre abriendo una puerta—Quédate aquí hasta que el jefe te lo indique, ahí encontrarás ropa y productos de aseo personal. Cuando llegue la hora de la comida, te la traerán hasta aquí. ¿Comprendes todo lo que acabo de decir?—Ella se limita a asentir con la cabeza—Aquí solo hay tres reglas que debes saber: una, no le colmes la paciencia al jefe, es poco tolerante. Dos, no intentes escapar o habrá consecuencias y tres, y lo más importante, nunca vayas al piso 5.
Una vez terminó de hablar, la empujó por el brazo y cerró la puerta dejándola adentro.
"Esas no eran reglas, fueron advertencias"-Pensó la joven, y vaya que tenía razón.
Dio unos cuantos pasos dentro de la habitación, y al ver la enorme cama, sintió unas inmensas ganas de tomar una siesta, hace semanas que no duerme más de un par de horas por día.
Sin embargo, se contuvo y fue primero a un espejo que se encontraba en la pared para ver su reflejo, y tal y como lo imaginó, no se reconocía.
Ese cabello desaliñado, esas enormes ojeras bajo sus ojos, y ese aspecto tan delgado no eran comunes en ella. Lo que más miedo le daba era ver cómo estaría su piel bajo ese feo vestido, los hematomas que aún no terminan de borrarse, y las heridas que han dejado cicatrices, aunque la cicatriz que más le duele no puede verse porque es la que se encuentra grabada en su corazón.
Se alejó del espejo sintiendo una mezcla de rabia y desconsuelo en su pecho.
Ya no quería seguir pensando en nada, ahora su vida es otra, deberá hacer un esfuerzo por olvidar el pasado, y acostumbrarse a los nuevos cambios, sean para bien o para mal...
Miro hacia un lado de la cama y vio una alfombra enorme en el piso, caminó hasta ella y se acostó ahí, pues era tan cómoda como se veía. Puso su mente en blanco y cerró los párpados para dejarse abrazar por un profundo sueño...
***
Algo empezó a mover su pierna y la hizo abrir los ojos de repente, era Dominik que se encontraba de pie junto a ella.
—Con una cama tan cómoda y tú te duermes ahí—La mira con el ceño fruncido.
Nastacy se levantó de inmediato, y se quedó a unos metros de él, con la mirada gacha.
—Ahí está la ducha—Señala su izquierda y ella mira en esa dirección—Ve a darte un baño, yo te espero aquí—Ella lo observa algo sorprendida, y él, tuerce los labios—No tengo todo el día, apresúrate, y mejor deshazte de eso—Apunta su vestido con un dedo.
Asiente algo temerosa, y entra al baño a paso apresurado.
Al tomar la ducha se lava el cabello, se talla bien todo el cuerpo a pesar que hay lugares que le dejan esa sensación de dolor, y al terminar, sale envuelta en un albornoz.
—Me hiciste esperar demasiado—Dice Dominik al verla. Ella no esperaba encontrárselo ahí.
Se encuentra sentado en el borde de la cama, con las manos apoyadas hacia atrás, una pose que lo hace ver imponente.
—Ya que decidí quedarme contigo—Le informa, y ella lo mira de reojo, con algo de timidez—Tienes que saber tres cosas, lo primero es que mi paciencia es igual a cero, no saques mi lado malo, aunque no creo tener un lado bueno—Se muestra pensativo y luego continua—Segundo, no intentes escapar, no me des razones para reprenderte, y tercero, y escúchame bien porque es lo más importante, bajo ninguna circunstancia subas al piso 5.
La chica no hace mención alguna de que ya el guardaespaldas le había dado las mismas advertencias, simplemente se limitó a asentir con la cabeza, como si fuese la primera vez que escuchara esas palabras.
—¡Bueno!—Dominik se levanta—Me largo, tu silencio es irritante—Empieza a caminar y cuando pasa por su costado se detiene para agregar—Una cosa más—La señala directo en el pecho—Yo perdí mucho dinero por tu culpa, y en ésta vida nada es gratis, pero sé que no tienes ni un centavo, así que tendrás que pagarme de otra forma, y le sumaré intereses...
Hablo lento, bajo y con nitidez, estaba siendo muy claro con lo que quería, y ella, se sintió algo mal al escucharlo, le tembló el estómago y por poco lo hace también su mandíbula, aunque por fortuna se controló.
Era obvio que ese momento llegaría, así que para no alargar demasiado las cosas, Nastacy cerró los ojos y empezó a desabrochar su albornoz, y a pesar de mantener sus párpados apretados, las mejillas se le humedecieron con lágrimas.
—¿Qué demonios crees que haces?—La detiene, sosteniéndole con fuerza las manos—Yo no dije que te cobraría de está forma, ¿Por quién me tomas?—La chica abrió los ojos y lo miró impresionada—¿Sabes cuántas mujeres quieren acostarse a diario conmigo?, ¿Por qué tendría que hacerlo con una que claramente no lo desea?, yo no te obligaré a nada, no te creas tan importante.
Mantiene el ceño fruncido y al salir murmura "Que es una fiera, sí como no, me siento estafado", cerró la puerta y la dejó ahí, inmóvil en el medio de la habitación.
La acaba de rechazar, y ella a pesar de sentirse feliz por no tener que acostarse con él, en el fondo también se siente algo ofendida por sus palabras.
Además, le dejó una incógnita que la pondría a pensar.
—¿Qué es lo que quiere éste hombre de mí?
El cuerpo de Nastacy se sentía pesado, por más esfuerzo que hacía le costaba abrir los párpados, se sentía mareada, aturdida y sentía que era cargada y movida de un lugar a otro, sin ningún tipo de cautela."¿Que está pasando?, ¿Dónde estoy?—Gritaba en su mente.Escuchaba voces masculinas, y por más cuidado que ponía a las palabras, no comprendía nada de lo que decían, era otro idioma el que estaban hablando.Lentamente fue abriendo los ojos, y con su vista borrosa no alcanzaba a ver nada, todo estaba muy oscuro.—Nastacy—Susurro alguien cerca de ella, y rápido reconoció de quién se trataba.—¡Rachel, aquí estoy!—Shhhh—La calla—No hables tan fuerte para que no sepan que estamos conscientes, pueden volver a dormirnos—Su miedo al hablar era más que evidente, estaba alterada.—¿De qué hablas Rachel?, ¿Que está pasando?—Nos secuestraron Nas, el tipo que conocimos en la discoteca nos drogó, todo es mi culpa—Se le quiebra la voz—Lo siento tanto—Empezó a llorar.—Tranquila, todo va a estar
—¿Qué te pasa? —Preguntó Dominik con él ceño fruncido—¿Por qué gritas así? —La mataron, por mi culpa la mataron—Sollozo ella—La confundieron conmigo y por eso murió. Es la primera vez que él escucha su voz, y a pesar de estar quebrada por el llanto le pareció tan suave como el terciopelo. —Entonces, si puedes hablar—Suelta sus manos sin alejarse de ella y al notar el temblor de su cuerpo le dice—Fue una pesadilla, mejor cálmate. —No fue un sueño, ella murió por mi culpa. —Entonces olvídala, no sé de quién hablas, solo sé que no podemos hacer nada por los muertos, olvídate de ella y pasa la página. —¿Cómo me pides algo así? —Lo miró con rencor—¿No tienes corazón? —Claro que lo tengo, sirve para bombear sangre, no para guardar sentimientos inútiles... arrepentirte no te servirá de nada, no la vas a revivir con lágrimas. —Eres un... —Mucho cuidado con lo que vas a decir—La interrumpe, con una mirada intimidante, y se acercó tanto a ella, que la chica giró su rostro para evitar q
Dominik estaba en lo cierto, la joven no logró conciliar el sueño en lo que restaba de la noche, pero el desvelo le ayudo a ver la realidad, o, mejor dicho, su verdad. Ella no quería estar en ese lugar, no importa cuánto se repitiese que debía aceptar su "nueva vida", no lo quería, lo único que deseaba era volver a casa, volver con sus padres, contar su historia tal cual ocurrió.La pregunta es, ¿Como?, salir de este edificio resulta más difícil de lo que parecía escapar de Petrov, aquí hay hombres vigilando por todas partes.—Tendré que idear un plan—Se dice a sí misma en voz alta—y lo primero que debo hacer es ganarme la confianza de Dominik.Y mientras camina de un lado a otro por la habitación, la puerta fue abierta sin ningún anuncio previo.—Tu debes ser el nuevo juguete de mi egocéntrico hermano—Comenta un chico, apenas la ve.Se trata de Damián, el hermano menor de Dominik y con quién comparte cierto parecido, al menos externo. Un joven muy guapo, extrovertido, quien emana un
Una semana ha pasado desde que Nastacy fue entregada en intercambio. Su vida se ha vuelto tan repetitiva, que parece que vive en un bucle del tiempo. Se levanta, se asea, desayuna la comida que le trae la señora de servicio, después lee un libro hasta que llega la hora del almuerzo, y pasado el mediodía, posa para que Dominik pinte sus cuadros.En este momento se encuentra sentada, con las piernas cruzadas y sus manos reposando sobre ellas mientras observa fijamente al hombre que le indicó que adquiriera esa posición.Lleva media hora sin poder moverse, ya que él, nuevamente está utilizando su imagen para crear una pintura.Nas aprovecha el momento para detallarlo, se ve tan concentrado cuando pinta, su mirada se pierde entre el lienzo y los colores, tal como si en su mente, estuviese entrando en la obra que está por crear. Y mantuvo la misma expresión, hasta que de la nada, cambio a una muy sería, al parecer hay algo que ha empezado a molestarle.—¡No me sirve!—Exclama en tono frustr
—¡Me volveré loca!—asegura Nas, debido a que lleva tres días, sin hablar con absolutamente nadie. Después de aquel incidente con Dominik, él no había vuelto a la habitación, y no ha visto a nadie más que a la chica de servicio quien simplemente le deja el plato de comida y se marcha sin decir palabra alguna, como si estuviese alimentando un animal.La joven se levanta e intenta mover una cortina para abrir una de las ventanas, pero detuvo sus manos porque fue la puerta de la habitación la que fue abierta.—Tengo ganas de pintar—dice el peli negro—Hoy estoy de humor. No se toma la amabilidad de saludar, aunque nunca lo hace, por eso a ella no le parece extraño.—¿Necesita que me cambie la ropa?—trae puesto un vestido blanco que da hasta la rodilla, de escote corazón y ajustado en la cintura.La mira de arriba a abajo, y niega con la cabeza.—¿Y que hago?, ¿me quedo de pie o tomo asiento?—Eso es lo que aún no se—Se lleva una mano a la barbilla con un gesto pensativo—No me decido que
Alguien toca la puerta, de seguro es que traen la comida, tan puntual como siempre. —Adelante—dice Nas, y una señora se asoma para informarle que el jefe ha indicado que se presente en el comedor.Ella la mira atónita, y un tanto nerviosa le pregunta ¿dónde queda el comedor?, puesto que es la primera vez que saldría de esa habitación desde que llegó al edificio. Una vez informada, lo duda bastante, no sabe que le espera fuera de esas cuatro paredes, y al caer en cuenta, se llenó de valor porque recordó su plan de querer escapar de ese lugar, y para eso, necesita conocerlo mejor.Apenas sale de su habitación, se percata del hombre que se encuentra a dos metros de distancia, no tenía idea de que uno de los hombres de Dominik custodiaba su puerta. Eso complica mucho sus planes.Llega al comedor, y ya los hermanos se encontraban sentados.—Pensé que no vendrías nunca—Dice el peli negro, algo irritado.—Nas, es un gusto verte—Menciona Damián en un tono amistoso, y ella curva sus labios
—¿Qué estará haciendo mi padre? —Se pregunta Nas, mientras observa la cubierta del libro que acaba de leer—De seguro está buscándome, y yo aquí sin hacer nada para regresar con él.Esas palabras, removieron algo en su interior.Pensar en su padre, en la desesperación que debe estarlo albergando por el hecho de no encontrarla, y en lo injusto que resulta que ella, continue sin hacer nada para salir de ese lugar.La joven se levanta de la silla en la que se encontraba, se coloca las zapatillas en un solo movimiento, y sin contar con una idea reflexiva, camina hacia la puerta y la abre de golpe para salir de aquella habitación.Pasó por el frente del guardia de seguridad y el hombre no movió un musculo, así que no se detuvo, continuo su camino hasta el ascensor. Aprieta el botón, y aun las puertas no habían abierto lo suficiente cuando ya había entrado.Al parecer reaccionó una vez que se encontraba ahí dentro, la atacaron los nervios, y lo único que se le ocurrió fue detener el enorme a
“¿Y tanto misterio para esto?” —Pensó Nas, al encontrarse en el piso cinco con una simple sala de reuniones, o salón de fiestas, depende de la ocasión para la cual se amerite. Un salón que cualquier millonario arrogante y despilfarrador tendría en su casa.Eso sí, no puede negar que su descubrimiento la ayudo a relajarse un poco, ya que su mayor miedo era ser llevada a una especie de habitación del horror, en la cual Dominik torturara a sus enemigos, o algo peor. Al menos el lugar no está tan mal.Y a pesar de la baja iluminación, pudo visualizar al peli negro, sentado casi al final del salón, bebiendo alcohol y fumando un cigarrillo.El hombre se encuentra algo pensativo, con la mirada perdida, es por eso que la chica aclara ligeramente su garganta para que note su presencia.Alza la mirada y por poco no logra controlar sus expresiones, casi deja al descubierto lo extasiado que estaba ante tal belleza.—¿Estás lista?—Nas solo asiente con la cabeza para afirmar.Dom le indica el espac