CAPITULO 4

El Rey dirigió su vista hacia donde estaba Alana, como si pudiese verla  y dejo salir un suspiro,

__Ojalá que mi princesa, no se enoje conmigo _ murmuro para si mismo y regreso a su despacho

Mientras tanto, los demás se quedaron mirándose fijamente a los ojos, Alana podía observar el cambio de semblante en su joven príncipe, pues Sebastián estaba rojo del coraje tenías los puños apretados y parecía que salía fuego de su mirada. “¿ese maldito de Nicolai cree que me va a ganar a mi princesa?” _ pensó y por fin emitió palabra, pero trato de disimular la tormenta interna que sentía

__Me pueden explicar ¿qué paso? , ¿Por qué no nos vieron? _ dijo mirando directamente al joven mago, que inmediatamente le respondió:

__ Príncipe esto es parte de mí poder, ante ellos éramos invisibles, siempre debo usarlo para librar a la Princesa de la presencia de cualquier peligro, y como debe imaginarse si el Rey los consigue a ustedes juntos aquí en el jardín sin su autorización, estaremos en peligro los tres, así que ya deberías irse

El Príncipe ignoró las últimas palabras del joven Mago y se acercó a la Princesa y tomo sus manos entre las de él

__ Princesa, ¿por qué después el Rey te miró, como si supiera que estabas aquí? _ Preguntó Sebastián aun desconcertado

__ Claro mi padre conoce todos los trucos de los magos, por lo tanto puede sentir la presencia de la magia,  solo asumió que yo estaba aquí, porque siempre me siento junto a los jazmines.

__ ah ok entiendo, entonces, esto es magia, que bueno me tranquiliza saber que siempre estás protegida. _ expresó Sebastián, pero se sentía triste de saber que Nicolai tendría la oportunidad de cenar con ella.

Hasim notó la inquietud del joven y se retiró para darles un poco de espacio, pero dejándolo cubierto con la magia, para que pudieran despedirse adecuadamente.

Alana tomó la barbilla del joven y junto a su frente con la de él y le preguntó:

__¿estás nervioso por la cena que tendré mañana?

Sebastián bajo su mirada, un poco avergonzado y asintió

__No debes preocuparte ya mi corazón tiene dueño, prefiero un joven, que se metió en mi casa disfrazado de repartidor, para entregarme personalmente su corazón, que a un Duque engreído que intenta pactar con mi padre a mis espaldas para ganar ventaja.

Las palabras de Alana tranquilizaron al joven, él sin dejar pasar tiempo, posó sus labios en los de ella dejándole un cálido beso y después le susurró un

__te amo _ y se marchó a su Palacio.

Alana se quedó recostada del árbol y poso su mano en sus labios y se sonrió, dejando escapar de sus labios un susurro

__yo también te amo Sebastián, _ pero ya el joven se había marchado, acompañado por el joven mago.

Hasim después de ayudar al Príncipe Sebastián a salir sin ser descubierto regreso al lado de la princesa, y se acercó a ella para hablarle sacándola sus pensamientos.

__Alana yo creo que ustedes van muy rápido, porque esa cara de boba que tienes, solo quiere decir que el príncipe se atrevió a besarte, cuando apenas tienes un día de haberlo conocido, además hay otras variantes que son muy importantes y que debemos considerar, ¿te fijaste en la marca Lunar que tiene el Príncipe en el medio de los ojos?

Alana solo asintió atenta a las palabras de su amigo.

Princesa, ese  joven es el heredero del Trono del Reino Lunar, su padre siempre ha sido descrito por ser un hombre cruel y despiadado, por esa razón este joven no ha conseguido una doncella que quiera ser su prometida, ningún noble se atreve si quiera a pensar, en casar a sus hijas con él, por el simple hecho de que le tienen miedo al Rey Leónidas.

__ Hasim por Dios, que prejuicioso eres, ¿acaso te parece que Sebastián sea cruel o despiadado?_ respondió Alana con desagrado a lo dicho por su joven Mago

__ No Alana claro que no, tienes razón, el joven príncipe no tiene la culpa de ser hijo de un desgraciado, pero solo espero que su maldad no sea genética, _ Termino de decir el Mago soltando una pequeña risita

__ Hasim no seas tan tonto, ¿me ayudaras? _ le dijo Alana golpeándole levemente el hombro

__ ¿Tengo opción?, No verdad, entonces te apoyaré en lo que pueda, pero detrás de ese chico hay un aura maligna que no me gusta y aunque sé que esa aura no le pertenece a él, sé que es la herencia de su padre.

__ Deja de decir eso Hasim, y vamos a cenar, creo que es el hambre que te tiene hablando tonterías _ dijo Alana haciendo caso omiso a la advertencia del joven mago.

Durante la cena su padre se dirigió a Alana, para informarle que en la cena del día siguiente tendrían un invitado y que deberá atenderlo cortésmente.

Alana solo asintió con la cabeza y pidió permiso para retirarse de la mesa, dejando en evidencia su desagrado por la noticia, y haciéndole señas a Hasim para que la acompañara, pero fue interrumpida por su padre

__ Hasim espera, _ dijo el Rey alejando al joven mago de Alana.

Alana se retiró del comedor y el joven Mago trago grueso, pues sospechaba que el Rey, estaba por hacerle una dura advertencia, así que Hasim volvió a sentarse y miró directamente a los ojos del Rey

__Hasim tu deber y obligación es proteger a mi hija de todos incluso de ella misma, si sabes algo que pueda dañarla debes decírmelo, si es algo que va más allá de tus poderes, yo me encargaré, sé que tu lealtad con ella es infinita, pero conoces a mi hija hasta mejor que yo, y sabes lo impulsiva que es. ¿Entiendes?

__ Si su majestad entiendo, no dude que protegeré a la princesa Alana hasta mi último aliento. _  dijo Hasim,

__ Lo se Hasim, ya puedes retirarte, mi hija te espera

__ Permiso _ fue lo último que dijo el joven Mago, levantándose y despidiéndose de la Reina y del Rey con una reverencia.

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