Sebastián se entristeció, no quería volver a alejarse de su familia, pero sabía que Hasim tenía razón y que se refería a su padre, él no podía entender ¿cómo es posible que su propio abuelo sea un peligro latente para sus hermosos nietos?

Alana sintió su inquietud, así que se acercó y lo abrazó y le dijo:

__Amor no estés triste, resuelve todos los problemas, nosotros vamos a estar aquí esperándote, te juro que no volveremos a separarnos jamás.

__ Te amo, pero me duele tener que separarme de ti y de mis príncipes, pero sé que tienen razón, debo castigar a todos los culpables, para poder llevar a mi Reina a su trono

Alana lo besó en los labios y ella lo acompañó para que cruzara el portal, pero como era tarde Sebastián decidió quedarse a dormir con ella y ayudarla con los gemelos, que en la madrugada se paraban a cada rato a comer, gracias a eso pudo cargarlos, besarlos y disfrutar un rato con ellos.

Al día siguiente, Sebastián se arregló y se sorprendió al ver a la Reina subir