Francis se fue dándole un beso en la mejilla y ahí estaba Adele, sola, en el pequeño apartamento. Todo el lugar era del mismo tamaño que su habitación en la casa Martin, con un balconcito que daba a la calle. Pero su padrino se lo había acomodado a nuevo, no le faltaba nada, no iba a permitir que pasara una sola dificultad si podía evitarlo. Se sentía un poco nerviosa, los primeros días le daba miedo cuando llegaba la noche; los sonidos ajenos, o las voces desconocidas. Cerraba todo y verificaba de nuevo que estuviesen puerta y ventanas bien aseguradas.Pero con el correr del tiempo se fue habituando a su pequeña casita, la mayoría de los vecinos eran también estudiantes de la misma Universidad y los fines de semana se podían escuchar la música y las risas. Por las tardes salía a explorar el barrio, trataba de recordar cada comercio, cada parada del autobús, cada espacio verde. Su padrino la llamaba todas las noches para saber cómo estaba y ella le contaba lo que había descubierto en
Lucas al fin había encontrado la excusa y el día libre, el coche ya lo tenía. Karl se apareció en casa de sus padres, casualmente el día que Lucas había ido a almorzar y casualmente con una pinta horrible. Esgrimió que había salido de juerga con unos conocidos y le habían robado el auto, pero la policía pudo hallarlo a unos cuantos kilómetros, abandonado. Que la grúa de su seguro no quería ir por él porque era domingo y que no encontraba a nadie que lo llevara.Como buen amigo, Lucas se ofreció a llevarlo y así pudo salir con el privilegio de tardarse todo lo que quisiera sin que nadie sospechara.- Fíjate bien que es lo que vas a hacer, Lucas - Le dijo cuándo lo dejó en la puerta de su casa.- No te preocupes, solo quiero verla, no la molestaré -Pero esa media sonrisa decía algo más. Se puso en marcha sin perder más tiempo, tenía seis horas de carretera por delante. Durante el trayecto subió la música y tarareaba al compás de las melodías, estaba contento; más contento de lo que hab
Y si, Adele había encontrado a un hombre. Uno dulce y considerado, uno que ese domingo se había ofrecido a cocinarle unos espaguetis, que llevó postre y unas cervezas y todo porque ella le había comentado que se moría de aburrimiento el último día del fin de semana.- Huele tan rico ¿cómo es que no sabía que cocinabas tan bien? -- Es mi habilidad secreta, solo la utilizo cuando quiero seducir a una mujer… -- ¡Aaaah! ¿No me digas? -- ¿Funcionó? -- Puede ser… - Almorzaron en el balconcito, acomodándose como mejor pudieron. Pusieron un poco de música, tomaron cerveza y conversaron sobre los trabajos que debían presentar la semana siguiente. Jim le contó un poco de su vida y ella de la suya. El postre quedó para más tarde porque Adele no podía moverse de tanto que había comido. Cuando sintieron que el sol abandonaba el lugar se metieron de nuevo.Dejaron los platos en la cocina y de pronto la música sonó muy sugerente. La tomó de la mano y la atrajo para abrazarla, comenzaron a movers
Luego de esa hermosa experiencia con Jim, Adele se sentía apenas un poco diferente. Comenzó a experimentar ansias nuevas, emociones nuevas, sensaciones perfectas. Parecía que la vida se había olvidado un rato de su mezquindad y le estaba abriendo un camino más apacible. Sus estudios iban mejor, había encontrado el ritmo justo para equilibrar todo lo nuevo que se le presentaba. Tenía esa emoción de alegría todos los días.Y Jim la llenaba de halagos y pequeños obsequios, detalles que a ella le iluminaban el día. Una flor, un café, un bolígrafo con muñequitos de colores, un almuerzo improvisado en algún parque. Compartían una relación especial, sin etiquetas, sin apuros.La intimidad aumentaba de frecuencia y con ella las experiencias desconocidas, su cuerpo le mostraba cosas que no sabía que llevaba consigo. Aprendió que con ciertas miradas y movimientos podía despertar el instinto de él, que con otro tipo de caricias y besos lo aplacaba, que con ciertas palabras conseguía más. Y se pe
La casa estaba invadida de jovencitos que escuchaban música muy alta, otros jugaban a videojuegos y algunos solo charlaban. Adele se acercó a saludar a Norma y entonces lo vio sentado con Sara de la mano y los nervios se disiparon un poco. Su rostro se veía sereno y eso la tranquilizó. Él se puso de pie sin soltar a Sara y Adele se arrimó para saludarlos.- Hola… -- Hola, Adele ¿cómo estás? - Le preguntó él y su voz sonaba normal, como el viejo Lucas.- Bien… Hola Sara -- Hola, querida - Se aproximó y le dio un beso en la mejilla.Francis no dejaba de mirarlo, buscando alguna reacción de su parte, pero no obtuvo nada. Sara la tomó del brazo y comenzó a contarle cosas de su inminente boda y de a poco la fue alejando de su novio. Se sentaron del otro lado del salón a tomar algo y comer mientras conversaban. Era un poco raro, Sara siempre había sido amable, pero nunca tan interesada en ella.Le habló del vestido que quería usar, del pastel, del viaje de la luna de miel y le preguntó có
Pero aquella búsqueda no le resultó fácil a Lucas. Si siquiera sabía cómo se llamaba el tipo o como se veía. Un sábado por la mañana no había casi nadie en la Universidad ¿a quién iba a preguntarle? Karl se cansó de correr detrás de él sin sentido, se había recostado en el asiento y le dijo que lo despertase cuando averiguara algo. Debió sacarle más que solo la dirección a la amiga de Adele.No pensaba irse con las manos vacías. Vagó un poco por los pasillos entre las aulas tratando de adivinar cuál de todas serían las de primer año. Salió al parque y vio un grupo de jovencitas sentadas sobre una manta, almorzando y decidió acercárseles. Nunca le fallaba la sonrisa y el tono de la voz seductora.- Disculpen, señoritas… -- ¿Si? - Le respondió una de ella.- Estoy buscando a Adele ¿de casualidad la conocen? -- ¿En qué año está? -- En primero, comenzó hace poco… -- Nosotras somos de segundo -- ¡Oh! -- Yo conozco una Adele - Le respondió otra con un tono un poco aprehensivo.- Es mi
Ya se había fijado la fecha de la boda y se estaban preparando las invitaciones. Adele había regresado a su departamento y Jim la esperó en la puerta. Su alegría era más que evidente y a Francis le dolió un poco el corazón; uno de esos días le diría que iba a casarse también. Mientras Lucas trataba de idear alguna excusa para ausentarse todo un día y que nadie lo molestara.Esa misma noche, Jim fue a buscarla para llevarla a bailar. Le dijo que la había extrañado y que no importaba si al otro día tenían clases, quería pasar tiempo con ella. Emocionada por su cita, Adele se puso un bonito vestido con flores, se arregló el cabello y se maquilló un poco. No solo la salida con Jim la tenía feliz, sino que había regresado a su casita y a su rutina. Se había acostumbrado tanto a esa nueva vida que cuando no la tuvo por unos días se sintió ansiosa.Además, había regresado satisfecha y tranquila por el comportamiento calmo y apacible de su hermano. Eso era lo que de mejor humor la puso; al fi
La muchacha se quedó ahí parada, sin decir nada ¿qué podía decir? Adele se volteó y caminó apurada hasta la puerta del edificio, las manos le temblaban, no podía hacer coincidir la llave con la cerradura y Lucas vio su oportunidad. No iba a dejar que se le escapara esta vez.- Déjame ayudarte… -- ¡Lárgate! - Le gritó ella.De nuevo Lucas había hecho pedazos algo valioso para Adele.- ¡No seas así, terca! - Le devolvió el grito.- ¡Vete! - Y por fin la llave entró.Se apresuró a meterse y trató de cerrar la puerta en la cara a Lucas, pero no pudo. Forcejaron y él entró. Jim, miraba a su joven esposa llorar y no sabía qué hacer. Se acercó, cerró sus brazos sobre ella y el sollozo fue angustiante.Adele casi corrió llorando por la escalera hasta llegar a su departamento y le pasó lo mismo, no pudo abrir. Lucas dio zancadas largas para alcanzarla, ella no quería verlo o hablarle y mucho menos que entrara a su casa. Pero él estaba decidido. De nuevo intentó detenerlo a la fuerza, pero él