Adele ya había terminado su turno, pero quiso continuar hasta que trajeran a Francis. Se ponía más nerviosa si solo se quedaba en un costado esperando. Gregory regresó con un Robert que le había insistido hasta el cansancio que lo llevase al hospital; la buscó, pero ella estaba haciéndole las curaciones a un paciente. Si no ocupaba la mente en algo, se iba a volver loca.Cuando Francis estuvo instalado en la UCI, fue cuando le avisaron que ya estaba allí. Bajó apurada, con un nudo en el estómago y el corazón hecho un bollo. Tenía ganas de llorar y se estaba aguantando. En la entrada a la UCI se encontró con Lele, que ni bien la vio, la abrazó muy fuerte. Su cara era una de preocupación y tristeza.—No te preocupes, él estará bien —le dijo Adele bajito, tratando de consolarlo.Norma estaba deshecha; no dormía desde el día anterior y la desesperación se le escapaba del cuerpo. Y ahí estaba Lucas, sentado con la cabeza echada hacia atrás, los brazos colgando, vencido. Ni siquiera se movió
Para cuando Gregory regresó por ella, la encontró dormida en la silla. Pobre Adele, estuvo despierta toda la noche trabajando y parte de la mañana junto a Francis. Su cara se veía tranquila, aunque pudo notar algunos rastros secos de todo ese llanto. ¡Dios! Estaba tan enamorado de ella. De todo lo que era, de su sonrisa, de sus ojos transparentes, de su alma valiente y luchadora. Así, dormida, se veía tan frágil. Sintió un escozor en las palmas de las manos por abrazarla y no soltarla nunca.Se le acercó en silencio y muy despacio trató de despertarla con una mano en el hombro.—Adele… Adele —la llamó.Pero Adele se despertó sobresaltada, dando un salto para ponerse de pie.—Tranquila… Soy yo. ——¿El padrino? —Francis seguía sin despertar.—Vamos a casa para que descanses… Los médicos nos avisarán si hay alguna novedad. -Lo miró con ojos cansados, pero no quería irse. Gregory se dio cuenta.—No tiene sentido que te quedes. Estás sin dormir, estás cansada. Sé que te preocupa Francisc
Todos los días Adele pasaba a verlo y charlar con Francis. Terminaba su turno y bajaba a la UCI a sentarse a su lado y contarle como había sido su día. Aún no despertaba, pero eso no la detenía. Las enfermeras de planta y las residentes iban y venían preguntándole si necesitaba algo o si quería que la cubrieran para que ella pudiese pasar más tiempo acompañándolo.- Creo que están todas enamoradas de ti, pero ya les dije que tienes a la mujer perfecta. ¡Imagínate lo que diría Norma si se enterase que rompes corazones aún dormido!… Despiértate, padrino. -Lo acicalaba todos los días, lo peinaba y limpiaba su rostro con una toalla tibia. Norma, Lele y Robert eran visitantes constantes; ella quería que se viera lo más guapo posible siempre.- Te dije que iba a llegarte el turno de que la niña cuide de ti, pero no así Francis. Me sorprende que no te levantes - Le decía Robert.Norma estaba consumida por la angustia, no había momento en que no llorase desconsolada. Francis siempre había si
- Francis… Tenemos un nieto - le susurró Norma al oído.El niño había nacido hacía dos días; el pequeño hijo de Lucas.-Se llama Liam… Es hermoso y ambos están bien. Despierta y vayamos a conocerlo.La voz de Norma era suave y cálida, llena de emoción mientras le hablaba a Francis, esperando que en cualquier momento abriera los ojos y sonriera. Pero Adele no podía evitar sentir una mezcla de sentimientos encontrados, su corazón estaba dividido entre la felicidad por la propuesta de Gregory y la ansiedad por el estado de su padrino.Los médicos le habían sacado varios de los aparatos, ahora respiraba sin ayuda mecánica y los monitores lo mantenían controlado. Estaba bien, estable, pero se negaba a despertar. Durante todo ese tiempo, Norma y Lele no se movieron de la ciudad, se quedaron en casa de Robert. Él les insistía que ahí debían permanecer hasta que pudieran ver a Francis volver de su letargo.Adele iba sin falta a hablarle y contarle sobre todo.- Dijo que va a pedirte mi mano,
Sus ojos estaban vacíos, nublados. Se quitó la chaquetilla azul y debajo solo llevaba una camiseta sin mangas que dejaba ver cada detalle debajo. Lucas no entendía, pero el cuerpo le reaccionó enseguida.- Terminemos con esto - Le dijo con la voz hueca.- ¿Que? -- Si ¿no es esto lo que quieres? ¿Acostarte conmigo? Hazlo… Terminemos de una vez -¿Se estaba entregando? El cerebro se le llenó de agua, la tenía ahí toda para él.Se le fue encima con una velocidad increíble, la abrazó y pudo sentir su cuerpo contra el suyo, sus curvas, el aroma de su piel. Y la besó, como siempre había estado soñando. Pero no, no se sentía como en sus fantasías; tenía los labios fríos, muertos. Las manos se le fueron por debajo de la espalda, por sus brazos, por sus muslos.Pero cuando la miró a la cara, la expresión de Adele lo congeló. El ceño fruncido, una mueca desagradable en la boca, los ojos cerrados con fuerza y estaba inmóvil, callada. Cómo si todo eso le diera asco, como si estuviera oliendo alg
Ese fue el punto de inflexión para Lucas, le ganó la zozobra. Esa mujer desafiante que se había ofrecido a sus manos no era la Adele de la que él se había enamorado, no era la que miraba con la cabeza gacha y hablaba en un hilo de voz; ni aquella que le daba sonrisas brillantes cuando eran más jóvenes. El sueño, la fantasía, se había roto. Hecho pedazos.Ni siquiera había conocido a su hijo, no le importaba. No respondió las llamas de Sara ni las de Norma. Su esposa dio a luz sola, acompañada de sus padres, mientras el divagaba y se perdía en sí mismo tratando de encontrar la manera de llevarse a Adele. Y finalmente, ella lo había desarmado. Le quitó todo el poder, toda la arrogancia y la prepotencia; él, que solo tomaba había sido despojado de todo.Su obsesión lo había dejado desnudo, con el alma en carne viva, con el interior carcomido. Adele le demostró que era lo que sentía por él con sus ojos nulos, guardando las alas, convirtiéndose en nada entre sus brazos. Todas esas fantasía
Las mariposas comparten muchas características con los seres humanos. Su ciclo de vida es corto, pero cada etapa tiene un significado, un proceso que hay que apreciar porque pasa demasiado rápido.Su belleza está en lo simple, en la fragilidad de cada espíritu que combate con las fuerzas de la naturaleza y aun así encuentra la manera de sobrellevar las dificultades. Su libertad al revolotear, a simple vista, sin un patrón definido, es en realidad un continuo intento por perseverar en un camino elegido.Y finalmente, la transformación. El cambio constante que puede generar miedos e inseguridades; pero que se enfrentan para pasar al siguiente nivel.Todo eso era Adele y al fin, con sus alas traslucidas ajadas, la mariposa pudo posarse a descansar. Su vuelo a través de la tormenta había terminado: volvía a pertenecer. El camino que había escogido huyendo del miedo la llevó a cruzarse con Gregory, quien había abierto sus brazos para recibirla y darle un lugar seguro. Quien se había entreg
“Tiene forma de mariposa”, le dijo el médico con una sonrisa. Una mariposa marcada a fuego en la pierna de una pequeña niña de 8 años.Adele le devolvió la sonrisa, una sonrisa hueca, vacía o demasiado llena de dolor. Esa mariposa sería el recuerdo perenne de cómo habían muerto sus padres. Un tatuaje que le recordaría su soledad.Era demasiado soportar para alguien tan joven y, sin embargo, ella permanecía tomada de la mano de su futuro padre con mucha fuerza; aguantándose las ganas de llorar.- Hoy volverás a tener una familia, Adele. No como la que tenías y nunca la reemplazará, pero no estarás sola. -El tono dulce de ese hombre alto y serio la calmaba de cierta manera. Lo conocía desde que nació, era su padrino y lo amaba con todo su pequeño corazoncito, pero no era su padre. De todas maneras, Adele, a sus tiernos años tuvo que aprender que a veces la vida podía ser dura y sombría. Se cuadró de hombros y cruzó la puerta de esa casa enorme para formar parte de una nueva familia: la