Luego de esa hermosa experiencia con Jim, Adele se sentía apenas un poco diferente. Comenzó a experimentar ansias nuevas, emociones nuevas, sensaciones perfectas. Parecía que la vida se había olvidado un rato de su mezquindad y le estaba abriendo un camino más apacible. Sus estudios iban mejor, había encontrado el ritmo justo para equilibrar todo lo nuevo que se le presentaba. Tenía esa emoción de alegría todos los días.Y Jim la llenaba de halagos y pequeños obsequios, detalles que a ella le iluminaban el día. Una flor, un café, un bolígrafo con muñequitos de colores, un almuerzo improvisado en algún parque. Compartían una relación especial, sin etiquetas, sin apuros.La intimidad aumentaba de frecuencia y con ella las experiencias desconocidas, su cuerpo le mostraba cosas que no sabía que llevaba consigo. Aprendió que con ciertas miradas y movimientos podía despertar el instinto de él, que con otro tipo de caricias y besos lo aplacaba, que con ciertas palabras conseguía más. Y se pe
La casa estaba invadida de jovencitos que escuchaban música muy alta, otros jugaban a videojuegos y algunos solo charlaban. Adele se acercó a saludar a Norma y entonces lo vio sentado con Sara de la mano y los nervios se disiparon un poco. Su rostro se veía sereno y eso la tranquilizó. Él se puso de pie sin soltar a Sara y Adele se arrimó para saludarlos.- Hola… -- Hola, Adele ¿cómo estás? - Le preguntó él y su voz sonaba normal, como el viejo Lucas.- Bien… Hola Sara -- Hola, querida - Se aproximó y le dio un beso en la mejilla.Francis no dejaba de mirarlo, buscando alguna reacción de su parte, pero no obtuvo nada. Sara la tomó del brazo y comenzó a contarle cosas de su inminente boda y de a poco la fue alejando de su novio. Se sentaron del otro lado del salón a tomar algo y comer mientras conversaban. Era un poco raro, Sara siempre había sido amable, pero nunca tan interesada en ella.Le habló del vestido que quería usar, del pastel, del viaje de la luna de miel y le preguntó có
Pero aquella búsqueda no le resultó fácil a Lucas. Si siquiera sabía cómo se llamaba el tipo o como se veía. Un sábado por la mañana no había casi nadie en la Universidad ¿a quién iba a preguntarle? Karl se cansó de correr detrás de él sin sentido, se había recostado en el asiento y le dijo que lo despertase cuando averiguara algo. Debió sacarle más que solo la dirección a la amiga de Adele.No pensaba irse con las manos vacías. Vagó un poco por los pasillos entre las aulas tratando de adivinar cuál de todas serían las de primer año. Salió al parque y vio un grupo de jovencitas sentadas sobre una manta, almorzando y decidió acercárseles. Nunca le fallaba la sonrisa y el tono de la voz seductora.- Disculpen, señoritas… -- ¿Si? - Le respondió una de ella.- Estoy buscando a Adele ¿de casualidad la conocen? -- ¿En qué año está? -- En primero, comenzó hace poco… -- Nosotras somos de segundo -- ¡Oh! -- Yo conozco una Adele - Le respondió otra con un tono un poco aprehensivo.- Es mi
Ya se había fijado la fecha de la boda y se estaban preparando las invitaciones. Adele había regresado a su departamento y Jim la esperó en la puerta. Su alegría era más que evidente y a Francis le dolió un poco el corazón; uno de esos días le diría que iba a casarse también. Mientras Lucas trataba de idear alguna excusa para ausentarse todo un día y que nadie lo molestara.Esa misma noche, Jim fue a buscarla para llevarla a bailar. Le dijo que la había extrañado y que no importaba si al otro día tenían clases, quería pasar tiempo con ella. Emocionada por su cita, Adele se puso un bonito vestido con flores, se arregló el cabello y se maquilló un poco. No solo la salida con Jim la tenía feliz, sino que había regresado a su casita y a su rutina. Se había acostumbrado tanto a esa nueva vida que cuando no la tuvo por unos días se sintió ansiosa.Además, había regresado satisfecha y tranquila por el comportamiento calmo y apacible de su hermano. Eso era lo que de mejor humor la puso; al fi
La muchacha se quedó ahí parada, sin decir nada ¿qué podía decir? Adele se volteó y caminó apurada hasta la puerta del edificio, las manos le temblaban, no podía hacer coincidir la llave con la cerradura y Lucas vio su oportunidad. No iba a dejar que se le escapara esta vez.- Déjame ayudarte… -- ¡Lárgate! - Le gritó ella.De nuevo Lucas había hecho pedazos algo valioso para Adele.- ¡No seas así, terca! - Le devolvió el grito.- ¡Vete! - Y por fin la llave entró.Se apresuró a meterse y trató de cerrar la puerta en la cara a Lucas, pero no pudo. Forcejaron y él entró. Jim, miraba a su joven esposa llorar y no sabía qué hacer. Se acercó, cerró sus brazos sobre ella y el sollozo fue angustiante.Adele casi corrió llorando por la escalera hasta llegar a su departamento y le pasó lo mismo, no pudo abrir. Lucas dio zancadas largas para alcanzarla, ella no quería verlo o hablarle y mucho menos que entrara a su casa. Pero él estaba decidido. De nuevo intentó detenerlo a la fuerza, pero él
Las cosas cambiaron un poco para Adele. Nunca más volvió a verlo en la Universidad, al parecer la había dejado. Se metió de lleno en los estudios evitando salidas con sus compañeros o reuniones, se quedaba hasta tarde en la biblioteca y solo se concentró en preparar exámenes. Francis nunca supo lo que había sucedido con Jim, ella simplemente le dijo que no había funcionado cuando su padrino preguntó por él. No quería mentirle, pero si le decía la verdad se la diría toda y eso solo traería un nuevo problema y estaba harta de los problemas.Por un tiempo largo Lucas no volvió a aparecer, sin embargo, estaba segura de que en algún momento lo haría. Su impulsividad lo llevaba a hacer cosas imposibles. Solo rogaba que se casará rápido y se ocupara de Sara, creía que así la dejaría en paz. Su rutina se transformó en un hábito difícil de romper: levantarse temprano, desayunar ligero, salir a sus clases, estudiar, seguir estudiando y volver a cenar y dormir.Pero a pesar de eso, Adele no habí
Adele levantó una ceja y se fue. Se quedó ahí parado, sintiéndose un payaso. Francis sonrió satisfecho y se levantó para irse a la cama; la niña estaba demostrando coraje. Pero Lucas, además de sentirse un payaso, se estaba muriendo de celos y rabia. ¿Cómo hizo para engañarlo tan fácilmente? Era la costumbre: él le reclamaba, ella lo cuestionaba y él argumentaba que era su hermano para defenderse.Sara se paró a su lado y lo tomó del brazo, con un tono condescendiente le dijo:- Vamos, Lucas, Adele creció. No puedes pasarte la vida “cuidándola” -Se lo decía a propósito y con malicia.- Tiene razón, Sara - Le dijo Norma.Bien, si ella había salido así, él se quedaría a esperar que regresara. A ver qué cara ponía cuando lo encontrara. Hizo que arreglaran su cuarto para pasar la noche allí con Sara.- Sara, no quisiera decirte esto, pero… Debes cuidar a Lucas de Adele -Se habían sentado de nuevo afuera, solas.- ¿De Adele? - Fingió.- Es una buena niña, pero es como su madre -- ¿Qué qu
La forma en que se veía, la rabia en sus ojos, la voz enojada y esas respuestas desvergonzadas; todo hizo efecto sobre él. Le ardía el alma y el cuerpo. Subió también, pasó por su cuarto y se detuvo unos momentos antes de continuar. Sara dormía, pero no le importó. La despertó a besos y caricias apuradas, cargadas de ganas. A ella no podía tocarla, pero a su prometida sí. Solo debía cerrar los ojos e imaginarla.La situación había escalado, Adele estaba diferente. Se comportaba y hablaba diferente. Recordaba que cuando intentaba salir vestida como esa noche a él no le costaba nada cansarla hasta que se cambiaba de ropa; a veces hasta la hacía llorar de rabia y eso lo dejaba más satisfecho. Pero esta vez no pudo, no pudo detenerla. El juego había cambiado.Eso era resultado de su alejamiento, de andar sola por la vida, de aprender de otros. Como de ese desgraciado. “Me gustaba” ¡Perra! ¿Qué le podía haber hecho para que le gustara tanto el maldito? Si continuaba fuera de la casa, lejos