CAPÍTULO 3

Por fin, el señor Garden estaba libre para seguir con las tareas del hotel, cuando la recepcionista le dijo que un joven lo estaba buscando. El preguntó quién era aquel joven, a lo que ella respondió que era Nick. Garden miró a su alrededor en un intento por localizarlo, pero dentro del Hotel no encontró a nadie con las características similares a las del joven.

Salió afuera. Allí se encontró con él. Garden se acercó, lo saludó y de pronto un vínculo de amistad se formó entre los dos. Los dos transmitían una sensación de energía, comodidad y confianza. Era lo que Nick necesitaba. Tener alguien en quien apoyarse, y que le proporcione toda la ayuda posible. Y qué mejor que el señor Garden para hacerlo.

—Me alegra verte por aquí.

—Gracias señor Garden.

—De nada. Claro que debo confesar, que ahora que te veo, me recuerdas a mi cuando tenía tu edad. En otras palabras: yo también tomé la decisión de independizarme. Lo hice en la primera oportunidad que tuve.

— ¿En serio?

—Por supuesto. Lo que, si no te voy a negar, es que es difícil depender de uno mismo. Tienes muchas más responsabilidades de las que solías tener cuando vivías con tus padres. Pero…aun así es llevadero.

—Ya lo creo.

Garden simplemente sonrió.

—Hemmm… ¿Qué te parece si tomamos una taza de café, mientras seguimos conversando de esto en mi despacho? Para eso, pienso que los empleados de la compañía de mudanza, ya habrán terminado de acomodar todas tus pertenencias.

—Sí, tiene razón.

—Entonces vamos—dijo Garden.

El muchacho lo acompañó hasta el interior del Hotel, donde se vio más evidente la actividad. Más de 300 personas hospedadas, conviviendo juntas, relacionándose entre sí y compartiendo momentos que solo ellas podían compartir. A Nick le hubiera gustado formar parte de ese grupo, pero la mayoría de ellos ya eran familias.

Por el momento, Nick no era un joven casado, y tampoco tenía hijos. Quizás por esa misma razón pensó que no encajaría en aquel grupo. Puede que estuviera equivocando; porque el hecho de que no tuviera una familia, no significaba que no pudiera relacionarse con todos ellos. Después de todo, Nick era un joven al que le encantaba conocer gente nueva. Ojalá pudiera hacer algún que otro amigo, más allá de solo poseer un vínculo con el señor, Eliot Garden.

—De verdad espero que lo pases muy bien aquí. No me gustaría que te sintieras incómodo o que no logres familiarizarte con el lugar. Claro que aquí hay gente muy buena. Así que…estoy seguro que alguno de ellos tendrá interés en conocerte y hacerte parte de su familia—le dijo Garden, mientras iban de camino al despacho.

—Eso espero.

—Sí. Estoy seguro que sí. Pronto harás muchos amigos aquí.

— ¿Y por qué lo dice?

—…Digamos que el Hotel-Romaní, tiene algo especial que hace que las personas encuentren a su “media naranja”. Claro que no estoy hablando solo de las relaciones amorosas, sino también de la amistad. Algo muy importante en la vida del ser humano. Porque sencillamente no podemos estar solos.

—Dígamelo a mí. Y a mí me gusta hacer amigos.

— ¡Jajaja! Pues ya tienes uno…—dijo Garden.

El joven se sonrió pensando que sería alguien especial para el señor Garden.

*****

En su despacho Garden lo invitó a sentarse. Apenas el joven tomó asiento, Garden le preguntó si quería algo de tomar. El chico contestó que sí, y con un chasquido de sus dedos, el hombre le dio indicaciones a uno de los mozos para que sirviera dos tazas de café.

Una de las tazas sería para él y otra para el muchacho. Mientras esperaban, el joven aprovechó el momento para echar un vistazo a su alrededor. Había varios objetos en el despacho, entre ellos, el cuadro de una mujer cuyo aspecto le resultaba muy familiar.

No era una mujer como Johana, o como su madre. Esta era diferente. Era una mujer robusta, de cabello colorado, piel blanca y unos ojos azules que parecían devorarte con la mirada— ¡Dios, pero si es! —gritó el joven en su mente, al momento de reconocerla.

Se quedó atónito mirando el cuadro. Mientras tanto, Garden hablaba por teléfono con un importante accionista. Su nombre era Rem, y hacía años que se conocían. Rem había sido el primero en cooperar con las inversiones del Hotel, por lo que fue él quien ayudó a Garden a levantar ese viejo edificio.

Durante sus primeros años el Hotel había servido para refugiar a una que otra familia en situación de calle. Sin embargo, los rumores no tardaron en llegar, en cuanto se viralizó la imagen de un hombre degollado junto a las escaleras del sótano. Él era uno de los que no tenía hogar. Aunque muchos aseguraban que eso era mentira. Simplemente quería escapar de las responsabilidades que tenía. Algo muy común que ocurría entre las personas que terminaban en aquel edificio. Pero lo que verdaderamente llevó a que el Hotel-Romaní, fuera catalogado como el más espeluznante de todos, fue la historia de aquel extraño suceso causado por un grupo de adolescentes.

Los adolescentes habían ensuciado el nombre del Hotel-Romaní, obligando al dueño a mantener su boca cerrada. ¿Por qué? Porque en esos años, no se creía que un simple grupo de adolescentes pudieran ser capaces de hacer semejante cosa (brujería). Claro que Garden nunca lo aceptó y con esfuerzo puso fin a las idioteces de los adolescentes. Reclamando el edificio como suyo, donde ninguna persona (incluyendo sus huéspedes) pudieran manchar el nombre de aquel edificio.

En resumen: es gracias a Garden y a Rem Company, que todo marchaba bien en el Hotel-Romaní.

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