Por fin, el señor Garden estaba libre para seguir con las tareas del hotel, cuando la recepcionista le dijo que un joven lo estaba buscando. El preguntó quién era aquel joven, a lo que ella respondió que era Nick. Garden miró a su alrededor en un intento por localizarlo, pero dentro del Hotel no encontró a nadie con las características similares a las del joven.
Salió afuera. Allí se encontró con él. Garden se acercó, lo saludó y de pronto un vínculo de amistad se formó entre los dos. Los dos transmitían una sensación de energía, comodidad y confianza. Era lo que Nick necesitaba. Tener alguien en quien apoyarse, y que le proporcione toda la ayuda posible. Y qué mejor que el señor Garden para hacerlo.
—Me alegra verte por aquí.
—Gracias señor Garden.
—De nada. Claro que debo confesar, que ahora que te veo, me recuerdas a mi cuando tenía tu edad. En otras palabras: yo también tomé la decisión de independizarme. Lo hice en la primera oportunidad que tuve.
— ¿En serio?
—Por supuesto. Lo que, si no te voy a negar, es que es difícil depender de uno mismo. Tienes muchas más responsabilidades de las que solías tener cuando vivías con tus padres. Pero…aun así es llevadero.
—Ya lo creo.
Garden simplemente sonrió.
—Hemmm… ¿Qué te parece si tomamos una taza de café, mientras seguimos conversando de esto en mi despacho? Para eso, pienso que los empleados de la compañía de mudanza, ya habrán terminado de acomodar todas tus pertenencias.
—Sí, tiene razón.
—Entonces vamos—dijo Garden.
El muchacho lo acompañó hasta el interior del Hotel, donde se vio más evidente la actividad. Más de 300 personas hospedadas, conviviendo juntas, relacionándose entre sí y compartiendo momentos que solo ellas podían compartir. A Nick le hubiera gustado formar parte de ese grupo, pero la mayoría de ellos ya eran familias.
Por el momento, Nick no era un joven casado, y tampoco tenía hijos. Quizás por esa misma razón pensó que no encajaría en aquel grupo. Puede que estuviera equivocando; porque el hecho de que no tuviera una familia, no significaba que no pudiera relacionarse con todos ellos. Después de todo, Nick era un joven al que le encantaba conocer gente nueva. Ojalá pudiera hacer algún que otro amigo, más allá de solo poseer un vínculo con el señor, Eliot Garden.
—De verdad espero que lo pases muy bien aquí. No me gustaría que te sintieras incómodo o que no logres familiarizarte con el lugar. Claro que aquí hay gente muy buena. Así que…estoy seguro que alguno de ellos tendrá interés en conocerte y hacerte parte de su familia—le dijo Garden, mientras iban de camino al despacho.
—Eso espero.
—Sí. Estoy seguro que sí. Pronto harás muchos amigos aquí.
— ¿Y por qué lo dice?
—…Digamos que el Hotel-Romaní, tiene algo especial que hace que las personas encuentren a su “media naranja”. Claro que no estoy hablando solo de las relaciones amorosas, sino también de la amistad. Algo muy importante en la vida del ser humano. Porque sencillamente no podemos estar solos.
—Dígamelo a mí. Y a mí me gusta hacer amigos.
— ¡Jajaja! Pues ya tienes uno…—dijo Garden.
El joven se sonrió pensando que sería alguien especial para el señor Garden.
*****
En su despacho Garden lo invitó a sentarse. Apenas el joven tomó asiento, Garden le preguntó si quería algo de tomar. El chico contestó que sí, y con un chasquido de sus dedos, el hombre le dio indicaciones a uno de los mozos para que sirviera dos tazas de café.
Una de las tazas sería para él y otra para el muchacho. Mientras esperaban, el joven aprovechó el momento para echar un vistazo a su alrededor. Había varios objetos en el despacho, entre ellos, el cuadro de una mujer cuyo aspecto le resultaba muy familiar.
No era una mujer como Johana, o como su madre. Esta era diferente. Era una mujer robusta, de cabello colorado, piel blanca y unos ojos azules que parecían devorarte con la mirada— ¡Dios, pero si es! —gritó el joven en su mente, al momento de reconocerla.
Se quedó atónito mirando el cuadro. Mientras tanto, Garden hablaba por teléfono con un importante accionista. Su nombre era Rem, y hacía años que se conocían. Rem había sido el primero en cooperar con las inversiones del Hotel, por lo que fue él quien ayudó a Garden a levantar ese viejo edificio.
Durante sus primeros años el Hotel había servido para refugiar a una que otra familia en situación de calle. Sin embargo, los rumores no tardaron en llegar, en cuanto se viralizó la imagen de un hombre degollado junto a las escaleras del sótano. Él era uno de los que no tenía hogar. Aunque muchos aseguraban que eso era mentira. Simplemente quería escapar de las responsabilidades que tenía. Algo muy común que ocurría entre las personas que terminaban en aquel edificio. Pero lo que verdaderamente llevó a que el Hotel-Romaní, fuera catalogado como el más espeluznante de todos, fue la historia de aquel extraño suceso causado por un grupo de adolescentes.
Los adolescentes habían ensuciado el nombre del Hotel-Romaní, obligando al dueño a mantener su boca cerrada. ¿Por qué? Porque en esos años, no se creía que un simple grupo de adolescentes pudieran ser capaces de hacer semejante cosa (brujería). Claro que Garden nunca lo aceptó y con esfuerzo puso fin a las idioteces de los adolescentes. Reclamando el edificio como suyo, donde ninguna persona (incluyendo sus huéspedes) pudieran manchar el nombre de aquel edificio.
En resumen: es gracias a Garden y a Rem Company, que todo marchaba bien en el Hotel-Romaní.
El hombre pone fin a la conversación por teléfono. El chico seguía caminando por el despacho apreciando cada cosa que captaron sus ojos. Todos los objetos eran muy llamativos, como también valiosos por naturaleza. Garden se limitó a observar. Le sonrió, y solo pudo recostarse en su sillón unos segundos para apreciar mejor la imagen del muchacho.Le gustaba lo que veía.No parecía ser un joven común y corriente. Su semblante y aquella figura tan inocente le recordaban a su hijo de 25 años de edad, que tras un terrible accidente murió a los pocos minutos de haber llegado al hospital. Lo que nunca se lamentó del accidente, fue ver el rostro de su hijo al recibir aquel diploma de la universidad. Se lo veía contento y entusiasmado, con un buen futuro por delante. Garden prefirió guardar aquella imagen de la graduación de su hijo, antes que atreverse a recordar el terrible estado de su cuerpo, cuando la policía lo sacó del coche.Nick sintió la mirada de Elliot Garden.—Lo siento. Es solo q
Los hombres ya habían terminado de trasladar todos los muebles al departamento. Nick les entregó el dinero y les agradeció por el excelente trabajo que habían hecho. Los acompañó hasta la salida del Hotel, y cuando el camión se puso en marcha comenzó a alejarse de aquel sitio. El joven se dio la vuelta y miró hacia una de las ventanas del despacho del señor Garden. El hombre estaba allí parado, observando atentamente cada uno de los movimientos del muchacho.Su enojo o enfado no habían cesado aún. Como tampoco estaba arrepentido de haberle advertido a Nick, que no lo dejaría en paz hasta hacerlo suyo. Nick se sintió incómodo ante la atenta mirada de Elliot Garden. Tanto que prefirió entrar al Hotel y cambiar su rumbo hacia el departamento. Todavía quedaban muchas cosas por hacer. Entre ellas, llamar a su madre. No espero más y continúo subiendo las escaleras percatándose de que el señor Garden, no apareciese y lo sorprendiese por detrás. Deseaba que al menos no lo intentara.Del otro
Elena bajó por las escaleras principales del Hotel, como alma que lleva el Diablo. Enrico la siguió hasta que pudo agarrarla del brazo. Al cabo de unos segundos los dos estuvieron discutiendo en la recepción. Enrico hacía hasta lo imposible por convencerla de que no se fuera. Pero sus esfuerzos parecían inútiles. Nada de lo que dijera o hiciera, podía hacer que Elena cambie de opinión, ni siquiera la atenta mirada de los demás huéspedes del Hotel.Una vez firmada la solicitud de pago, la mujer se retiró de la recepción con el único propósito de ir a la habitación y sacar sus pertenencias.Enrico la detuvo, y nuevamente comenzó la discusión entre ambos.—Elena te lo ruego. No me dejes.—Que fácil decirlo. ¿O es que acaso te has olvidado, de que me metiste los cuernos con un chiquillo?Las personas del Hotel quedaron sorprendidos, y boquiabiertos por lo que estaban escuchando.—No. Nada que ver.— ¡¿Cómo que “Nada que ver”?! ¡Te vi en la cama con él!— ¡Ya te expliqué que fue una confus
Rem Company ingreso al Hotel, en la espera de poder hablar con el señor Garden acerca de los próximos negocios. Pero terminó llevándose una inquietante sorpresa al ingresar al Hotel; ya que fue testigo de una escena demasiado deprimente.Más deprimente que la visita de su suegra a la casa, la cual iría esa noche a celebrar el cumpleaños junto a su hija, y de paso armarse de palabras, para dejar mal parado a su yerno. Un yerno que para ella era tan querido como el sol; cuanto más lejos mejor.Apartando un poco los sentimientos de su suegra por él, Rem Company caminó hasta donde se estaba manifestando aquel alboroto.Curiosamente también estaba participando su socio. Vio que Eliot solo intentaba solucionar el conflicto de la pareja, pero sin éxito. Para Company era absurdo que perdiera su tiempo en algo como eso. Y es que no era de su incumbencia, tal y como muchos de los huéspedes lo pensaban.Company esperó unos cuantos segundos, y luego salto.—Garden, ¿Qué pasa aquí?— ¡Ahhh! —Garde
Rem Company ingreso al Hotel, en la espera de poder hablar con el señor Garden acerca de los próximos negocios. Pero terminó llevándose una inquietante sorpresa al ingresar al Hotel; ya que fue testigo de una escena demasiado deprimente. Más deprimente que la visita de su suegra a la casa, la cual iría esa noche a celebrar el cumpleaños junto a su hija, y de paso armarse de palabras, para dejar mal parado a su yerno. Un yerno que para ella era tan querido como el sol; cuanto más lejos mejor. Apartando un poco los sentimientos de su suegra por él, Rem Company caminó hasta donde se estaba manifestando aquel alboroto. Curiosamente también estaba participando su socio. Vio que Eliot solo intentaba solucionar el conflicto de la pareja, pero sin éxito. Para Company era absurdo que perdiera su tiempo en algo como eso. Y es que no era de su incumbencia, tal y como muchos de los huéspedes lo pensaban. Company esperó unos cuantos segundos, y luego salto. —Garden, ¿Qué pasa aquí? — ¡Ahhh!
La idea de vivir solo, se le ocurrió a él.Esa mañana, bien temprano, Nick llamó a una agencia de transporte para que le enviaran un camión de mudanza. El camión llegó a la media hora de haber cortado la llamada. Su madre para entonces ya había empacado la mitad de su ropa dentro de una maleta, mientras que Nick se había encargado de empacar el resto. Cuando todo estuvo listo, el muchacho salió de la casa en compañía de su madre. La misma iba por detrás de él, intentando contener sus lágrimas. Le dolía ver a su hijo crecer y alejarse de aquel lugar, que desde su nacimiento se convirtió en su hogar.Una vez que estuvo cargado el camión con sus pertenencias, el muchacho finalmente se despidió de su madre con un fuerte abrazo y un beso en la mejilla. Se subió a su auto, lo puso en marcha y emprendió el viaje hacia el lugar, que, a partir de ese día, sería su nuevo hogar. Durante su trayecto hacia el Hotel, recibió una llamada telefónica.La llamada era de su madre.Quería saber si había
Aquel auto rojo se estacionó en el cordón de la vereda, y de él se bajó un joven. Ese joven era Nick, quien estaba entusiasmado por el comienzo de una nueva vida. Hace mucho que esperaba eso, y al fin lo consiguió.Los empleados de la compañía de mudanza, le hicieron el favor de bajar todas sus pertenencias. Claro que antes de que eso pasara, Nick tuvo que hablar con el dueño del hotel, y pedirle la llave de la habitación para que los personales de mudanza pudieran entrar en ella a dejar sus pertenencias.—Ahora vengo.Entró al hotel y pidió hablar con el señor Garden en recepción; pero el señor Garden no se encontraba en esos momentos, por lo que salió afuera y les pidió a los empleados de la compañía de mudanza, que tuvieran un poco más de paciencia, debido a que el señor Garden se encontraba en el sótano en compañía de otra persona, reparando algunos desperfectos que tenía una de las calderas.Los hombres lo aceptaron sin reproche, y se pusieron hablar entre ellos dejando de lado a