Aquel auto rojo se estacionó en el cordón de la vereda, y de él se bajó un joven. Ese joven era Nick, quien estaba entusiasmado por el comienzo de una nueva vida. Hace mucho que esperaba eso, y al fin lo consiguió.
Los empleados de la compañía de mudanza, le hicieron el favor de bajar todas sus pertenencias. Claro que antes de que eso pasara, Nick tuvo que hablar con el dueño del hotel, y pedirle la llave de la habitación para que los personales de mudanza pudieran entrar en ella a dejar sus pertenencias.
—Ahora vengo.
Entró al hotel y pidió hablar con el señor Garden en recepción; pero el señor Garden no se encontraba en esos momentos, por lo que salió afuera y les pidió a los empleados de la compañía de mudanza, que tuvieran un poco más de paciencia, debido a que el señor Garden se encontraba en el sótano en compañía de otra persona, reparando algunos desperfectos que tenía una de las calderas.
Los hombres lo aceptaron sin reproche, y se pusieron hablar entre ellos dejando de lado al chico en sus conversaciones. Mientras hablaban, Nick vio a lo lejos el conflicto que Max tenía con la policía. También alcanzó a ver a una mujer. Esa mujer era Johana. Se la veía muy angustiada. Posiblemente el conflicto se debía a ella. Con los dos hombres platicando a unos metros de la entrada del hotel, el chico prestó más atención a lo que estaba sucediendo entre Max y Johana. Y como era de esperarse, él tampoco dio crédito a las actitudes de Max.
Le parecía un tipo de lo más ridículo, y nada serio. Un tipo al que solo le gustaba causar problemas sin ningún motivo.
De hecho, cualquier persona que estuviera en sus zapatos pensaría lo mismo.
****
Finalmente, la policía decidió llevárselo a Max. Pese a los ruegos del individuo, Johana, intentó convencer a los oficiales que lo dejaran en libertad. Pero como era de esperarse la policía ignoró las palabras y ruegos de la mujer.
Lo mismo que Max, quien no dejaba de repetir una y otra vez — ¡Soy inocente! ¡Soy inocente! —. Los policías no tuvieron ningún reparo en llevárselo preso. Johana, angustiada, corrió hasta la patrulla e hizo el último esfuerzo pidiendo que por favor lo dejaran en libertad. Pero para la desgracia de Johana, el auto arrancó y la policía terminó llevándoselo de todos modos a Max.
Por dentro, Máx. lamentaba mucho lo sucedido.
Nick al ser testigo de lo acontecido, aprovechó la ocasión para acercarse a la mujer y tratar de consolarla. Odiaba verla llorar. No se explicaba cómo una mujer tan bella como ella, pudiera derramar tantas lágrimas de esa manera.
— ¿Disculpe? ¿Está usted bien?
—...Si…—respondió la mujer entre sollozos.
— ¿Está segura? La veo muy triste.
Esa dulzura, esa delicada piel blanca, y ese hermoso y ondulado cabello de color marrón castaño oscuro, le recordaron a su madre.
Él amaba a su madre, y la presencia de Johana hizo que la extrañara.
—...Bueno. Lo que pasa…—dijo la mujer para después hacer una pausa.
Le resultaba difícil terminar la frase, dado que la situación en sí, era demasiado vergonzosa y dolorosa para ella.
— ¿Ese hombre la agredió?
—...No. Aunque quisiera que me metiera un puñetazo.
— ¿Por qué?
—Porque odio ver que se pelea con otras personas—respondió para después darse la vuelta y mirar al chico de forma directa —. No es la primera vez que lo llevan preso por causar problemas. ¿Y sabes qué es lo peor? Que el… ¡Juró que no lo volvería hacer! Y ahora mírame. Mírame, una vez más esta “Tonta” va a tener que perdonarlo.
—…Bueno. Creo entender su situación, y…
—No creo que lo entiendas.
—…Claro que sí.
—No. ¿Y sabes por qué?
El chico negó con la cabeza.
—Porque nunca te ha pasado. Porque se nota a leguas que tú nunca has vivido una situación así, en la que debes ir a la comisaría a declarar, porque a tu pareja se cruzó por la cabeza hacer algo que no debía hacer.
El joven no sabía qué responder. No tenía idea de cómo tranquilizar a la mujer, y hacerle ver su punto de vista con respecto a la situación que estaba viviendo.
Es más, en muchas de las cosas que ella le planteaba le parecían injustas. Como, por ejemplo: El hecho de prometerle a su pareja no hacer algo indebido, para luego ir y hacerlo de nuevo. En eso el chico estaba de acuerdo; pero resultaba difícil que ella lo viera. Johana se cerraba en sus propios pensamientos, y no había forma de sacarla de ellos. Y sin saber qué hacer, solo se le ocurrió invitarla al hotel y sentarse en el bar a tomar unos tragos. A decir verdad, no sabía si ella iba a aceptar una invitación como esa. Por cómo iban las cosas, todo parecía indicar que no. Lo más seguro es que lo rechace; pero aun así el joven decidió intentarlo.
—Tengo una idea. ¿Por qué no vamos al bar y nos tomamos unos tragos? Yo invito.
— ¿Lo dices enserio?
—Por supuesto. Así nos conocemos mejor, y de paso me cuentas con detalles, qué fue lo que pasó. ¿Qué dices? ¿Acepta la invitación?
—Owww…eres un chico muy dulce.
— Eso es un… ¿“Si”?
La mujer sonrió y respondió:
—Me encantaría; pero ahora no tengo ganas de follar contigo.
— ¿Follar? No, no, no me malinterprete. No es lo que tenía en mente. Aunque bueno; debo admitir que es usted una mujer muy guapa; pero…no tengo intenciones de “Follar” con usted. Así que es mejor que no se haga ideas raras en la cabeza. Es más; usted me recuerda mucho a mi madre.
—… ¿Crees que soy estúpida?
—…No…Claro que no. Es solo que yo…
—Con su permiso—lo interrumpió la mujer—. Pervertido…
—No. Señorita…por favor espere…no era mi intención…lo que pasa es que. —La mujer se marchó sin que Nick pudiera hacer nada para detenerla. La vio cruzar la calle y tomar un taxi al frente del Hotel. Aquel taxi la llevaría hasta la comisaría, donde se encontraría con su esposo e intentarían solucionar nuevamente sus problemas matrimoniales. El joven mientras tanto se quedó lamentando una posible relación de amistad con la mujer.
Por fin, el señor Garden estaba libre para seguir con las tareas del hotel, cuando la recepcionista le dijo que un joven lo estaba buscando. El preguntó quién era aquel joven, a lo que ella respondió que era Nick. Garden miró a su alrededor en un intento por localizarlo, pero dentro del Hotel no encontró a nadie con las características similares a las del joven.Salió afuera. Allí se encontró con él. Garden se acercó, lo saludó y de pronto un vínculo de amistad se formó entre los dos. Los dos transmitían una sensación de energía, comodidad y confianza. Era lo que Nick necesitaba. Tener alguien en quien apoyarse, y que le proporcione toda la ayuda posible. Y qué mejor que el señor Garden para hacerlo.—Me alegra verte por aquí.—Gracias señor Garden.—De nada. Claro que debo confesar, que ahora que te veo, me recuerdas a mi cuando tenía tu edad. En otras palabras: yo también tomé la decisión de independizarme. Lo hice en la primera oportunidad que tuve.— ¿En serio?—Por supuesto. Lo q
El hombre pone fin a la conversación por teléfono. El chico seguía caminando por el despacho apreciando cada cosa que captaron sus ojos. Todos los objetos eran muy llamativos, como también valiosos por naturaleza. Garden se limitó a observar. Le sonrió, y solo pudo recostarse en su sillón unos segundos para apreciar mejor la imagen del muchacho.Le gustaba lo que veía.No parecía ser un joven común y corriente. Su semblante y aquella figura tan inocente le recordaban a su hijo de 25 años de edad, que tras un terrible accidente murió a los pocos minutos de haber llegado al hospital. Lo que nunca se lamentó del accidente, fue ver el rostro de su hijo al recibir aquel diploma de la universidad. Se lo veía contento y entusiasmado, con un buen futuro por delante. Garden prefirió guardar aquella imagen de la graduación de su hijo, antes que atreverse a recordar el terrible estado de su cuerpo, cuando la policía lo sacó del coche.Nick sintió la mirada de Elliot Garden.—Lo siento. Es solo q
Los hombres ya habían terminado de trasladar todos los muebles al departamento. Nick les entregó el dinero y les agradeció por el excelente trabajo que habían hecho. Los acompañó hasta la salida del Hotel, y cuando el camión se puso en marcha comenzó a alejarse de aquel sitio. El joven se dio la vuelta y miró hacia una de las ventanas del despacho del señor Garden. El hombre estaba allí parado, observando atentamente cada uno de los movimientos del muchacho.Su enojo o enfado no habían cesado aún. Como tampoco estaba arrepentido de haberle advertido a Nick, que no lo dejaría en paz hasta hacerlo suyo. Nick se sintió incómodo ante la atenta mirada de Elliot Garden. Tanto que prefirió entrar al Hotel y cambiar su rumbo hacia el departamento. Todavía quedaban muchas cosas por hacer. Entre ellas, llamar a su madre. No espero más y continúo subiendo las escaleras percatándose de que el señor Garden, no apareciese y lo sorprendiese por detrás. Deseaba que al menos no lo intentara.Del otro
Elena bajó por las escaleras principales del Hotel, como alma que lleva el Diablo. Enrico la siguió hasta que pudo agarrarla del brazo. Al cabo de unos segundos los dos estuvieron discutiendo en la recepción. Enrico hacía hasta lo imposible por convencerla de que no se fuera. Pero sus esfuerzos parecían inútiles. Nada de lo que dijera o hiciera, podía hacer que Elena cambie de opinión, ni siquiera la atenta mirada de los demás huéspedes del Hotel.Una vez firmada la solicitud de pago, la mujer se retiró de la recepción con el único propósito de ir a la habitación y sacar sus pertenencias.Enrico la detuvo, y nuevamente comenzó la discusión entre ambos.—Elena te lo ruego. No me dejes.—Que fácil decirlo. ¿O es que acaso te has olvidado, de que me metiste los cuernos con un chiquillo?Las personas del Hotel quedaron sorprendidos, y boquiabiertos por lo que estaban escuchando.—No. Nada que ver.— ¡¿Cómo que “Nada que ver”?! ¡Te vi en la cama con él!— ¡Ya te expliqué que fue una confus
Rem Company ingreso al Hotel, en la espera de poder hablar con el señor Garden acerca de los próximos negocios. Pero terminó llevándose una inquietante sorpresa al ingresar al Hotel; ya que fue testigo de una escena demasiado deprimente.Más deprimente que la visita de su suegra a la casa, la cual iría esa noche a celebrar el cumpleaños junto a su hija, y de paso armarse de palabras, para dejar mal parado a su yerno. Un yerno que para ella era tan querido como el sol; cuanto más lejos mejor.Apartando un poco los sentimientos de su suegra por él, Rem Company caminó hasta donde se estaba manifestando aquel alboroto.Curiosamente también estaba participando su socio. Vio que Eliot solo intentaba solucionar el conflicto de la pareja, pero sin éxito. Para Company era absurdo que perdiera su tiempo en algo como eso. Y es que no era de su incumbencia, tal y como muchos de los huéspedes lo pensaban.Company esperó unos cuantos segundos, y luego salto.—Garden, ¿Qué pasa aquí?— ¡Ahhh! —Garde
Rem Company ingreso al Hotel, en la espera de poder hablar con el señor Garden acerca de los próximos negocios. Pero terminó llevándose una inquietante sorpresa al ingresar al Hotel; ya que fue testigo de una escena demasiado deprimente. Más deprimente que la visita de su suegra a la casa, la cual iría esa noche a celebrar el cumpleaños junto a su hija, y de paso armarse de palabras, para dejar mal parado a su yerno. Un yerno que para ella era tan querido como el sol; cuanto más lejos mejor. Apartando un poco los sentimientos de su suegra por él, Rem Company caminó hasta donde se estaba manifestando aquel alboroto. Curiosamente también estaba participando su socio. Vio que Eliot solo intentaba solucionar el conflicto de la pareja, pero sin éxito. Para Company era absurdo que perdiera su tiempo en algo como eso. Y es que no era de su incumbencia, tal y como muchos de los huéspedes lo pensaban. Company esperó unos cuantos segundos, y luego salto. —Garden, ¿Qué pasa aquí? — ¡Ahhh!
La idea de vivir solo, se le ocurrió a él.Esa mañana, bien temprano, Nick llamó a una agencia de transporte para que le enviaran un camión de mudanza. El camión llegó a la media hora de haber cortado la llamada. Su madre para entonces ya había empacado la mitad de su ropa dentro de una maleta, mientras que Nick se había encargado de empacar el resto. Cuando todo estuvo listo, el muchacho salió de la casa en compañía de su madre. La misma iba por detrás de él, intentando contener sus lágrimas. Le dolía ver a su hijo crecer y alejarse de aquel lugar, que desde su nacimiento se convirtió en su hogar.Una vez que estuvo cargado el camión con sus pertenencias, el muchacho finalmente se despidió de su madre con un fuerte abrazo y un beso en la mejilla. Se subió a su auto, lo puso en marcha y emprendió el viaje hacia el lugar, que, a partir de ese día, sería su nuevo hogar. Durante su trayecto hacia el Hotel, recibió una llamada telefónica.La llamada era de su madre.Quería saber si había