— ¿Cómo amaneciste amor mío?
Habían pasado casi tres semanas. Theresa, vestida con un fino camisón de algodón blanco, estaba sentada en la cama en la habitación de Michael. Ya estaba completamente recuperada, las heridas físicas y emocionales estaban sanadas, ella se sentía feliz al lado del hombre que amaba. Michael le demostraba su amor a cada instante, con sus mimos, gestos y miradas. Él no paraba de consentirla y no le permitía hacer absolutamente nada, cada vez que abría la boca tenía un ejército de doncellas que se desvivían en atenderla.— Estoy perfectamente — se levantó de la cama sonriendo y tomó a Michael de la mano y lo sentó en el sofá y ella se sentó en sus piernas.— Ya veo que realmente estás mucho mejor — le dijo él con picardía.Ella comenzó a juguete— ¿Qué me pasó? — preguntó la doncella al recuperar la conciencia.— Te has desmayado — le dijo Theresa — Me has dado un susto de muerte.— No sé qué me pasó.— Ya el médico está por llegar.— No, no hace falta que se moleste por mí, eso no debe ser nada.— Jenny por favor, no me quedaré tranquila hasta que el doctor te vea, mi sexto sentido no me falla, algo me decía que tenía que regresar.Theresa se salió de la habitación cuando el médico llegó para revisar a Jenny, una vez que examinó a la chica el hombre se reunió con ella en el salón.— ¿Doctor, qué tiene mi doncella? ¿Es algo grave? ¿Por qué se ha desmayado?— Lo que tiene la jovencita no es nada grave, los desmayos son muy normal en su estad
El dolor silencioso es el más funesto.Jean-Baptiste Racine— No me pegues más, te lo suplico.— Cállate perra — le gritó el hombre, mientras agarraba por los cabellos a su mujer —eres una basura, no sirves para nada… Que sea la última vez que me preguntas con quién estoy.A la mujer le dolía el estómago, le dolía el pecho, estaba aterrorizada. El hombre la levantó y volvió a abofetearla con tanta fuerza que ella cayó al piso y la sangre corrió por su boca; su marido no cesó en su ataque y le dio una patada en el estómago.Theresa gritó instintivamente, se cubrió su vientre con los brazos.— Detente… No le hagas daño a mi hijo.El barón de Lexinton estaba enceguecido por la ira y no hizo caso a las palabras de la atormentada mujer y volvió a golpearla sin piedad a tal punto que ella perdió el conocimiento.En el momento en el que Theresa volvió en sí, se encontraba acostada en su cama, le dolía todo el cuerpo, pero el dolor se incrementaba en el vientre, intentó abrir los ojos mas no
La utopía es el principio de todo progreso y el diseño de un futuro mejor.Anatole FranceSussex 1824— Este lugar me parece perfecto — dijo Theresa mientras entraba a una pintoresca casita.— No lo sé… me parece algo modesta para ti — acotó su cuñada mientras observaba la casa.Para ella el lugar era precioso, al entrar se encontraron con el vestíbulo, paseó su mirada por una escalera que llevaba al piso superior, donde se encontraban dos dormitorios, luego caminó hacia un pequeño despacho decorado con un escritorio de caoba y una estantería llena de libros, también tenía diminuto salón muy acogedor con su chimenea y un hermoso tapiz cerca de la ventana.Subió las escaleras y entró a cada una de las habitaciones que olían a cerrado y a polvo, mas en ninguna de ellas se apreciaba ningún olor desagradable, necesitaban unos pequeños arreglos, pero por lo demás estaban perfectas.— Tan solo tiene dos habitaciones… ¿Dónde dormirán los empleados? — Preguntó Danielle.— Nada de empleados, c
"Yo no busco, yo encuentro"Pablo Picasso— Esta será mi última misión, deseo retirarme, quiero recuperar mi vida.— Estamos en cuenta de eso y respetamos tu decisión... ¿Volverás a América o tomarás el lugar que te corresponde aquí?— Pienso regresarme a las colonias, allí está mi lugar.— Tu sitio está en Londres, aunque no lo quieras admitir, es tiempo que pases la página y recuperes todo lo que es tuyo.— No me interesa, mi primo está haciendo un buen trabajo.— ¿Él sabe que estás aquí?— No, él cree que ando en alguna parte del mundo, no quiero involucrarlo en nada de esto.Wadlow fijó la vista en su reloj y dijo:— Es hora de irme, debo regresar cuanto antes a Londres... Asthon no pierdas tiempo con la Baronesa, tienes que hacer que confíe en ti y nos revele todo lo que sabe.— Trabajaré en ello.Theresa se levantó muy temprano en la mañana, tomó su equipaje y bajó las escaleras de la enorme mansión de los condes de Headfort donde su familia estaba pasando unas pequeñas vacacion
El primer beso no se da con la boca, sino con la mirada"Tristan Bernard"Michael caminó hacia el pueblo, no tenía otra opción, tenía que actuar normal para no llamar la atención del sujeto, cuando estuvo a cierta distancia pudo darse cuenta de que ya no lo estaban siguiendo. Meditó unos minutos... si no iban detrás de él entonces era a la baronesa a quien estaban vigilando, pensó Michael, para constatar su teoría decidió devolverse por otro camino hasta la casa de Theresa, cuando llegó se ocultó entre las sombras de los árboles que daba justo delante de la casa no podía correr el riesgo que alguien lo viera, se quedó allí esperando que el bandido mostrara su escondite.Al cabo de unos minutos el hombre ajeno a que alguien lo vigilaba, salió de su escondite al ver que las mujeres no saldrían nuevamente de la casa, se relajó y prendió un cigarrillo, Michael Aprovechó esa oportunidad para acercarse sigilosamente y en cuestión de segundos tomó al sujeto del cuello y sacó un puñal que lle
Todo deseo estancado es un veneno.André MauroisLos pensamientos de ella giraban en un torbellino de sensaciones.Theresa estaba aturdida.Michael no dijo nada, ni a favor ni en contra, su mirada se encontraba fija en su boca. Ella intentó retirar la mano, pero él no la soltaba, en cambio, le retuvo la mano entre las suyas. Theresa se ruborizó. En realidad, su contacto le estaba ocasionando reacciones extrañas. El corazón se le subió a la boca, un momento después se le puso a latir como loco.Él la ayudó a levantarse y la distancia entre ellos era muy corta. Therera contuvo el deseo de echarse a temblar, más consciente de él de lo que había estado nunca de un hombre. Los aromas sutiles de sándalo, almidón y hombre, se esparcieron a través de sus sentidos. Estaba consciente de su tórax poderoso, la barba empezando a asomarse y oscureciendo su mandíbula, y el sonido de su respiración. Cada pulgada de la piel le hormigueaba en respuesta a él.Nerviosa se separó de él porque su contacto
Después de haber finiquitado todos los detalles de la misión, Michael tomó el camino hacia Bedforshire, trató de posponer ese momento por tanto tiempo, más de ocho años alejado de su pasado, ahora no podía escabullirse.Woburn Abby se presentaba imponente ante él, era una de las mansiones aristócratas más lujosas de Inglaterra, El rey Enrique VIII dio a John Russell la propiedad, que se convirtió en la sede del Ducado de Bedford, cabeza de la familia Russell, familia a la que él pertenecía.El carruaje donde Michael se trasladaba se paró frente a la puerta principal, se bajó del vehículo, los lacayos que estaban en la entrada lo guiaron hacia el vestíbulo sin saber de quién se trataba, el mayordomo quedó sorprendido al verlo, pero ocultó rápidamente su expresión.— Su excelencia, bienvenido — Se inclinó haciendo una reverencia.— Gordon — Le saludó Michael con la cabeza y le entregó su abrigo, guantes y sombrero.Los criados que estaba alrededor realizando sus quehaceres diarios, al e
"Prohibir algo es despertar el deseo"Michel de Montaigne— Ya sabes lo que tienes que hacer con eso Crosby — dijo Lexinton señalando el cuerpo de David.— Si milord — contestó el hombre con débil voz.El Barón caminó hacia una pequeña mesa donde se encontraba una botella de whisky, la cual agarró y sirvió el líquido ambarino en un vaso, se sentó en la silla detrás de enorme escritorio color caoba, subió los pies.— Así que la insulsa de Theresa está con un hombre — hablaba más para él que para su fiel servidor — Por ahora no voy a hacer nada, voy a terminar los negocios que tengo pendiente, que me van a generar mucho dinero —Tomó un trago del vaso — pero luego buscaré a esa maldita perra... le he dado mucha rienda suelta... Ya va siendo el tiempo que regrese a su casa a cumplir con sus deberes de esposa ¿No crees Crosby?— Estoy completamente de acuerdo con usted... Puedo enviar a alguien que le averigüe quien es ese hombre.— No, yo personalmente me encargaré de ese asunto. No quier