— Claro que tenemos un problema, me robaste lo que era mío.— Yo no te he robado nada, Samantha.— Edward era mío, maldita, solo mío.<<Entonces, era cierto lo que siempre había sospechado, esa mujer sentía algo más que una amistad por Michael>>Sam comenzó a hablar y Theresa aprovechó la oportunidad para meter la mano en su capa y agarrar un pañuelo que tenía dentro del bolsillo y soltarlo en el camino sin que ella se diera cuenta.—Él siempre fue mío hasta que tú llegaste — dijo Samantha con resentimiento —Al principio, cuando me di cuenta de que Edward estaba interesado en ti, me alegré. Cuando lo conocí era un hombre resentido y amargado que solo tenía en mente la venganza, yo me enamoré de él perdidamente, hacía hasta lo imposible para que se fijara en mí, pe
El verdadero amor no se conoce por lo que exige, sino por lo que ofrece.Jacinto BenaventeMichael corrió hacia donde se encontraba las dos mujeres, Samantha cayó al suelo luego del segundo disparo que salió de la pistola de Michael, el tiro fue certero.Él estaba desesperado. Se acercó a Theresa la cogió con cuidado; La tomó en brazos, con una mano detrás del cuello para sostenerle la cabeza.— Mi amor... Theresa... — Le dijo en voz baja, al verle la sangre que manaba de su pecho y que ella estaba tan pálida, se sintió más desesperado, aunque verificó el pulso y estaba viva, eso le dio esperanza —Princesa —le susurró al oído— por favor, abre los ojos. Ya todo ha pasado.Theresa al escuchar su voz reaccionó.—Michael —gimió ella, pero parecía incapaz de enfocar la mirada. Se le llenaron los ojos de lágrimas, que le caían por el rabillo del ojo.—Oh, Dios mío, mi amor —susurró él, limpiándole las lágrimas.— Tenía miedo de no volver a verte —consiguió decir Theresa con un hilillo de vo
— ¿Cómo amaneciste amor mío?Habían pasado casi tres semanas. Theresa, vestida con un fino camisón de algodón blanco, estaba sentada en la cama en la habitación de Michael. Ya estaba completamente recuperada, las heridas físicas y emocionales estaban sanadas, ella se sentía feliz al lado del hombre que amaba. Michael le demostraba su amor a cada instante, con sus mimos, gestos y miradas. Él no paraba de consentirla y no le permitía hacer absolutamente nada, cada vez que abría la boca tenía un ejército de doncellas que se desvivían en atenderla.— Estoy perfectamente — se levantó de la cama sonriendo y tomó a Michael de la mano y lo sentó en el sofá y ella se sentó en sus piernas.— Ya veo que realmente estás mucho mejor — le dijo él con picardía.Ella comenzó a juguete
— ¿Qué me pasó? — preguntó la doncella al recuperar la conciencia.— Te has desmayado — le dijo Theresa — Me has dado un susto de muerte.— No sé qué me pasó.— Ya el médico está por llegar.— No, no hace falta que se moleste por mí, eso no debe ser nada.— Jenny por favor, no me quedaré tranquila hasta que el doctor te vea, mi sexto sentido no me falla, algo me decía que tenía que regresar.Theresa se salió de la habitación cuando el médico llegó para revisar a Jenny, una vez que examinó a la chica el hombre se reunió con ella en el salón.— ¿Doctor, qué tiene mi doncella? ¿Es algo grave? ¿Por qué se ha desmayado?— Lo que tiene la jovencita no es nada grave, los desmayos son muy normal en su estad
El dolor silencioso es el más funesto.Jean-Baptiste Racine— No me pegues más, te lo suplico.— Cállate perra — le gritó el hombre, mientras agarraba por los cabellos a su mujer —eres una basura, no sirves para nada… Que sea la última vez que me preguntas con quién estoy.A la mujer le dolía el estómago, le dolía el pecho, estaba aterrorizada. El hombre la levantó y volvió a abofetearla con tanta fuerza que ella cayó al piso y la sangre corrió por su boca; su marido no cesó en su ataque y le dio una patada en el estómago.Theresa gritó instintivamente, se cubrió su vientre con los brazos.— Detente… No le hagas daño a mi hijo.El barón de Lexinton estaba enceguecido por la ira y no hizo caso a las palabras de la atormentada mujer y volvió a golpearla sin piedad a tal punto que ella perdió el conocimiento.En el momento en el que Theresa volvió en sí, se encontraba acostada en su cama, le dolía todo el cuerpo, pero el dolor se incrementaba en el vientre, intentó abrir los ojos mas no
La utopía es el principio de todo progreso y el diseño de un futuro mejor.Anatole FranceSussex 1824— Este lugar me parece perfecto — dijo Theresa mientras entraba a una pintoresca casita.— No lo sé… me parece algo modesta para ti — acotó su cuñada mientras observaba la casa.Para ella el lugar era precioso, al entrar se encontraron con el vestíbulo, paseó su mirada por una escalera que llevaba al piso superior, donde se encontraban dos dormitorios, luego caminó hacia un pequeño despacho decorado con un escritorio de caoba y una estantería llena de libros, también tenía diminuto salón muy acogedor con su chimenea y un hermoso tapiz cerca de la ventana.Subió las escaleras y entró a cada una de las habitaciones que olían a cerrado y a polvo, mas en ninguna de ellas se apreciaba ningún olor desagradable, necesitaban unos pequeños arreglos, pero por lo demás estaban perfectas.— Tan solo tiene dos habitaciones… ¿Dónde dormirán los empleados? — Preguntó Danielle.— Nada de empleados, c
"Yo no busco, yo encuentro"Pablo Picasso— Esta será mi última misión, deseo retirarme, quiero recuperar mi vida.— Estamos en cuenta de eso y respetamos tu decisión... ¿Volverás a América o tomarás el lugar que te corresponde aquí?— Pienso regresarme a las colonias, allí está mi lugar.— Tu sitio está en Londres, aunque no lo quieras admitir, es tiempo que pases la página y recuperes todo lo que es tuyo.— No me interesa, mi primo está haciendo un buen trabajo.— ¿Él sabe que estás aquí?— No, él cree que ando en alguna parte del mundo, no quiero involucrarlo en nada de esto.Wadlow fijó la vista en su reloj y dijo:— Es hora de irme, debo regresar cuanto antes a Londres... Asthon no pierdas tiempo con la Baronesa, tienes que hacer que confíe en ti y nos revele todo lo que sabe.— Trabajaré en ello.Theresa se levantó muy temprano en la mañana, tomó su equipaje y bajó las escaleras de la enorme mansión de los condes de Headfort donde su familia estaba pasando unas pequeñas vacacion
El primer beso no se da con la boca, sino con la mirada"Tristan Bernard"Michael caminó hacia el pueblo, no tenía otra opción, tenía que actuar normal para no llamar la atención del sujeto, cuando estuvo a cierta distancia pudo darse cuenta de que ya no lo estaban siguiendo. Meditó unos minutos... si no iban detrás de él entonces era a la baronesa a quien estaban vigilando, pensó Michael, para constatar su teoría decidió devolverse por otro camino hasta la casa de Theresa, cuando llegó se ocultó entre las sombras de los árboles que daba justo delante de la casa no podía correr el riesgo que alguien lo viera, se quedó allí esperando que el bandido mostrara su escondite.Al cabo de unos minutos el hombre ajeno a que alguien lo vigilaba, salió de su escondite al ver que las mujeres no saldrían nuevamente de la casa, se relajó y prendió un cigarrillo, Michael Aprovechó esa oportunidad para acercarse sigilosamente y en cuestión de segundos tomó al sujeto del cuello y sacó un puñal que lle