Derek había llegado a la mansión y Ava lo sabía pues había escuchado el helicóptero aterrizando en la propiedad y empezó a dar vueltas por la habitación de Reagan ansiosa. Derek llevaba por lo menos una hora en la mansión, pero no había ido a verla y eso estaba creando una enorme expectación dentro de ella. Ava hasta se regañó mentalmente por estar esperando por él, pero era algo que no podía evitar, le llenaba de ansiedad saber que pasaría entre ellos, como sería su relación con Derek a partir de aquel momento y si él la permitiría volver a acercarse a él o si volverían a tener sexo. Eran mil preguntas que rodaban su cabeza, y aun después de haber pasado varios días segura de que Derek sentía algo por ella, tenerlo de vuelta en la mansión la ponía de los nervios. –Ava. –La llamó Reagan entrando en la habitación con una enorme sonrisa. –Hola Reagan. –Contestó intentando ocultar su ansiedad. –Me imagino que estarás feliz ahora que tu padre ha regresado. –Muy feliz, tanto que he d
La familia Hoffman seguía muy afectada por la pérdida de su hija. Algunos no habían podido levantar cabeza y entre ellos estaba el hijo pequeño de Scott Hoffman. Sasha estaba determinado a descubrir la verdad y ni siquiera el nacimiento de su cuarta hija había sido suficiente para borrar aquella idea de su cabeza. Él estaba tan decidido a descubrir la verdad, pues jamás llegaría a aceptar que la muerte de su melliza se trataba de un simple accidente y por ese motivo viajó a Atlanta. El mellizo de Ava sabía que la última persona que estuvo con Toby en la noche que murió había sido su hermana y pensó que era una enorme casualidad el hecho de que ella había sufrido aquel accidente justamente el mismo día del funeral de su amigo. A Sasha también le resultaba raro que Toby hubiese cometido suicidio. Llevaba años conociendo al periodista y aquella justificación para su muerte tampoco le cuadraba, hasta le resultaba absurda. Ambas muertes tenían algo en común, en ambos casos habían pregu
Derek tenía la cara en la ventana de su despacho sintiendo que hasta le faltaba el aire mientras que Reich le iba explicando cómo había organizado a los hombres para la reunión anual que estaban preparando para los principales miembros del Klan, y lo hacía con la ayuda de Vera que era la que se encargaba de todos los preparativos, pero el líder de la Organización tenía la mente muy lejos de aquel despacho, para ser más exacto la tenía en la tercera planta de la mansión…en la habitación donde estaba Ava. Calor, Derek sentía que se estaba asfixiando entre aquellas cuatro paredes. Ya se había desabotonado la camisa casi por completa, tanto que cuando se sentó en la silla detrás del escritorio podía ver como se le caía la baba a Vera mirándolo. Los dos llevaban mucho tiempo sin tener sexo, aunque dormían en la misma cama, pues Derek utilizaba la excusa de que no confiaba en ella después de haberlo engañado quedándose embarazada y que necesitaba tiempo, pero Vera era insistente y le suge
Aquella noche cuando Ava despertó se dio cuenta de que estaba sola en la cama y Derek no estaba en la habitación, pero la puerta del pasadizo estaba abierta. Al principio ella abrazó su cuerpo preguntándose si debería bajar a buscarlo o quedarse allí esperando, pero le daba curiosidad saber que estaría haciendo Derek aquellas horas. De la misma manera que lo había hecho aquella tarde, Ava bajó a buscarlo y extrañó cuando no lo vio en el despacho, después pensó que debería estar en la sala del Consejo, pero cuando llegó aquel lugar, que ella tanto odiaba, se dio cuenta de que Derek tampoco estaba allí. Ava lo encontró en otra sala secreta que estaba a penas unos metros de la sala del Consejo. Derek llevaba puesto un pantalón, con una camiseta negra y tenía los pies descalzos. Ava lo observó por unos segundos antes de entrar pensando que se veía muy hermoso cuando estaba centrado en algo, se veía realmente sexy y más cuando se mordía los labios. –¿Esto es lo que hace Derek Anderson
–¿Te gusta? –Preguntó Derek viendo como Ava se tomaba un trago del whisky que él había destilado. Ella acercó el vaso a la nariz oliendo la bebida, bajo la mirada atenta de Derek que observaba cada reacción de su rostro. –Puedo notar el olor a madera y a frutas, pero casi no siento el olor del alcohol. –Contestó la chica viéndolo sonreír. –En un buen whisky el olor del alcohol debe ser casi imperceptible. –Declaró Derek y ella volvió a tomar un poco más saboreándolo. –También debe dejar un ligero sabor en tu boca, porque si no es así no podrás disfrutar de todos sus sabores si solo sientes el alcohol. –Murmuró pasando la yema de su dedo pulgar por los labios mojados de Ava y se humedeció los suyos mirándola con deseo –No sabía que la destilería te apasionaba tanto, creía que solo de trataba de dar continuidad a un negocio familiar. –Contestó Ava acercando su boca a la de Derek. –Existen muchas cosas que me apasionan Ava. –Susurró pegando su frente a la de ella, respirando profun
—¿Estás segura de que te encuentras bien para márcharte? — Preguntó Scott entrando en la su habitación viendo como Alice cerraba una maleta pequeña. Ella suspiró cuando su marido la abrazó y escondió el rostro en su pecho buscando sentir su calor. —Ya perdí a Ava, no puedo perder a Daniel también. —Lo sé cariño. —Contestó Scott abrazándola. —Nuestro chico grande siempre ha encontrado en ti su refugio y eres la única persona que logra hablar con él desde que perdió a su familia, pero me preocupa dejarte sola. —Tranquilo mi amor, estaremos bien. Solo estaré fuera una semana. —Aclaró Alice. —Ya sabes que no soporto estar mucho tiempo lejos de ti, pero Daniel me necesita y Martha necesita a su papi para apoyarla. —Me hubiera gustado estar esta noche con ella en la gala del lanzamiento de nuestro nuevo proyecto, pero Sol se marcha con las niñas mañana y quiero aprovechar al máximo mis nietas. —Confesó Scott y Alice sonrió mirándolo –Martha lo entiende, además, está con Ezra y sabes q
La noticia no era motivo para soltar cohetes, pero era suficiente para saciar las ganas que tenía Vera de ver a Ava sufriendo. La amante de Derek esbozó una enorme sonrisa con la noticia que había en el periódico que tenía en la mano. La portada con la foto de la Mansión Hoffman hecha cenizas para ella era más bonita que cualquier obra de arte. Vera sabía que Derek estaba en una reunión con el Consejo, pues tenía que explicar sus motivos para matar a un miembro del Klan en su propiedad. Obviamente no tenía mucho que explicar, Roger era un traidor y no había motivos para cuestionar las decisiones de Derek, pero Vera pensaba aprovechar aquel momento para hacer una visita a la habitación de la mestiza, que en que estaba justamente sentada en la ventana, pensando en la noche que había pasado con Derek.Los dos durmieron juntos y abrazados. No hubo sexo en aquella cama, pero sí mucha intimidad entre ellos. Cuando Derek regresó a la cama después de haberla dejado sola, no dejó de acariciar
—Papá la veo muy mal. —Se angustió Reagan apartando un mechón del rostro de Ava que jadeaba por el dolor. —Ava necesito saber qué es lo que tienes para que pueda ayudarte. —Suplicó Derek y la chica negó con la cabeza. —¿Te hicieron daño? —No… no Derek… —¿Entonces qué tienes? —Insistió y cuando la vio hacer una mueca perdió la paciencia. — ¡Reagan llama al doctor! —¡No, no hace falta! —Contestó Ava abrazando su vientre. —¿Cómo no va a hacer falta Ava? Mira cómo estás… mal puedes hablar. —Contestó Derek exasperado y se dio cuenta de que Ava tenía las mejillas sonrojadas. —Ava dime por favor, ¿qué te está pasando? Derek habló con un tono tan dulce que hasta su hija, que ya estaba acostumbrada a ese lado más cariñoso de él, se sorprendió. —No puedo hacer nada si no me dices lo qué te está pasando. —Murmuró acariciando el rostro de Ava y ella se sentó en la cama. —Mi período, normalmente tengo muchas molestias en estos días y como no tengo medicación los cólicos son casi insoportab