–Esto cada vez se hace más difícil Edgar. –Afirmó Hannah mirándolo mientras él que observaba el lugar donde estaba el ataúd de su hermano mayor, en la cripta que Derek había mandado construir para sus padres. –Tanto esfuerzo para nada, todo lo que hemos arriesgado para seguir dependiendo de otros. Pasamos de vivir bajo la sombra de Edward para estar como perros detrás de las migajas que nos da Derek. –¡¿Crees que no lo sé Hannah…crees que estoy satisfecho con esta situación y a las humillaciones que me somete nuestro maldit* sobrino cada día?! –Espetó Edgar exasperado. – ¡Llevo soportando su malgenio desde que empezó a hacerse cargo de las empresas y todo fue a peor cuando Derek decidió acaparar mi poder dentro de la Organización y hacerme a un lado! –¡Porque eres un incompetente Edgar! –Acusó Hannah y su hermano la miró con desagrado. – ¡Maté a la estúpida de Nicole porque me prometiste una parte de la herencia de Edgar, y hasta te ayudé manteniendo a Alice Hoffman fuera del camino
En el momento que el helicóptero de Derek posó en la propiedad de la familia Anderson, la tensión se apoderó de todos los que estaban en aquel lugar. Cuando Hannah lo vio entrar por la puerta, preparó su mejor actuación para recibirlo y ponerlo de parte de ellos, pero Derek no estaba dispuesto a escuchar nada. —Derek, Vera se encuentra muy mal, la pobre está destrozada… —¡¿Dónde está mi hija?! —Demandó Derek y su tía se quedó boquiabierta cuando la interrumpió, pensando que lo primero que le interesaría a su sobrino era saber el estado de su amante. —¡Contesta Hannah, ¿Dónde está mi hija?! —¡Está encerrada en su habitación Derek! Después de lo que le hizo a la pobre Vera, pensamos que era más seguro mantenerla alejada. —Respondió Edgar por su hermana. —¡¿Me estás diciendo que tienen a mi hija encerrada como si fuera un animal?! —Derek lo increpó y Reich se puso a su lado por precaución. —Ella ayudó a esa mujer a atacarnos, sobrino. Hasta nos apuntó con dos pistolas y amenazando
Ava despertó a la mañana siguiente sola en la cama de Derek y no tuvo la necesidad de abrir los ojos para saberlo pues ella podía sentir su olor en las sábanas. Entonces abrió los ojos y se dio cuenta de que las ventanas estaban abiertas iluminando todo el lugar. No había vuelto a dejarla sola en la oscuridad y se preguntó si Derek había dormido con ella o había decidido escapar como un cobarde y paseando la mirada por el lugar frunció el ceño cuando vio la serpiente en el terrario, y apartó la vista de ella rápidamente porque le daban escalofríos tan solo con mirar aquel animal. Ella empezó a recordar los sucesos de la noche anterior, lo que Derek le había contado sobre su experiencia en el internado a donde lo habían enviado y abrazó la sabana a su cuerpo tapando su desnudez cuando el aire entró por la ventana que estaba abierta y fue cuando Derek entró por la puerta vestido con ropa de deporte y con los ojos puestos en ella. Su esposo la miraba de reojo mientras se quitaba la cam
Ava estaba dispuesta a darle guerra, aunque sus muslos ya estaban mojados por la excitación que le provocaba aquel juego perverso con su esposo, con su verdugo… o mejor diciendo su maldito predador. Así era como se sentía cuando Derek la agarraba de aquella manera y en su vientre podía sentir la electricidad despertando cada vez que se dirigía a ella con aquel tono autoritario y tan demandante. Derek la miró a los ojos y vio la ira y el deseo que había en ellos mientras se desabrochaba el cinturón. –¿Qué…me vas a follar para castigarme? –Lo increpó Ava viendo aquella mandíbula tensa y los músculos que iban a romper aquella camisa de un momento a otro. –Si ese es el castigo que vas a darme, ¿entonces a qué mierda estás esperando? –Desafió. Derek pasó los dedos por sus labios carnosos recordando la última vez que los sintió en la parte más sensible de su cuerpo y su miembro parecía estar haciendo exactamente lo mismo pulsando con desesperación dentro de su pantalón. –¿Eso es lo que
Derek entró en la habitación donde estaba Vera para verla, después de haber dejado a Ava durmiendo en su habitación, ya que necesitaba notificarle algo.–No puedo creer que vayas a dejarme sola después de todo lo que pasé aquella noche Derek. Con tu actitud solo demuestras que nuestro hijo no te importaba y yo tampoco. –Reclamó Vera llorando desconsolada.–Necesito regresar a Griffin. Sabes perfectamente que debo encargarme del proyecto que inicié con los Hoffman. Lo necesitamos para que mi tío Dennis llegue a gobernador y no puedo detenerme ahora que estamos cerca de lograr nuestro principal objetivo. –Contestó Derek con impaciencia, pero a Vera solo le importaba tenerlo a su lado.–¡Me estás abandonando Derek! –Exclamó indignada sintiéndose totalmente ignorada por su hombre. –Deberías estar a mi lado apoyándome, debería estar recibiendo toda tu atención y cariño, pero me siento despreciada por ti. No tienes idea de lo mucho que estoy sufriendo por haber perdido a nuestro bebé.–Si t
Ava se estaba peinando delante del espejo, contenta mientras miraba todas las cremas y productos de belleza que Reagan había mandado comprar para ella, para sus cuidados personales. Cuando de repente Reagan entró en la habitación eufórica sujetando algo en la mano. —¡Ava, Ava! —Exclamó la chica dando saltitos. —¿Qué ocurre Reagan? —Preguntó y la chica le entregó el periódico de aquel día, algo que Reagan había empezado hacer cada mañana. —¡Mira, tu hermana sale en la portada! —Señaló y Ava se emocionó sentándose en la cama para verlo. Ava sonrió orgullosa leyendo la noticia y pasó la punta de los dedos sobre la foto de Martha pensando en la falta que le hacía pasar el tiempo con su hermana. —Martha es la nueva CEO de nuestra plataforma petrolífera y de todas nuestras empresas . — Habló Ava emocionada. —¿Y eso es bueno? —Preguntó Reagan y Ava la miró con interrogación, entonces ella se explicó. —Pregunto porque que sé que son más hermanos y por lo que pone ahí ella se hará cargo
Derek había llegado a la mansión y Ava lo sabía pues había escuchado el helicóptero aterrizando en la propiedad y empezó a dar vueltas por la habitación de Reagan ansiosa. Derek llevaba por lo menos una hora en la mansión, pero no había ido a verla y eso estaba creando una enorme expectación dentro de ella. Ava hasta se regañó mentalmente por estar esperando por él, pero era algo que no podía evitar, le llenaba de ansiedad saber que pasaría entre ellos, como sería su relación con Derek a partir de aquel momento y si él la permitiría volver a acercarse a él o si volverían a tener sexo. Eran mil preguntas que rodaban su cabeza, y aun después de haber pasado varios días segura de que Derek sentía algo por ella, tenerlo de vuelta en la mansión la ponía de los nervios. –Ava. –La llamó Reagan entrando en la habitación con una enorme sonrisa. –Hola Reagan. –Contestó intentando ocultar su ansiedad. –Me imagino que estarás feliz ahora que tu padre ha regresado. –Muy feliz, tanto que he d
La familia Hoffman seguía muy afectada por la pérdida de su hija. Algunos no habían podido levantar cabeza y entre ellos estaba el hijo pequeño de Scott Hoffman. Sasha estaba determinado a descubrir la verdad y ni siquiera el nacimiento de su cuarta hija había sido suficiente para borrar aquella idea de su cabeza. Él estaba tan decidido a descubrir la verdad, pues jamás llegaría a aceptar que la muerte de su melliza se trataba de un simple accidente y por ese motivo viajó a Atlanta. El mellizo de Ava sabía que la última persona que estuvo con Toby en la noche que murió había sido su hermana y pensó que era una enorme casualidad el hecho de que ella había sufrido aquel accidente justamente el mismo día del funeral de su amigo. A Sasha también le resultaba raro que Toby hubiese cometido suicidio. Llevaba años conociendo al periodista y aquella justificación para su muerte tampoco le cuadraba, hasta le resultaba absurda. Ambas muertes tenían algo en común, en ambos casos habían pregu