Ava estaba dispuesta a darle guerra, aunque sus muslos ya estaban mojados por la excitación que le provocaba aquel juego perverso con su esposo, con su verdugo… o mejor diciendo su maldito predador. Así era como se sentía cuando Derek la agarraba de aquella manera y en su vientre podía sentir la electricidad despertando cada vez que se dirigía a ella con aquel tono autoritario y tan demandante. Derek la miró a los ojos y vio la ira y el deseo que había en ellos mientras se desabrochaba el cinturón. –¿Qué…me vas a follar para castigarme? –Lo increpó Ava viendo aquella mandíbula tensa y los músculos que iban a romper aquella camisa de un momento a otro. –Si ese es el castigo que vas a darme, ¿entonces a qué mierda estás esperando? –Desafió. Derek pasó los dedos por sus labios carnosos recordando la última vez que los sintió en la parte más sensible de su cuerpo y su miembro parecía estar haciendo exactamente lo mismo pulsando con desesperación dentro de su pantalón. –¿Eso es lo que
Derek entró en la habitación donde estaba Vera para verla, después de haber dejado a Ava durmiendo en su habitación, ya que necesitaba notificarle algo.–No puedo creer que vayas a dejarme sola después de todo lo que pasé aquella noche Derek. Con tu actitud solo demuestras que nuestro hijo no te importaba y yo tampoco. –Reclamó Vera llorando desconsolada.–Necesito regresar a Griffin. Sabes perfectamente que debo encargarme del proyecto que inicié con los Hoffman. Lo necesitamos para que mi tío Dennis llegue a gobernador y no puedo detenerme ahora que estamos cerca de lograr nuestro principal objetivo. –Contestó Derek con impaciencia, pero a Vera solo le importaba tenerlo a su lado.–¡Me estás abandonando Derek! –Exclamó indignada sintiéndose totalmente ignorada por su hombre. –Deberías estar a mi lado apoyándome, debería estar recibiendo toda tu atención y cariño, pero me siento despreciada por ti. No tienes idea de lo mucho que estoy sufriendo por haber perdido a nuestro bebé.–Si t
Ava se estaba peinando delante del espejo, contenta mientras miraba todas las cremas y productos de belleza que Reagan había mandado comprar para ella, para sus cuidados personales. Cuando de repente Reagan entró en la habitación eufórica sujetando algo en la mano. —¡Ava, Ava! —Exclamó la chica dando saltitos. —¿Qué ocurre Reagan? —Preguntó y la chica le entregó el periódico de aquel día, algo que Reagan había empezado hacer cada mañana. —¡Mira, tu hermana sale en la portada! —Señaló y Ava se emocionó sentándose en la cama para verlo. Ava sonrió orgullosa leyendo la noticia y pasó la punta de los dedos sobre la foto de Martha pensando en la falta que le hacía pasar el tiempo con su hermana. —Martha es la nueva CEO de nuestra plataforma petrolífera y de todas nuestras empresas . — Habló Ava emocionada. —¿Y eso es bueno? —Preguntó Reagan y Ava la miró con interrogación, entonces ella se explicó. —Pregunto porque que sé que son más hermanos y por lo que pone ahí ella se hará cargo
Derek había llegado a la mansión y Ava lo sabía pues había escuchado el helicóptero aterrizando en la propiedad y empezó a dar vueltas por la habitación de Reagan ansiosa. Derek llevaba por lo menos una hora en la mansión, pero no había ido a verla y eso estaba creando una enorme expectación dentro de ella. Ava hasta se regañó mentalmente por estar esperando por él, pero era algo que no podía evitar, le llenaba de ansiedad saber que pasaría entre ellos, como sería su relación con Derek a partir de aquel momento y si él la permitiría volver a acercarse a él o si volverían a tener sexo. Eran mil preguntas que rodaban su cabeza, y aun después de haber pasado varios días segura de que Derek sentía algo por ella, tenerlo de vuelta en la mansión la ponía de los nervios. –Ava. –La llamó Reagan entrando en la habitación con una enorme sonrisa. –Hola Reagan. –Contestó intentando ocultar su ansiedad. –Me imagino que estarás feliz ahora que tu padre ha regresado. –Muy feliz, tanto que he d
La familia Hoffman seguía muy afectada por la pérdida de su hija. Algunos no habían podido levantar cabeza y entre ellos estaba el hijo pequeño de Scott Hoffman. Sasha estaba determinado a descubrir la verdad y ni siquiera el nacimiento de su cuarta hija había sido suficiente para borrar aquella idea de su cabeza. Él estaba tan decidido a descubrir la verdad, pues jamás llegaría a aceptar que la muerte de su melliza se trataba de un simple accidente y por ese motivo viajó a Atlanta. El mellizo de Ava sabía que la última persona que estuvo con Toby en la noche que murió había sido su hermana y pensó que era una enorme casualidad el hecho de que ella había sufrido aquel accidente justamente el mismo día del funeral de su amigo. A Sasha también le resultaba raro que Toby hubiese cometido suicidio. Llevaba años conociendo al periodista y aquella justificación para su muerte tampoco le cuadraba, hasta le resultaba absurda. Ambas muertes tenían algo en común, en ambos casos habían pregu
Derek tenía la cara en la ventana de su despacho sintiendo que hasta le faltaba el aire mientras que Reich le iba explicando cómo había organizado a los hombres para la reunión anual que estaban preparando para los principales miembros del Klan, y lo hacía con la ayuda de Vera que era la que se encargaba de todos los preparativos, pero el líder de la Organización tenía la mente muy lejos de aquel despacho, para ser más exacto la tenía en la tercera planta de la mansión…en la habitación donde estaba Ava. Calor, Derek sentía que se estaba asfixiando entre aquellas cuatro paredes. Ya se había desabotonado la camisa casi por completa, tanto que cuando se sentó en la silla detrás del escritorio podía ver como se le caía la baba a Vera mirándolo. Los dos llevaban mucho tiempo sin tener sexo, aunque dormían en la misma cama, pues Derek utilizaba la excusa de que no confiaba en ella después de haberlo engañado quedándose embarazada y que necesitaba tiempo, pero Vera era insistente y le suge
Aquella noche cuando Ava despertó se dio cuenta de que estaba sola en la cama y Derek no estaba en la habitación, pero la puerta del pasadizo estaba abierta. Al principio ella abrazó su cuerpo preguntándose si debería bajar a buscarlo o quedarse allí esperando, pero le daba curiosidad saber que estaría haciendo Derek aquellas horas. De la misma manera que lo había hecho aquella tarde, Ava bajó a buscarlo y extrañó cuando no lo vio en el despacho, después pensó que debería estar en la sala del Consejo, pero cuando llegó aquel lugar, que ella tanto odiaba, se dio cuenta de que Derek tampoco estaba allí. Ava lo encontró en otra sala secreta que estaba a penas unos metros de la sala del Consejo. Derek llevaba puesto un pantalón, con una camiseta negra y tenía los pies descalzos. Ava lo observó por unos segundos antes de entrar pensando que se veía muy hermoso cuando estaba centrado en algo, se veía realmente sexy y más cuando se mordía los labios. –¿Esto es lo que hace Derek Anderson
–¿Te gusta? –Preguntó Derek viendo como Ava se tomaba un trago del whisky que él había destilado. Ella acercó el vaso a la nariz oliendo la bebida, bajo la mirada atenta de Derek que observaba cada reacción de su rostro. –Puedo notar el olor a madera y a frutas, pero casi no siento el olor del alcohol. –Contestó la chica viéndolo sonreír. –En un buen whisky el olor del alcohol debe ser casi imperceptible. –Declaró Derek y ella volvió a tomar un poco más saboreándolo. –También debe dejar un ligero sabor en tu boca, porque si no es así no podrás disfrutar de todos sus sabores si solo sientes el alcohol. –Murmuró pasando la yema de su dedo pulgar por los labios mojados de Ava y se humedeció los suyos mirándola con deseo –No sabía que la destilería te apasionaba tanto, creía que solo de trataba de dar continuidad a un negocio familiar. –Contestó Ava acercando su boca a la de Derek. –Existen muchas cosas que me apasionan Ava. –Susurró pegando su frente a la de ella, respirando profun