Derek resoplaba con fastidio delante del espejo de su dormitorio cuando Reich entró viendo que su jefe tenía varios arañazos en el cuello y que la camisa blanca de seda que llevaba puesta estaba casi entera rota con algunas manchas de sangre. —¿Ha vuelto a atacarte? —Preguntó Reich seguro de que aquello era obra de Ava Hoffman y Derek solo contestó con un gruñido. —No debiste subirla a una de las habitaciones. Ya ha intentado escaparse varias veces Derek y cada vez que entras… —¡Ya lo sé Reich! —Contestó furioso. –Ya he intentado de todo, pero ella sigue resistiéndose. Esa mujer me desafía cada día y ya no sé que hacer para doblegarla. Cada vez que entro en esa habitación ella me ataca antes de que pueda hacer cualquier cosa, parece una fiera herida metida dentro de su jaula…lo peor es que no entiendo como tiene tanta fuerza. Había dejado bastante claro que solo podía comer una vez al día, pero esa bestia está más fuerte que un toro. –Está claro que eso es obra de Reagan, tu hija d
Temblando es poco para como estaba Ava mientras se acercaba a la puerta del dormitorio de Derek. Los nervios y la expectación la tenían ansiosa, porque no sabía lo que Derek estaría planeando para ella y lo único que podía hacer era prepararse para luchar, pero cuando Reich abrió la puerta del dormitorio Ava se quedó boquiabierta observando todo. El lugar era enorme y todo… absolutamente todo era de un color negro mate. Desde las cortinas hasta las enormes estanterías que estaban repletas de libros, que la dejaron bastante sorprendida porque no sabía que leer era uno de los hobbies de su esposo y si estaban allí debía ser por ese motivo ya que un hombre como Derek no se molestaría en tener tantos libros apenas para la decoración. Ava estaba tan deslumbrada mirando todo que se asustó cuando de repente Reich le puso unas esposas y después la llevó hasta una parte del dormitorio de Derek donde la dejó encadenada. En ese momento ella se fijó que el guardaespaldas hacía todo con mucha de
La luz, sus ojos estaban cerrados, pero podía sentir la claridad que entraba por la ventana alumbrando sus párpados. Ava solo hizo un movimiento antes de abrirlos para encarar un día más de encierro y en el momento que movió el primer músculo, su cuerpo le recordó todo lo que había pasado la noche anterior, le dolía absolutamente todo. Lo más cruel y lo que más vergüenza le daba era pensar en las palabras de Derek, en todo lo que él le había dicho sobre el hecho de que ella seguía amándolo, algo que ella se negaba a asumir. Para Ava era una impotencia aplastante saber que Derek tenía razón y lo peor era tener que aceptar que ella misma le había dado esa confirmación cuando volvió a entregarse a su esposo, demostrando que su deseo por él estaba por encima de su odio… Ella se negaba a seguir sintiendo aquel amor después de haber descubierto quien era Derek Anderson realmente y su determinación de odiarlo solo aumentaba cuando recordaba todo el daño que le había hecho… no solamente a e
–Esto cada vez se hace más difícil Edgar. –Afirmó Hannah mirándolo mientras él que observaba el lugar donde estaba el ataúd de su hermano mayor, en la cripta que Derek había mandado construir para sus padres. –Tanto esfuerzo para nada, todo lo que hemos arriesgado para seguir dependiendo de otros. Pasamos de vivir bajo la sombra de Edward para estar como perros detrás de las migajas que nos da Derek. –¡¿Crees que no lo sé Hannah…crees que estoy satisfecho con esta situación y a las humillaciones que me somete nuestro maldit* sobrino cada día?! –Espetó Edgar exasperado. – ¡Llevo soportando su malgenio desde que empezó a hacerse cargo de las empresas y todo fue a peor cuando Derek decidió acaparar mi poder dentro de la Organización y hacerme a un lado! –¡Porque eres un incompetente Edgar! –Acusó Hannah y su hermano la miró con desagrado. – ¡Maté a la estúpida de Nicole porque me prometiste una parte de la herencia de Edgar, y hasta te ayudé manteniendo a Alice Hoffman fuera del camino
En el momento que el helicóptero de Derek posó en la propiedad de la familia Anderson, la tensión se apoderó de todos los que estaban en aquel lugar. Cuando Hannah lo vio entrar por la puerta, preparó su mejor actuación para recibirlo y ponerlo de parte de ellos, pero Derek no estaba dispuesto a escuchar nada. —Derek, Vera se encuentra muy mal, la pobre está destrozada… —¡¿Dónde está mi hija?! —Demandó Derek y su tía se quedó boquiabierta cuando la interrumpió, pensando que lo primero que le interesaría a su sobrino era saber el estado de su amante. —¡Contesta Hannah, ¿Dónde está mi hija?! —¡Está encerrada en su habitación Derek! Después de lo que le hizo a la pobre Vera, pensamos que era más seguro mantenerla alejada. —Respondió Edgar por su hermana. —¡¿Me estás diciendo que tienen a mi hija encerrada como si fuera un animal?! —Derek lo increpó y Reich se puso a su lado por precaución. —Ella ayudó a esa mujer a atacarnos, sobrino. Hasta nos apuntó con dos pistolas y amenazando
Ava despertó a la mañana siguiente sola en la cama de Derek y no tuvo la necesidad de abrir los ojos para saberlo pues ella podía sentir su olor en las sábanas. Entonces abrió los ojos y se dio cuenta de que las ventanas estaban abiertas iluminando todo el lugar. No había vuelto a dejarla sola en la oscuridad y se preguntó si Derek había dormido con ella o había decidido escapar como un cobarde y paseando la mirada por el lugar frunció el ceño cuando vio la serpiente en el terrario, y apartó la vista de ella rápidamente porque le daban escalofríos tan solo con mirar aquel animal. Ella empezó a recordar los sucesos de la noche anterior, lo que Derek le había contado sobre su experiencia en el internado a donde lo habían enviado y abrazó la sabana a su cuerpo tapando su desnudez cuando el aire entró por la ventana que estaba abierta y fue cuando Derek entró por la puerta vestido con ropa de deporte y con los ojos puestos en ella. Su esposo la miraba de reojo mientras se quitaba la cam
Ava estaba dispuesta a darle guerra, aunque sus muslos ya estaban mojados por la excitación que le provocaba aquel juego perverso con su esposo, con su verdugo… o mejor diciendo su maldito predador. Así era como se sentía cuando Derek la agarraba de aquella manera y en su vientre podía sentir la electricidad despertando cada vez que se dirigía a ella con aquel tono autoritario y tan demandante. Derek la miró a los ojos y vio la ira y el deseo que había en ellos mientras se desabrochaba el cinturón. –¿Qué…me vas a follar para castigarme? –Lo increpó Ava viendo aquella mandíbula tensa y los músculos que iban a romper aquella camisa de un momento a otro. –Si ese es el castigo que vas a darme, ¿entonces a qué mierda estás esperando? –Desafió. Derek pasó los dedos por sus labios carnosos recordando la última vez que los sintió en la parte más sensible de su cuerpo y su miembro parecía estar haciendo exactamente lo mismo pulsando con desesperación dentro de su pantalón. –¿Eso es lo que
Derek entró en la habitación donde estaba Vera para verla, después de haber dejado a Ava durmiendo en su habitación, ya que necesitaba notificarle algo.–No puedo creer que vayas a dejarme sola después de todo lo que pasé aquella noche Derek. Con tu actitud solo demuestras que nuestro hijo no te importaba y yo tampoco. –Reclamó Vera llorando desconsolada.–Necesito regresar a Griffin. Sabes perfectamente que debo encargarme del proyecto que inicié con los Hoffman. Lo necesitamos para que mi tío Dennis llegue a gobernador y no puedo detenerme ahora que estamos cerca de lograr nuestro principal objetivo. –Contestó Derek con impaciencia, pero a Vera solo le importaba tenerlo a su lado.–¡Me estás abandonando Derek! –Exclamó indignada sintiéndose totalmente ignorada por su hombre. –Deberías estar a mi lado apoyándome, debería estar recibiendo toda tu atención y cariño, pero me siento despreciada por ti. No tienes idea de lo mucho que estoy sufriendo por haber perdido a nuestro bebé.–Si t