40

Daniel entró como una tormenta a la mansión, llamando a Diana a gritos, y abriendo cada una de las puertas de los diferentes salones de la mansión. Los sirvientes, que lo conocían, se asustaron un poco al verlo así, pero no dijeron ni hicieron nada por buscar a Diana, sólo se quedaron allí, de pie, viéndolo mientras él gritaba llamando a Diana y abriendo una puerta tras otra.

Al escucharlo, ella salió del estudio, había estado pintando, y sólo se molestó en ponerse unas sandalias antes de bajar. Al verla, Daniel se echó a reír. Como siempre, ella era una inconsciente. Pero claro, ¿por qué vestirse un poco más decente, si el que había llegado sólo era él?

—¿Pasa algo? –preguntó ella, cruzándose de brazos, y Daniel notó que tenía manchas de pintura en la piel.

—&iques

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo