Prefacio
Mi cuerpo se movía encima del Dragón, mientras él mantenía los ojos fijos sobre los míos. Sus manos se enterraron en la carne suave de mis caderas, sacudiendo así con mayor brusquedad sus movimientos. Un ligero hilo de sudor se deslizó por mis pechos al no poder recordar por cuanto tiempo hemos estado en la misma situación.
¿Lo amaba?
Aún seguía sin tener respuesta para esta pregunta que me formulaba día tras día, llevaba demasiados meses dentro de este lugar que algunas ocasiones sentía mi prisión, y que presentía moriría en cualquier momento sin ver una vez más el rostro de mi padre.
Mis gemidos se intensificaron en el justo instante en que el asesino succionó con fuerza uno de mis pechos, si bien, aunque en el principio las cosas eran diferentes, Dragón jamás me ha obligado a hacer algo que no quisiese, y en parte le agradecía que me protegiera de los depredadores que me buscaban para hacerme daño.
De un instante a otro y con un movimiento brusco, el pelinegro cambió nuestras posiciones. Su enorme cuerpo aplastó mi diminuto ser, sus manos ásperas por empuñar su arma y con la cual, les había arrebatado la vida a tantas personas antes de conocerme, sujetaban con vehemencia mis muslos para separar mis piernas con regocijo.
Su lengua húmeda y viscosa dejaron un pequeño rastro de saliva en el justo momento en que su masculinidad volvió a entrar dentro de mi ser. Mis débiles manos se sujetaron con insistencia de sus endurecidos glúteos al sentir como los dioses del placer y del pecado me otorgaban un glorioso orgasmo.
Dragón frunció ligeramente sus cejas, mientras unía rápidamente su frente con la mía al recibir eso que tanto añoraba de mí; sus ojos se abrieron con exageración cuando la puerta de su habitación, y en donde solo yo tenía permitido entrar, fue abierta por Ignacio, su hombre de confianza.
El sujeto tapó con velocidad mi cuerpo con el suyo para cuidar la desnudez que solo él tenía derecho de ver.
—¡¿Qué m****a, Ignacio?! —Vociferó, Dragón, empuñando de manera amenazadora su revolver.
—Tenemos que irnos… ¡Ahora!
El pelinegro me miró para luego volver a dirigirse hacia su hombre—¿Qué sucede?
—Simon nos encontró y viene con el prometido de la señorita Mina para acá… ¿Qué quiere que haga?
—Mátalos a todos… Pero deja al padre de Mina con vida.
Un escalofrío recorrió mi espina dorsal—¡No puedes asesinar a Bastián! ¡No puedes hacer eso, nuestras familias nos están esperando para la boda! ¿Sabes lo que te sucederá si matas al hijo del presidente? ¿Sabes lo que le harán a papá si no me caso con él?
Cubrí mi desnudez con la camisa del hombre del cual soy su obsesión.
—¿Boda? ¿Te preocupa un hijo de puta que no ha hecho nada por ti, y que ni siquiera te follaba bien? ¿Te acuestas conmigo y me dices en mi cara que te casarás con otro? ¡Eres un descaro, Mina Simon!
Dragón me sacó de la cama con violencia mientras veía como las empleadas tomaban mis cosas para huir juntos de la mansión del asesino.
—Te dije que no te amaba…
Confesé, una vez el noruego me estrelló contra el asiento trasero de su camioneta brindada. Todos los hombres comenzaron a sacar la documentación importante de aquella mansión, para luego seguirnos hacia el nuevo destino elegido por su jefe.
—Eres cruel…—Escupió, esposando mi muñeca a la de él.
—¡Me ibas a matar! ¿Cómo pretendes que me enamore de ti?
Sus ojos cristalinos se abrieron con exageración.
—Entonces tampoco puedes amarlo a él…
—¿Qué tratas de decirme? —Grité, buscando la forma de liberarme de sus esposas.
—La persona que me traicionó y quien te mandó a matar, fue tu prometido, Mina, pero ahora, eres mía, eres la obsesión del Dragón.
Capítulo 1Mina SimonEl sonido ligero del piano que suena con algo de insistencia dentro de este restaurante, mientras que un grupo de adinerados y poderosos hombres se encuentran sentados en la misma mesa que yo, me hacen asfixiarme un poco. Los pasos fuertes de los meseros que caminan de un lado hacia otro, logran taladrar con demasiada fuerza dentro de mi cabeza. Mis manos aprietan con violencia el borde del cuchillo con el cual estoy rebanando la carne del platillo que me acaban de poner en la mesa, cuando las náuseas, y unas ganas enormes de vomitar se apoderan de mi garganta.Las risas falsas de papá junto al presidente de la República, me impulsan a mirar hacia otro lado para no estallar. Bastián, el hijo del mandatario de este país, toma mi mano sorpresivamente haciendo que brinque un poco por su toque repentino. Una ligera capa de sudor adorna mi rostro y no aguanto más.Bebo de golpe la copa de vino que tenía a unos cuantos centímetros de mi puesto, ganándome la mirada llen
Capítulo 2Mina Simon—¿Quieres que mi papá nos mate? —Abrí los ojos al verle deslizar la puerta de cristal de la división de la ducha en donde yo me encontraba. Rápidamente mis manos cubrieron mi desnudez, pero él solo se inmutó a barrerme con sus ojos cristalinos y llenos de maldad.—Nos encontramos allí, ¿Qué problema hay con eso? —Escupí, estiré mi mano para jalar la toalla y así cubrir mi desnudez—Ya tienes todo de mí; ¿Qué deseas más?Bastián tocó el puente de su nariz mientras sonreía, —Mi prometida dará un discurso hoy en la ONU, siendo está la voz de todas las mujeres de nuestro país, ¿Cómo no puedo estar allí, si será el mejor show de mi vida?Un escalofrió recorrió todo mi cuerpo al escucharle hablar, mi cuerpo pasó velozmente por encima del suyo, buscando así el traje de tres piezas que mamá había elegido para mí en este día tan especial. Una de las maquilladoras de las mujeres más poderosas de Francia, viajó desde otra ciudad para atenderme, mis padres insistían que nada
Capítulo 3Mina SimonEn ese justo momento mi asistente apareció obligando al rubio a desaparecer delante de nosotras.—Ya todo se solucionó, señorita, el presidente obligó a todos a firmar un acuerdo de no publicación de lo sucedido en los medios de comunicación, ¿Está usted bien?Miré la silueta de aquel enorme hombre a lo lejos, sus ojos y los míos se encontraron por un momento, y tuve que apartar la mirada cuando una sensación extraña se apoderó de mi estómago.—Sí, pásame otro vestido, y hagamos esto lo más rápido posible.Bajé la cabeza apenas las puertas del auditorio de la ONU se abrieron dejándome ver a los altos mandos de este gobierno, los periodistas empezaron a sacarme fotografías a medida que iba caminando hacia el podio.Bastián, se encontraba sentado junto a nuestros padres y algunos ministros de Francia, mis pies me pesaban y quería salir corriendo, pero debía ser valiente porque sabía que esta no sería la primera ni la última vez que tendría que enfrentarme a Ramiro
Capítulo 4Mina SimonDe manera inesperada el vehículo se detuvo en un lugar incierto para mí, mis brazos fueron tomados por alguien, el cual me arrastró con tan poco cuidado, que terminé cayendo de rodillas sobre algunos granitos de tierra. Mis dientes apretaron con fuerza mi labio inferior para no pronunciar palabra alguna.En el mejor de los casos, lo mejor para mí sería guardar silencio y colaborar lo más que pueda para no ser agredida por ninguno de ellos y solo seguir la corriente hasta saber a ciencia cierta qué es lo que está sucediendo, y quien es esa persona que contrató a este grupo de mercenarios para matarme.Mis pies caminaron un par de pasos hasta que unos brazos fuertes y toscos me levantaron del suelo para así cargarme como si todo mi cuerpo fuese un costal de papas. Mi cabello rizado cubrió en su totalidad mi rostro; ni si quiera habían pasado algunos segundos cuando la calidez y el olor a madera seca dentro de un desconocido lugar llamaron mi atención.—Llévala al s
Capítulo 5Mina SimonÉl era el asesino que contrataron para matarme.¿Pero por qué se me hacía tan conocido?—Ella podía morir…—Respondió Jeremié en un hilo de voz.—¿Eso fue lo que ella te dijo? —el chaval asintió para luego ambos mirarme.—Cuando están es esa posición, dirán cualquier mentira para matarte, te dije, ya no eres un niño, eres un hombre y te necesito ahora más que nunca… ¿Si cometes un error y te pierdo? —las frentes de ambos se unieron, Dragón, rodeó suavemente la nuca de su menor hermano para mirarle así fijamente a los ojos, —no te involucres con la presa…—Porque si no, ella te matará…—Terminó de decir el chiquillo por él.El moreno junto a ellos me levantó de golpe, mi cabeza quería explotar—¿Qué quieres de mí?Hablé mirándolos con terror.—Jeremié, sal de aquí, Ignacio y yo tenemos cosas que hacer con la señorita…—el sonido de la puerta ser cerrada me colocó en alerta apenas el hermano menor del Dragón salió de la habitación, ambos hombres me rodearon como si fue
Capítulo 6Mina SimonDragón mordí su labio inferior dejando ver claramente sus intenciones en cada una de sus facciones, su dedo índice viajó hacia su boca y mordió de este tan salvajemente como si esa fuese la única forma de calmar sus bajos instintos. Mis piernas hicieron fricción por un momento, mi pecho subía y bajaba cuando de un instante a otro la tensión dentro de esta habitación había cambiado drásticamente.Sus brazos se marcaban de una forma sensual por debajo de la americana que hoy estaba usando, se notaba que tenía un cuerpo bien trabajado y no era para menos; había escuchado murmurar algunas cosas a las empleadas de esta mansión, al parecer Dragón era uno de los asesinos mejores pagados en Europa y su tasa de fracaso era nula, o eso creían hasta que falló en la misión de matarme.—¿Podrías salir?Pregunté afirmando la toalla sobre mi cuerpo.—¿Por qué?Ambos abrimos los ojos al tiempo, al parecer ninguno de los dos esperaba tal respuesta.—Necesito cambiarme, señor Drag
Capítulo 7Mina Simon—¿Es así? —Preguntó en una tonalidad burlona, tomando con sus manos el cubierto y cuchillo a un lado de su plato—, ¿Estás tan segura que saldrás de aquí con vida, señorita Simon? Si me sigues amenazando, no siguiendo mis órdenes y tocándome los malditos huevos…—su voz… Su voz sonaba calmada, pero sabía que, si decía algo más, esta falsa tranquilidad se convertiría en mi perdición. Mis hombros se aflojaron entre tanto empecé a respirar pausadamente para calmarme. No quería morir y menos en manos de un delincuente como el Dragón—vas a terminar muerta, ¿entendiste?Finalizó de hablar y solo asentí.—¿Qué quieres de mí?El cuchillo que reposaba al lado del plato de cristal, fue tomado rápidamente por las manos ásperas del asesino que intentó arrebatarme la vida, la carne jugosa y con un aroma exquisito, fue cortada por el filo del metal y devorada ante mis ojos por el vasto hombre.—Dame el nombre de la persona que quiso matarme, puedo perdonar muchas cosas, señorita
Capítulo 8Mina SimonEnvidia es lo que sentía de ese delincuente ahora mismo, porque yo jamás pude tener un hermano como Jeremié que necesitara protegerme, aunque notoriamente yo fuese más fuerte que él.—Es un poco difícil… Tu hermano ha cometido muchos delitos y lo más probable es que pase el resto de su vida en…—Un golpe seco repentino me dejó medio aturdida sobre el suelo de la habitación de Jeremié. Un grupo de hombres al mando del Dragón entraron apartando al chiquillo de mi lado, para luego dejarme ver el rostro enfurecido de su jefe.El chico de cabello castaño me miró asustado, intentó acercarse a su hermano mayor, pero Ignacio lo apartó velozmente.—Traigan a la mujer y encierren a Jeremié…Ambos negamos, pero un tipejo enorme me arrastró afuera de la habitación como si yo fuese un perro sarnoso. Dominica negó con la cabeza luego de verme pasar por encima de ella, entre tanto mis piernas eran arrastradas hacia la sala principal. Dragón se sentó sobre un enorme sofá de cuero