El departamento de Alison estaba envuelto en un ambiente de emoción y risas. Luego de que ella llamara a Jessica al salir de la firma para comentarle la idea de una salida de cuatro. Jessica revoloteaba por la sala con una blusa de seda azul marino en la mano, tratando de decidir si combinarla con una falda lápiz o un pantalón ajustado. Alison, por su parte, estaba sentada frente a su tocador, terminando de aplicar un toque sutil de rubor en sus mejillas.—Creo que deberías ir por el pantalón. Es más, tu estilo —dijo Alison, mirándola a través del espejo.Jessica, siempre enérgica, alzó una ceja y giró sobre sus talones para mirarse en el espejo de cuerpo entero que colgaba cerca del armario.—¿Estás segura? Pensé que la falda me daba un aire más sofisticado —espetó ella aún sin lograr decidirse.—Sí, pero con el pantalón te ves más cómoda y confiada, y eso siempre gana —replicó Alison con una sonrisa.Jessica asintió, confiando en el buen gusto de su amiga. Se acercó al armario y come
El restaurante tenía una atmósfera cálida, con luces tenues que acentuaban la elegancia del entorno. No obstante, Alison se sentía un poco fuera de lugar, aunque Zane, con su imponente presencia a su lado, parecía convertir el ambiente en algo más acogedor. Estaba sentada junto a él en la mesa redonda de aquel rincón privado, mientras Jessica y Travis se encontraban frente a ellos, inmersos en una conversación ligera y risueña sobre anécdotas pasadas.Sin embargo, Alison no lograba concentrarse. Había una sensación extraña, como si alguien la estuviera observando. Sus ojos recorrían discretamente el restaurante, buscando la fuente de esa incomodidad. Cada tanto, su mirada se cruzaba con la de algún camarero o cliente distraído, pero no encontró nada que confirmara sus sospechas. Aun así, el nudo en su estómago no desaparecía.—¿Estás bien? —preguntó Jessica, interrumpiendo sus pensamientos.—Sí, sí… solo pensaba en algo —respondió Alison con una sonrisa forzada, tratando de desviar la
Sin pensar, sus manos se deslizaron hacia el cuello de su camisa, atrayéndolo más cerca mientras sus labios seguían encontrándose con una intensidad que hacía que el aire se volviera insuficiente. Zane la tomó por la cintura y, en un movimiento ágil, la alzó sobre el lavamanos, Alison jadeó suavemente, sorprendida, pero no protestó, por el contrario, separó sus piernas dejó que Zane se colocara en medio de ellas.Sus manos se enredaron en el cabello de Zane mientras sus labios volvieron a encontrarse con una voracidad que no podía describirse con palabras. La lengua de Zane entró urgente en su boca y un nuevo jadeo fue reprimido, cuando sintió como sus manos grandes comenzaban a bajar los delgados tirantes de su vestido.El mundo exterior dejó de existir. Ni el restaurante lleno de personas, ni el ruido lejano de las conversaciones, ni siquiera la posibilidad de que alguien pudiera entrar cruzaron sus pensamientos. Era como si estuvieran atrapados en un universo propio, donde solo exis
Cuando Zane y Alison regresaron a la mesa, una escena los recibió que logró dibujar una sonrisa en sus rostros. Jessica y Travis estaban completamente absortos el uno en el otro, sus labios unidos en un beso apasionado, ignorando a todos a su alrededor. Alison carraspeó suavemente, pero en lugar de apartarse, Jessica simplemente sonrió contra los labios de Travis y luego volvió a besarlo, completamente indiferente a la atención.—Parece que hemos perdido la noción del tiempo —bromeó Travis, con una leve sonrisa, Al tiempo que Zane se encontraba acomodando la silla para Alison antes de sentarse a su lado.La cena continuó con un ambiente relajado y lleno de risas, aunque la tensión entre las dos parejas era evidente. Zane no apartaba la vista de Alison, mientras Travis y Jessica intercambiaban miradas cargadas de deseo. Cuando finalmente terminaron el postre, fue Jessica quien sugirió:—¿Por qué no seguimos la noche en otro lugar? Podríamos ir al departamento de Travis. Tiene un bar in
—Creo que nos dejaron el lugar para nosotros —murmuró Alison, su voz temblando ligeramente mientras Zane la miraba con una mezcla de devoción y deseo. —Mejor —fue todo lo que respondió él antes de inclinarse nuevamente para besarla. Zane la alzó del sofá con facilidad, sentándola en el borde de la mesa de cristal. Sus manos recorrieron sus muslos con calma total, deslizándose debajo de su vestido. Alison cerró los ojos, entregándose por completo al momento mientras las caricias de Zane se volvían más audaces. Sus dedos palparon la humedad que aquel orgasmo había dejado y una sonrisa se formó en su rostro. Alison lo miró a los ojos, viendo en ellos una mezcla de pasión y algo más profundo, algo que le hacía sentir completamente segura en sus brazos. Zane bajó la cabeza, dejando un rastro de besos por su cuello y hombros mientras sus manos seguían explorándola. Sus movimientos eran expertos, llenos de una confianza que hacía que cada nervio de su cuerpo despertara. La conexión entre
Dos días después, el ambiente en la firma era un reflejo del progreso de Alison. Había logrado completar un análisis detallado del caso del casino, adelantándose incluso al calendario estipulado. Por otro lado, Zander no había dado ningún indicio de manifestarse.No obstante, Alison decidió enfocarse en lo que podía controlar, dejando ese misterio para más adelante. Esa mañana, mientras revisaba sus notas, tomó una decisión importante: hablar con Zane sobre buscar otra opinión médica.Zane había estado en su oficina revisando unos documentos cuando Alison tocó la puerta suavemente. Él levantó la mirada, su expresión relajada transformándose en interés al verla entrar.—¿Todo bien? —preguntó, dejando a un lado los papeles.Alison se acercó, jugueteando con los bordes de su chaqueta. Sus palabras salieron con firmeza, pero su mirada delataba una mezcla de preocupación y determinación.—Quiero que busques otra opinión médica, Zane. Otro especialista —declaró Alison con un tono firme, sin
El silencio en el auto era opresivo. Zane apretaba el volante con tanta fuerza que sus nudillos se tornaban blancos, su mandíbula estaba rígida y su mirada fija en la carretera. Alison, sentada en el asiento del copiloto, lo observaba de reojo. Sabía que intentar calmarlo sería inútil, pero tampoco estaba dispuesta a dejarlo solo en este estado.Sin apartar los ojos del camino, Zane extendió una mano y la colocó sobre el muslo de Alison. Era un gesto automático, casi posesivo, pero lleno de una necesidad silenciosa de contacto, de anclarse a algo que no lo dejara explotar antes de tiempo. Alison, entendiendo perfectamente el mensaje, cubrió su mano con la suya, ejerciendo una ligera presión para mostrarle que estaba ahí, con él, para lo que fuera que viniera.—Zane… —empezó a decir suavemente, pero se detuvo al notar cómo él exhalaba bruscamente, intentando contener su furia.—No puedo creer que esto esté pasando —gruñó él, sus palabras llenas de rabia contenida—. ¿Cuánto tiempo estuvo
Ophelia tenía en sus manos los documentos que Zane le había arrojado apenas había cruzado el umbral de su departamento. Sus dedos temblaban mientras pasaba rápidamente las páginas, tratando de encontrar algo, cualquier cosa, que pudiera justificar lo que estaba leyendo. Sin embargo, no había escapatoria. Los reportes médicos eran claros: negligencia, dosis erradas, diagnósticos que ignoraban la gravedad de la condición de Zane.—Esto… —Ophelia levantó la mirada, intentando sonar tranquila, aunque el pánico era evidente en sus ojos—. Esto no es como parece, Zane. Hay razones médicas detrás de todo lo que hice —expuso con la respiración ligeramente acelerada.Zane, de pie frente a ella, parecía contenerse por un hilo. Sus puños estaban cerrados, su postura rígida. Alison permanecía detrás de él, observando cada detalle, lista para intervenir si era necesario.—¿Razones médicas? —Zane escupió las palabras con un tono cargado de incredulidad y enojo—. ¡No me mientas, Ophelia! ¡Todo está ah