¿Quien está siguiendo a Alison? Zane estaba tan preocupado que se fue hasta al baño a hacer su respectiva inspección, les agradezco leer y dejar comentaros en esta historia
Sin pensar, sus manos se deslizaron hacia el cuello de su camisa, atrayéndolo más cerca mientras sus labios seguían encontrándose con una intensidad que hacía que el aire se volviera insuficiente. Zane la tomó por la cintura y, en un movimiento ágil, la alzó sobre el lavamanos, Alison jadeó suavemente, sorprendida, pero no protestó, por el contrario, separó sus piernas dejó que Zane se colocara en medio de ellas.Sus manos se enredaron en el cabello de Zane mientras sus labios volvieron a encontrarse con una voracidad que no podía describirse con palabras. La lengua de Zane entró urgente en su boca y un nuevo jadeo fue reprimido, cuando sintió como sus manos grandes comenzaban a bajar los delgados tirantes de su vestido.El mundo exterior dejó de existir. Ni el restaurante lleno de personas, ni el ruido lejano de las conversaciones, ni siquiera la posibilidad de que alguien pudiera entrar cruzaron sus pensamientos. Era como si estuvieran atrapados en un universo propio, donde solo exi
Cuando Zane y Alison regresaron a la mesa, una escena los recibió que logró dibujar una sonrisa en sus rostros. Jessica y Travis estaban completamente absortos el uno en el otro, sus labios unidos en un beso apasionado, ignorando a todos a su alrededor. Alison carraspeó suavemente, pero en lugar de apartarse, Jessica simplemente sonrió contra los labios de Travis y luego volvió a besarlo, completamente indiferente a la atención.—Parece que hemos perdido la noción del tiempo —bromeó Travis, con una leve sonrisa, Al tiempo que Zane se encontraba acomodando la silla para Alison antes de sentarse a su lado.La cena continuó con un ambiente relajado y lleno de risas, aunque la tensión entre las dos parejas era evidente. Zane no apartaba la vista de Alison, mientras Travis y Jessica intercambiaban miradas cargadas de deseo. Cuando finalmente terminaron el postre, fue Jessica quien sugirió:—¿Por qué no seguimos la noche en otro lugar? Podríamos ir al departamento de Travis. Tiene un bar in
—Creo que nos dejaron el lugar para nosotros —murmuró Alison, su voz temblando ligeramente mientras Zane la miraba con una mezcla de devoción y deseo.—Mejor —fue todo lo que respondió él antes de inclinarse nuevamente para besarla.Zane la alzó del sofá con facilidad, sentándola en el borde de la mesa de cristal. Sus manos recorrieron sus muslos con calma total, deslizándose debajo de su vestido. Alison cerró los ojos, entregándose por completo al momento mientras las caricias de Zane se volvían más audaces. Sus dedos palparon la humedad que aquel orgasmo había dejado y una sonrisa se formó en su rostro.Alison lo miró a los ojos, viendo en ellos una mezcla de pasión y algo más profundo, algo que le hacía sentir completamente segura en sus brazos. Zane bajó la cabeza, dejando un rastro de besos por su cuello y hombros mientras sus manos seguían explorándola. Sus movimientos eran expertos, llenos de una confianza que hacía que cada nervio de su cuerpo despertara.La conexión entre ell
—¡Le digo que este es mi asiento! —gruñó un hombre, apretando los puños sobre las rodillas mientras se inclinaba hacia una mujer. —¿Su asiento? ¡Es un autobús público! —respondió la señora, con voz aguda, cruzando los brazos frente a su pecho—. Me cambié porque había más espacio aquí. ¡Ni siquiera está numerado! —agregó ella lo suficientemente fuerte para sacar a Alison de sus pensamientos. Alison soltó un suspiro rodando los ojos por el absurdo intercambio y apretó el dobladillo de su falda con nerviosismo, mientras observaba la gran avenida desde su asiento en el autobús. El hombre resopló, claramente molesto, y murmuró algo entre dientes, lo suficientemente bajo para que no se entendiera, pero lo suficientemente claro para que se sintiera su frustración. Alison decidió ignorarlos. Ese día no era un día cualquiera, finalizaba su primera semana laborando para “Blackford & Associates” la mejor firma de abogados en el país, y ya había sido asignada a su primer caso importante. Mie
Alison se movió con cuidado, disimulando el nerviosismo que le recorría el cuerpo al escuchar las palabras de Zander. Presionó sus dientes canalizando así las ganas que tenía de responderle de la misma forma grosera que él había utilizado.Zander la observó desde la altura, sus ojos la recorrieron con lentitud, y luego una sonrisa irónica se dibujó en sus labios. Como si estuviera seguro de que la joven frente a él no era lo suficientemente competente.—Seré claro, señorita Hale —declaró Zander, con una voz que destilaba arrogancia ante el mutismo de la abogada—. No tengo tiempo para charlas inútiles, así que sea breve. Quiero saber cómo piensa sacarme de este maldito problema —soltó mientras se alejaba un poco del ventanal y daba unos pasos hacía el escritorio. Quedando sin de pie, Pero más cerca. La crueldad en sus palabras hizo a Alison tensarse pero no dejó que sus emociones la dominaran. Estaba acostumbrada a lidiar con esa clase de comportamientos, con personas que pretendían m
La mano izquierda de Alison se apretó en un puño mientras sus ojos apuntaban a Zander como dos dagas afiladas, estaba molesta, las ganas de levantarse de esa silla y abandonar el lugar, no sin antes gritarle todo lo que pensaba de él, la inundaban.Sin embargo, tenía que ser profesional, ella era consciente de que no encontraría otro empleo en una firma tan prestigiosa como lo era “Blackford & Associates” y no se podía dar el lujo de renunciar, no sin siquiera haberlo intentado.—Puede pensar lo que quiera de mí —replicó, controlando su tono de voz, mejor de lo que ella misma esperaba—, pero estoy aquí para salvar su maldito casino, le guste o no. Y para hacerlo, necesito que coopere —declaró presionando los dientes, sin retirar su mirada de la suya, sintiendo como el ambiente se volvía más denso.Zander la miró, y sus ojos brillaron con una mezcla de diversión y perversidad. Dio un paso adelante, acercándose lo suficiente para que Alison pudiera percibir el aroma de su loción, un toq
Con pasos rápidos, pero controlados, Alison salió del casino. Su espalda estaba recta y mantenía la barbilla en alto. Como si las palabras de Zander no le hubieran afectado en absoluto. Sin embargo, cuando el frío aire de Nueva York acarició su rostro al cruzar las puertas de cristal, dejó escapar un largo suspiro que había estado conteniendo durante toda la reunión. El día había sido abrumador, pero no se permitiría ceder a la frustración en público. No todavía. No mientras aún estuviera tan cerca del territorio de ese hombre.Alison se dirigió rápidamente hacia la parada del autobús, observando cómo el vehículo ya estaba listo para partir. Apenas logró subir justo antes de que las puertas se cerraran tras ella. Alison se sentó junto a la ventana y apoyó la cabeza contra el cristal frío, exhalando de nuevo. Afuera, la tarde se comenzaba a tornar oscura. Solo habían pasado unas semanas desde que llegó a Nueva York, pero parecía una eternidad. Alison cerró los ojos por un momento, in
Sentada en el borde de la cama, Alison estiró sus brazos mientras miraba el reloj sobre su mesita de noche. Aún tenía tiempo antes de tener que estar en la firma, pero la ansiedad que golpeaba su pecho la hizo levantarse antes de que siquiera los rayos de sol se asomaran por la ventana. Se levantó despacio, observando el entorno familiar del pequeño departamento que había alquilado al llegar a Nueva York. No era un lugar lujoso, ni mucho menos. Las paredes mostraban los años que llevaba sin ser renovado, y los muebles, aunque funcionales, tenían un aire desgastado. Apretando los labios, Alison caminó hacia el armario donde colgaba su limitada selección de ropa profesional. Deslizó los dedos por los colgadores hasta detenerse en su conjunto favorito que contaba de una falda negra de talle alto y una chaqueta a juego. No eran prendas de marca ni tenían la calidad de los trajes que usaban otros abogados de la firma, pero le quedaban bien. Le daban la apariencia pulida que necesitaba