Epílogo I 1 año después —Y los declaro marido y mujer— nos dice cerrando la biblia— puede besar a la novia. —Ahora y siempre— respondió Joe con una enorme sonrisa que yo también iguale. Me pasó el velo por encima de mí cabeza y me atrajo hacía él, besándome con pasión y dulzura a partes igual que él sabía muy bien que me derretía. Mi vestido color crema era de escote en v pronunciado en el busto, tiene una falda suelta y lisa para poder moverme con soltura, la espalda cubierta de encaje termina justo encima de mis glúteos y me encanta como me veo, el guapo novio tiene un tradicional esmoquin con corbatín rojo igual que mi ramo de rosas rojas me gustaba la pareja que hacíamos en este hermoso día. Todos aplaudieron gustosos, mi segunda boda nada tenía que ver con la primera, solo había ochenta personas, que solo era familia y amigos cercanos como las personas del hospital, mis padres y los suyos, y, pocos amigos más. Volteé a verlos a todos feliz levantado el ramo de rosas rojas en
1- JenniferLlevaba un mes fuera de casa, pero había ganado muchos premios con estas presentaciones, mi actuación fue espléndida y catalogada en las revistas y entrevistas como perfectas. ¡Valió la pena todo el tiempo que estuve fuera de casa!—Gracias, Rony —le dije al chófer— déjame aquí.—Está bien, señora Kessler— le sonreí mientras me bajaba— que tenga buenas noches.—Igual para ti, descansa— le dije con una pequeña sonrisa— gracias por mantener el secreto y buscarme tan tarde— solté una risita y después bajé la maleta. Yo podía con la pequeña maleta, la casa tenía algunas de las luces encendidas por lo que alguien debería estar despierto, es bastante tarde, Sam debe estar esperándome para vernos el fin de semana, pero logré terminar antes y decidí venir a casa, lo extrañaba mucho. Solo quedaban fiestas para conectar con los grandes empresarios y tener más donaciones, por eso fue sencillo zafarse de ese compromiso.—Tal vez debí traerle un regalo—pensé en voz baja. Todo se dio
2- JenniferMe dolía todo el cuerpo y me costó horrores moverme, parpadear de por sí ya era muy difícil ya no diré moverme.Cuando logré abrir los ojos una mujer vestida de enfermera se encontraba a mi lado revisando el monitor que pitaba a cada segundo.—Señora Kessler, no se mueva —asentí y volví a recostarme en la cama, moví mis ojos por todo el lugar y supe que estaba en una hospital.¡Dios mío! ¿Tuve un accidente?—¿Puede decirme que me pasó? —me sentía desorientada, todo me daba vueltas.—Cayó por las escaleras cuando llegaba a su casa y la trajeron a emergencias —me informa acariciando mi mano en solidaridad.—¿Quién me trajo? —pregunte luego de unos segundos, pensando en cuando Rony me dejó en la entrada y luego todo está en blanco.—Una mujer que se identificó como Ysabel y Rony un señor algo mayor— revisa y anota más cosas sobre mi estado y me mira compasiva —déjame llamar al médico para que le informe mejor de todo aquello que necesitas.¿Dónde está Sam?—Gracias —solo pude
3- JenniferPasé toda la noche pensando en lo que el doctor Joseph me quiso decir y llegué a la conclusión de que fue un piropo decente, tal vez para subirle el animo a su recién descubierta nuera que estaba a punto del divorcio por que la engañaron.¡Fácil!Resople cuando venía entrando Cora a la habitación y se me quedo viendo como si estuviera demente y tal vez lo estaba, tal vez la conversación de anoche no pasó.—Buenos días, hermosa— me saluda viendo extraña— ¿qué hiciste? Tienes esa cara.—¿Qué cara? —me hice la desentendida.—Algo ocultas ¿Vino el idiota de Sam? —la vi asustada como si de verdad fuera a salir de alguna esquina y negué una y otra vez.—No es eso —me mordí el labio y ella se acercó a mí sentándose en una silla poniendo una bolsa de papel en mi regazo.—Bollos y café, pregunté si podías comer algo y me dijeron que sí —se encogió de hombros —además en un rato te traen la gelatina y esas cosas.—El doctor que me atendió ayer —comencé a decir cuando la puerta se abr
4 JenniferFiel a la palabra del doctor al día siguiente estaba de alta, pero a él no volví a verlo. Sentía dolor al caminar, pero se sentía bien el salir de aquí, me vestí con la ropa que me trajo Cora, no me ha dejado sola en todo estos días y se lo agradezco enormemente, ya que su novio no se ha quejado por eso.—No me has dicho ¿cómo está Conrad? —le pregunté.—Está bien— evadió mi mirada y cuando iba a preguntar una enfermera llegó con el alta firmada por el médico y una bolsa de papel con mis medicinas.—Gracias, enfermera— le dije antes de que se fuera— debes decirme que pasa.Un camillero insistió en sacarme de aquí en sillas de ruedas, aunque estaba bien, los moretones en mis brazos y piernas era lo que más feo se veía.Un taxi nos esperaba y nos fuimos a su casa, allí estaré mejor mientras compro un departamento o una pequeña casa, era lo bueno de Denver, el sol pegó en mi rostro y se sentía como un nuevo día para mí, un nuevo comienzo.El señor del taxi con mirada amable n
5 Jennifer Los días pasaban lentos mientras me recuperaba de mis lesiones, no había querido ir por mis cosas a la casa de Sam y ya las daba por perdidas, tal vez si hablaba con Rony, él podría ayudarme. Cora salía todos los días al bufete de abogados donde trabajaba, era una mujer de muchos talentos, pero el principal eran las leyes. Ese día me sentí mejor y decidí cocinar una rica lasaña de verduras como cena, cuando sonó el timbre, aun era temprano, pero pensé que Cora había salido antes. —Seguro olvidó las llaves— hablé en voz alta con una sonrisa en los labios divertida. Coraline Dagger tiene muchos talentos, excepto recordar llevarse las llaves. —Amiga, en serio…— le dije abriendo la puerta con una gran sonrisa cuando vi a Sam del otro lado de la puerta con un ramo de rosas que se veían costosas. Mi sonrisa murió en cuanto lo vio y me paré en toda mi pequeña estatura lo más recta posible, estaba vestida con unos short de algodón y una camisa de tirantes, mi cabello rubio la
6 SamFue una perdida de tiempo estas estúpidas rosas, las lance a la calle molestó por perder mi tiempo, me fui antes de que el perro de la vecina alerte más a los vecinos y salga en los periódicos. Llame a mi madre mientras entraba en el carro.—No funcionó —le dije en cuanto descolgaron del otro lado— me mando a la mierda.—Parece una verdulera, debes resolver esto, Sam— me dijo de manera contundente— esa mujer te tiene agarrado del cuello— ¿no podías ser más cuidadoso? Tenemos muchos hoteles a nuestro nombre que no dejan rastros.—Lo sé— pensé en Paulette y me la puso dura— no pensé que nos atraparía, tenemos meses en esto y no se había dado cuenta, madre.—No me importa, no te puedes divorciar— dijo determinada— ¿Cuál es tu plan?—Que vuelva a la casa y poder mantenerla encerrada, es lo mejor— cavilé rápido— luego de las elecciones del abuelo podemos hacer que firme un documento y la dejamos ir— hablé calmado. Lo que mi madre no sabía era que no iba a dejarla ir.—Tráela a casa,
7- Jennifer Casi ha pasado una semana de mi caída por las escaleras y aceleré el proceso para quitarme los moretones, me di baños de agua helada y hasta hielo le puse para tratar de borrarlos más rápido. Se veían mejor que el día que paso todo, así que me daba por bien servida. Coraline me ayuda mucho a que no piense tanto en la traición de ellos, aunque la mayoría del día trabaja. Hoy llego refunfuñando y se encerró del v una vez en su cuarto con un portazo. Su jefe se la está volviendo loca —¿Quieres salir hoy? —salió luego de dos horas encerrada. Ya vestida para matar. Le di su tiempo y ahora viene a mí, ella siempre ha sido así cuando está enojada, no me molesta. Cora enojada tiende a decir cosas hirientes y sé que lo hace para defenderse así que aprendí a darle su espacio y tiempo. —¿Hoy? ¿Hoy? —repetí dos veces como una mensa— pensaba ver el diario de Noah—señalé su televisor como si fuera obvio lo que es un buen viernes por la noche. —Es viernes —me lo dice como si no supi