90 SamEstoy sintiendo la arena en mis pies desnudos, el sol pega de lleno en mi rostro y lo disfruto mientras la brisa refresca un poco el agobiante calor, doy un sorbo a mí bebida fría viendo la rodaja de limón nadar con los cubos de hielo en mi vaso, tengo unos pantalones cortos cómodos y ando sin camisa dejando ver mis abdominales bronceados a la vista de cualquier persona si hubiera personas. Si no fuera una isla desierta.Noto mi piel bronceada por pasar el día fuera de casa, me gusta esta nueva vida que me puedo dar.—Cariño, deberías de ponerte más bloqueador, tienes la piel muy delicada y te quiero disfrutar toda la noche— me dice la mujer en cuestión con un puchero en sus mullidos labios y se arrodilla frente a mí, comienza a masajear mis piernas con el bloqueador solar y luego mi torso desnudo.—Gracias, lindura— le di un beso en cuanto tuve su rostro cerca del mío.La besé más profundo y más duro a medida que mi erección iba creciendo.—¿Cómo no estar pendiente del am
Joseph La vida se siente diferente, menos pesado y menos ausente de lo que esperaba, fueron semanas duras de recuperación y duelo a partes iguales. El doctor asegura que soy un milagro, es un milagro que pudiera controlar la hemorragia y que le debo más de un millón de dólares en bono por salvar a su jefe de la inminente muerte, supongo que mi amigos también tuvieron que ver con eso. La muerte de Sam me dolió, ¿para qué negarlo? pero la vida me está dando otra oportunidad en forma de un nuevo bebé y junto con la mujer que amo y que pronto haré mi esposa. No paraba de besarla y tocarla, no podía no hacerlo ahora que la tengo conmigo de nuevo y que la amenaza había acabado. Me sentía como un nuevo yo ligado con el viejo Joseph. Pero mejorado. —Estoy nerviosa— declara Jenn apretando su agarre en mi mano. —Todo saldrá bien —la tranquilicé — yo estoy aquí, muñeca. Me devolvió la misma mirada de amor que yo le daba y sentía que mi pecho se inflaba de orgullo y afecto por esta mujer, e
EpílogoJoseph5 años después.La vida me ha enseñado que puede ser tan buena que crees estar en un sueño del cual no quiero despertar, salí del trabajo temprano hoy, todo en el hospital va muy bien y tengo alguien que me reemplaza para momentos como este.Hoy es el cumpleaños de mi adorable esposa y se viene una sorpresa y regalos, sigue siendo tan hermosa como siempre sino es que más, me asomo a la ventana de su estudio de ballet y la veo con las niñas y niños que quieren aprender. Lo más maravilloso es que la mayoría de esos niños no tienen para pagar las clases, pero ella les da beca con tal de que no anden en la calle, hizo un buen trabajo todos estos años con sus programas de baile que incluye ballet clásico, y baile callejero en la que los jóvenes se sueltan más.Hoy es jueves y es horario de los niños de 3 a 5 años y allí están mis amores hermosos en primera fila viendo a su mami dar la clase y hacer caso, mis hijas son iguales a su madre, su pasión es el baile, aunque Pilar e
Epílogo I 1 año después —Y los declaro marido y mujer— nos dice cerrando la biblia— puede besar a la novia. —Ahora y siempre— respondió Joe con una enorme sonrisa que yo también iguale. Me pasó el velo por encima de mí cabeza y me atrajo hacía él, besándome con pasión y dulzura a partes igual que él sabía muy bien que me derretía. Mi vestido color crema era de escote en v pronunciado en el busto, tiene una falda suelta y lisa para poder moverme con soltura, la espalda cubierta de encaje termina justo encima de mis glúteos y me encanta como me veo, el guapo novio tiene un tradicional esmoquin con corbatín rojo igual que mi ramo de rosas rojas me gustaba la pareja que hacíamos en este hermoso día. Todos aplaudieron gustosos, mi segunda boda nada tenía que ver con la primera, solo había ochenta personas, que solo era familia y amigos cercanos como las personas del hospital, mis padres y los suyos, y, pocos amigos más. Volteé a verlos a todos feliz levantado el ramo de rosas rojas en
1- JenniferLlevaba un mes fuera de casa, pero había ganado muchos premios con estas presentaciones, mi actuación fue espléndida y catalogada en las revistas y entrevistas como perfectas. ¡Valió la pena todo el tiempo que estuve fuera de casa!—Gracias, Rony —le dije al chófer— déjame aquí.—Está bien, señora Kessler— le sonreí mientras me bajaba— que tenga buenas noches.—Igual para ti, descansa— le dije con una pequeña sonrisa— gracias por mantener el secreto y buscarme tan tarde— solté una risita y después bajé la maleta. Yo podía con la pequeña maleta, la casa tenía algunas de las luces encendidas por lo que alguien debería estar despierto, es bastante tarde, Sam debe estar esperándome para vernos el fin de semana, pero logré terminar antes y decidí venir a casa, lo extrañaba mucho. Solo quedaban fiestas para conectar con los grandes empresarios y tener más donaciones, por eso fue sencillo zafarse de ese compromiso.—Tal vez debí traerle un regalo—pensé en voz baja. Todo se dio
2- JenniferMe dolía todo el cuerpo y me costó horrores moverme, parpadear de por sí ya era muy difícil ya no diré moverme.Cuando logré abrir los ojos una mujer vestida de enfermera se encontraba a mi lado revisando el monitor que pitaba a cada segundo.—Señora Kessler, no se mueva —asentí y volví a recostarme en la cama, moví mis ojos por todo el lugar y supe que estaba en una hospital.¡Dios mío! ¿Tuve un accidente?—¿Puede decirme que me pasó? —me sentía desorientada, todo me daba vueltas.—Cayó por las escaleras cuando llegaba a su casa y la trajeron a emergencias —me informa acariciando mi mano en solidaridad.—¿Quién me trajo? —pregunte luego de unos segundos, pensando en cuando Rony me dejó en la entrada y luego todo está en blanco.—Una mujer que se identificó como Ysabel y Rony un señor algo mayor— revisa y anota más cosas sobre mi estado y me mira compasiva —déjame llamar al médico para que le informe mejor de todo aquello que necesitas.¿Dónde está Sam?—Gracias —solo pude
3- JenniferPasé toda la noche pensando en lo que el doctor Joseph me quiso decir y llegué a la conclusión de que fue un piropo decente, tal vez para subirle el animo a su recién descubierta nuera que estaba a punto del divorcio por que la engañaron.¡Fácil!Resople cuando venía entrando Cora a la habitación y se me quedo viendo como si estuviera demente y tal vez lo estaba, tal vez la conversación de anoche no pasó.—Buenos días, hermosa— me saluda viendo extraña— ¿qué hiciste? Tienes esa cara.—¿Qué cara? —me hice la desentendida.—Algo ocultas ¿Vino el idiota de Sam? —la vi asustada como si de verdad fuera a salir de alguna esquina y negué una y otra vez.—No es eso —me mordí el labio y ella se acercó a mí sentándose en una silla poniendo una bolsa de papel en mi regazo.—Bollos y café, pregunté si podías comer algo y me dijeron que sí —se encogió de hombros —además en un rato te traen la gelatina y esas cosas.—El doctor que me atendió ayer —comencé a decir cuando la puerta se abr
4 JenniferFiel a la palabra del doctor al día siguiente estaba de alta, pero a él no volví a verlo. Sentía dolor al caminar, pero se sentía bien el salir de aquí, me vestí con la ropa que me trajo Cora, no me ha dejado sola en todo estos días y se lo agradezco enormemente, ya que su novio no se ha quejado por eso.—No me has dicho ¿cómo está Conrad? —le pregunté.—Está bien— evadió mi mirada y cuando iba a preguntar una enfermera llegó con el alta firmada por el médico y una bolsa de papel con mis medicinas.—Gracias, enfermera— le dije antes de que se fuera— debes decirme que pasa.Un camillero insistió en sacarme de aquí en sillas de ruedas, aunque estaba bien, los moretones en mis brazos y piernas era lo que más feo se veía.Un taxi nos esperaba y nos fuimos a su casa, allí estaré mejor mientras compro un departamento o una pequeña casa, era lo bueno de Denver, el sol pegó en mi rostro y se sentía como un nuevo día para mí, un nuevo comienzo.El señor del taxi con mirada amable n