5 Jennifer
Los días pasaban lentos mientras me recuperaba de mis lesiones, no había querido ir por mis cosas a la casa de Sam y ya las daba por perdidas, tal vez si hablaba con Rony, él podría ayudarme.
Cora salía todos los días al bufete de abogados donde trabajaba, era una mujer de muchos talentos, pero el principal eran las leyes.
Ese día me sentí mejor y decidí cocinar una rica lasaña de verduras como cena, cuando sonó el timbre, aun era temprano, pero pensé que Cora había salido antes.
—Seguro olvidó las llaves— hablé en voz alta con una sonrisa en los labios divertida.
Coraline Dagger tiene muchos talentos, excepto recordar llevarse las llaves.
—Amiga, en serio…— le dije abriendo la puerta con una gran sonrisa cuando vi a Sam del otro lado de la puerta con un ramo de rosas que se veían costosas.
Mi sonrisa murió en cuanto lo vio y me paré en toda mi pequeña estatura lo más recta posible, estaba vestida con unos short de algodón y una camisa de tirantes, mi cabello rubio lacio agarrado en un chongo mal arreglado y estoy dudando de si mi camisa está llena de salsa, pero me negaba a ver. Todos los moretones de mi accidente estaban a la vista, pero no me da vergüenza exhibirlos.
—No has vuelto a casa, cariño— me dijo despacio queriendo entrar dando un paso al frente.
Me atravesé en su camino no queriendo tenerlo dentro de la casa de Cora.
—Vete a la m****a, Sam —le dije queriendo cerrar la puerta y metió el pie para que me fuera imposible.
—No me iré, solo quiero que me escuches— me suplicó —quiero explicarte lo que pasó ese día.
—Paso que te revolcabas con mi hermana menor en nuestra cama matrimonial, Sam —le recrimine.
—Fue un error —su pobre excusa me causa risa y eso hice, me reí.
—¿Error? Error es llenar mal la planilla del banco no tirarte a la hermana menor de tu esposa mientras ella está de viaje— la ira llenaba cada poro de mi cuerpo de manera rápida, no entiendo cómo es que esta familia es así de descarada— te lo dije ese día, se terminó.
—Quiero recuperarte —me dice tendiendo las flores en mi dirección, estaban hermosas y olían divino, pero no me vendía por un ramo de rosas—quiero ganarme tu perdón, dame otra oportunidad y lo haré bien esta vez.
—¡No quiero tus flores! —le informe despacio. No iba a cambiar de decisión —si quieres te perdono, pero por favor sal de mi vida, no te daré otra oportunidad, rompiste mi corazón cuando te vi en nuestra cama con mi hermana y así no fuera Paulette, Sam no quiero regresar contigo.
—Si puedes perdonarme podemos volver a empezar —asegura de manera obstinada sin darse por vencido— esto es ridículo, Jennifer nos amamos.
—No quiero nada contigo y que bueno que no quisiste hijos en todos estos años— le sonreí recordando su negativa a empezar nuestra familia todo este tiempo —así nos evitamos vernos de nuevo después de firmar el divorcio.
—No te voy a dar el divorcio —quiso dar un paso más para amenazarme cambiando su semblante a uno más agresivo. Allí estaba, la verdadera cara del monstruo se muestra de nuevo.
Sam es un hombre alto y de complexión delgada, no le hacía falta hacer ejercicio, era apuesto de cabello rubio, ojos claros parecidos a los de su padre, veía la cara de molestia que le causaba mi negativa y pensé en Joseph, no se parecen en nada salvó por algunos rasgos, del resto Sam Kessler es igual que su madre.
No me amilane ni un poco, no bajé mi mirada en cuanto se acercó, iba a enfrentarlo hoy y las veces que hicieran falta, la vecina de Cora salió con su perro agarrado a una correa, en cuanto Fluffy vio a Sam comenzó a ladrarle como si fuera un delincuente.
—¿Estás bien, cariño? —pregunta la señora al ver la actitud de su rottweiler, el perro es de al menos unos sesenta centímetros de altura y pesaba unos cincuenta kilos. La cara de Sam cambió radicalmente y se volvió más cauteloso, como cuando estábamos acompañados en cualquier evento. Sam no deja nada al azar, saber guardar bien al lobo en su traje de cordero costoso, educado y millonario. Repito, ¿por qué no vi eso antes?
Desde que llegué hace tres días al edificio conocí a la adorable anciana, Margaret Galloway me pareció gracioso que nombrará semejante animal como Fluffy.
—Sí, señora Galloway— le asegure con una pequeña sonrisa —mi exesposo ya se iba.
Aproveché su descuido por el perro que no dejó de ladrar en ningún momento esperando ordenes de su dueña y le cerré la puerta en la cara, tocó un par de veces más, pero desistió cuando Fluffy fue insistente y se fue.
Terminé la cena y esperé a mi amiga con una limonada ya que no podía beber alcohol a causa de los medicamentos, estaba un poco nerviosa por la visita de Sam, pero me gustó que la señora Galloway me ayudara. Sam ni de lejos terminaba con su supuesta reconquista, sabía lo insistente que podía ser, odiaba que alguien le diera negativas y sabía desplegar su encanto cuando quería, pero ya no creía en él. Mi corazón seguía resentido por los actos tan ruines que hicieron él y mi hermana a mis espaldas. Aun no hablaba con mis padres y prefería no hacerlo.
Cora llegó alrededor de las ocho con su cara de cansada y unas carpetas en la mano.
—¿Cómo te fue, bombón? —le pregunté en cuanto la vi.
—Mi jefe es una m****a, le encanta llenarme de trabajo y como soy una pasante. Una de las mejores cabe añadir —dice con orgullo— se aprovecha, pero este hombre desde que me vio me odia.
—Tal vez sabe que eres la mejor en lo que haces y por eso se pone así— comenté despacio tendiéndole una copa de vino para que se relaje— ven siéntate mientras caliento la comida en el horno y comamos.
—No te vayas nunca— me dice con un abrazo, en su otra mano su copa de vino— no sé que pensar con ese hombre, llegué a pensar una vez que le gustaba, pero lanza señales mixtas, un día es todo suave y bueno conmigo y al otro llega de malas y me infla de trabajo.
—Es bastante raro, tal vez si le caes mal— le dije extrañada— o gusta de ti y no le gusta eso, eres su empleada y él el mejor de todos ¿no?
—Es una pantera en los juzgados, no hay nadie que le gane— sus ojitos brillaron y me pareció que a ella también le gusta, pero aun no hablamos de su novio.
—¿Es por eso que no estas con Conrad? —le pregunte despacio— te he llenado con mis problemas y no es justo, tú tienes los tuyos.
—Conrad y yo empezamos a querer cosas diferentes— me confiesa —él quería una familia, hijos y cotidianidad que yo aun no quiero, acabo de terminar la carrera hace dos años, solo quiero quedar fija en el bufete y demostrar lo que soy capaz y en cinco años ser socia, no lo voy a lograr si me lleno de hijos.
—No creo que sea así, tal vez sea más difícil, pero se puede lograr— traté de ser positiva, además las madre solteras podían más o igual que cualquier otra.
—No me malentiendas, sé que se puede, pero no es mi meta, no es mi sueño y él no quiso entender eso— me explica sentándose quitándose sus altos tacones que estilizaban su figura— lo hubieras visto cuando dijo muy convencido que no podía esperar a casarse para llenarme de bebés y que lo espere en casa con la comida lista y los niños jugando, casi vómito, Jennifer— me comenta poniéndose enferma solo de imaginarlo.
—¿No quería que trabajaras? —pregunté pasmada por lo que me contaba— si no estas cómoda en una relación es mejor terminar, es lo que siempre nos dijo tu mamá.
—Sí, mi mami con su sabiduría —una sonrisa aparece en su rostro.
Puse la mesa mientras ella me seguía contando lo que ella denominaba: “día de m****a”
Yo reía y servía, fue una noche tranquila mientras comíamos y luego poníamos todo en el lavaplatos, me gustó eso, tal ve no me fuera muy pronto, puedo pagarle un arriendo por el tiempo que me quede, pero sé que no me va a dejar.
¿cómo les va? que team son? #teamJoseph #teamSam #teamJenni No se olviden de seguirme aquí para que les llegué siempre noticias de mis novelas. las quiero besitos :*
6 SamFue una perdida de tiempo estas estúpidas rosas, las lance a la calle molestó por perder mi tiempo, me fui antes de que el perro de la vecina alerte más a los vecinos y salga en los periódicos. Llame a mi madre mientras entraba en el carro.—No funcionó —le dije en cuanto descolgaron del otro lado— me mando a la mierda.—Parece una verdulera, debes resolver esto, Sam— me dijo de manera contundente— esa mujer te tiene agarrado del cuello— ¿no podías ser más cuidadoso? Tenemos muchos hoteles a nuestro nombre que no dejan rastros.—Lo sé— pensé en Paulette y me la puso dura— no pensé que nos atraparía, tenemos meses en esto y no se había dado cuenta, madre.—No me importa, no te puedes divorciar— dijo determinada— ¿Cuál es tu plan?—Que vuelva a la casa y poder mantenerla encerrada, es lo mejor— cavilé rápido— luego de las elecciones del abuelo podemos hacer que firme un documento y la dejamos ir— hablé calmado. Lo que mi madre no sabía era que no iba a dejarla ir.—Tráela a casa,
7- Jennifer Casi ha pasado una semana de mi caída por las escaleras y aceleré el proceso para quitarme los moretones, me di baños de agua helada y hasta hielo le puse para tratar de borrarlos más rápido. Se veían mejor que el día que paso todo, así que me daba por bien servida. Coraline me ayuda mucho a que no piense tanto en la traición de ellos, aunque la mayoría del día trabaja. Hoy llego refunfuñando y se encerró del v una vez en su cuarto con un portazo. Su jefe se la está volviendo loca —¿Quieres salir hoy? —salió luego de dos horas encerrada. Ya vestida para matar. Le di su tiempo y ahora viene a mí, ella siempre ha sido así cuando está enojada, no me molesta. Cora enojada tiende a decir cosas hirientes y sé que lo hace para defenderse así que aprendí a darle su espacio y tiempo. —¿Hoy? ¿Hoy? —repetí dos veces como una mensa— pensaba ver el diario de Noah—señalé su televisor como si fuera obvio lo que es un buen viernes por la noche. —Es viernes —me lo dice como si no supi
8- Joseph Es la mujer más hermosa que he visto nunca. He conocido mujeres bellas a lo largo de mi vida, tengo cuarenta años recién cumplidos y soy uno de los médicos cirujanos mejores cotizados de Denver así que mujeres no me faltan, pero nunca he visto a nadie como Jennifer Alderwood. —Doctor Kessler, necesito que me firme esto— me entrega una de las enfermeras del turno de la noche. —Gracias— leí rápido lo que me entregaba y firmé. Soy el dueño del hospital aun así odio estar encerrado en una oficina y trato de hacer unas cuantas rondas al día, es por eso que yo recibí a Jennifer cuando llegó inconsciente en la madrugada del martes. No debía seguir viéndola, es por eso que no pasé por su habitación los días restantes que le quedaban aquí en el hospital, era mejor así. Alejados. —Gracias a usted, doctor— me dijo la enfermera que no detalle mucho. Es normal que quieran meterse con el dueño, pero yo no lo permitía, para eso hay muchas mujeres fuera de este hospital, dentro era el r
9- Jennifer Necesité de la ayuda del doctor Kessler para salir del lugar con una muy borracha Cora riendo por el aire frío que sentía en sus piernas o porque según ella vio a Elvis caminando por la acera a esa hora, cualquier cosa le daba risa. —Gracias por ayudarme— le dije en cuanto un taxi se detuvo y logramos meter a mi amiga al auto. —A la orden— me dijo al oído, al parecer estaba muy cerca de mí, más de lo que pensaba. —¿Conoce a ese hombre que quería llevarse a Cora? —me giré y miré encima de su hombro pensando que ese tal Gus estaba de alguna manera cerca de mi amiga. —Gus es mujeriego y loco —me dijo despacio— pero es un buen hombre, jamás se hubiera llevado a tu amiga si ella no quería. —Esta borracha, deberías enseñarle que ya una mujer borracha no puede consentir ninguna relación— dije molesta cruzando los brazos bajo mi pecho. ¡Dios mío! ¿no podía encontrarme a otro hombre en este local? Quería molestarme con él, pero sabia que no era su culpa. —Créeme, Andrew ya l
10 Jennifer—Bueno… no, esto es pésima idea— me avergoncé y quité el celular de mi oído lista para colgar y morir ahogada por el oprobio que causaba la situación, pero él gritó algo— ¿qué?No había oído bien lo que había dicho.—No cuelgues, no te sientas avergonzada— tenía ganas de decirle que llegó tarde su consejo, me sentía un poco tonta que yo misma no supiera satisfacerme a mis veintitrés años.—Si, bueno… no importa— lo deseche para terminar el tema de una vez.—Importa, quiero… me gustaría. No, necesito enseñarte— respiró fuerte, pude escucharlo —¿vas a dejarte guiar por mí?—No sé hacerlo bien ¿y si me sale mal? —me preocupé.—No puede salir mal, en el sexo nada está mal— me asegura con esa voz ronca como si hubiera comido un puñado de gravilla— siempre y cuando te guste. Ahora tócate para mí.—Bien, lo haré— concedí.—¿Estás mojada? —pregunta.Asentí hasta que me di cuenta que en verdad no estaba aquí conmigo.—Sí, mucho ¡Dios! —jamás había estado así, esto es demasiado.—Me
11 SamFui a donde se estaba quedando Jennifer y no había nadie, toqué muchas veces, pero su vecina salió con el monstruo que tenía de perro y me corrió.Estacioné unos edificios antes y me quedé a esperarla dentro del carro para que no me viera, era por eso que no me gustaba que ella tuviera esa amistad con Coraline Dagger, esa pelirroja era de cuidado y nunca le caí bien, con ella a su lado recuperar a mi esposa será casi misión imposible, pero debo lograrlo.—¿Dónde estás? —pregunté en voz alta golpeando el volante desesperado por saber dónde estaba mi mujer. Su celular sonaba apagado, no sabía si lo tenía encima o no, tal vez cambio de número.Golpeé de nuevo el volante.Paulette asegura que Jennifer nos grabó infraganti con su celular y si es así necesito ese estúpido video. Con esa prueba me tiene en sus manos y podrá divorciarse de mí, así como si nada, como si nunca hubiéramos existido.Llegó cerca de las dos de la mañana en un maldito taxi con su amiga borracha, si yo fuera u
12 Jennifer Las cosas siempre pasan por algo, es lo que las personas a tu alrededor aseguran, soy de las que creen que lo que te pasa es porque lo decidiste desde mucho antes, si llegas temprano a tu trabajo es porque hiciste que eso sucediera, la vida no es un juego al azar, es acción y reacción. Vamos atados a algo. Es por eso que no debí decirle a Cora absolutamente nada de lo que pasó con Joseph, pero ya era tarde. No dejó de hablar de eso en todo el rato. Sin importar que ya no quisiera hablar del tema ella seguía con lo mismo, a la una y media comencé arreglarme para ir al café que queda cerca del hospital Memorial Kessler. —Ponte algo más putón— me aconseja mi amiga. —No, así estoy bien —me vi en el espejo mientras aplique solo protector solar de color en mi cara y poco de máscara de pestañas— él ya sabe cómo soy, no creo que le importe. —Quiere meterse en tus pantalones, al menos dale mejor acceso —recomienda. Le lance una almohada y para sacarla del cuarto. —¡Basta! N
13 JosephSe encendió la rabia e indignación cuando vi la manera en la que Sam trataba a Jennifer, no entendía que tenía en la cabeza ese muchacho.¿Qué coño le enseñó Eliza mientras crecía?Me lamentaba más que nunca no haber podido estar a su lado, normalmente no me creen, ser mal padre es normal, querer ser un padre presente no es tan común, pero llegó un momento que deje de insistir, fue más o menos cuando Sam cumplió los diez años y tenía planeado todo un día para él. Quería hacer un viaje, conectar con él.Él ya estaba grande para decidir venir conmigo y aceptó, su madre montó en cólera, no sé qué hizo exactamente, pero Sam me llamó para cancelar nuestro viaje el mismo día que debía buscarlo a la mansión.Eliza es una maldita víbora, aún no entiendo cómo Jennifer estuvo todos estos años dentro de esa casa. Casa a la que aún no volvía después de mi divorcio con Eliza Wilson.—Quería hablar contigo— comencé diciendo cuando ya habíamos terminado la comida.Luego del té, Jennifer qu