11 SamFui a donde se estaba quedando Jennifer y no había nadie, toqué muchas veces, pero su vecina salió con el monstruo que tenía de perro y me corrió.Estacioné unos edificios antes y me quedé a esperarla dentro del carro para que no me viera, era por eso que no me gustaba que ella tuviera esa amistad con Coraline Dagger, esa pelirroja era de cuidado y nunca le caí bien, con ella a su lado recuperar a mi esposa será casi misión imposible, pero debo lograrlo.—¿Dónde estás? —pregunté en voz alta golpeando el volante desesperado por saber dónde estaba mi mujer. Su celular sonaba apagado, no sabía si lo tenía encima o no, tal vez cambio de número.Golpeé de nuevo el volante.Paulette asegura que Jennifer nos grabó infraganti con su celular y si es así necesito ese estúpido video. Con esa prueba me tiene en sus manos y podrá divorciarse de mí, así como si nada, como si nunca hubiéramos existido.Llegó cerca de las dos de la mañana en un maldito taxi con su amiga borracha, si yo fuera u
12 Jennifer Las cosas siempre pasan por algo, es lo que las personas a tu alrededor aseguran, soy de las que creen que lo que te pasa es porque lo decidiste desde mucho antes, si llegas temprano a tu trabajo es porque hiciste que eso sucediera, la vida no es un juego al azar, es acción y reacción. Vamos atados a algo. Es por eso que no debí decirle a Cora absolutamente nada de lo que pasó con Joseph, pero ya era tarde. No dejó de hablar de eso en todo el rato. Sin importar que ya no quisiera hablar del tema ella seguía con lo mismo, a la una y media comencé arreglarme para ir al café que queda cerca del hospital Memorial Kessler. —Ponte algo más putón— me aconseja mi amiga. —No, así estoy bien —me vi en el espejo mientras aplique solo protector solar de color en mi cara y poco de máscara de pestañas— él ya sabe cómo soy, no creo que le importe. —Quiere meterse en tus pantalones, al menos dale mejor acceso —recomienda. Le lance una almohada y para sacarla del cuarto. —¡Basta! N
13 JosephSe encendió la rabia e indignación cuando vi la manera en la que Sam trataba a Jennifer, no entendía que tenía en la cabeza ese muchacho.¿Qué coño le enseñó Eliza mientras crecía?Me lamentaba más que nunca no haber podido estar a su lado, normalmente no me creen, ser mal padre es normal, querer ser un padre presente no es tan común, pero llegó un momento que deje de insistir, fue más o menos cuando Sam cumplió los diez años y tenía planeado todo un día para él. Quería hacer un viaje, conectar con él.Él ya estaba grande para decidir venir conmigo y aceptó, su madre montó en cólera, no sé qué hizo exactamente, pero Sam me llamó para cancelar nuestro viaje el mismo día que debía buscarlo a la mansión.Eliza es una maldita víbora, aún no entiendo cómo Jennifer estuvo todos estos años dentro de esa casa. Casa a la que aún no volvía después de mi divorcio con Eliza Wilson.—Quería hablar contigo— comencé diciendo cuando ya habíamos terminado la comida.Luego del té, Jennifer qu
14 Jennifer Estaba pendiente en el camino de que Sam no estuviera siguiéndome, no me creía del todo eso de que iba pasando por allí, no me sentía segura con ese hecho. Al llegar a casa de Cora esta me esperaba lista para el chisme. Como siempre. —Cuéntame todo— me dijo en cuanto me vio— aunque, no traes el cabello mojado, así que no fueron a un hotel— se desinflo como un globo. —¿En serio, Cora? —pregunté inclinando la cabeza a la derecha viéndola como si estuviera loca— no sabes lo que me pasó— suspiré cansada mentalmente. —Pues no, hija no sé así que empieza a abrir esa boquita y cantar como los pájaros, pero con el chisme— me pide sentándose en forma indio en el sofá de manera muy graciosa. Me senté junto a ella viendo el sofá y ella también lo vio y se hecho a reír como foca epiléptica. —A veces te odio— me quejé cruzándome de brazos— pero no puedo odiarte mucho tiempo. —¡Mentirosa! —me acusó señalándome— me adoras y habla. —Me encontré con Sam en la entrada del café— le co
15 Jennifer Me gustaba vivir con Coraline, pero ella era madrugadora, y la única manera en la que yo madrugara es porque fuera a viajar con la compañía de baile o… no eso es todo. Odiaba madrugar. Y es por eso que refunfuñaba en la cocina mientras Cora se veía tan fresca que la envidiaba solo un poco por eso. —Bebe tu café— me pide poniendo este frente a mí, estaba como me gustaba, muy suave con un toque de leche y sin azúcar. —Gracias —murmuré, tenía un chongo en mi cabeza mal arreglado y despeinado, sentía que los ojos se me cerraban solos— no puedo creer que te veas así a las nueve de la mañana de un domingo. —Ya hice ejercicio, Sali a comprar el desayuno, porque es lo más que puedo hacer por ti y ya regresé para montar la cafetera porque sé lo gruñona que eres al despertar— me presume. —Te odio. Justo ahora— gruñí. —Mentirosa— me recalca. Le saqué la lengua, nos reímos después de eso y ella me dejó volver a la tierra de los vivos con el café y el suculento desayuno que me c
16 JenniferCuando comencé a salir con Sam Kessler los primeros en darme su beneplácito fueron mis progenitores, aunque sé que la madre de Sam puso el grito en el cielo cuando se enteró de que era la prometida de Sam, su único hijo, yo estaba más joven y era más ingenua y no me daba cuenta de nada.Luego de la boda, Sam me dijo de los convenios comerciales que tiene con mi padre, como íbamos a ser familia le pareció prudente que su familia política fuera tan pudientes como él, todo un Kessler.—Menos mal se fueron— habla Cora en lo que la puerta se cierra.—Sabía que sería difícil, pero esto ha sobrepasado todo— me senté pesadamente en el sofá— los hubieras escuchado.—Los escuché, solo decidí salir para cuando me necesitaras— me abraza— y cuando vi que no se iban decidí salir. Si hay alguien que no tolera mi presencia esa es tu madre— comienza a reír y luego sigo yo riendo por esa verdad.—Vaya domingo— le dije para cambiar de tema—No importa, puede mejorar —asegura Coraline viéndom
17 JenniferSalí del banco temblé y comencé a llorar mientras Cora me abrazaba para darme solidaridad, pero olas de rabia emanaban de ella y no me calmaban para nada, alteraba mis nervios. Solo quería estar sola y llorar por meses.—¡Es él quien me engañó! —me quejé en el hombro de mi amiga indignada.—Lo sé, pagará— asegura mi amiga— ¿me escuchaste, Jennifer Alderwood? Va a pagar, esto no se quedará así, yo no lo voy a permitir.—No sé, Cora— hipé— ese hombre parece odiarme, ¿Por qué querrá tenerme a su lado? Que se quede Paulette, ella lo ama, ¿sabes qué? Ni me importa si se quieren o no, solo quiero que me deje en paz, ¿qué clase de amor es ese?—¿Y tú no? —pregunta curiosa mi amiga separándose de mí— ¿no lo amas, Jenni?—No sé… todo esto… es demasiado confuso. Siento que debería estar llorando porque me fue infiel, sentirme más… desdichada— le digo, hago un gesto con la mano para englobar todo— pensé que estaría perdida sin Sam ¿sabes? —sacudí la cabeza y brotó de mi garganta una
18 JenniferLuego de un domingo de montaña rusa me desperté muy temprano a pedido de Coraline Dagger, esta mujer quiere matarme. Podía llegar después que ella al bufete de abogados, pero entonces eso no seria muy propi de Coraline. Seamos francos. Para este punto en donde el sueño aun nubla mis ojos siento que odio a mi amiga.—Ya quita esa cara— me reprocha con una risita de burla en sus labios— debes venir conmigo, hoy haremos muchas cosas— afirma.—Bien, pero ¿Cuándo me dirás que cosas haremos? —no era normal en el ser tan misteriosa.—Cuando estemos frente a Galloway te diré todo. El debe darme luz verde— confirma— además ya vienen las elecciones a concejal. ¿No es eso lindo?—No, es una pesadilla. No se como aguanta tu madre esto— repliqué.El abuelo de Sam siempre quiere iniciar en la política, pero simplemente no se le da, pero ahora que el concejal Dagger se va a retirar puede que tenga una oportunidad. Por eso Eliza estaba desesperada de que volviera a cualquier costo, pero n