Tú valor.

—¿Cómo me veo amiga? —se presenta Anna frente a Sol dejándola sin palabras.

—¡Hermosa! El gimnasio te ha dejado sensacional amiga.

—Siento que es un poco atrevido y me da pena. Es una prenda de la nueva colección.

—¿Esto quiere decir que irás a cenar con Peter? —lanza esa mirada perversa.

—Decidí acompañarlo por gratitud, eres testigo de sus buenas intenciones y pienso llevar conmigo a Adriel.

Entra en su auto y va pensativo. Se preguntaba en qué estaría pensando ese hombre para dejar a una mujer con tantas cualidades. Llega a su casa y enciende la TV, pero su mente sigue corriendo y no puede sacar la sonrisa de Anna de su cabeza, le parecía hasta loco. Después de tanto tiempo sin mirar a nadie, justo una noche de un accidente se entra hasta sus venas una hermosa mujer con un dulce agradable en sus labios.

—Eso no será posible amiga. En ese restaurante no permiten niños. Yo me quedaré con él, tú ve tranquila y disfruta.

Después de convencerla, ella termina de vestirse y sale para encontrarse en el lugar acordado para cenar con Peter. Al salir de su auto todas las miradas estaban sobre ella, siente un poco de pena por lo atrevido de su escote, pero solo sigue caminando. Ella es una mujer de 26 años con deseo de seguir viviendo, así que colocó su frente en alto y sigue su camino con su elegancia y educación en cada paso.

—¡Buenas noches! —se presenta en la mesa donde logra ver a su amigo sentado 

—¡Buenas noches! La recibe él embobado por el derroche de belleza que sale de la hermosa chica.

Él se coloca de pie, acomoda la silla para que ella tome asiento, mientras es atrapado en esa suave y deliciosa fragancia.

—Permíteme admirar tu belleza, es que a tu entrada no logré reconocerte ¡WOW! —se queda sin palabras y deslumbrado ante su belleza.

—¡Gracias por la invitación! Pasaron años antes de salir a cenar fuera de casa.

—¿No dijiste que estabas casada? ¿Qué hacía el afortunado que no sacaba a pasear a esta muñeca?

—No quiero hablar de él. Solo te pido esto por favor.

—¡Disculpe! Al verte la impresión me dejo algo estúpido.

—¿Te gusta como me veo? ¿O me veo vulgar?

—Estás hermosa, te veo delicada y elegante, si te refieres a vulgar por lo sexy del escote no pasa nada. La elegancia que transmite te hace ver perfecta.

Ella se queda atenta a las palabras de ese caballero. No sabe cuánto había pasado antes de escuchar palabras tan bellas dirigidas para ella. Los interrumpe el mesero con el menú. —¿Ya están listos para ordenar?

—Sí. —él toma el menú e inicia a elegir lo que desea cenar. —¿No vas a pedir nada?

—¿Puedo elegir lo que voy a comer?

Él la mira algo extrañado por su pregunta. —Desde luego que puedes elegir tu comida.

Ella toma el menú como niña pequeña, elige su comida y el postre. En cuanto le sirven la mesa, ella primero que nada disfruta los platillos con los ojos y luego inicia a cenar con gran emoción.

—¿No te has estado alimentando bien? Parece una niña pequeña.

—¡Disculpa! Es la primera vez que puedo elegir y degustar el platillo que me apetece. Solo lo estoy disfrutando.

—No entiendo —él cada vez está más confundido.

—Conocí a Nelson cuando cumplí veinte años. Él se mostraba interesado en mí y estuvo buscando conquistarme durante dos años. Cuando consiguió mi atención cambió por completo y se volvió ese hombre diferente. —ella continúa comiendo e interrumpe la conversación.

—¿Hablas de tu exesposo?

—Él ha sido el único hombre que tuve en mi vida.

—¡Ok! ¿Pero nunca te llevó a un restaurante y pediste tu comida?

Ella lo mira a los ojos por primera vez, algo avergonzada. —En dos o tres ocasiones, pero él siempre elegía lo que yo debía comer.

—No era un esposo, más bien parecía tu dueño.

—Eso lo decía en las cláusulas del matrimonio que firmé antes de casarme.

—Aunque me lo expliques, no logro entenderlo. Tú solo disfruta tu postre y permite que te contemple.

Ella termina la última cucharada de su postre, limpia su rostro y lo mira a los ojos. —No hay que entender nada, solo me porte como una esposa.

—No es la manera preciosa.

En ese momento entra una exuberante rubia semidesnuda con sus pechos descubiertos. Todos la observan con desagrado. —Eso sí, es algo vulgar.

Cuando ella observa a la pareja se pone de pie para salir de ese lugar. Mientras camina a la salida, Nelson la reconoce y queda impresionado por el gran cambio que vio en su exesposa. La vio más hermosa que nunca. Cuando intentó acercarse, Pamela se lo impidió interrumpiendo en ese momento y acortando la visibilidad.

Peter paga la cuenta y sale en busca de su cita, y la encuentra esperando un taxi en la cercanía.

—¿Qué sucede preciosa? —le pregunta de inmediato, la alcanzó.

—¡Pendón! No quería estar más tiempo en ese lugar.

—¿Es él cierto? Nelson Mandela ¿Él era tu esposo y el ogro a quien describes?

Ella muestra una tristeza en su mirada y entra en el auto con Peter. —¿Me podrías llevar a caminar a la orilla de la playa?

Él no responde y se dirige hacia donde ella le pidió. A su llegada ella sacó sus zapatos y camina sobre la arena y él acompaña en silencio. —Le entregué lo mejor de mí. En el proceso de ayudarlo dejé de ser atractiva y entonces él dejó de amarme.

—Debes sacar de tu pensamiento que eres culpable, eso no es cierto. Existen personas a las que no se pueden complacer y Nelson Mandela es una de ellas por lo que me cuentas.

—Eso llegó a mis pensamientos y desde ese momento inicié a sentirme mejor y querer un cambio para mi vida.

—La mansión te pertenece por qué tienen un bebé. No entiendo aún lo qué sucede ¿Por qué no estás en ese lugar?

—Él solo me dejó la ropa que llevaba puesta y el auto que me regaló mi padre. Después envío todas las pertenencias de Adriel.

—¿Te dejó en la calle? Ha de ser por el éxito que ha tenido en su última colección.

—Quieres decir mi última colección. Todas las colecciones son confeccionadas, dibujadas y elaboradas por mis manos. Después de entregar la primera prenda, él la presenta a su equipo de alta costura y ellos hacen las réplicas que salen al mercado.

—¿¡Que!? —él no puede creer lo que escucha. —Puedes incluso demandar por esto, esa millonada que él derrocha, es a ti a quien pertenece. ¡Es injusto!

—No tengo las pruebas ni el deseo de hacer eso. Gracias a mi amiga estamos emprendiendo un pequeño taller de costura, el vestido que luzco en esta noche es el primero de mi colección "Atrevida"

—¡WOW! Esto es impresionante. ¡Eres una joya de mujer! Aparte de hermosa, estás llena de cualidades.

—¿Crees que tenga éxito?

ja, ja, ja —Ya eres exitosa. Todas las prendas que están de moda y las mujeres se mueren por vestir están diseñadas por tus manos. ¿Qué necesitas para iniciar?

—Ya he iniciado. —ella le muestra el catálogo desde su celular y él queda enamorado. —Mi amiga está seleccionando el equipo que nos ayudará a confeccionar cada prenda. De hecho, ya tengo un primer pedido.

—Te puedo ayudar con el personal. Estoy seguro de que en unos meses, no podrás parar de trabajar de tantos encargos que recibirás.

—Tienes muchas expectativas, según escuchó tienes más que yo.

—Si no confías, inicia hacerlo. Eres admirable y un genio. Puedes contar conmigo en lo que necesites.

—¡Gracias! Pero esto es parte de mi reto. Si mis prendas son tan buenas como dicen, tendrán que iniciar desde cero.

Ella le habla de sus planes a futuro y durante su conversación le llegan nuevas ideas. Terminan acostados en la arena casi a la media noche, ese día Anna se sintió libre, después que salió del cautiverio que era su matrimonio, cada día hacía cosas nuevas y las disfrutaba.

—¡Soy libre! —grita a todo pulmón en dirección al mar.

—¡Eres libre! —le expresa y le roba un beso. 

No le importó si tenía recibir una cachetada o insultos. Desde la primera noche del accidente esa mujer lo atrapó. Ella lo mira agitada después del largo beso. Se sentía confundida. —Llévame a casa.

—No te puedo pedir disculpas, pues deseaba este beso desde la primera vez que vi.

Ella no responde nada y él la lleva a su apartamento, donde ella, sin decir palabras, se desmonta y sin despedirse, entra. Él no tiene más nada que esperar, y saber qué sucederá. Se sintió imprudente. 

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