A Celebrar.

Sol había dormido a Adriel y estaba al teléfono hablando con su novio, pero al ver que su amiga había regresado y su rostro estaba algo extraño. Decide terminar la llamada y se acerca a Anna. —¿Te sucede algo? Te ves pálida.

—Nelson llegó a ese restaurante de la mano de su rubia operada.

—¿Qué? ¿Él te vio en compañía de Peter?

—No lo sé. En cuanto noté su presencia salí corriendo y jamás miré hacia donde él se encontraba.

—Daño la noche con el bombón de Peter. Ahora entiendo su asombro y la expresión de tu rostro.

—No fue ahora que vi a Nelson. Estuve caminando en la playa con Peter y en el momento que menos esperaba me besó.

—¿Qué? —coloca la mano en su boca sorprendida por lo que escuchó.

—Eso no es lo peor amiga.

—¿Sucedió algo más?

—Creo que me gustó el beso y su compañía. Se sintió tan diferente a lo que siempre viví con Nelson, me sentía libre y tranquila.

—Aún no conoces el valor de la tranquilidad. Te aseguro que muy pronto reemplazará todos los momentos malos por momentos buenos y no te acordarás de que ese hombre existía.

—No pienso reemplazarlo en brazos de otro hombre. Ahora no quiero hablar ni de Peter y menos de Nelson. ¿Contactaste con las chicas para la elaboración de las prendas?

—Mañana a primera hora estarán en este lugar.

—Pues vamos a dormir, son más de la media noche y no quiero llegar tarde.

Ellas van a la cama y después de dar vuelta y ultimar detalles quedan dormidas.

........

—Robert, ¿No la viste afuera? Estoy más que seguro que era ella.

—La vi señor, ella se marchó en un taxi. —él vio que se había marchado con ese hombre, pero no le quiso decir.

—No sé si es por el tiempo que llevo sin verla, pero la vi más hermosa que nunca.

—Salió muy rápido, pero estoy seguro de que era ella.

—Necesito que la ubiqué, quiero saber dónde encontrarla.

—Voy a hacer que sea posible señor Mandela.

Él entra a la mansión y Robert piensa para sí mismo que nunca lo ayudaría en tal cosa. Él vivió el sufrimiento de Anna y si llegaba a verla, mejor le advertirá para que él no logré encontrarla y tratar de devolverla a su infierno.

........

A la mañana siguiente con la cuna y pequeño Adriel, a primera hora Anna inicia su costura, más tarde se le une Sol con las mujeres de las que le había hablado.

—Soy María ¡Mucho gusto! Yo me encargo de bordar, es mi especialidad.

—Soy Lucía y trabajo con todo tipo de máquinas de costura. También Ada, mi hija, ha venido conmigo, para asistirnos.

Anna se sentía muy feliz, desde ese día había iniciado con el pedido y en una semana, lo tenían listo. Solo que cada una de las mujeres que estaban trabajando con ella tenían necesidades y ella no tenía dinero para cubrirla, así que decide llamar a Peter y hablarle de su inquietud con lo que está sucediendo. Él, sin dudarlo, le asiste y solo una hora más tarde llega a la pequeña tienda, le entrega el dinero a Sol y se vuelve a marchar de inmediato.

—¿Por qué dejaste que las chicas se fueran? Le pedí ayuda a Peter hasta que reciba el dinero del pedido.

—Él estuvo aquí y dejó el dinero. Las chicas se fueron complacidas después de recibir su pago. ¿No son increíbles?

—¡Genial! —se encontró extraño que Peter después de una semana sin verla no haya preguntado por ella.

—Con el pago mío quiero comprar materiales que no están haciendo falta.

—Aun sacando tu pago queda dinero de más.

—¡Vamos! Hay que comprar cosas que estamos necesitando.

Ellas se dirigen al centro y compran las cosas que más estaban necesitando en el taller. A su salida observan a Peter salir en compañía de una hermosa mujer. Anna se siente algo confundida, si él tiene su pareja como se atreve a besar sus labios ¿Qué atrevido? Desde ese día estuvo de mal humor, pues pasó una de las noches más diferentes de su vida en compañía de un hombre aparentemente con dueña. Pasa un mes y ella en compañía de las demás emprendedoras trabajan hasta agotar todas las telas y materiales que tenían en el almacén.

—Tengo para decirle que son increíbles. Estoy más que sorprendida de su gran talento.

—Te envié todas las imágenes que le tomamos a las prendas para que pueda iniciar la promoción.

—No entiendo ¿Esto no será una tienda?

—No, este será el taller y sacaremos la mercancía solo por pedido. Nuestro capital es medido y aunque deseemos hacer mucho más, estamos limitadas.

—Estoy muy feliz en este lugar porque amo lo que hago y puedo salir de mi oscura realidad. —expresa Lucía con una gran sonrisa.

—Todas tenemos una historia y algo que duele. —Agrega María.

Anna quedó sorprendida ante lo que escuchaba. —Con el corazón destrozado y buscando la manera de reconstruir los pedazos, inicie este taller.

—Sería genial que iniciemos un espacio para sacar los recuerdos y hablar de lo que nos duele. —propone Sol al escuchar a sus compañeras.

—He escuchado que cuando lo expresa, lo anota en papel y luego lo quema, es una forma de liberarse.

—No se diga más. Tomaremos los días jueves para reunión.

Todas trabajan sin descansar y el día lunes por fin llega el pago de su primer pedido. Anna quedó sorprendida cuando descubrió que recibió comisiones por la perfección en cada prenda y un segundo pedido, esta vez ella dejó el dinero del 50% del siguiente pedido.

—Sol no me lo vas a creer. Tenemos un nuevo pedido y más sorpresas.

Ella muestra todo lo que llegó en la caja y ambas saltan de felicidad. Sol prepáralos sobre para el pago de las chicas y Anna se asegura de sacar el dinero de pagarle a Peter, no quería tener deudas pendientes.

—Dejaré los sobre guardados para entregarlo después de enviar el pedido.

—No Sol. Si ves lo que está en el pedido ya lo tenemos listo. Solo es hacer el paquete y hacer la carta con agradecimiento.

Esa tarde hicieron una gran celebración y Sol le entregó el sobre a todas las chicas. Estaban felices por los avances y agradeciendo la oportunidad de ingreso que gracias a ellas estaban obteniendo. Más tarde se presentó Peter y Sol le entrega el sobre, Anna no lo miró y se mantuvo distante cosa que le preocupó de inmediato, así que se acercó, para saber qué estaba sucediendo.

—¡Buenas noches! —se acerca y por fin conoce al pequeño 

—¡Hola! Te he dejado el dinero con Sol. No tengo como agradecerte todo lo que has hecho por mí.

—¡Claro que sí! Vamos a seguir celebrando. Te invito a la disco ¿Sabes bailar?

—¿A la disco? —ella reacciona sorprendida, pues no recuerda la última vez bailó en una disco.

—Sí, cosas normales que hacen las personas de nuestra edad. O me dirá que no has visitado un Night club.

—Solo dos veces después de cumplir mis 18 años.

—Invita a Sol y disfrutemos de la vida y lo bueno que es estar vivo.

—No te podemos acompañar las dos. Pues ella es quien cuida de Adriel para yo salir.

—¿Por qué no tienes babysitter?

—Jajajá. No tengo un apartamento que pueda sostener, menos podré agregar más gastos.

—Permite que te ayude Anna. —él hace contacto visual y su mirada profunda mueve algo en ella enseguida.

—No hagas esto, Peter. No tienes compromiso conmigo, además que diría tu novia, o esposa.

—Te dije que tenía compromisos.

—Pero te vi en el centro en compañía de ella.

—¿De quién? No entiendo a quién te refieres.

—No mientas, esto no es necesario. —ella parecía molesta y esto a él le agradó, ya que podía indicar que ella pudiera estar interesada.

—¡A ver! Describe con quién me viste, y rápido me relacionaste.

—Olvida lo que te dije —responde con aparente enojo.

—Dijiste que me viste en el centro. Allí fui a comprar algunas cosas para preparar la sorpresa a mi abuela que viene a visitarme el fin de semana y también a Laura, una amiga que vive en Londres.

—No te estoy preguntando. —dice ella con su rostro sonrojado.

—Te ves hermosa, sonrojada, me tientas a probar esos rosados y tiernos labios.

Justo en el momento que le iba a responder, Sol los interrumpe y ellos quedan atrapados en una mirada.

—¡Permiso! Vengo por el pequeño Adriel. Las chicas van a partir y solo queda despedirlos.

—¿Tienes planes para esta noche? —Peter no pierde la oportunidad y se arriesga de inmediato.

—Solo dormí temprano. —responde acompañada de una sonrisa.

—Me llevaré a tu amiga para seguir disfrutando en la disco.

—¡Eso es genial! Que disfrute el logro que está obteniendo, y solo iniciamos en el proyecto.

—En una hora vengo por ti.

Él se marcha y deja su sobre con el dinero y una nota: "Esto es tuyo" Ella toma el sobre y colocando en blanco sus ojos lo muestra a su amiga.

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