Wil fue el encargado de coordinar todo, mientras Amelia le preparaba una maleta con las prendas que Sam podría necesitar, pero la indicación de su jefe fue que viajara ligero, cualquier cosa que requiriera podía ser comprada en aquel destino al que la llevaría. —Sam, hoy tienes que hacer algo a petición del señor Koch, el chofer te espera para llevarte —la mujer quería repelar, pero había ocasiones que el hombre requería documentos o a lo mejor era algo más importante. —¿No puede esperar a que lleve a las niñas a dormir? —Oh, cariño, no te preocupes por ello, Adele y yo podemos con eso. Samantha fue echada, así se sintió, para cuando vio el vehículo que la esperaba cayó en cuenta que no pregunto sobre qué era lo que le llevaría. Al alejarse solo pudo enviar un mensaje para preguntar, pero la respuesta solo decía que: “todo lo que necesitas está en la cajuela”. Así, luego de un trayecto considerable, vio que se acercaban al aeropuerto y que no se detenían, no, el vehículo utilizo
Observarla así, le hizo pensar en cuanto quería jalar su cabello y tomarla en sus brazos para poder devorar esa boca, que cada que la veía lo invitaba a fantasear. Sam giró y al observarlo perdido con la mirada fija con un brillo en sus ojos, un escalofrío la recorrió, atribuyéndolo a lo vacío que estaba el lugar. Lo más inteligente era poner algo de distancia para controlar los deseos de cargarla y tomarla allí mismo contra cualquier pared o aún mejor frente al ventanal, dominante, por supuesto, que era un cabrón en la alcoba. —Necesito que me acompañes a la recámara o perderemos esta vista. Sam lo pensó un poco, es que el hombre lucio como todo un depredador y no se equivocaba, pero ese depredador haría cualquier cosa por ella, entre eso jamás la forzaría a nada. Al fin ella suspiró y avanzo —muy bien, solo espero que sea tan espectacular como la que acabamos de apreciar. Ojalá que no sea una de esas líneas para llevar a las féminas a tus dominios. Al entrar ella constató que
4 meses después...Morgan ya no podía quitarle las manos de encima a Samantha, en vez de saciar sus ganas de tocarla, estás solo se habían incrementado.Él era el más preocupado porque su situación se volviera definitiva.—¡Ya..., deja levantarme! —le rogaba Sam, pues Koch la tenía entre sus brazos y la llenaba de besos.—No, quiero seguir con lo que empecé.Samantha se escabulle de entre sus brazos, saltando velozmente fuera de la cama, poniendo distancia para que ese hombre no la regresé.—Luego, lo prometo. Recuerda que hoy por fin tengo cita con el especialista.Koch suspira pesado, dejándose caer en la cama, ya que no faltaba mucho para ir por su mujer y devolverla a la cama.Sam camina a la puerta, Morgan le ha insistido tanto que cambie sus cosas a su recámara para por fin compartir el espacio, solo que ella testarudamente se rehúsa.Una vez en su cuarto, Sam se mete a ducharse y lamenta que no pudiera continuar recibiendo los mimos de ese formidable hombre.Cada vez se le hace
El motivo retorcido de Alice para llevar a cabo aquel acto, que no solo le quito la vida, sino que le robo la paz a Morgan. Si ese era el objetivo, el gusto le duro poco... La presencia de Samantha en la vida de Morgan Koch era no solo de compañía y conveniencia por compartir la crianza de sus dos pequeñas. Ella se convirtió en lo que Morgan necesitaba, y que en algún momento deseo hubiera sido ella su esposa y no la desequilibrada. ... —Los recuerdos que nos dejan son el legado más importante que debemos tener presente. En el caso de Alice, lo que les pido es que, si ella les afectó con su actuar, encuentren en su corazón la bondad para poder perdonarla. Somos lo que hacemos y lamentablemente ella hizo mal de varias maneras. Pero no somos perfectos, y nadie se va de este mundo sin pagar sus faltas, estoy seguro de que ella tenía un enorme sufrimiento. Lo que la empujo a su final. Aquellas palabras eran muy acertadas y es que el orador conocía a Alice y a su familia, de forma cer
Y la vida se abre paso...El personal de servicio corría en su desespero porque a la señora de la casa se le había roto la fuente, alguien debía llevar la maleta, alguien estaba llamando al ginecobstetra, el chofer apareció para decir que estaba listo.Pero no podían partir aún, porque no estaba a la vista Samantha y es que en el alboroto la dejaron sentada en una silla en la cocina que es en donde todo empezó.—Amelia, por favor, ¡ay...! Avísale a mi esposo que ya vamos para el hospital.—Si señora, ya lo hice, solo dejé el recado porque está en una reunión.Samantha respira hondo y siente otra punzada, el chofer y otras dos mujeres del servicio llegan en tropel para asistirla y subirla al vehículo.Con tanta conmoción, Samantha tiene que alzar la voz —¡Alto! Respiren... inhalen-exhalen. ¡Listo! Ven, si funcionaron los cursos. Ahora, Amelia ayúdame a llegar hasta el auto.Amelia obedece y le ofrece su mano derecha para que se apoye, mientras con la izquierda la pasa por su espalda, p
ChicagoLas relaciones maritales para que funcionen deben ser vividas por dos, pero a veces se involucran más personas...Faltaban unos meses para que su pequeña cumpliera cuatro años y el mejor regalo que un padre puede hacerle a un hijo es asegurar su futuro, por lo que Carter, aunque era el CEO del negocio familiar, debía hablar de este tipo de decisiones con sus padres.—Gracias por darme algo de su tiempo, seré breve, este año he pensado en poner algunas acciones a nombre de mi Florence. ¿Qué les parece? Es buen momento, algún día sueño en que ella pueda dirigir todo esto.El abuelo que no se metía mucho en cosas que no fueran negocios, solo sonrió, lo malo es que a su esposa no le causo gracia.—No creo que sea lo indicado —Carter jalo aire y rodó los ojos.—¿Motivo? —cuestiono ofendido.—Ya sabes lo que pensamos tu hermana y yo —su madre lo considero, era una buena oportunidad, así que dejaría que hiciera su voluntad, casi. —Hazlo, solo que deberás cumplir con ciertos requisito
Samantha No importando mi estado, ya no era solo yo, así que me regañe y me puse de pie, fui al baño para lavar mi rostro.Los pasos que me tomo llegar hasta la recámara de mi preciosa niña me mentalice para controlar mis emociones.Escuchar su vocecita llamarme tan solo entrar, parcharon mi corazón dolido —¿qué has hecho? Espero que no le hayas dado problemas a la señora Amelia.Con Florence entre mis brazos —Gracias Amelia, por cuidar de mi remolino.Amelia me miro apenada y antes de salir se detuvo a darme unas palmaditas en la espalda —dime si necesitas algo. Ya le di de comer a la niña. ¿Te traiga algo de comer?—Te lo agradezco, pero no tengo apetito.Dos horas estuvimos entretenidas en la habitación, Florence jugando y yo interviniendo cuando así me lo requería, solo que con todo lo sucedido había olvidado las clases de la niña.Por lo que en el momento que alguien vino a informarme de la llegada de la profesora, ya era demasiado tarde para reagendar la clase, así pues, la lle
SamanthaDebo ser una tonta, por supuesto que Carter no vendría a dormir a mi lado, de igual modo no pude dormir por esperarle y estar pensando cómo podría arreglar la situación.El reloj parecía ir más lento de lo habitual, vuelta tras vuelta intentando cerrar los ojos fue la noche más larga de la que tengo memoria, y mi mente tenía grabada la cara de mi esposo.Justo antes de las siete de la mañana tocaron a mi puerta, me senté y me recargué en el respaldo de la cama —¡adelante! —asomo la cabeza una de las chicas que nos ayudan.—Buenos días, me mando el señor para que le lleve un cambio de ropa.Me levanté, le mostré la elección que tenía, y es que le separaba los atuendos, justo cuando me disponía a bajar los ganchos y pasárselos.—No es necesario, yo lo hago.Me hice a un lado y fui a uno de los cajones en donde tiene bolsas preparadas para cuando viaja, en ellas contaba con productos de aseo.—Toma, lo necesitará.Ayer me había dicho que no deseaba verme, pero había cosas que yo