— ¡Abran paso! —sonó la voz de un hombre, el cual llevaba una gran taza llena de dulces.
—Déjalas en la mesa Max —dijo Jacob, al ver a Max venir.
—No —dijo Max.
Edward y Jacob, junto con sus amigos Max, Sarah y otros dos amigos de Edward, estaban sentados en la sala de estar de la casa de Edward y Jacob… estaban charlando alegremente cuando Max llego con una gran taza llena de dulces.
— ¿Qué película vamos a ver hoy? —pregunto Max mientras se sentaba al lado de Edward y Jacob.
—Espero que sea una película buena esta vez —dij
En la antigua prisión donde ambos habían estado anteriormente, en estos momentos se encontraban esparcidos miles de cadáveres por todo el lugar junto con grandes cantidades de sangre en todas partes.En medio de esta escena, se encontraba una mujer de piel blanca con cabello castaño y un cuerpo curvilíneo sentada en medio de los cadáveres con los ojos cerrados lo cual la hacía parecer que se encontraba meditando profundamente.Lentamente una mujer uniformada de negro se acercó lentamente en dirección a la mujer sentada, cuando llego cerca de ella, parecía dudar si la despertaba o no mostrando al parecer un miedo hacia esa mujer de cabello castaño oscuro.— ¿Qué sucede? —pregunto la
—Ya despierta de una vez… es hora de que nos vayamos —dijo un hombre, que estaba parado al lado de una cama, con otro hombre durmiendo en ella.—Solo un momento más, festejamos mucho anoche, Jacob —dijo el hombre acostado somnoliento.—Vamos Edward… tenemos que irnos antes que sea tarde —dijo el hombre, llamado Jacob.—Bien —después de decir esto, el hombre llamado Edward, se levantó lentamente de la cama, mientras veía como Jacob salía de la habitación, ya vestido y preparado para el viaje.—Vaya… ya han sido, ¿Cuánto?, ¿Cinco años? —murmuro Edward, para sí mismo. Él y el hombre llamado Jacob, ha
—Hola, buenas tardes. ¿Podemos unirnos a ustedes? —pregunto Edward con Jacob a su lado.Los hombres y las mujeres, se les quedaron viendo a ambos durante un instante hasta que uno de ellos hablo.—Claro vengan… aquí hay cerveza para todos —contesto uno de los hombres.—Gracias —dijo Jacob.Después de decir esto, ambos se sentaron en unas piedras que había junto al camino cerca de las dos mujeres y mientras ellos hacían esto, uno de los hombres le pasó una cerveza a cada uno.— ¿Qué van a hacer en Nueva York? —pregunto uno de los hombres.— ¿C&oacu
—Bien… muchas gracias —dijo Jacob a través del teléfono.— ¿Quién era? —pregunto Edward.—Era Teresa… dijo que van a hacer unos recados y que nos buscaran mañana en la mañana… nos recomendó una posada a la cual ir y descansar —dijo Jacob—Bien… entonces los veremos mañana.La camioneta del grupo de Juan y el auto de Edward llego al pueblo poco después, y al llegar la camioneta tomo una ruta diferente, separándose de Edward y Jacob.Edward y Jacob continuaron recorriendo el pueblo hasta que un semáforo rojo los detuvo.
—Son gente muy amigable —dijo Edward.—Así parece… pero… ¿Quién sabe?... podrían ser psicópatas, que pretendían llevarnos a un callejón a violarnos y nosotros pensando que son buena gente —dijo Jacob.—Dios mío ¿Por qué semejante razonamiento? —dijo Edward.—Solo estaba bromeando —dijo Jacob.—Pero cambiando de tema… ¿Por qué admitiste abiertamente que era nuestro aniversario y estábamos en una relación? —pregunto Edward.— ¿Por qué no lo haría? —pregunto Jacob. —Oh… ¿Qué haces aquí? —pregunto una voz detrás de Edward.Cuando Edward se volteo a ver de quien era la voz, se alegró mucho al ver esta cara familiar.—Me alegra de verlos —dijo Edward a los dos hombres que tenía delante suyo, los cuales eran precisamente los dos mesoneros quienes atendieron a Edward y Jacob, cuando pidieron sus comidas en el restaurante.—Muchachos… yo —dijo Edward, antes de que lo interrumpieran.—Por favor llámanos por nuestros nombres… soy Luke y el Samuel —dijo el mesonero llamado Luke.—De acuerdo… LuRichard
Edward había caminado por un pequeño rato antes de detenerse y darse cuenta de algo muy importante, este era un pueblo desconocido para él, no tenía ninguna información acerca del pueblo ni tampoco cuales eran los lugares importantes, por lo que no sabía dónde empezar a buscar a Jacob.—Me pregunto… si Teresa y Selena… ¿También estarán involucradas en todo esto?Edward, no sabía dónde empezar a buscar y no conocía a nadie de este pueblo, con la excepción de Miguel, Mitchell, Juan, Arturo, Selena y Teresa los seis que habían traído a Edward y Jacob a este pueblo, pero por el incidente anterior, Edward ya sabía que parte del grupo o incluso todo el grupo, habían conspirado en su contra por lo que no estaba seguro si hacerlo o no. Edward lleno de ira, se levantó de la cama donde estaba sentado, y fue directo a donde estaba el hombre quitándole su libro, para luego tirarlo rápidamente fuera de la celda donde estaban.—Bien… ya no podrás ignorarme ahora sin tu precioso libro —dijo Edward.Pero el hombre en vez de enojarse o gritarle a Edward, solo lo miro con desdén para luego voltearse en la cama, colocando su espalda en dirección a Edward.— ¡Tú! ¡Maldito miserable!La no reacción del hombre, pero sobretodo su mirada llena de desdén, habían irritado aún más a Edward. El cual lleno de ira, agarro la cabeza del hombre por detrás y Lucha en la celda